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El agua fría que impacta mi rostro se siente como un alivio, un alivio momentáneo. Mi rostro se ve demacrado, cansado y con unas manchas de sangre que no logro escurrir. Este pequeño baño se ha vuelto territorio desconocido donde espero que no me encuentren. Después de asesinar a ese licántropo con una puñalada certera en el corazón, mi mano tembló tanto que la daga resbaló y temí ser descubierto, pero al parecer nadie me presto atención. Lo maté en la cocina, y su cuerpo cayó con la cabeza apoyada en la mesa, con un brazo tapando su rostro y el otro sosteniendo el wiski. Mi respiración se ha ralentizado y la música suena alejada. Nunca pensé que hasta el reggaetón de fondo se tornaría extraño, sucio y ajeno. Realmente me siento como un intruso y no sé qué hacer. Llevó 15 minutos sin despegarme del lavabo, observándome con cautela, al asesino que desconozco frente de mí. Con el poco valor que tengo, tecleo unas letras y envió un mensaje a mi equipo que se encuentra 23 pisos debajo: “Extracción; objetivo abatido.” Sólo queda esperar en este baño neón azul verdoso, con Bad Bunny cantando alguna mierda de desamor.
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La canción cambió y un vampiro entra al baño, se tambalea hasta el inodoro hasta que resbala y su cabeza choca con la pared dejando una mancha de sangre en el azulejo, puedo ver como su herida se regenera y como me regala una mirada hostil desde la esquina de su pupila. Regreso mi intromisión hacia el lavabo, es mejor no llamar mucho la atención.
— Mataste a un pez gordo chico — declaró el vampiro — digo, es bastante común que las criaturas mágicas maten humanos y se maten entre sí, pero hay criaturas que nadie toca. Tuviste suerte de que la mano negra se haya distraído, ¿verdad?
— ¿Qué quieres decir con eso?
— Hay niño, esto te lo digo de agente a agente, debiste apuñalarlo una segunda vez, ¿Por qué crees que nadie más ha entrado al baño?
— ¿Están a fuera esperándome? — pregunté alarmado.
— Fuera del baño no, están en todos lados cubriendo los puntos ciegos para que no salgas de aquí con vida. Recuerda que hoy en noche de luna llena.
— ¿Para qué viniste? No lo entiendo — argumenté desconcertado.
— El primer pie que asomes, aunque sea un centímetro fuera de este baño —que está muy pulcro y elegante, por cierto— masacrarán a todos para no dejar testigos. La cagaste niño, no debiste meterte con el príncipe Jericó, primogenitor licántropo de la estirpe Jotun.
Sin darme cuenta el vampiro se posiciono detrás de mí en un momento, recibiendo unas palmadas de pena y dolor. Caminó despacio hacia el ventanal y lo abrió cuidadosamente, haciendo el más mínimo ruido. Desplegó sus alas negras, dando media vuelta y me mirándome con tristeza, con una tristeza que no lograba entender de donde venia. Total, el que iba a morir esta noche, seré yo.
— Si quieres una muerte indolora pero larga, puedes tirarte desde aquí y al menos, encontrar paz en la noche estrelladas con la luna vigilante.
— Tantos años vivo, supongo que la muerte humana no te pesa igual.
— Decide pronto porque tus compañeros no vendrán por ti, este edificio ya ha sido clausurado y hasta que no sea limpiado, no abrirán sus puertas. Suerte. — El ventanal no era enorme, pero el vampiro rompió su brazo y pierna para poder acceder por esa suerte inaccesible a mi pensamiento. Tras meditarlo un poco y con el cambio de canción, caminé temeroso hacia la puerta, apreté la manija y atravesé hacia la luz violeta neón.
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Al parecer no había sucedido nada, de momento. Tuve que hacer un esfuerzo para atravesar el gentío de criaturas mágicas que bailaban, reían, se besaban y al fondo logré distinguir una mamada entre dos especies distintas. No me sorprendió, pasaba lo mismo en los antros exclusivos para humanos. Llegué al otro extremo de la habitación, crucé un pasillo recto y solitario para llegar al ascensor, cuando este se abrió de repente.
— ¿Vas a alguna parte? — preguntó Kabak, observando sus garras manchadas de sangre y tripas. Kabak, guardia real. Recordé los rumores, donde hace poco en una batalla por territorio, él solo masacró a toda una banda de vampiros gánsters.
— Solo buscaba el baño, pasillo equivocado.
— No deberías darles la espalda a tus enemigos — resolvió Kabak cuando me paralice a medio pasillo para mirarlo. Sus ojos rojos, con sus garras brillando me sacó un pedo.
— ¿Es enserio que así quieres morir?
— Supongo — sonreí por lo trastornado que estaba. Ahora que lo recuerdo, entre los licántropos, dentro de la realeza hay aquellos que pueden sacar sus habilidades físicas sin transformarse completamente. Me quité la chaqueta y corrí con todas mis fuerzas. ¿A dónde? al baño. No podía con esto, simplemente no podía. La canción cambio, pero Bad Bunny siguió de fondo. Sentí los saltos de Kabak aproximándose rápidamente, hasta que logré saltar hacia un lado al terminar del pasillo y entrar a la discoteca. Caí en el piso por un momento, al recobrar la compostura, Kabak hacia aterrizado en una bruja, que ahora estaba partida a la mitad, intentado alcanzar su varita. La multitud se giró para observar la desagradable escena.
