﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏
S h a l l
w e
s t a r t ?
﹏﹏﹏﹏﹏﹏
Y e s , i t ‘ s
S H I N e e
T I M E
﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏
Ay la censura, podéis pensar mal en la última frase. Tiene ESE significado.
Ya sólo queda el epílogo de esta historia, lo publicaré en un par de horas (a menos que esté muy cansada, but no creo). Me ha costado acabar esta historia, no es que tuviera morriña, sino que quería que quedara perfecto y que todo acabara bien ligado. El epílogo tiene esa función.
Agradezco que me hayáis acompañado estos meses en los que apenas podía publicar un capítulo cada 40 días. Dios, por esto quería acabarlo en octubre pero se complicó :"v
☆.。.†:*・゜☆.。†.:*・゜☆.
C h a p t e r 2 9 ;
Cuando JongHyun estaba entrando a la mansión Kim, notó el frío ambiente que la rodeaba. No se escuchaba nada más que el fuerte viento invernal que agitaba el bosque perenne. Cuando cerraron la puerta a sus espaldas, no cambió la sensación, los criados lo observaban curiosos pero distantes, el protegido era un vampiro, y dicho protegido ya no era considera como uno de ellos: JongHyun era un Señor en el momento en el que pudo controlar a Key.
Hacía un par de horas desde que un criado había llegado a la mansión Choi y había transmitido el veredicto de su pareja. Como predijo, KiBum aceptó las condiciones.
Y con pasos nerviosos pero un semblante elegante, avanzó a través de las hermosas salas y pasillos largos que tanto conocía. La casa que pareció un laberinto el primer día, ahora no tenía misterios para él. Y, pese a su nerviosismo, no aumentó la velocidad taimada de sus pasos, asustado por el futuro que se cernía sobre él. "El tiempo es inexorable" pensó con temor, ya su encuentro con KiBum sucedería tarde o temprano.
Cuando llegó a la planta privada, su cuarto, subió las escaleras mientras en sus oídos solo notaba el nerviosismo de su corazón. Y, sentado en la cama matrimonial, estaba KiBum.
Sus ojos conectaron al segundo, como si dos imanes los atrajeran. JongHyun quedó paralizado en la parte superior de las escaleras, demasiado aturdido para avanzar. El pelo negro de KiBum había perdido su brillo, estaba desordenado y caótico. Sus ojos se veían cansados y sus pómulos delataban su bajada de peso, estaba más pálido que de costumbre, de un color enfermizo y no su pureza habitual, sus labios también carecían casi de color.
La imagen era desgarradora y JongHyun sintió que su corazón se rompía. Las palabras de MinHo se repetían en su cabeza, como ambos eran un par de obsesionados a los que les esperaba un largo camino por delante para lograr mantener una posición estable y sana entre ellos.
La primera de las condiciones llegó a su mente, una básica que necesitaba remarcar: no más mentiras. Su relación se había construido sobre un castillo de naipes hecho a base de engaños. Cada vez, se derrumbaba. Necesitaban confiar en el otro y JongHyun estaba seguro de que KiBum aceptaría aquella condición al segundo.
Según el criado que envió JinKi, lo hizo.
Con pasos trémulos, el protegido avanzó, dispuesto a formar un lazo duradero con aquel hombre delante suya. Cuando la distancia entre ellos era ínfima, KiBum se levantó de la cama con su característica agilidad, rodeando de inmediato el pecho de JongHyun. El susodicho hizo lo mismo, abrazando con necesidad aquel cuerpo que se notaba mucho más delgado. Acariciaba la espalda de KiBum como si este se fuera a romper si no tenía cuidado y el otro metió la cabeza en el cuello del protegido.
— JongHyun... —susurró tirando todo aquel cálido aliento en su fría piel. No lo llamaba por algo en especifico, tan sólo parecía necesitado de decir aquel nombre. El rubio entendía aquella necesidad, porque él también la tenía.
