K i l l i a n 「Fic JongKey」Cap. 15

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S h a l l

w e

s t a r t ?

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Y e s , i t ‘ s

S H I N e e

T I M E

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• Capítulo 15 •

Personalmente

Esos brillantes ojos, esa sonrisa misteriosa que no daba ni una única pista de sus pensamientos. Esa cara tranquila de la persona más sabia y a la vez astuta que él conocía...

Sintió el miedo recorrerle y cuando pensaba que no podía más...

— ¡AHHHHHH!

... JongHyun despertó.

Se incorporó sentándose en esa cama doble en la habitación de su pareja. No llevaba la parte de arriba de su pijama y aún así, sentía todos sus músculos empapados de sudor frío, de igual forma, su pelo y cara estaban en similares condiciones.

KiBum reaccionó rápidamente al escuchar el grito a su lado, se sentó y pudo ver en la oscuridad como JongHyun intentaba calmar su respiración. Sin dudarlo, rodeó su cuerpo para darle un abrazo tranquilizante que tanto necesitaba.

El médico lamentó entonces haber gritado, KiBum estaba agotado y aún así, lo había despertado.

— Lo siento... —se giró a mirarlo y el actor vio esos brillantes ojos reflejados por la luz que entraba por el ventanal que su gran cuarto tenía.

— Shhhh —fue más un susurro, pero el mayor entendió que le estaba mandando callar, no era una sugerencia.

KiBum situó su mano derecha en la mejilla de su amante, algo más difícil de lo habitual en aquella oscuridad que los rodeaba. Con su elegancia característica, el castaño se acercó lentamente y juntó sus labios con los de JongHyun.

Empezó un lento beso, uno cansado que revelaba que era la madrugada y ambos necesitaban dormir unas horas más para recuperarse del agotador día pasado. Ambos se contenían para evitar que el beso llegara a más de lo que debía ser, pero aquello no detuvo que JongHyun intentara profundizar el beso y acabara teniendo a la cavidad contraria.

KiBum soltó un sonido complacido y movió su mano izquierda a la parte trasera del cuello de JongHyun, entremezclando sus dedos con el pelo rubio del médico. Ambos sabían que ese beso no iría a más, estaban demasiado agotados.

JongHyun memorizó cada sensación que besar a KiBum le provocaba, como si cada segundo de aquello fuera uno de los momentos más importantes de su vida. Los labios suaves y con forma acorazonada del actor eran una bendición, tenían un pálido color rosado que a JongHyun le encantaba enrojecer con besos como aquellos.

Con suavidad, acostó a KiBum en la gran cama y se situó sobre su cuerpo. Acabó con el o de sus labios para mirarlo a los ojos, dándole un corto beso en la nariz después.

KiBum cerró los ojos, estaba muy cansado por la larga grabación del día anterior y aún así se esforzaba por tranquilizar a JongHyun. El rubio solo podía mirarlo con una sonrisa agradecida.

— KiBum... —el susodicho solo hizo un sonido para que continuara, indicando que no estaba dormido a pesar de que sus ojos se mantenían cerrados— KiBum realmente te amo, muchísimo, estoy absoluta y perdidamente enamorado de ti. ¿Lo sabías?

— Sí, —abrió lentamente los ojos llorosos del cansancio y los continuos bostezos— porque yo estoy igual.

— Dilo, por favor.

— ¿El qué?

— Lo que sientes... por mí —KiBum rió ante la fortaleza que sus ojos desprendían en la oscuridad, a veces JongHyun era como una pequeña adolescente enamorada.

— También te amo, igual o más que tú. Y aunque no lo sabía, me enamoré de ti mucho antes de confesarme.

— ¿Desde cuando? —JongHyun se acercó con una brillante sonrisa y dejó un suave beso en los labios del contrario.

— ¿Un día? Pues... ahora que lo pienso, posiblemente desde que me ayudaste con lo de TaeYong —JongHyun rió por la seriedad con la que KiBum se había tomado la pregunta—. No te rías, ¿no te da vergüenza, Playboy? Enamorando a una pobre víctima en el segundo encuentro... —dijo con tono risueño.

— Soy realmente una muy mala persona —dijo el mayor siguiendo la broma—. ¿Entonces te gustan los badboys, Bummie?

El castaño solo rió ante la ocurrencia de su pareja, incapaz de entender cómo podía estar tan espabilado a esas horas.

