K i l l i a n 「Fic JongKey」Cap. 8

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S h a l l

w e

s t a r t ?

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Y e s , i t ‘ s

S H I N e e

T I M E

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• Capítulo 8 •

Suficientemente estúpido

Casi estar en febrero era molesto para JongHyun, así como para todos los que sufrían de un amor no correspondido. Aún estaban a 23 de enero y ya veía los carteles de San Valentín por todas partes.

Había pasado casi un mes desde que se había dado cuenta de que era homosexual, bueno, eso tampoco lo tenía claro en ese momento, lo único que sabía era que estaba enamorado de KiBum hasta lo más profundo.

Un sonido de campanita procedente del móvil lo sacó de sus pensamientos, y al cogerlo de su bolsillo con una agilidad extraordinaria, pudo ver cómo el mensaje que le había llegado era de KiBum. Este le contaba alguna anécdota digna de mención del estudio de grabación y el médico de vuelta le narraba alguna cosa.

Se había vuelto una costumbre entre ellos, mensajearse todo el rato y contarse que tal les había ido el día, si podían, incluso hacían una llamada y ya en situaciones extraordinarias, quedaban algunas horas. En algún momento de ese mes, KiBum se había referido a él como mejor amigo, y ninguno tuvo problemas en itir que su relación era como de almas gemelas.

JongHyun había notado una cosa curiosa, el actor solía intentar contarle algo, un secreto. Para la desgracia de JongHyun, KiBum siempre se acobardaba justo antes de contarlo, y aunque el médico no fuera una persona curiosa para temas personales, estaba bastante cansado de que el hombre no se lo dijera.

Sus ágiles manos bloquearon la pantalla del móvil con la súbita aparición de doctor Lee HyunShin.

— ¿Mensajes con la novia? —que el doctor Lee le pusiera su brazo en sus hombros molestaba a JongHyun, así que con desagrado le pegó un manotazo al brazo que tenía encima y se intentó marchar del lugar.

JongHyun solo quería hablar con KiBum tranquilo, seguir siendo uno de los dos mejores amigos del actor y fingir que no estaba demasiado gravemente enamorado de él, hasta el punto en el que se cuestionaba su orientación sexual.

— Ohhhh vamos, doctor Kim, no sea tan frío~ seguro que con su novia no es así.

Y no lo era, con KiBum podía ser tan divertido, dulce e incluso tímido como algo posesivo y un intento de sexy —soñar con que podría producir el mismo sentimiento en KiBum que el que él sentía era al parecer su pasatiempo-masoquista favorito— ¿cómo se atrevía a compararse con su KiBum ese estúpido, molesto y ególatra cirujano?

A paso rápido se dirigió a la siguiente cirugía que tenía programada, sin girarse a pesar de todas las veces que el otro doctor lo llamaba.

Amaba operar, disfrutaba su trabajo, cada vez que entraba a un quirófano sentía que todas las preocupaciones desaparecían, que lo único que tenía que hacer era salvar al paciente que se encontraba en la mesa quirúrgica. Solo eso. Todo era simple, no había matices grises, no había blanco o negro, solo existía una opción: él debía salvarlo por la única y simple razón de ser su paciente.

El sonido de las diferentes máquinas era su perfecta banda sonora, sus acompañantes unos aliados que lo ayudaban a cumplir su único propósito. Realizar ese procedimiento que había hecho tantísimas veces no era aburrido para él, sino una especie de ritual que debía hacerse ya que no todos los casos de su departamento tenían que ser complejos y únicos, solo eso, operaciones monótonas que daban tranquilidad a su ajetreada vida.

Por muy tarde que fuera, por muy cansado que estuviera, jamás se había quejado de tener que operar porque eso era justamente lo que más lo tranquilizaba.

Luego estaba KiBum.

Cuando estaba junto a él sentía tanta felicidad que no sabía cómo continuaba vivo, pero junto con esos sentimientos venían otros mucho más complejos que no era capaz de entender, o más bien, no quería ser consciente de la realidad. Se sentía confundido, pero era lo suficientemente estúpido para seguir aguantando ahí, sabiendo que en algún momento, cuando KiBum supiera que lo que sentía por él no era una inocente amistad de hombres, todo acabaría.

