Todo estaba oscuro y carente de sentido. El fuerte olor a humedad y rancio era sumamente sofocante y angustioso, el aire se sentía pesado. Todo estaba completamente oscuro y los límites de aquella asquerosa celda eran imperceptibles. Will estaba perdido. Todo lo que pudo salir mal, lo hizo. El examen fue un desastre; no solo vió morir a varios de sus compañeros y amigos, también lo acusaron de traidor a la Organización divisionista mortal. No lograba entenderlo y, aún así, sentía sobre sus hombros el peso de la culpa. Se agazapaba en una de las esquinas de su lugar privado donde nadie entraba ni salía y donde su única compañía eran los lamentos desgarradores de criminales encerrados en las celdas colindantes a la suya. Pasaría ahí la eternidad, esa fue su pena. Una cosa le quedó clara a Will: o estás con la división o en contra, y pese a jactarse de ser seres bondadosos y puros la verdad era muy diferente. No les temblaba el pulso a la hora de condenar a quienes creían una amenaza, no suficiente con eso, ni siquiera los dejaba avanzar hacia la inexistencia. Unos auténticos sádicos, pensaba Will. Luego de una eternidad en ese lugar dejó de llevar la cuenta de las horas, los días o los meses que estaba encerrado, al fin y al cabo, era inútil. Nadie salía de ahí una vez entraba y siendo seres prácticamente inmortales era inútil seguir contando sin propósito. Durante su estadía, el desconcierto inicial se fue transformando en rabia, posteriormente degeneró en sumisión, llegó la desesperanza y en este punto, la locura amenazaba constantemente con abrirse paso dentro de su débil psique. Will había adquirido el hábito de meditar, esto le servía para mantenerse relativamente cuerdo y se tomaba su tiempo para pensar en aquella fatídica noche. Comenzó a recordar vívidamente cada momento, inclusive recordaba claramente aquél extraño poder que sintió durante su breve encuentro con el dios pagano, aún así, nunca fue capaz de hacerlo emerger a voluntad. Ese poder, el culpable de su actual situación, parecía haberse esfumado, más que eso, pareciera nunca haber existido. Will se lamentaba pero poco y nada podía hacer al respecto. Llegó a pensar que ni siquiera fue su propio poder, quizás simplemente fue un evento sobrenatural y desconocido para él lo que le había brindado esa fuerza y aún así, algo dentro de él gritaba con fuerza, deseando emerger. Pero todo daba igual ahora, incluso aunque Will lograse despertar ese poder a voluntad, era precisamente el motivo de su encierro y críticas sobre él y, como bien sabía además,nadie salía de ese horrible, oscuro y solitario lugar. Durante una de sus sesiones de meditación, la mente de Will comenzó a llenarse de imágenes intrusivas, imágenes que simplemente se colaban en su cabeza y que no podía controlar. Podía ver un gran estanque de agua vidriosa y brillante, tan extenso que podría sustituir a un mar sin olas que agitasen las aguas, y sobre el estanque, una pequeña luz profundamente negra y de contorno rojizo descendía hasta hundirse en el agua para posteriormente empezar a agitarla hasta que la visión colapsaba y su mente quedaba en blanco, momento en el que Will volvía en sí. No sabía que era pero le reconfortaba. Aquella luz lo llenaba de una sensación de calidez y plenitud, una paz completa, sin miedos, preocupaciones ni agonías, simplemente paz y luego... nada. Durante una de sus sesiones de meditación, aquellas imágenes volvieron a aparecer en la mente de Will, sin embargo, algo había cambiado. El inmenso estanque en calma estaba igual, sin embargo, la luz oscura era más intensa, tanto que opacaba cualquier otra cosa y tras sumergirse en el agua, esta no comenzó a alborotarse como siempre pasaba, sino que comenzó a reflectarse en la inmensidad de la superficie para luego ir agolpándose rápidamente varías gotas de agua que acabaron por construir una figura humanoide sobre la superficie de un color negro brillante como un diamante oscuro. No tenía ningún rasgo facial a excepción de unos pequeños ojos de color rojo que brillaban con la misma intensidad que el resto de su cuerpo, cuyo contorno se estaba cubierto por la mis luz rojiza. Por primera vez Will sintió pánico. Aquella figura emanaba una gran presión y nada de lo que intentase Will servía para cambiar de escena. Como si ni siquiera tuviera control de su cuerpo físico, Will era incapaz de abrir sus ojos para salir de ese espacio en su mente. La figura, pese a no tener boca comenzó a hablar en diversos idiomas y dialectos, algunos tan antiguos como el mismo universo y tras prueba y error, consiguió hablar en castellano. La reacción de Will lo delató y así aquél ser comenzaría a hablar, con un tono extremadamente sereno y pausado, con voz profunda pero clara y un registro vocal que no destacaba en graves o agudos. "¿Buscas justicia, chico? Puedo ayudarte... Sé que ansías poder, poder para poder defenderte y poder defender lo que es importante y yo puedo dártelo, solo es necesario que me aceptes y podrás salir de esa celda en la que tanto tiempo te han retenido por miedo... Escuchame Will, eres fuerte, inmensamente poderoso... más que cualquiera de ellos... Por eso te temen y te impiden alcanzar tu potencial pero... Si me aceptas te daré el poder necesario para que no vuelva a ocurrir un caso más como el tuyo. Convierte mi poder en justicia y destroza este sistema corrupto... ¡Will!. En ese momento Will abrió sus ojos de golpe. Su cuerpo entero estaba temblando, sus músculos se contraían abruptamente tensando todo su cuerpo mientras un extraño humo negro emergía de su cuerpo como vapor. Acto seguido una fuerte descarga eléctrica atravesó el sistema nervioso de Will, entumeciendo todo su cuerpo por unos minutos. Will mordió su labio inferior con fuerza hasta rasgarlo para callar un grito de extremo dolor, provocándose una gran herida, sin embargo, tras unos minutos, todo había cesado. Will, que se encontraba tirando en el suelo en posición fetal encogido por el dolor, comenzó a levantarse lentamente: su herida había sanado por completo pese a su gravedad y sus ojos se habían tornado a unos de iris negro y pupilas rojas, sin embargo, el cambio más grande y notorio, eran el par de alas que habían emergido de su espalda. Unas alas de color rojo mate. Will se sentía poderoso, su cuerpo y mente recordaban perfectamente esa sensación, la misma que sintió al combatir al dios pagano. Luego de tanto esfuerzo Will se sentía gratificado al conseguir despertarlo a voluntad y ahora su historia estaba a punto de dar un vuelco.

Comments (2)
Will está desarrollando todo su potencial, es como una bestia que acaba de despertar, y ese es solo el ápice
Agradezco enormemente el apoyo pero no quiero que me sobre estimes jaja.
Gracias igual :hearts: :hearts: 🫂