El desastre I [Fanfic]. #BestFanfics1

No había estrellas esa noche, todo era oscuridad de no ser por las pocas luces que se colaban entre las ventanas y las aperturas de las puertas. El clima era perfecto, sin ráfagas violentas de viento ni tormentas, no había llovido en varios días lo que era muy beneficioso no como los tenía acostumbrados las anteriores islas.

K'ati estaba al frente, había sido la encargada de su grupo desde la toma de Cathnoquey cuando Duncan murió a causa de la hoja envenenada de un guardia.

A Bolthyn no le agradaba mucho Dar'ati, mas no había asesina igual en Elsweyr. Algunos relataban que había matado a un señor Nórdico y toda su guardia sin que nadie se diera cuenta hasta el día siguiente, abría escapado de no ser porque se embriagó con el dinero que le dieron y presumió en una taberna su logro. La única manera de evitar ir al tajo fue venir aquí para servir al imperio.

Dar'kai alzó la mano como señal para que nos detuviéramos. Por un momento el aire se llenó de incertidumbre. Fueron los segundos mas largos de la vida de Bolthyn, ya había estado en otras misiones parecidas, mas el miedo de ser descubiertos todavía causaba que las piernas le temblaran, que un frío inexistente le llegase hasta los huesos y que el estómago se le comprimiera. Él no era un guerrero, tenía una armadura ligera que una flecha atravesaría como a un ciervo y su única arma era una espada corta de hierro.

Entonces, un hombre serpiente apareció, su piel era escamosa, en vez de piernas tenia una gigantesca cola sobre la que se sostenía, sus ojos eran amarillos y con una pupila que apenas era una raya vertical, tenía collares hechos con cientos de canicas de madera y su pecho estaba cubierto con algo parecido a un peto. Tan solo pasó de largo, sin voltear a ver hacia la dirección en la que se encontraban ellos. Poco a poco el hombre serpiente se fue alejando por el callejón hasta que se perdió en la oscuridad. Reanudaron el paso.

En la ciudad había por todos lados agua. Ríos artificiales cruzaban todas las zonas residenciales, en algunas casas tenían pequeños estanques afuera y las fuentes se encontraban en cada plazuela. Por lo tanto las casas se estaban llenas de moho, la madera que las conformaba se tenía que cambiar con frecuencia por ello se veía que algunos tablones estaban sobrepuestos.

Finalmente llegaron a su objetivo, la muralla que daba vista al mar. Siguieron la muralla en dirección norte hasta las escaleras para subir. Dar'kai desenfundó sus dagas y les ordenó a Zet y Gill que se quedarán ahí por su alguno intentaba escapar, los demás la seguimos.

-Son cinco- dijo Vos. -pero no sé si allá más en la torre.

-Bien- contestó Dar'kai -escojan cada quien su objetivo. Yo me encargaré de los dos más lejanos. No olviden cortar la garganta es mucho mejor, así no hacen ruido.

Avanzamos al mismo tiempo, todos sigilosos como sombras, con nuestros pies bien plantados en el suelo para no resbalarnos en la oscuridad pero no recargando todo el peso para que no sonaran nuestros pasos, poco a poco tomamos posiciones y cuando Dar'Kai hizo la señal, todos al mismo tiempo rebanamos las gargantas de nuestros enemigos, excepto Dar'kai que mató al primer guardia con una apuñalada en la cabeza y al segundo lo tiró por la muralla de una patada.

Lo siguiente en el plan era tomar la torre de vigilancia, al liberarla estaría completada la misión y tan solo tendríamos que esperar ahí hasta que desembarcaran las tropas al amanecer.

Estaban muy cerca de su objetivo, mas aún así no estaban a salvo del peligro, si los veían inmediatamente se alertaría a la ciudad y lo más probable es que todos morirían de seguro, al igual que Duncan.

