Recorridos | Fanfic - Naruto Shippuden

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¡Alto Spoiler!

Señores, ya saben de qué va. Si no has terminado la serie, te recomiendo hacerlo primero. Seguir leyendo ya es bajo tu criterio. xdd

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Buenasssss gente, ¿qué taaaaal? Tiene bastante tiempo que no hago un fic, así que hoy tienen la suerte de poder leer uno mío, todo seinen como se debe. Aquí tocaremos un sueño tan cute donde Konan no es vencida por Obito, dejando obliterado el guionazo de Kishi. Sin más, comencemos.

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Protagonista:

Konan

Estado:

Fallecida (jodete Kishimoto)

Organización:

Akatsuki

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Mi nombre es Konan, no es muy significativo... Es lo poco que recuerdo después de haber presenciado una guerra cuando era pequeña. A lo largo de mi vida, yo y mis amigos; Yahiko y Nagato, tuvimos una gran idea, la cual es y será traer paz al mundo. No nos queremos imaginar que más vidas pequeñas pasen por lo mismo que nosotros, es horrible. A veces no tomamos las decisiones correctas, aunque siempre pensamos en qué sucedería en una vida alterna, donde los 3 fuéramos felices, sin ninguna angustia de por medio o remordimiento por nuestras acciones.

Akatsuki, nuestro sueño para traer paz al mundo se vio en bajada tras ser apoderado por la oscuridad. Enfrentamos incidentes que nos separaron con el tiempo. Ahora sólo quedo yo, y tengo la responsabilidad de acabar con aquella oscuridad de ojo rojo con intenciones fuera de nuestro acuerdo, quizá el sucesor de nuestros ideales logre erradicar a tan repugnante amenaza, cosa que recaerá en mis remordimientos, porque ese es mi deber. Ahora sólo puedo esperar que algún día o después de mi muerte esos preciosos recuerdos y sueños se vuelvan una utópica realidad.

Pasaron unos cuantos días después de mi encuentro con la oscuridad, por alguna razón sobreviví. El equipo médico de mi pequeña aldea me halló en las orillas del mar que separaba tan grandes hogares. Me encontraba en una habitación muy callada y con el ruido de la lluvia por fuera, como siempre.

Me quedé mirando el techo por un rato, bien recostada en mi camilla. De pronto apareció una ninja médico por la puerta de mi habitación.

—¡Buenos días señorita ángel! Veo que ya despertó —dijo con una sonrisa.

—¿Se presentaron problemas? —pregunté destapandome.

—Eh no, ¿de qué habla? —respondió la médico colocando el alimento en una mesa cerca de mi cama.

Me levanté con mucho cuidado y me senté por la orilla de mi lugar de descanso, mirando la lluvia por la ventana, —sé bien que mi enfrentamiento con Obito fue avistado por gran parte de Amegakure. Me gustaría saber qué fue lo que sucedió, no recuerdo mucho después de caer inconsciente —

—No sé del todo, señorita ángel, pero me mencionaron que hubo un enfrentamiento entre de su organización. Desconocemos mucho, por lo que no queremos causarle molestias con dudas —respondió nuevamente la médico, esta vez dejando una flor morada junto con la comida—. Debo retirarme por el momento, señorita ángel. Recuerde tomar su desayuno y no hacer mucho esfuerzo al desplazarse.

—Está bien, mucha suerte —dije con una sonrisa tranquila volteando a mirarla.

La médico salió de la habitación y cerró la puerta. Yo por otra parte miré la flor morada que dejó junto a mi comida, así que decidí ponermela en el cabello. Por alguna extraña razón el ambiente se sentía bastante solitario y apagado, más de lo normal.

De pronto comenzó a llover más fuerte, cosa que me incitó a salir de la habitación. Terminé mi comida, me puse mis botas y salí con una gabardina que estaba colgando por la puerta, para cubrirme de la lluvia.

Los pasillos estaban demasiado fríos, ni siquiera el calor generado en mi ropa era suficiente para calentarme. Por alguna razón sentía todo más gris de lo normal, tenía un vacío horrendamente profundo en mi pecho. Nunca tuve tantas ganas de llorar, me sentía tan sóla, incluso saliendo del hospital me sentí igual... No sabía qué hacer.

La lluvia comenzó a decaer, hasta que entre tan poca agua se mostró el sol formando un precioso arcoíris. Fue un deleite visual y sentimental para mí. Me hizo recordar entre este inicio de depresión que aún hay esperanza, que los ideales y amor por mis amigos se mantienen ardientemente dentro de mi ser.

Una dama me distinguió y se acercó amablemente a mí, manteniendo una distancia favorable.

—¿Usted es el ángel de Amegakure? Tenshi sama, déjeme ofrecerle una comida, se ve muy pálida —dijo mirándome a los ojos con mucha serenidad.

—Oh... No muchas gracias, pero le agradezco muchísimo, amable dama. Quiero evitarle las molestias —respondí intentando sonreír, aún al borde del llanto.

—tomó mi brazo por un momento, para después darme un repentino abrazo—, sé lo que sucedió. Gente de aquí nos enteramos sobre la perdida de Dios y su enfrentamiento. Nos alegramos tanto de que no le haya pasado nada, gran ángel. Le insisto, por favor acepte una comida, se ve muy mal.

—G-gracias, claro... Pero reitero, espero no ser una molestia —correspondí dejando caer algunas lágrimas de mi rostro, mientras aguantaba mis ganas de estallar en llanto.