— KiBum...
Y se mantuvieron en aquella posición, ambos con los ojos cerrados pero sus manos acariciando el cuerpo contrario. Los dos temían abrir los ojos y que todo fuera un sueño.
Pero necesitaban hablar, debían hacerlo y JongHyun lo sabía.
— KiBum... —pero este le cortó, su voz sonando entrecortada y débil.
— Prométeme que estarás a mi lado, siempre.
— Yo... KiBum... —no sabía qué responder. Aún estaban empezando a arreglar las fisuras en su relación ¿cómo podía prometer eso? KiBum notó sus dudas.
— He prometido y aceptado cada una de tus condiciones. Esta es la mía. Si las cumplo, debes quedarte a mi lado —notaba su cuerpo delgado tenso en su abrazo, su voz era casi un susurro— Voy a esforzarme en cambiar, ya se lo dije a JinKi... yo... yo haría cualquier cosa para que estuvieras a mi lado, JongHyun. Por favor, confía en mí.
Y le convenció. Porque JongHyun sabía que si quería "recibir", debía "dar" y que si él había marcado unas condiciones, KiBum tenía derecho a las suyas.
— Lo prometo.
Por primera vez, se sintió una promesa transparente. Su relación estaba limpia de mentiras y el protegido pudo suspirar tranquilo, sabiendo que todo cambiaría desde aquel momento. Que su camino sería difícil y que tardarían en acostumbrarse, pero definitivamente arreglarían aquella maraña de relación que tenían.
Ahora ambos iban a ser iguales, de eso se encargó JongHyun en su segunda condición. La llamó "trabajo".
Esta era bastante más larga que la primera y especificaba unos cuantos puntos. JongHyun quería dedicarse a la escritura y lo haría bajo un seudónimo ya que no iba a asistir a conferencias ni nada de esas cosas que los humanos disfrutaban. Él sólo escribiría novelas de misterio, que eran sus favoritas. También, ayudaría a KiBum con los documentos de la mansión, papeleo que este odiaba a muerte. En caso de una reunión de líderes de familia, KiBum podía llevarlo. Tratar con otros vampiros no era muy del agrado de JongHyun, por lo que remarcó aquel "podía".
JinKi también le hizo llegar que el pelinegro aceptó aquella condición con cierta facilidad. Todos sabían del deseo que JongHyun estaba teniendo por la escritura y, pese no ganar dinero con ello, redactaba en hojas algunas cosas diariamente.
Lo más importante de aquella condición es que JongHyun iba a investigar sobre los humanos. Quería entenderlos como nadie y utilizar ese conocimiento para ayudar a su raza en caso de que fuera necesario. Quería sentirse útil, saber algo que KiBum no.
El pelinegro se movió entre sus brazos, alejándose lo suficiente para que ambos pudieran cruzar las miradas, sus caras a una ligerísima distancia que JongHyun acortó. No fue un beso rápido ni sediento, era más del tipo que expresaba mil palabras en un gesto. Por que ninguno sabía por donde comenzar a hablar, y aquel beso lo habría entendido cualquiera. Los movimientos eran lentos pero agresivos, pequeños gemidos salían de sus bocas a causa de esa añoranza por el otro. Sus manos apretaban el cuerpo contrario, deseando que se acercaran más pese a ya tener sus pechos unidos.
Y quién sabe cuanto tiempo permanecieron así, alejándose para recuperar el aire y volviendo a por los labios ajenos en una constante batalla que ninguno quería finalizar. Para cuando se separaron definitivamente, los ojos de ambos resplandecían en la oscuridad de la tarde de Gyeoul, sus labios estaban hinchados y rojizos, pero ambos sonrieron amorosamente, olvidando cualquier otra cosa.
Pero pronto la mirada de KiBum se tornó de un negro más intenso, contagiando al cuerpo de JongHyun. El protegido tragó duro, sintiendo la boca seca. La mirada se desvió lentamente hacía el cuerpo de su pareja, sus pensamientos volviéndose cada vez menos puros.
