Verano

"Flor de vainilla"

Y cuando te me acercas se acelera mi pobre corazón, porque cuando nos conocimos yo ya tenía taquicardia.

Las olas borraron nuestro pasado, como huellas sobre arena húmeda. Cuando te vi por primera vez, mi piel ya ardía bajo el sol, y tú —con tu cabello rizado— traías contigo el verano entero.

Cabello revoltoso, lleno de arena y recuerdos, atrapados en caireles que me recuerdan a las lianas de una poderosa selva.

Cada que corres, tus rizos rebotan contigo, y me dan ganas de deshacerlos, porque me recuerdan a los suyos.

Eres radiante, ardiente como el sol de verano. Terca. Y totalmente nueva. Una experiencia grande, inmensa, misteriosa.

Pero tu risa, tu risa sonora, me hace querer adentrarme en ti, correr a tus brazos y oler tu pecho, que el olor a vainilla se quede impregnado en mi cuerpo.

Quiero sentirme empalagado de amor, despertar entre flores de vainilla, que ramas de canela golpeen con delicadeza mi pecho desnudo.

Que la miel de tu voz me embriague, y me duerma entre palabras susurradas. Quiero que tu sombra me cubra, como toldo en tarde de playa.

Déjame perderme en tu selva, trepar tus rizos, explorar tus misterios, beber de tus silencios.

Quiero que me ames con la furia de una tormenta de verano, y luego me abraces como brisa que calma el ardor.

Déjame ser el eco de tus pasos, la sal que se queda en tu piel. Porque cuando te me acercas, amor, yo ya no soy yo.

Soy fuego, soy espuma, soy recuerdo naciendo en tus labios.