La amable dama decidió caminar junto a mí a un puesto de ramen frente a la lluvia. Todo era muy cálido, pude tomar tiempo para pensar y comer de una forma tan tranquila, pero cálida. Me platicó acerca de su familia, trabajo y por supuesto, pasatiempos para la depresión. No me considero tan débil para caer en algo así, aún considero que debo mantenerme al margen como líder de Amegakure. Después de pensar todo eso, la dama optó por despedirse y me deseó mucha suerte.

No hice mucho posteriormente, hasta que me di cuenta que escapé del hospital. Siendo franca no me veía en condiciones de regresar, me limité en ir a mi sitio u hogar donde pasé gran parte de mi tiempo como fundadora de Akatsuki. Tomé la curiosa decisión de ponerme a pensar con mucha seriedad toda mi situación.

Pasaron los días. Mi única actividad fue supervisar y cuidar de mi país. Todo iba tan tranquilo hasta que ví a dos pequeños niños siendo golpeados por otros. De inmediato salté y los ahuyente con un jutsu de origami. Los agresores al verme, extrañamente se fueron corriendo, lo cual me intrigó. Según yo, el origami no es de temer para semejantes criaturitas.

—¿Están bien? —les pregunté a ambos niños.

—Sí, estamos bien, ¡muchas gracias!... ¿Gran ángel? —preguntó el niño mayor mientras abrazaba a la pequeña niña.

—Llámame como gustes, joven. Me gustaría saber por qué los estaban agrediendo, dudo que haya sido por algo tonto —dije con un tono sereno mientras les miraba atentamente.

—Siempre somos intimidados por ellos, se burlan de nosotros por no manejar algún ninjutsu. Intentamos mucho en la academia pero no lo logramos, ¡nos sentimos muy avergonzados! Gran ángel —exclamó la pequeña niña abrazada del niño mayor.

—me incliné y acaricié la cabeza de ambos—, no debe ser problema para ustedes, todos tenemos un ser poderoso en nuestro interior. Recuerden que la disciplina ahuyenta burlas e impone respeto.Tenía pensado en ir al país del fuego para ponerme al tanto de unas cosas, así que si gustan, me puedo ocupar de su entrenamiento personalmente —

—¡Nos encantaría! —respondieron ambos niños enérgicamente.

No supe en qué me había metido, apenas podía mantener a pie de letra mi vigilancia en Amegakure, y no sé qué peso tendría dado que me enteré sobre el asalto en la cumbre de los Kages. Me tendré que meter y asesinar a Obito junto a la gente que metió a la organización, no debo permitir que trajeran problemas a mi aldea. No puedo dejar que pisoteen el amor e ideales de mis amigos nuevamente, pero alterarme es lo peor que puedo hacer. No importa qué, debo apoyar a estos niños, tal y como lo hizo Jiraya Sensei.

Desconozco si tienen padres o alguna dedicación aparte de la academia. Me empeñaré en investigar, no puedo apoyarles sin información básica. De momento tendré que dejarles hasta apoyarles en unos días.

Los niños partieron con dirección a la gente, hablando de una forma bastante alegre. No me quedaba más que hacer mis responsabilidades y buscarles de nuevo en otra ocasión. Después de todo, aún cargo con un gran amor que surge de mi interior. Pensándolo mejor, debo machacar pendientes con los que cargo al ser la última miembro fundadora de Akatsuki, no me puedo tomar tan a la ligera toda esta situación, principalmente si voy a transmitirles mi pensamiento.

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Me encontraba en camino al país del fuego. Denotaba calor tras ver cómo el sol salía, no estaba acostumbrada, por lo que me sentía... Bien, o eso quiero pensar.

A lo lejos vi a un vendedor ambulante de dangos. Estaba un poco desconfiada, estar en camino a una aldea siendo buscada internacionalmente podía ser un problema, pero tenía hambre. No iba a aguantarme por más tiempo.

—¡Hola linda señorita! ¿Gusta comprar dangos? Se le nota cansada —dijo el vendedor.

—Sí, unos cuantos por favor —respondí.

Tras comprarlos percibí a lo lejos una pequeña banca, lo cual era bastante raro, ¿una banca en medio de un camino boscoso? Me sorprende, pero también me obliga a subir la guardia y me prendía intriga. Preparé la sustitución para después sentarme en dicho lugar.

Al hacerlo, el sol me reflejaba de una forma tan torpe pero cálida. La madera que sostenía la banca crujía como si fuera a romperse. Pude darme cuenta que podía balancearme y no desperdicié la situación. Todo iba tan bien hasta que después fijé mi mirada en un lugar específico; entre los árboles. Vi a Tobi, pareciera que me estaba observando, sin embargo, al agitar un poco mi cabeza para evitar que fuera una vista causante por el estrés y toda la situación del enfrentamiento, pude darme cuenta que efectivamente, estaba teniendo problemas por todo lo que ha sucedido.

La situación en mi cabeza iba empeorando, a lo que me levanté de aquella banca y seguí con mi camino. Curiosamente tenía ansias de hablar con Naruto, y visitar la aldea de la hoja. No podía entrar directamente, sigo siendo una criminal, por lo que terminar en rejas no es lo indicado por el momento. Llegando me mantuve a una distancia considerable de la puerta e hice un jutsu de origami, todo con la intención de que el chico saliera. En todo caso, si me llegaran a descubrir, estaría en graves problemas, todo si tengo en cuenta que hay muchos jounnin cubriendo la aldea.

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Es todo por el momento. Si quieren que siga con este pequeño trabajo, haganmelo saber acá abajo. Gracias por leer.