Capitana

El Salón decorado e iluminado por los Ostentosos candelabros, la gran alfombra aterciopelada color carmín que vestía de forma pulcra y elegante las escaleras que llevan directamente de la entrada ubicada en la zona de arriba hacia el increíble salón de baile en el cual se encontraban una buena cantidad de gente charlando de forma amena y tranquila.

Por raro o impactante que suene, la mayoría ahí eran capitanes Piratas. Una reunión creada por uno de los mejor reconocidos entre nosotros, el sub capitán del navío llamado "luz atlántica" o más conocido como el "dorado" barco con un notorio mascarón de pro el cual era una sirena sosteniendo una linterna hacia el horizonte que desprendia una gran luz dorada. Se dice que esa linterna lograba dominar hasta lo más improbable sobre el mar, actualmente se trata de una leyenda urbana que lo protagoniza el sub capitán Ink.

El dorado se perdió junto a la linterna que sostenía la sirena, se cree que solo el capitán o capitana del navío sabe la ubicación de la linterna. La constante interrogante es ¿quien era esta persona? Desapareció igual que el poderío barco de renombre.

La leyenda siempre fue contada por mi bisabuela, por su edad sorprendentemente era lo único que su memoria recordaba, al menos de lo que quería contar.

Avanzó con total confianza bajando las escaleras, la mirada en alto aún sabiendo que recientemente era reconocida por el mundo pirata. Tengo que demostrar completa seguridad si no quiero que me coman viva.

Veo a mi objetivo con el cual estoy dispuesta a tener una interesante charla sobre mapas, por más sorprendente que suene soy alguien con bastante información sobre cartografía, como el hombre de la memorable leyenda.

Una tenue sonrisa aparece al tener seguridad en cada paso que doy, al menos existía en mi rostro aquella sonrisa hasta que una mano áspera y bastante grande agarra de forma firme pero con suavidad mi brazo para jalar me hacía atrás antes de que un hombre el doble de alto que yo sé tropezara conmigo por el empujón de otro que su caída se trató por una mesa que fue tirada.

La persona que me agarro del brazo paso su mano a mi abdomen finamente cubierto por la tela del vestido, mi expresión se convierte completamente sería ante sus movimientos para luego de sacar un diminuto cuchillo de entre mis pechos con suma agilidad y discreción, mi mano se posiciona de forma amenazante en su cuello.

- agradezco tu ayuda de hace un momento, pero te advierto que un movimiento más de tu dedo y tendrás una hermosa cicatriz - sus manos se alejan de forma fugaz y al voltearme para enfrentar al hombre que me salvó de ser atropellada, hubiera deseado ser atropellada o aplastada por la gigantesca y sudorosa espalda de el gigantesco capitán que estaba apuntó de caerse hace un par de minutos atrás. - Keith Moon... - sale de mis labios su nombre cual veneno, bajando el arma mirando a mi alrededor con discreción para luego volver a verle el rostro notando su maldita sonrisa mostrando los dientes blancos y sus destacables colmillos de satisfacción y confianza que siempre tiene.

- Larissa Meyer... La rompe camarotes - comenta en broma agarrando su gorro de pirata en forma de saludo sobre su pecho mientras da una leve reverencia con clara burla.

El único pirata que sabe de mi pasado y que aparte de alguna forma parace molestarle aún el hecho de que en nuestro primer encuentro en alta mar y mi primer día siendo pirata con tripulación propia hice que su camarote explotara en mil pedazos con tan solo una bala de cañon... Que lastima.

- aun con lo mismo? Tanto te dolió que una "novata" como yo logrará explotar en mil pedazos tu camarote? Que lastima para ti que no superas cosas insignificantes- le contestó con burla y claro tono acido en mi voz para rodar los ojos mientras camino de vuelta hacía donde estaba dispuesta a ir, dándole la espalda.

- ¿a donde vas? - me pregunto empezando a caminar a mi costado derecho

- donde no te incumbe- feo no mi andar para voltear a verlo a los ojos por segunda vez en la noche - ahora hazme el favor de ir a beber, coquetear o desperdiciar aire en cualquier lugar que no sea cerca de mi. Gracias-

- no podría dejarte sola capitana némesis, sería una lastima que cualquiera de aquí te termine aplastando - comenta con cierta diversión y para ese punto ya me designe a simplemente ignorar su existencia. - en tacones no podrias correr o golpear a alguien el doble de tu tamaño - freno mi andar por sugunada vez, si el ignora lo se fue a la mierda.

- escuchame bien mal-

- ¡justo a los dos capitanes que esperaba ver en esta hermosa noche! - se escucha a mis espaldas y solo puedo observar como el irritante pelirrojo carmín saluda al gobernador de ciudad sunset, Ink, su seudónimo.

- gusto en verlo gobernador - veo el como empieza a desatar su característica labia.

- el gusto también es mío, gobernador Ink. Me anímare a preguntar ¿porque esperaba encontrarnos? - le cuestionó de forma relajada y amena aunque aún tuviera ganas de estrangular al pirata a mi izquierda.

- los conozco a ambos bastante bien para saber que podrán realizar juntos la misión que les encargaré. - responde de forma sería hacia nosotros.

Mi cabeza quedo en pausa y frunci levemente el entre cejó al escuchar la palabra "juntos".

Lo que me faltaba trabajar con este maldito cabeza de alga.