He estado aquí la mayoría de mi vida; en la soledad, pero no tan absoluta ya que, vivo con otras personas. De todas maneras me siento solo, pero no tan solo porque, siempre veo a alguien que me acompaña y me cuida, su corazón siente abstinencia, me dice que ya no podrá fumar más. Lo observo de vez en cuando, se puede apreciar que ya no siente su cuerpo, tampoco sabe lo que hace. Intenta limpiar, incluso hasta mi aposento, y sus sentimientos con acompañamiento de los míos. Siempre me hace dudar con su amabilidad tan irreal si él es humano. A veces lo veo, otras veces no, y eso me hace sentir dubitativo, e incluso ansiedad, hace que mis más oscuros secretos salgan a flote para atacar. Me siento como si estuviera en un mar. Un mar de lágrimas cada vez que se va. Y cuando vuelve, lloro de felicidad. Y cuando me abraza ya no lo siento más. Pero cuando lo veo lo siento, y mucho. Siento su cuerpo cada vez que lo observo como si lo único en mi cuerpo que pudiese sentir el tacto sean mis ojos. Un día desapareció de mi vista sin poder verlo. Y aún así me levanté con la aguja incrustada en mi brazo, aún así con los mareos y temblores, aún así golpee a la chica de bata blanca sosteniendo sustancias y ofreciéndolas como si fuera normal. Aún así lo fui a buscar, para poder verlo una vez más. Me insultaron, me obligaron a tragar y me encerraron en un colchón.
Microrrelato viejo II

Will 10 days ago
8
0
Likes (8)
Comments (0)
Likes (8)
Like 8

15
1
From Will
Microrrelato viejo I

11
5
Featured post
Dedicatoria temblorosa

10
3
Featured post
Tardío, desafortunado (Obra de teatro)

13
1
Featured post
Comment