Los versos de noche

Para mí, nada es fácil.

No sé si las cosas

que estoy haciendo

son para bien o para mal.

Me dije: "Deja expresarte",

y ahora lo hago entre letras.

Le tengo miedo al mañana,

le tengo miedo al destino.

Me hice amiga del sabio,

y el tiempo me da semillas

para cosecharlas a cada hora.

He llegado al punto

de cuestionarme:

¿Quién soy en realidad?

Quisiera no tener un martillo,

para no escuchar mi pecho en trizas.

Quisiera dejar de estar resfriada,

y que mi vista deje de estar tapada.

Hay sonrisas que son lindas,

y otras que duelen más que el alma.

Quisiera darle consuelo

a mis pensamientos,

pero hay lugares donde no los hay.

Quisiera estar en silencio,

pero es más tortuoso

que decidir reemplazarlo con recuerdos,

donde se pueda volar la nostalgia,

y las fotografías formen vida.

Le tengo pena a la que escribe  

este verso entre el silencio;

se me hace grande el cuerpo  

con estos brazos pequeños.

Le faltó vida a los ojos  

cuando me miré en el espejo,  

y lo único que recordaré hoy  

son las lágrimas que no quisieron salir:  

los versos entre el silencio,  

la soledad en una casa,  

y una voz pequeña  

donde no hay ecos.

Que me duele el alma.

Para mí, nada es fácil.

Quiero abrazar a la nada,

pero fue ella quien me dio la espalda.

El corazón no es un juego;

es una herramienta que nos hace vivir.

Es difícil caminar cuando no tienes guías;

el camino que elegí se hace más estrecho.

Intenté pintar cielos, pero formé muros

de un color negro intenso que me hace perder.

¿Soy libre o estaré para estar prisionera?

Le soy fiel a la sombra;

donde no hay cadenas, no hay arena.

Hay mucha agua, ¿por qué tengo sed?

Sigo perdida en mi mundo de maravillas;

quise pisar tierra, pero el lugar es muy grande.

Me faltó mente para seguir imaginando;

tuve que mirar la realidad

y realmente siento que no merezco nada.

Hay tanto que recorrer y aun así aguanto

las ganas de llorar.

Quiero gritar, pero la voz ya no me da;

quiero retroceder, pero mis pies siguen adelante.

Ser fuerte jamás me consideré;

es distinto ser fuerte que hacerse la fuerte;

la diferencia es bastante notable.