𝙰𝚃𝙰𝚁𝙳𝙴𝙲𝙴𝚁 𝚅𝙾𝙻. 𝟷. 𝙿𝙾𝙴𝙼𝙰 𝚂𝙴𝚇𝚃𝙾. 𝙽𝚄𝙴𝚂𝚃𝚁𝙾 𝙵𝚄𝙽𝙴𝚁𝙰𝙻.

En la penumbra del amanecer,

Me despierto al lado de tu cuerpo.

El aire pesa entre nosotros,

Como un frágil velo que nos recuerda

Lo que fuimos.

Cada palabra entre nosotros pesa como mármol.

Esculpido por la rutina y el silencio sepulcral.

Celebremos nuestro funeral, querido;

Con velas derretidas y flores de cristal.

Enterremos nuestras promesas

Bajo una Luna brillante, y brindemos por

Lo que nunca fue ni será.

El café se enfría otra vez, mientras miro tus manos,

Ajenas, distantes como paisajes lejanos.

Hablamos del futuro como si aún existiera,

Pero este amor es el pulmón que ya no respira.

Los días se marchitan, pétalos en un río gris,

Y entre el ruido del olvido, yo me pierdo en ti.

Celebremos nuestro funeral, amor,

Con velas apagadas y flores de cartón.

Enterremos las promesas bajo la Luna,

Y brindemos por lo que murió.

En pesadillas,

Te llamé con un grito que desgarró la noche,

Mi voz murió en el hueco de tu ausencia espiritual.

Quemaré cada carta, pero el fuego no será suficiente,

Las cenizas aún pronunciarán tu nombre,

Con un amor fantasmal.

Y cuando todo termine, solo quedará

El eco de un adiós en un altar de soledad.

— 𝕾unset.