h a l l o !
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bienvenidos sean todos
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│ │ 𖥸
│ 𖥸 ;; 06 dic 19 ( :last_quarter_moon_with_face: )
𖥸
Sé que es tarde, pero justo me
acordé de subir capítulo nuevo,
estaba a punto de irme a dormir.
Estuve en un evento de escuela,
pero aún creo que estoy a tiempo
para este siguiente capítulo.
¿ se quedaron con la d u d a ?
Para los nuevos aquí les dejo los
capítulos anteriores:
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![“ RED LOVE „ [ c a p 3 ] TaeTen-[BC]h a l l o !
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[C]bienvenidos sean todos
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s i g u i e n d o s u s p i e s
Lo vi tratar de escabullirse entre la multitud, cual persona que está huyendo. ¿Me habría notado? Lo dudé, pues hacía uso de audífonos conectados a un iPod que anteriormente pude notar que sobresalía del bolsillo lateral de sus pantalones. En esos momentos me puse a pensar en qué clase de música le agradaba, y traté de adivinar que por su estilo de vestir podría que le gustase el rock o la electrónica, aunque a juzgar por su rostro y su relajada figura podría que se inclinase más hacia el indie.
Iba tras de él, con la cabeza gacha y las manos en los bolsillos del saco. Trataba que de que mis pasos no fueran tan sonoros como para delatarme, pero mi nerviosismo me estaba jugando malas pasadas y podía percibir a mis piernas temblar en cada paso que daba. Mis rodillas querían quebrarse y no dejarme andar más, era pesado tener dicha sensación que rozaba el pánico. Hasta puedo decir que gotas de sudor se deslizaban suavemente por mi frente, llegaban a mis mejillas y caían; algunas otras solo dejaban de existir en mis cejas.
Mi pierna derecha dejó de funcionar, era como si algo en mi sistema de hubiera apagado y una señal de alerta podía ser vista en mi conciencia. Pude haber dado la vuelta e irme sin más, luego, pensé en que yo no era así de cobarde y continué mi caminata pisando las sombras que nacían a los pies de mi amado pelinegro.
Dió vuelta hacia un puente y casi lo pierdo debido a haber estado sumergido en mis pensamientos. Lo único que deseaba en ese momento era que no se diese la vuelta a encararme por haber estado siguiéndolo. A fortuna mía que eso no sucedió, pues hubiera sido la más gran pena de mi vida.
Se detuvo en un momento y no lo había notado por lo que caminé atropelladamente y ya no sabía qué hacer, pues se había agachado a atar sus zapatos. No me quedaba nada más que seguir el camino, de otra forma me vería como un idiota y llegaría a sospechar algo.
Seguí el camino sin saber a dónde realmente ir. No era conocedor de aquel lugar y me aterraba perder su rastro. Caminé hasta el final de la calle y di la vuelta por una callesilla estrecha. Fui apurado, porque ya me había percatado que él había retomado la andada. Volví a estar tras suyo y esta vez iría un poco más alejado por si nuevamente se detenía y tuve razón. Tomó un descanso y dejó las bolsas de compras en el suelo, movió las muñecas, estiró los dedos y dió pequeños masajes en las rojizas palmas de sus pálidas manos. Después de realizar dicha acción, tomó las bolsas del suelo y siguió el camino.
Luego de caminar unos veinte minutos —no sabía ciertamente cuánto era el tiempo que había transcurrido—, llegamos a un condominio de departamentos. Si hubiese ido en auto pudiera haber sido mucho más rápido llegar. A penas pasó la reja de entrada, lo ví desaparecer al dar vuelta en una esquina y suspiré. De haber sido posible hubiera querido en ese entonces saber cuál era su ventana. Más adelante ya lo sabría. Sabría mucho de él.
En el camino de vuelta me dispuse a trazar la ruta en un mapa virtual, tal conozcan al ya famoso "Google Maps". Desde ese día en adelante usaría ese mapa para buscar su ventana, y quién sabe, capaz también hacer un amigo que a la vez sea cercano a él. Así fue como conocí al que sería mi espía, el que me diga todo de él.
