Nota: Las imágenes mostradas en el rol están hechas con IA por qué no sé dibujar no me funen
Nota 2:La foto de Ciudad jubileo y torchi las saque de internet créditos a sus creadores
—Pokemon:Generation Break—
Capítulo 3: Caminos entrelazados
Tras su intensa batalla con la profesora Zhu-Yang, Aurelia decidió reponer sus suministros antes de continuar su viaje. Entró en la tienda Pokémon y adquirió unas Pokébolas y algunas pociones, asegurándose de estar preparado para cualquier imprevisto. Justo al salir, su SmartRotom comenzó a vibrar y sonar. Al mirar la pantalla, el nombre de su padre apareció en grande.
—¡Hola, hija! —saludó la voz serena de un hombre en sus cuarentas, vestido con un uniforme de artes marciales. En la videollamada se veía que estaba sentado bajo una cascada, con los ojos cerrados en profunda meditación.

—¡Hola, papá! —respondió Aurelia emocionada—. ¡Sí, ya conseguí mis Pokémon iniciales! Aunque fue algo… peculiar. La Profesora Zhu-Yang me dejó llevarme tres Pokémon en lugar de uno, y luego me desafió a una batalla. Gané, pero siento que fue pura suerte.
El hombre suena levemente, abriendo los ojos con un brillo de orgullo.
—Hija, no fue suerte. Hay mucho de nuestro entrenamiento que aún no comprendes completamente, pero con el tiempo lo descubrirás. Por ahora, puedo decirte que tienes un vínculo especial con los Pokémon, algo que nadie puede desarrollar.
— ¿Un vínculo especial? —preguntó Aurelia, intrigada, pero antes de que pudiera profundizar, su padre continuó.

—En cuanto a Zhu-Yang, no me sorprende su actitud. Ella no es solo una profesora. Antes de dedicarse a la investigación, fue la Campeona de Sinnoh. Aurelia se quedó atónita.
—¡¡La Campeona de Sinnoh!? Pero nunca he oído hablar de ella ni aparece en los registros oficiales.
—Eso es porque renunció a su título después de solo un año. También liberó a todos sus Pokémon, lo que provocó un gran revuelo en ese entonces.

—¿Por qué haría algo así? —preguntó Aurelia, sin poder ocultar su asombro.
—Esa respuesta tendrás que encontrarla tú misma, hija. Zhu-Yang siempre decía que su verdadero deber no era competir, sino estudiar a los Pokémon. Quizás, en tu viaje, llegues a comprender sus razones.
Aurelia reflexionó en silencio. Zhu-Yang había demostrado ser una persona sabia y poderosa, pero también un enigma.
—Entendido, papá. Continuaré con mi viaje y trataré de aprender todo lo que pueda.

—Eso es lo que quería oír —respondió su padre con una sonrisa—. Antes de despedirme, hay algo más que debes saber. Tu madre también está en esa región.Aurelia se quedó boquiabierta.

-¿Mamá? ¿Está Aquí?
—Sí, fue a investigar el comportamiento de los Ralts y su línea evolutiva. Al parecer, tuvo una visión inquietante sobre ellos.
El corazón de Aurelia dio un vuelco. Su madre, conocida por su conexión mística con los Pokémon, rara vez erraba en sus premoniciones.
— ¿Qué tipo de visión tuvo?
—No me dio detalles, pero parecía preocupada. Si te cruzas con ella, tal vez puedas ayudarla. Además, nunca subestimes lo que puedas aprender de ella; tu madre tiene habilidades que incluso yo no entiendo del todo.
—Gracias por decírmelo, papá. Si el encuentro, haré lo que pueda para ayudarla.
—Lo sé, hija. Confio en ti. Ahora ve y demuestra de qué estás hecha.
La llamada terminó y Aurelia guardó su SmartRotom en la mochila. Las palabras de su padre y las misteriosas pistas sobre su madre llenaron su mente de determinación.
De camino por la Ruta 202, Aurelia se encontró con un Starly que revoloteaba entre los árboles.
—¡Torchic, adelante! Usa ascuas

El ataque debilitó a Starly lo suficiente para capturarlo. Con una sonrisa triunfante, lanzó una Pokébola, y tras unos tensos segundos, el Pokémon quedó atrapado.
—¡Bien hecho, Torchic! —dijo mientras acariciaba a su compañero.
Decidió entrenar a su equipo enfrentándose a más Pokémon salvajes. Finalmente, llegó a Ciudad Jubileo al atardecer.
Los altos edificios brillaban bajo la luz dorada del sol poniente. Mientras exploraba la ciudad, buscando un lugar para hospedarse, notó una arena pública en la plaza central donde niños y niñas de diferentes edades entrenaban con sus Pokémon.

Entre ellos, dos niños vestían el uniforme blanco y azul de la prestigiosa Academia Diamante, mientras que las otras dos niñas llevaban el uniforme rosa de la recién fundada Academia Perla. Los cuatro estaban inmersos en una batalla doble, los de la Academia Diamante enfrentándose a las niñas de la Academia Perla.
—¡Starly, usa Ataque Ala! —gritó uno de los chicos, mientras su Pokémon atacaba al Piplup de su oponente.
—¡Esquiva, Piplup! Ahora usa Burbuja —respondió la niña con firmeza.
El combate era intenso, pero algo llamó la atención de Aurelia: los cuatro entrenadores parecían estar llevando la batalla demasiado en serio, más allá de una competencia amistosa.
— ¿Será que se tomará esto como algo personal? —murmuró Aurelia para sí misma mientras observaba.
De repente, el chico que se dirigió al Starly gritó:
—¡Eso es lo mejor que puedes hacer, Academia Perla! Siempre estaremos un paso adelante.
—¡No cantes victoria antes de tiempo! —replicó una de las niñas—. ¡Buneary ,ataque rápido !
El golpe del Buneary impactó de lleno en Starly, debilitándolo. El chico apretó los dientes, frustrado, pero su compañero tomó el relevo.
—¡Ralts, confusión!
Aurelia no pudo evitar acercarse más, intrigada por la intensidad del combate. Algo en la forma en que los cuatro luchaban le recordaban sus propios entrenamientos.
—Tal vez debería intervenir si esto se sale de control —pensó, mientras miraba cómo los Pokémon se esforzaban al máximo en la batalla.
Comments (1)
Te entiendo yo tampoco se dibujar xd