La parte subconsciente de JongHyun se desvió momentáneamente hacia cierta hoja de papel que él había entregado al Señor de la casa Lee.
La tercera condición del protegido era la que había sorprendido a JinKi. Le había dicho que era muy "él", muy de su estilo. JongHyun no sabía si aquella afirmación era correcta, pero debía decirse que a KiBum le había costado un día entero saber si estaba dispuesto a ello.
La había titulado en su pequeño papel "hijos". Se preguntó cual de las dos partes de esta condición era, según JinKi, tan típicamente de él o sí ambas lo eran.
Primero habló sobre las madres de dichos hijos. Las madres humanas que siempre morían al dar a luz. Al menos en la familia Kim, las mujeres debían saber que servirían como vientre de alquiler y que jamás tendrían derecho sobre el hijo. Por supuesto, su deber sería altamente recompensado con dinero. Pero, como madre de alquiler, debían garantizar su seguridad.
Las madres de los hijos darían a luz a estos por cesárea.
Era una cuestión moralista de JongHyun. Para los vampiros aquello era lógico, "una vida por otra", además de una forma de quitarse de en medio a un humano que pudiera saber demasiado. Pero JongHyun era reticente a ello, sabía que asesinar a humanos al alimentarse sería difícilmente evitable, pero aquello lo era. Y quien sabe, su educación humana probablemente estuviera hablando en aquel momento.
Para el protegido era algo necesario, por su madre muerta y aquella que lo fue pese a no ser de su misma sangre. No añadió nada al respecto sobre otras familias, sin embargo, esperaba que Choi y Lee siguieran aquella idea.
La segunda parte era, en realidad, la principal. Quería criar a sus hijos, por ello para él era importante que supieran que al nacer no habían asesinado a su madre. Los vampiros no conocen el amor, mucho menos la familia. Son solitarios y posesivos por esa razón. JongHyun no opinaba de aquella manera, él mismo había experimentado que uno de esos monstruos podía ser más humano —aunque no lo recordara— si se le críaba.
Todos los vampiros excepto él habían crecido con criados, sus padres ausentes y manteniéndolos lejos. Cuando tuvieron la edad, la antigua generación se marchaba a vivir su jubilación sin importarles lo que ocurriera a sus hijos. Ni estos sentían amor hacia sus padres, ni los otros por sus hijos.
Era triste. JongHyun no estaba tan convencido de que pudiera hacer eso.
Quería ver a sus hijos crecer y deseaba que estos sacaran tantos rasgos como fueran posible de KiBum.
— JongHyun... —la suave voz de su pareja le hizo volver al presente.
Los ojos negros brillando mientras el sol se ocultaba poco a poco, los labios rojos de KiBum, aquellos afilados y atractivos rasgos. Sí, definitivamente amaría ver a un pequeño Key recorriendo la mansión.
JongHyun lo observó con ternura, su corazón no pudiendo soportar todos los sentimientos que le atacaban en aquel momento. Y lo volvió a besar, esta vez mucho más fuerte y necesitado, notando como la tensión subía entre sus cuerpos, la respiración volviéndose irregular, el ritmo cardíaco acelerado de ambos.
Un gemido excitado salió de los labios de KiBum, dándole a JongHyun bandera blanca para continuar. Recostó el cuerpo delgado del pelinegro sobre la cama, casi tratándolo como si fuera un hermoso objeto de cristal. JongHyun se puso encima suya, sintiéndose poderoso pero a la vez rendido ante el hombre debajo suya.
La mirada que ambos tenían sobre el otro aclaraba cualquier duda de lo que ocurriría a continuación. JongHyun sonrió con algo de malicia mezclándose con su amor más puro.
— ¿Me amas, verdad? —preguntó el protegido, aunque ya sabía la respuesta.
— Lo hago. Te amo, JongHyun.