— Mierda — se lamentó Kabak — ahora tendré que matarlos a todos. La multitud se quedó pasmada ante tal aseveración, hasta que un grito opacó durante un segundo la música. Al lado del Dj, otro guardia real acaba de arrancarle la cabeza a una banshee. Y la masacre comenzó. Yo cori hacia el baño. Sabía que lo que no buscaba no era un escondite, sino un refugio.
«Acepté este maldito trabajo de una noche solo para comprar medicinas para mi madre» «¡Carajo, no soy un asesino!» pensé. «Cometí un error, pero no quiero morir, no estoy preparado para morir como esos cabrones agentes especiales». Seguí corriendo, tropezándome con brazos, piernas, aplasté un par de ojos sin querer y casi resbalo con la sangre de un idiota que se atrevió a morir enfrente mío. Un pequeño empujón por la espalda me hizo besar el piso. Giré rápidamente, un ogro me tendió la mano para levantarme. Cuando estuve a punto de tomarla, unas garras atravesaron su estómago, él hizo un esfuerzo para resistirse, pero su cabeza salió volando como pelota lejos de aquí.
— Buenas noches, espero que este teniendo una agradable estancia señor — resolvió Kabak que había estado persiguiéndome desde entonces — me gusta que corras ¿Sabes? Nuestros antepasados cazaban humanos por deporte. Ahora corre, veremos si llegas al baño con vida, o si tu cabeza llega sola hasta allá.
— Yo, yo, yo, mierda — tome un par de costillas tiradas cercas de mí y un par de órganos y se los lance con la peor puntería para ganar, aunque sea un segundo. El baño se encontraba a un par de metros, mi cárcel me llamaba porque tenía un lugar especial para mí. Corrí con todas mis fuerzas, con la sangre hasta la cabeza cuando un jalón que roza mi pie derecho me hace volver a tocar el suelo. Grite de rabia y agonía sintiendo caliente mi pie, pero eso no me detuvo. Saque fuerzas de no sé dónde cuando logré apretar la manija, girando lentamente para percatarme que Kobak había desaparecido y al fondo del apartamento, en la cocina, visualice a Jerico, tomando lo que adiviné como vino, o sangre de una copa. No pensaba quedarme a averiguarlo, y por fin entré.
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La música parecía como sumergida debajo del mar. Bad Bunny seguía de fondo, ahora era una canción puerca y oscura, quizás sería perfecta para este momento. La sensación de mi pie caliente me recordó que estaba vivo y coleando. Un rasguño enorme que empezaba desde mi pantorrilla hasta la planta de mi pie, me hizo temblar un poco, y ver la sangre salir como drenaje tapado me hizo romper la parte del pantalón afectada y una parte de mi chaqueta para hacer un torniquete. Revisé el pequeño estante al lado del lavabo, encontrando alcohol y paracetamol. La herida ardió como el infierno al tocar el alcohol, y las pastillas aun no hacían efecto. Dakiti de Bad Bunny sonó de fondo de repente. Por alguna extraña razón me sentía intranquilo. Cojeando y nervioso, aseguré la puerta, poniendo el seguro, no es como si vaya a resistir la embestida de Kobak o de cualquier licántropo, pero me hizo sentir seguro, aunque sea, por unos minutos. El viento entró por la ventana, era frio y lleno de vida. Me acerque a la ventana y mire hacia fuera, el mundo parecía que se había congelado en el tiempo, me recosté en la bañera y el cansancio ganó.
La alarma del celular me despertó. Son las 12:00 del mediodía y un silencio sepulcral inundo no solo la habitación, sino todo el apartamento, hasta que el pitido de los coches lleno un poco este vacío. La puerta no se veía dañada, por lo que quité el seguro y salí fuera. El apartamento estaba pulcro y perfectamente acomodado, como si nada hubiera pasado ayer. Ni si quiera me di la oportunidad de dudar, solo camine hacia el ascensor, porque el único error que se encontraba en aquel apartamento era yo. La herida había cicatrizado un poco pero un goteaba sangre que manchaba el piso, dejando un rastro de lo que no fue y pudo haber sido. Revisé mi celular y aún tenía señal. Pedí el ascensor mientras marcaba por una ambulancia. Sobreviví y logró entender si es un final feliz o un final triste. Supongo que al final, da igual lo que piense ¿no?
FIN
![Noche de fiesta-[BC]l
El agua fría que impacta mi rostro se siente como un alivio, un alivio momentáneo. Mi rostro se ve dema](https://image.staticox.com/?url=http%3A%2F%2Fpm1.aminoapps.vertvonline.info%2F8058%2F6c9c9f07dcfc3a88886002779f0d8119bc172ff8r1-827-640v2_hq.jpg)
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Disclaimer: para una mejor experiencia, buscar en Youtube: Bad Bunny pero estás en el baño de una fiesta.
Comments (4)
Se nota que está muy bien trabajado, que está editado, da gusto leer textos así porque toman en cuenta al lector; tu texto no entrega información innecesaria, por el contrario, mantiene el ritmo justo para enganchar y se toma en serio a sí mismo. Muy entretenido de leer.
Siempre espero que alguien comenté mis escritos porque hay más valor en un comentario que en un like, agradezco que te hayas tomado el tiempo de leerlo y apreciarlo uuwu
Responder a: Jorge Campos
Yo pienso lo mismo!