Pero JongHyun lo sabía mejor que nadie. Era un idiota, y ahí se quedaría.

***

Pasaban las 11 de la noche de ese 23 de enero cuando JongHyun había acabado la cirugía, tenía muchísimos mensajes del actor, cosa que no era extraña pues así podían hablar más fácilmente y ajustarse a su propio horario sin tener que esperar una contestación que podía ser horas y horas después.

Este le proponía ir a la casa del castaño a ver una película, cuyo nombre no conocía, y aunque JongHyun era más del tipo de quedar para conversar un rato, KiBum disfrutaba ver películas con el médico. Ya habían quedado varías veces por cosas similares, el actor quería ver una película usualmente antigua o desconocida y avisaba a JongHyun para así poder comentarla más tarde.

Cuando el doctor contestó a los mensajes de su amigo, KiBum no tardó en llamarlo. El actor no podía llamarlo siempre que quisiera, ambos lo sabían, como cirujano, si estaba en una operación solo respondería a llamadas y por lo tanto, a menos de que fuera algo muy importante, KiBum debía esperar a recibir un mensaje de su parte, el cual significaba que no estaba en una operación.

— ¿Qué te parece el plan, JongHyun? ¿Te gusta? —el impaciente actor le dijo nada más aceptar la llamada.

— Ya sabes que no soy fan de ese tipo de planes... Con el poco tiempo que tenemos me parece un poco...  no sé, como tiempo desperdiciado.

JongHyun llegó al parking del hospital, subió a su coche y de forma automática se activó el manos libres, la casa de KiBum estaba a unos buenos 25 minutos des del hospital y siendo tan tarde, tal vez podría quedarse a dormir allí, cosa que no hacía desde hacía días.

— No seas así Jjong~ Me gusta quedar a ver películas contigo, es más divertido que verlas solo... ¿Con quien las veo si no es contigo?

— TaeYong, tus padres, TaeMin...

— Tú y yo sabemos que eso no se puede, hay algunas películas que se ven con la familia y otras con los amigos, —y justo cuando JongHyun se iba a quejar que para eso estaba su otro mejor amigo, el cual aún no había conocido, TaeMin— ¿no te acuerdas? TaeMin está de gira japonesa, a saber cuando vuelve a Seúl... —el médico pudo imaginar cómo KiBum rodaba los ojos.

JongHyun había escuchado mucho sobre TaeMin, era el mejor amigo del actor desde hacía años y su buena relación de amistad era más que conocida mundialmente por culpa de los medios. TaeMin era un bailarín exitoso que se la pasaba de un espectáculo a otro y aunque los dos amigos se echaban de menos, sus horarios eran incluso más difíciles de combinar que el del médico y KiBum.

Por lo que sabía JongHyun, su relación, aunque era buena, había muerto un poco y ambos habían acabado por tratarse como solo amigos y tener otras personas con las que contar, quedar y confiar, en el caso de KiBum, el médico.

Aún así, destituir a alguien de ser "tu mejor amigo", era algo duro si no había hecho nada malo... por lo que JongHyun prefería pensar en TaeMin como otro mejor amigo del castaño, pero aunque tenían el mismo «rango», el doctor era de más confianza.

— Oh, no lo recordaba, KiBum.

— Por eso... vamos, ven a verla conmigo... Jjong...

Cuando KiBum actuaba de forma linda con él, no podía negarle nada, y KiBum lo sabía muy bien y se aprovechaba de ello, lo sabía demasiado bien.

JongHyun suspiró, derrotado.

«Si no te amara tanto, KiBum, no te consentiría todo el rato... JongHyun eres demasiado blando... debes decir que no, que no se acostumbre a conseguir todo lo que pide...»

— De acuerdo, KiBum, —«maldita sea, soy demasiado débil con este hombre»— pero no he cenado ni probado bocado desde hace horas, más te vale darme de comer algo decente.

JongHyun necesitaba sentir que mandaba en esa relación, si él no podía evitar cumplir lo que le pedía el actor, él no iba a quedarse atrás. Pero para su sorpresa, el castaño se rió sonoramente desde el otro lado de la llamada telefónica.

