Speedrun 30 [Fanfic]

Si no fuera por que me dan ganas de publicar nada más termino los dibujos adelantaria el trabajo y podria publicar al día..... a bue :,) *Maya floja*

Capitulo 30 wojo!!

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Al regresar Gerson a la trastienda el humano, que comenzaba a sospechar que podría tener cierta clarividencia por como se movía, ya le había servido la infusión al niño monstruo en la mejor taza y hasta había encontrado una pajilla de metal, que guardaba celosamente entre unas cajas, para que pudiera beber a gusto.

Gerson inspiró profundo y entró a la pequeña salita para sentarse en uno de los taburetes.

-También diste con la pajilla ¿eh? -Dijo como quien no quiere la cosa y su mirada se desvió hacia dos inciensos prendidos sobre un platito.

El humano, luego de salir de su estupor al escuchar a la guardia acercarse, se había lanzado hacia el lugar exacto donde guardaba los inciensos, abrió un pequeño mueble donde estaba la añosa loza y, por dios, ¡Hasta sabía donde estaban los fósforos! Esos inciensos fueron encendidos en tiempo record. "Deben ser los centinelas. Perros." Les había explicado el humano mientras se encogía junto a la mesa y recogía una manta que se le había caído esa mañana bajo esta y a la tortuga le dio pereza levantar. Se envolvió con esta junto con el niño y la flor para camuflar su olor con el del dueño.

Y funcionó, ni un hocico se había asomado por allí, cinco perros y ninguno se percató de que el objetivo estaba a dos cuartos de distancia. Inciensos, humedad y el olor de una vieja tortuga, menuda forma de burlar a una jauría.

Pero eso no era lo que preocupaba a Gerson, por que para haber hecho eso solo había dos opciones o este niño realmente podía leer su mente o alguien le informó muy bien de todas sus costumbres con minucioso detalle, al menos el suficiente para explicar como sabía donde estaba exactamente todo incluyendo algo que estaba fuera de su lugar. Solo existía un problema; nadie había entrado a la trastienda ese día, así que era imposible.

En todo esto pensaba la tortuga mientras esperaba la respuesta del humano. Esta nunca llegó, pero una vocecita infantil se dejo escuchar.

-Esta amargo...- Se quejo algo Kid con su voz ronca arrugando la nariz, se había estado aguantando pero la mezcla tenía un sabor realmente fuerte y le quemaba la garganta con cada sorbo.

Sin decir ni una palabra Frisk se levantó, abrió un armario y sacó una lata que no decía por ninguna parte su contenido, una cuchara y endulzó la infusión al niño con una cucharadita y media de azúcar.

Gerson acabó por reírse del descaro de esa criatura o quizas de una creciente inquietud que tenía que ser expresada de alguna forma.

-Tus padres no te enseñaron modales por lo visto. - Ni siquiera recibió un gesto. - Realmente no es alguien de muchas palabras. - Le comentó a los otros dos.

-No lo es. - Le respondieron a coro. Frisk sonrío levemente como respuesta y se recostó sobre la mesa mirando algún punto muerto en la sala.

-...¿Quieres un poco? ...Estas pálida. - Le ofreció el niño a lo que el humano negó con la cara hundida entre los brazos. - Oh... -Kid ladeo la cabeza lentamente. Miró a Flowey, quien había sido acomodado sobre la mesa mientras el mago servía la infusión, y este le devolvió una mirada igual de confusa. - ¿Que haces?

-Pienso.

-¿Sobre qué?- Como respuesta Frisk gruño por lo bajo una incoherencia y dejo que su frente terminara de chocar contra la superficie de la mesita sonoramente.

Kid parpadeó incrédulo, esa actitud tan repentina no era propia del humano que les había arrastrado hasta esa situación.

Flowey, por su parte, se limitó a girar su bala sobre la mesa en silencio un par de veces antes de insistir él.

-Muy bien, humano. -Le disparó un único proyectil mágico sobre la espalda. Frisk dio un saltito más por la sorpresa que de dolor y se incorporó ligeramente, con una pronunciada mueca en la boca- ¿Que? No vas a comparar hachas y lanzas con esto ¿No? Como sea. ¿Que te pasa?

Frisk suspiró y prolongó el silencio.

La flor, que ya conocía esa mala costumbre, esperó hasta que el humano se dignó a volver a hablar. - Si realmente se unieron el resto de los perros… moriré si no me “deshago” de Doggo y Dogaressa.