Unió sus labios de nuevo, se sintió como una recompensa después de acertar una respuesta. El protegido sabía que aquella era su voz más honesta hablando y, por primera vez, supo que ese amor era mucho más que una promesa basada en las mentiras y la desconfianza.
Sintió como KiBum sonreía sobre sus labios, él también había notado el cambio.
— Yo también te amo, KiBum —itió con sinceridad el protegido.
Acto seguido, ambos continuaron con la faena que habían comenzado hacía unos minutos, los labios volviendo a chocar con ansia. KiBum rodeó el cuello de JongHyun para atraerlo hacia él, JongHyun con los antebrazos a los laterales de la cabeza del pelinegro para no apoyar todo su peso sobre él.
Y el beso aumentó de intensidad, la batalla se trasladó al interior de la cavidad de KiBum, las manos de ambos moviéndose ágiles por el cuerpo contrario hasta lograr alcanzar el borde de las camisetas.
El sol se ocultaba desde el horizonte, marcando lo que sería una noche de invierno. Fría, solitaria, blanca. En Gyeoul era así la mayoría del año, al fin y al cabo era apodado como "el invierno eterno". Sin embargo, dentro de aquella habitación de una de las tres grandes mansiones, no se iba a pasar frío.
Porque todo el clima helado se había quedado fuera y el cálido amor permanecería encendido toda la noche.
☆.。.†:*・゜☆.。†.:*・゜☆.
Bien, no sé cuantas personas hay siguiendo este fic, no sé si a alguien le ha gustado o, al contrario, no ha sido como esperaba y lo ha abandonado. Yo he disfrutado escribiéndolo, a veces más y otras menos, pero depende de mi ánimo. Y saber que hay al menos una persona que le gusta lo que escribo y me anima a seguir publicando es suficiente para sacar horas de donde no existen y plantarme delante del portátil ha escribir.
Quiero recordar, porque antes de escritora soy también una lectora, que muchos escritores no sacan nada a cambio de esto. Incluyéndome. Es sólo una manera de liberar todo ese exceso de imaginación. A veces se convierte más en una obligación que en un pasatiempo, pero ¡no importa! porque sabes que hay unas personas alrededor del mundo que agradecerán cada palabra.
Y vale la pena. Lo hace.
Así que: gracias por darme vuestro tiempo, gracias por ser mis lectores.
Law.
![c h a p t e r 2 9 [Fic JongKey]-[C] ﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏
[CI]S h a l l
[C]w e
[CI]s t a r t ?
[C] ﹏﹏﹏﹏﹏﹏
[C]Y e s , i t ‘ s
[CI]S H I N](https://image.staticox.com/?url=http%3A%2F%2Fpm1.aminoapps.vertvonline.info%2F7191%2Fb2908a47be61f4c4c0b4168cc0ddc1fd3c71b84fr1-1024-1018v2_hq.jpg)
![c h a p t e r 2 9 [Fic JongKey]-[C] ﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏
[CI]S h a l l
[C]w e
[CI]s t a r t ?
[C] ﹏﹏﹏﹏﹏﹏
[C]Y e s , i t ‘ s
[CI]S H I N](https://image.staticox.com/?url=http%3A%2F%2Fpm1.aminoapps.vertvonline.info%2F7191%2Fbb66b3c1a370e373435bb7c307bd7e97beefa9c6r1-1024-1015v2_hq.jpg)
![c h a p t e r 2 9 [Fic JongKey]-[C] ﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏
[CI]S h a l l
[C]w e
[CI]s t a r t ?
[C] ﹏﹏﹏﹏﹏﹏
[C]Y e s , i t ‘ s
[CI]S H I N](https://image.staticox.com/?url=http%3A%2F%2Fpm1.aminoapps.vertvonline.info%2F7191%2F9835aa148caf0cd1faa6f63bb1e7f26504603719r1-1024-1015v2_hq.jpg)
Comment