Duncan logró mantenerse con vida por otros seis días después de que lo cortara en el brazo la lanza envenenada. Al principio tan solo fue una típica herida, decidió no limpiarla puesto que decía que se necesitaba más para matarlo pero al tercer día la herida ya tenía un pus verdoso, los restauradores dijeron que nunca habían visto algo así, ninguna herida se llenaba de tanta pus tan rápido como aquella. Para el cuarto día la carne al rededor de la herida tenía un aspecto repulsivo y la gangrena se empezaba a esparcir ese mismo día los restaura

dores decidieron amputar el brazo, pero ya era tarde, aunque el brazo fue cortado ya se había esparcido demasiado el mal y la gangrena volvió para seguir consumiéndole lo que quedaba de brazo y llegar a su torzo. Para el sexto día sudaba como si hubiera corrido por toda la isla, la parte izquierda de su pecho era de colores rojo y negro, su respiración era dificultosa y tenía la cara pálida como la nieve ese día pidió que lo mataran y un cuchillo en el corazón terminó con su sufrimiento.

Al menos si los descubrían morirían rápido, atravesados por una lanza o una katana, sin tener que pasar por lo que Duncan.

Al entrar en la torre no había nadie, estaba completamente despejada. No había comida servida, ni objetos de los soldados, ni siquiera las camas se encontraban destendidas. Subieron a lo más alto de la torre y no había centinelas cuidando. A Bolthyn le inmediatamente le dio mala espina.

-¡Hombres serpientes vienen para acá!- grito gill inmediatamente entró por el arco que daba la bienvenida a la torre -Son como 20 o más.

-Maldición- dijo Dar'kai -¿Cómo nos descubrieron? Rápido, a atracar las puertas, nos atrincheraremos aquí, quizá los distraigamos lo suficiente para que no vean la flota aproximarse.

Todo lo que encontraron lo apilaron en las puertas para entrar en la torre, aislándola completamente, les llevaría un buen rato a los Akaviri derribar la barricada, y la luz de el sol ya empezaba a teñir el cielo de diferentes colores.

Los soldados Tsaesci llegaron poco después de que terminaran su barricada. Bolthyn logró asomarse por una ventana de la torre. Ahí estaban, a las afueras de la torre, solo viendo la puerta. Hasta que uno de los soldados que parecía ser el capitán gritó algo en su idioma, casi al momento de que terminó de hablar, dos hombres serpiente llegaron con grandes caldos llenos de una sustancia líquida muy rara. Estos vaciaron los calderos en las puertas y, hasta entonces, Bolthyn supó lo que era.

-¡Quiten la barricada, hay que salir de aquí!- grito con todas sus fuerzas, pero ya era tarde, el fuego comenzó a consumir la puerta con demasiada prontitud. Los compañeros de Bolthyn hulleron en una desbandada hacia el único lugar que se podía ir, hacia arriba.

Los seis subieron lo más alto que pudieron, mas en cuanto llegaron a la azotea, una lluvia de flechas los recibió, Vos murió al instante por una flecha que le atresó en ojo y a gill lo hirieron en el hombro. No tenían otra opción mas que quedarse ocultos dentro de la torre a esperar que el fuego los alcanzara.

Pero sí había otra opción, correr y saltar hacia el mar, era una caída grande y el arrecife estaba muy cerca, pero si lo lograban, podrían vivir, Bolthyn les contó la idea a sus compañeros. No tofos estaban convencidos pero sabían que era eso o quemarse vivos.

El humo impregnaba el lugar, respirar ya era difícil y el fuego hacía crujir la madera de la torre. Todos se prepararon para correr, una lluvia de flechas los esperaría en cuanto los vieran así que tenían que ser muy rápidos. Dar'kai grito como señal para avanzar y todos la siguieron con fiereza como si fueran a la batalla. Las flechas no se hicieron esperar y esta vez acertaron a Dar'kai, la cual cayó muerta. Otra derrumbó a Volmar el cual maldijo mientras se quedaba atrás, por último Bolthyn sintió un calambre proveniente del estómago, el dolor era inigualable más la adrenalina lo hizo continuar. Él y sus compañeros restantes saltaron por la torre y a lo lejos divisaron los barcos imperiales, si lograban sobrevivir tal vez los barcos los ayudasen. Bolthyn miró hacia al abajo después de ver los barcos y mientras se precipitaba gracias a la gravedad se dio cuenta de algo que lo asustó mas que cualquier otra a en la vida, abajo no había mar, solo rocas apiladas que creaban un suelo natural y comenzó a gritar.