Este frío en mis manos, este temblor que no cesa.
Dos líneas crueles, clavándose en mi alma.
Un intruso, creciendo donde solo había mi pieza,
robándome el aire, la calma.
Mi vientre, ahora un nudo, una semilla que crece,
albergando un latido que no pedí.
Yo, que quería ser libre, sin ataduras ni tranzas,
siento el peso de un futuro que no elegí.
Mis ojos, espejos turbios de una pena infinita,
ven pasar las horas como clavos de hielo.
La joven que fui, desdibujada, marchita,
reemplazada por este miedo, este desvelo.
Las lágrimas caen, amargas, quemándome dentro,
un río de angustia que no tiene final.
No hay canción de cuna en este presentimiento,
solo un grito ahogado, un lamento visceral.
Quisiera volver al instante vacío, a la nada serena,
deshacer este nudo que me ata y me duele.
Pero la vida crece, ajena a mi condena,
y yo, prisionera de un cuerpo que ya no es solo mío.
La luna allá arriba, tan fría, tan distante,
parece burlarse de este dolor tan hondo.
Yo, una sombra temblando en esta noche constante,
sintiendo crecer lo que mi alma no responde.
— 𝕾unset.
![𝚃𝙴𝚇𝚃𝙾 𝚂𝙾𝙻𝙰𝚁 𝙰𝙿𝙾𝙲𝚁𝙸𝙵𝙾, 𝙽𝚁𝙾 𝟾. 𝙻𝙰𝚃𝙸𝙳𝙾 𝙰𝙹𝙴𝙽𝙾.-[C]
[C]
[C]Este frío en mis manos, este temblor que no cesa.
[C]Dos líneas cruele](https://image.staticox.com/?url=http%3A%2F%2Fpm1.aminoapps.vertvonline.info%2F9393%2Fce0d5635b544b80061ece7efe00ff00e6a7a89c7r1-736-490_hq.jpg)
Comment