Movió a JongHyun a su lado y colocó su cabeza en su propio pecho de manera que KiBum podía acariciar el suave pelo rubio. Sus movimientos eran lentos y relajantes, calmando al mayor que se hacía llamar «badboy» y causando que se acabara durmiendo en el pecho del actor.

Para KiBum no era tan fácil, incluso teniendo el sueño que tenía era complicado no pensar.

Aquella noche, él había llegado a su apartamento a la una de la madrugada y decidió esperar a JongHyun viendo alguna película o serie que hicieran a esas horas. JongHyun llegó casi a las tres y antes de que pudiera decir algo él corrió hacia el sofá para abrazarlo.

Para su sorpresa, no lloraba, más que nada parecía nervioso. Le pidió que le contara que había sucedido y entonces, alterado, le contó cada detalle de lo que había ocurrido.

Como al acabar la llamada se cruzó de casualidad con JinKi y a pesar de las insistencias del menor sobre "puede no haberlo escuchado", JongHyun lo negaba estando seguro de que hubiera escuchado el final o toda la conversación, el cirujano pelinegro ya sabía el secreto. KiBum conocía que su pareja era una persona terca, así que ya que no podía evitar que pensara en ello, decidió pedirle al rubio que continuara el relato.

Se sorprendió al saber que JinKi no comentó nada al respecto y solo le dijo que tenía una operación de emergencia en unos minutos. El cirujano no volvió a cruzarse con JinKi y no comentó nada en aquel momento por el estado de miedo y nerviosismo en el que se encontraba.

JongHyun le había dicho todas las veces que le preguntó que estaba bien, que "como ya esperaba que todos se enteraran, aquello apenas le había afectado"... y hace unos minutos había tenido una pesadilla la cual KiBum apostaría que estaba relacionada con lo sucedido el día anterior.

Suspiró mientras seguía acariciando el cabello rubio que brillaba reflejando las luces de la ciudad que entraban por su ventanal. Cuando vio el exagerado precio que tenía aquel cristal de alrededor tres metros de alto por siete de largo el cual, además era un espejo visto desde afuera, casi mata al diseñador. Pero en aquel momento valoraba cada won que le permitía ver en tan hermosa vista a su pareja.

Y antes de dormir solo tenía un pensamiento en mente, se encargaría personalmente del asunto con Lee JinKi porque Key no era de los que se quedaban mirando sin actuar cuando algo les molestaba.

***

Con un estilo completamente negro y un look que costaría más que su carrera universitaria diez veces (siendo generoso), TaeYong cruzó las puertas del hospital TaeHye con una seguridad de la que en realidad carecía. Se dirigió a la recepción con un paso lento y triste, haciendo su papel.

— Disculpe... ¿sabe si el doctor Lee JinKi está ocupado? —la mujer le miró extrañada por la pregunta poco común.

— ¿Tiene cita, caballero?

— Yo... em... verá es difícil de explicar... —TaeYong fingía una angustia que le hacía pensar que los dotes actorales eran un gen hereditario en su familia— El doctor fue el encargado del caso de mi hermanita y bueno... —suspiró y parpadeó como si intentara evitar las lágrimas— después de años de lucha, ella... —miró a los ojos a la mujer que le prestaba suma atención y le dedicó una sonrisa amarga— Mis padres quisieron darle la noticia personalmente pero... creo que al final no se sintieron lo suficientemente fuertes, yo... he venido porque creo que debería saberlo... son muchos años, llegó a conocerla tanto como yo —soltó una risa forzada.

— Oh, lamento mucho la perdida...

— Gracias... Será un minuto o dos a lo sumo, por favor, ¿sabe si está libre en estos momentos?

La mujer lo miró algo dubitativa y TaeYong solo pudo sonreír internamente. Siendo el hospital de alta clase que era, el no conceder un favor así de emocional era un peligro para los empleados, los cuales podían tener que enfrentarse a la ira de una familia de mucho dinero. Las palabras "muchos años" le recordaban que para poder pagar el tratamiento aquí hacía falta tener una muy buena fortuna y el traje de TaeYong defendía esa idea.

