Llévame contigo, aunque tenga que morir.
Moriré de amor, y no me importa ser un secreto.
Seré discreto.
Prometo no robarte tiempo, no alzar la voz, ni reclamar lo que no es mío.
Me tragaré el dolor como quien traga veneno con una sonrisa.
Solo soy un alma perdida sin tu amor.
Quiero besarte, morderte, regalarte mi suerte, quedarme contigo en esta habitación donde huele a flores... y a muerte.
Aquí estoy, repitiéndome una vez más, solo para mí: “Me ama, no me ama...”
“Me ama, no me ama...”
Lo canto una y otra vez, como un decreto, como un rezo que nadie escucha.
Los pétalos marchitos caen sobre mis piernas, frágiles, quebrados, como mi esperanza.
¿Me ama?
Bailo con la incertidumbre, un vals lento y cruel. Cada giro me viste de espinas, cada paso me desangra.
Duele bailar. No puedo pensar.
¿Qué sería de mí si tú te vas?
No me ama.
Ese es el pensamiento que me abraza cada noche.
Cada vez que no me buscas, algo en mí se rompe.
Me ves.
Lo sé.
Pero, ¿por qué no me miras de verdad?
El aroma de las flores muertas se ha pegado a mi piel, y el rojo de sus lágrimas mancha mis pies.
Hasta las rosas, sí, también lloran.
Me ama.
Tus miradas me siguen, tus pasos tropiezan con los míos, me llamas en silencio, te presentas cuando te nombro entre suspiros.
No me amas.
Aunque me miras. Aunque me buscas. No me tocas.
No dices mi nombre.
Tu silencio me hiere más que cualquier adiós.
Intento acercarme y tus ojos recorren mi cuerpo con una precisión que más parece castigo.
Pero me ignoras. Una y otra vez. Un remolino sin fin.
Me ama.
Cuando al fin me eliges en la pista de este juego, cuando tomas mi cintura y me haces girar en tu órbita, cuando me miras como si el mundo se detuviera.
Tus besos son suaves como pétalos de rosa, y tu pasión tan roja como el vino.
¿Soy mejor que ella?
¿O solo un secreto bien guardado?
¿Tú también sientes esta duda que me consume?
¿Qué piensas cuando dejo de buscarte con los ojos llenos de esperanza?
Intento esconderlo, este amor que arde como el sol, tan puro como el cristal que habita en mi pecho.
No me ama.
Entonces dime… ¿por qué?
¿Por qué la besas frente a mí?
¿Por qué rompes mi esperanza con labios que no son míos?
Dímelo.
A la cara.
No me ames a medias.
No me dejes en penumbra.
No golpees este corazón como si no se rompiera.
Porque cada mentira, cada silencio, cada juego sin final, me hace pedazos.
Y no sé… no sé si alguna vez me amaste de verdad.
"T.S."
—Izaro

Comments (1)
Cómo ya sabrán yo le enseñe a rogar q José José.
Yo cavo si ya no hay piso por el cual arrastrarse.
Yo pregunto, "¿Neta no me quieres ni para tu pendejo?".
Porque apoco el sabor cambia solo por ser migajas.
Arrastrate ruega por amor.
Rueguen y lloren.
Supliquen y recen.
Busquenlo/a y llevenselo/a de la mano.