Esa noche tuve insomnio, pues no te he contado que estaba embarazada de tu padre, y como era normal en mis embarazos el estar toda una noche en vela me levanté a por un vaso de agua, sabiendo que me ayudaría; cuando estaba en la cocina bebiendo el líquido transparente vi como Sofie salía de la casa muy apresuradamente; temiendo por ella, como siempre, deje el vaso a medio terminar en el mesón que estaba frente mío y salí a revisar que todo estuviera en orden.
Esos fueron los diez minutos más largos y a la vez más cortos de mi vida, al llegar al claro, y como se me hacía costumbre desde el verano, me escondí entre las sombras que me proporcionaba la profunda noche, tuve suerte de que esa vez la luna fuera nueva, por lo tanto, no había luz que mostrará mi escondite.
Vi a Sofie, no estaba sola, frente a ella había una figura que parecía humana, me aguante un grito por lo horripilante que era, la silueta aunque humana estaba conformada por escarabajos, cucarachas y larvas, también diferenciándolo sus cuernos que eran moscas y zancudos. Todos esos insectos parecían muertos, sin embargo, me pareció ver algunos moviéndose. En su cara, lo único que no eran insectos eran aquellos orbes rojos, orbes que se extendían como una llama del rojo más brillante que te puedas imaginar, eran como un rubí, del mismo color era una silueta que le daba forma.
En algún momento que yo no te puedo decir, eso a lo que yo le he puesto demonio empezó a brillar y terminó por iluminar el claro como si de una luna roja se tratase, tanto brilló que todo el valle parecía lleno de sangre; cuando devolví mi vista a Sofie vi que tenía una motosierra en sus delicadas manos, murmuraba mientras su vista se perdía en aquel satán, dolida y temerosa fuí a salir a devolverle la conciencia, pero algo desvío mi atención antes de que lo hiciera.
Era la luna, hijo, la luna se pintaba de rojo rápidamente, mientras la cosa dejaba su fosforescencia, yo no pude comprender en ese momento y sigo sin comprender ese suceso, la luna nueva empezaba a brillar con una intensidad que jamás olvidaré, y ahí estaba yo, sin poder esconderme más. Baje la mirada lentamente, con un temor palpable, esa cosa se encontraba mirándome, su pequeña inspección me daba escalofríos, puesto que sus ojos contenían la fría mirada de la muerte, vista que no duró mucho en mi por qué susurro a Sofie y la tomó delicadamente de la mano para emprender su camino.
-Todos te quieren abandonar, no los dejes irse de la casa, tú sabes que no se deben marchar Sofie.- fue lo único que escuche
No sabía donde iban, supuse que su destino era la casa; tratando de detener la desgracia, intente levantarme, pero descubrí con miedo que no me podía mover, era algo inexplicable, una fuerza que me hacía permanecer quieta en contra de mi voluntad, trate de gritar, intenté levantarme, moverme, pestañear, todo era imposible, me sentí atrapada empecé a llorar, es una experiencia que jamás olvidaré, el respirar tan rápido que te quedas sin aire solo para descubrir que aún no te puedes mover.
Pasó el tiempo y escuche gritos desgarradores y risas aterradoras, no supe en el momento como lo escuche tan nítidamente, como si estuviera en esa casa, no entendía cómo sentía que la sangre llegaba a mi piel y la manchaba, tampoco comprendía como lo veía todo como si estuviera en la sala, mis amos me pedían ayuda, los sirvientes que se habían quedado me intentaban arrastrar, la joven ama me exigía que me quedara quieta y yo no entendía nada porque se suponía que seguía en aquel maldito claro.
A las horas los gritos callaron, el demonio se acercó lentamente a mí y puso su mano sobre mi vientre hinchado, se sentía horrible tener esos bichos caminando sobre mi piel, mientras yo me retorcía del asco él dijo unas cuantas cosas incomprensibles y tomó nuevamente la mano de Sofie para desaparecer en la penumbra del pasillo, para siempre.
Minutos después yo me levanté aturdida y salí de la casa, si, ahí estaba, entonces comprendí, aunque no sabía cómo había llegado. Caminé desorientada hasta que unos policías me encontraron, fue una coincidencia, supongo.
Me llevaron a interrogatorio y juicio, ya que es lo que haces cuando una persona ensangrentada va por la calle después de una masacre, me libré de los cargos y de alguna manera seguí mi vida sin más problemas, Sofie no volvió a aparecer ni ese monstruo aunque revisaron toda la casa más de 5 veces, la tomaron como desaparecida.
Así concluyo el relato de mi abuela, entre temblores y vasos de agua; minutos después se levantó del viejo sofá, la abracé y me dediqué a emprender mi camino de vuelta con una satisfacción renovada.
Caminando por el sendero hacia mi casa, mi mente se vació de repente a pesar de que antes estaba pesada por procesar la historia y pensar en contar a mis amigos sobre esto. Las hojas naranjas caían de manera lenta, como bailando, escuché de pronto los crujidos característicos de caminar por un bosque en otoño, más no era yo. Gire mi cabeza y vi a un hombre raro a mi lado con una muchacha de sonrisa especial, ellos me miraron como si hubieran estado esperando durante mucho tiempo, el hombre me extendió su mano y lo último que recuerdo es haber susurrado "Ururofen".

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