— Claro —dijo alegremente, JongHyun podía imaginar la sonrisa bromista que KiBum debía tener en ese momento— ¿cuánto te queda para llegar aquí, Jjong?

— Unos quince, veinte minutos, hay algo de tráfico hoy.

***

Un segundo más tarde después de llamar al timbre de aquel apartamento del piso 10, KiBum ya le había abierto la puerta e invitado a pasar. Ambos cortaron la llamada que aún continuaba desde que el médico había salido de trabajar.

JongHyun pudo ver cómo KiBum estaba poniendo la película desde el mando, así como un sándwich simple de jamón york y queso en un plato encima de la mesa para café del salón.

— ¿Eso es mi cena? —le miró más divertido que enfadado JongHyun.

— ¿Algún problema con mi cocina? Con 15 minutos no hago milagros, y los ingredientes para una ensalada me los he terminado yo antes de llamarte.

Con una sonrisa divertida, el médico se tiró en el sofá al lado de KiBum mientras tomaba la cena que el actor le había hecho. A pesar de sus quejas, no podía evitar sentir una felicidad desbordante al comer lo que el castaño le había preparado. Solo para él. KiBum le había consentido el capricho.

— Ahora deja de quejarte, JongHyun, solo miremos la película.

— A la orden, general Lee —el cirujano pudo ver de reojo la sonrisa involuntaria de su acompañante al mencionar uno de sus papeles más antiguos y que le ayudaron a crecer como actor.

***

— Oye, KiBum, está película es horrible...

El actor se había dado cuenta de ello a los quince minutos de empezar la película, había leído en algún foro que era entretenida, pero se equivocaban. Eso era una basura.

La única razón por la que la veía era para estar más rato con el médico, realmente le gustaban sus expresiones de desagrado cuando pasaba algo cliché y típico en la trama, así que con un gesto para indicar que se callara, fingió continuar viendo esa película.

Aunque al principio lo miraba de reojo, por pura comodidad instintiva, su cara se fue girando de forma que después de otro cuarto de hora era más que obvio que estaba mirando a JongHyun y no se había enterado de nada de lo que había pasado en los últimos minutos de lo que sea que estuvieran viendo.

¿Podía ser ese el momento?

KiBum realmente quería ayudar a su amigo a contarle el secreto, pero no era tan fácil desvelar el suyo. Cada vez que lo intentaba un millón de dudas le asaltaban y el terror lo invadía, además no tenía ni idea de cuando podría ser un buen momento para desvelar que-

— ¿Otra vez el secreto? —como si hubieran roto su burbuja, volvió a la realidad. JongHyun ya no miraba la película, lo miraba a él, curioso.

— ¿Cómo...?

— No puede ser para tanto, —se encogió de hombros el médico— siempre me estás dejando con la duda, no creo que sea tan grave como el mío.

— ¿Perdona? No tienes ni idea —KiBum le miró con una sonrisa triunfante—. Mi secreto solo lo sabe mi hermano.

— Buena pero no suficiente, —JongHyun le devolvió la sonrisa— en mi caso no lo sabe nadie.

KiBum debía itir que eso lo había shockeado, ¿sería la primera persona en conocer el misterioso secreto del cirujano?

— ¿Pero durante cuánto tiempo lo ocultas? —contraatacó el castaño, sabía que en ese aspecto no le ganaría, duro pero cierto— Yo lo llevó ocultando desde que tengo 23 años.

La cara del doctor eran todo un poema.

— ¿Tienes un hijo secreto? —teorizó el mayor.

— ¿Qué? ¡No!

— Vamos, dímelo, a fin y al cabo me lo ibas a contar para que desvelara el mío.

— ¿Por qué? Dilo tú primero, el mío es más fuerte.

— No, lo vas a decir tú primero porque lo voy a utilizar —la sonrisa ahora solo la tenía JongHyun.

— ¿Qué?

— KiBum, pido como regalo del intercambio de deseos de navidades: dime tu secreto.

Tal vez, y solo tal vez, KiBum pensó que su elección de película no había sido tan mala.

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