-¡Entonces hazlo! - Bramó la flor sin ver el problema eh ignorando las caras de los otros dos monstruos, Kid con inocente curiosidad y Gerson con la expresión de alguien que acababa de percatarse que se estaba asfixiado con su comida. - Es dos de seis, no seas quejica, es un buen numero... ¿Pero por que esos dos? -La pausa de Frisk le dio tiempo para pensarlo por si mismo. -¡Ah! No digas nada, ya entendí. Es simple, si eliminas los ataques azules de esos dos te será mas fácil y si matas a Dogaressa el inútil de su marido seguro se ira a llorar a un rincón y solo tendrás que pelear contra tres.

-¡Exacto!-Exclamó Frisk ahogando una exclamación de sorpresa de Kid al escuchar la frase literal.- ...Pero me niego a hacer eso, aunque no se me ocurre otra salida. - Frisk volvió a enterrar la cara sobre sus brazos, esta vez con estrepito. Manteniendo esa posición giró la cabeza para ver a la flor, ignorando a los otros dos. Ellos no serian neutrales en el asunto.-Ahora son 6, demasiados para poder controlar la pelea o esquivar todo. Que hablar de huir. Si me llegan a inmovilizar con los ataques azules...

-Te lloverán hachas, lanzas y espadas...¿Entiendes que ni loco pienso intervenir esta vez, no?

-No esperaba contar contigo de todas formas. - Suspiró el humano.

Por primera vez en mucho tiempo se encontró de nuevo en lo que parecía ser un callejón sin salida. De cierta forma tenía su gracia el volver a sentirse atrapada, a un paso de la muerte. Volver a perder el control. Pero si se cumplían sus sospechas el problema era algo que sobrepasaba sus habilidades. Necesitaba ser precisa y aún si lograba sobrevivir el tiempo suficiente para lograr inmovilizarlos siempre estaba la posibilidad de que rompieran cualquier atadura mágica y le dieran alcance en plena huida.

Frisk gruño una ultima vez antes de levantarse de la mesa bajo la mirada atenta de los otros tres. Caminó hacia una pared más o menos despejada del cuarto y concentrando magia en la planta de sus pies caminó sobre esta en vertical dejando a su paso unas marcas rojizas que desaparecieron a los segundos. Luego de subir la pared pasó a caminar sobre el techo y, al igual que un vampiro, se quedó allí de brazos cruzados desafiando a la gravedad.

- ...Eres….eres rarísima ¿Sabes? -Comentó Kid con honestidad. - ¿Que estás haciendo ahora?

-Pienso.

Fue toda la respuesta. El método del humano para pensar mejor era tan ridículo y singular, por llamarlo de alguna forma, que le sacó una risita nerviosa a la vieja tortuga.

-Concuerdo con el niño, eres una rareza, mago. Aunque nunca logré conocer a un mago en todos sus cabales así que no me sorprende.- El anciano se encogió de hombros, suponiendo que el humano le ignoraría de nuevo, pero descubrió a Frisk mirándole de reojo. - ¿Quieres una idea, no?

El humano asintió.

- Sería un traidor si te ayudara...pero lo sería aún más si no. Esos chicos no están preparados para enfrentar a un mago... ni yo en los tiempos donde me llamaban martillo de justicia me gustaba enfrentarlos aún en una pelea amistosa.-Gerson se puso de pie con calma mientras proseguía su monologo, sumido en sus recuerdos.- ¡Erais terribles! Un mago bien entrenado era mas peligroso que un ejercito de 300 hombres. Hasta los humanos les temían...aunque a ti aún te veo algo verde pero seguramente con lo que tienes es suficiente para aplastar a ese grupo ¿no?

Frisk asintió nuevamente, sin dudarlo.

-Pero no lo haré. - Aseguro, no para Gerson sino para Kid que de pronto temblaba ligeramente. Esa charla era casi antinatural para el pequeño. Le habían mandado a su cuarto por conversaciones que al lado de esa eran charlas sobre el clima.

-Lo siento chico, pero si no hablo ahora...puede que después olvide que es lo que quería decir. -Bromeó aunque había algo de verdad en ello. - Como sea... no tengo una solución, mago. Pero si algo de mi tienda puede ayudarte a seguir tu camino sin esparcir polvo; es tuyo.

Frisk guardó silencio, tener con que curarse en combate podría salvarle el cuello en esos momentos. Cerró los ojos. Casi parecía que se había quedado dormida cuando sonrió y volvió a dirigirse a la tortuga, con voz casi dulce, en señal de un aprecio real por el gesto. - Gracias, Gerson.

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Un detrás de cámaras por que no pude resistirme a mis impulsos de idiotez. :joy: :joy:

El siguiente cap estará mejor, see you :)