— Mmmm... de acuerdo, el doctor está libre...—no era la primera vez que esto pasaba— pero por favor pase por el control de seguridad y el detector de metales, ya sabe, hay que cuidar a nuestros pacientes y sus familias de posibles... ya sabe-

— Oh muchísimas gracias, ¿puedo pedir que le diga a Onew que vaya a una zona más tranquila? Es por si... nos emocionamos demasiado... ambos somos del tipo que preferimos que otros no nos vean de esa forma...

La mujer asintió y llamó por teléfono al cirujano, al que pidió que fuera a una de las que TaeYong supuso que eran alas vacías del hospital. Esa recepcionista parecía convencida de que TaeYong no era peligroso porque había mencionado el nombre que los niños o personas más cercanas utilizaban en JinKi.

***

KiBum corría siguiendo la ruta que por móvil su hermano le decía (mientras él descifraba el mapa que había en una pared), lo peor era que estaba llendo por escaleras de emergencias y pasillos no autorizados, por lo que si el TaeHye ya era de por si solo enorme y un laberinto, en aquel momento se sentía absolutamente perdido. Fuera como fuere, TaeYong le dijo que estaba casi allí.

Observó la puerta de la sala que lo separaba de donde el cirujano se encontraba, esperaba que no estuviera otra persona porque no le apetecía inventar excusas. TaeYong se despidió y la llamada finalizó cuando abrió la puerta.

Pudo ver el asombro del mayor durante un segundo, KiBum sonrió en respuesta. Y al pasar, cerró la puerta con pestillo para evitar molestias innecesarias. En completo silencio, se acercó a una de las butacas que estaban en la sala, cuatro de ellas enfrentadas con una pequeña mesa cuadrada en el centro.

— ¿Café?

— Claro —cogió la taza que el cirujano le estaba entregando con sumo cuidado.

— Menuda sorpresa, Sr. Kim. Tendría que haberme figurado que había algo extraño en este encuentro... —el actor volvió a sonreír.

— ¿Puedo tutearle, doctor?

— Por supuesto que puedes, entonces yo también le tute-

— Verás, "Onew", —le cortó— sé que puedo parecer poco respetuoso cortándote así, pero esto no es un encuentro casual entre dos amigos para tomar algo de café y quejarse de un mal día. Así que si me disculpas, iré al grano —para la sorpresa del castaño, JinKi empezó a reír alegre.

— Claro, claro, disculpa. Supongo que tendrás preguntas, ¿cierto? Bueno, pues pregúntame.

— Bien, —lo miró críticamente, intentando tener prejuicios a favor o en contra— cuéntame todo sobre tu relación con JongHyun.

— ¿Qué parte quieres qu-

— Todo.

JinKi sonrió tranquilo a su acompañante. Le gustaba ver aquel lado del famoso actor, le hacía comprender por qué JongHyun y él estaban saliendo, eran muy compatibles.

— En realidad no hay mucho que contar —comenzó—. Realmente no tenía propósitos de acercarme a él antes de hablar. Pero resultó ser una persona agradable y a la vez, misteriosa, me apetecía conocerlo más a fondo, supongo. Si eres del tipo celoso-

— ¡No soy celoso!

— Lo que sea, —dijo riendo después de la tercera interrupción— si eres del tipo celoso, no te preocupes porque no soy gay. Bueno, y si te preocupa que cambie mi sexualidad al conocer a JongHyun, créeme cuando te digo que no es mi tipo... es un poco... ¿demasiado sentimental tal vez?

— Es parte de su encanto...

JinKi rió de nuevo, ver aquel punto de vista era realmente emocionante.

— JinKi, ¿le has dicho a alguien sobre esto?

— No te preocupes, solo le he dicho a MinHo —el actor lo miró aguantando el aire por la preocupación—. Si yo tengo el derecho a saberlo, MinHo, como su otro mejor amigo, tiene el mismo derecho.

KiBum desvió la mirada, ese hombre tenía razón.

— Hablando de mejores amigos... como mejor amigo de JongHyun he de protegerlo de un corazón roto. ¿Vas enserio con él? —la mirada del mayor se volvió fría y causó un escalofrío a KiBum.

— Voy enserio. Muy enserio.

Entonces JinKi sonrió y la conversación continuó tan amena como antes. KiBum lo tuvo claro en aquel instante, JinKi no era una amenaza.

JinKi era un aliado. Un amigo, tanto de él como de JongHyun.

Y su presencia sería mucho más necesaria de lo que pensarían.

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