Caminé hacia mi edificio y al llegar el agradable botones me saludó.
—Buenas noches señor Lee. Se ve que tuvo un día muy atareado.
—Fue un buen día RenJun, y ya te dije que me llames Taeyong, aún no soy tan mayor para las formalidades.
—Lo siento. La otra vez mi jefe me mandó a llamar por esa razón y ahora debo usar formalidades en cualquier ocasión con todos los residentes —me agradaba mucho, era joven y tenía un espíritu infantil—.
—Está bien, luego hablaré con el gerente sobre ello y le diré que no encuentro problema alguno en que me hables de manera casual —no era amante de las formalidades, me hacían notar viejo y me recordaban que ya estaba muy cerca de mis treinta, y aún soltero—.
—¿Porqué llega tan tarde? No es usual que retorne un sábado a estas horas.
—Tuve algunos pendientes extra en el trabajo, nada fuera de lo común. Solo que hoy, como es sábado, no lo tenía esperado.
—Vaya a descansar, podemos platicar en otra ocasión.
—Nos vemos mañana, y no dejes la puerta abierta, podrías pescar un resfriado.
—No se preocupe —me sonrió por penúltima vez en ese día y me dirigí al ascensor. Tenía de esas sonrisas contagiosas que en ninguna ocasión pude evitar devolverle el gesto—.
Mientras caminaba una de mis piernas seguía temblando después haber tenido los nervios en alto. Quise concentrarme para llegar hasta el ascensor sin tropezar y no lo conseguí. Caí repentinamente al suelo con un terrible calambre que hacía retorcer cada extremidad de mi ser en las mismas frías baldosas. RenJun corrió sin pensarlo dos veces hacia mí.
—¡Oh Dios mío! ¿Se encuentra bien? —la preocupación se hacía notar en su rostro y ese gesto fue de las mejores cosas que me ocurrieron en el día, claramente en primer lugar era el haber visto a mi querido desconocido y el haber descubierto dónde es que vivía—.
—Esto es producto del cansancio —solté una pequeña risa y tomé de la mano al servicial joven. Al reincorporarme empecé a cojear aún con el dolor en la pierna, me era casi imposible mantenerme de pie, aún así quise llegar hasta el ascensor por mi cuenta—. Gracias, y buenas noches... otra vez.
—No hay de qué señor Lee, digo joven Lee. ¡Taeyong! Hmm lo siento —lo vi sonreír hasta que las puertas del ascensor se cerraron.
Traté de hacer calmar el dolor atrayendo la punta de mi pie hacia mí. No me gusta sentir esa tensión en el músculo, el cómo se contrae y te imposibilita el caminar, y ¿a quién no? Es de esas cosas que nos pasan a muchos y podemos compartir esa molestia colectiva. Otra de las cosas que nos afirma estar vivos, siendo humanos iguales, de cierta forma.
Las puertas del ascensor se abrieron y pude ver a John saliendo de su departamento. No quería hablar con él, por lo que sucedió la otra vez, desde ese día no habíamos ni cruzado miradas.
—Taeyong, no te vi en todo el día —soprendentemente descubrí que no había estado enojado conmigo, solo era muy despistado para haberme notado—.
—Tuve que ir a trabajar esta semana también.
—Vaya, sí que no te dan ni un respiro. Te tienen ahogado en papeleo de seguro. ¿Qué te parece ir a comer? Tal vez también tomar un poco, bailar, conocer chicas... y chicos para ti —me codeó con una expresión socarrona. Era todo un idiota—.
—Estoy can...
—istoi cansidi ñiñiñi —me interrumpió fue tan infantil como para remedar lo que iba a decir en esos momentos—. ¡Siempre dices lo mismo Tae! Te falta conocer lo divertido que tiene la vida para ti. Es más, tienes una expresión de pedir ayuda todo el tiempo que te veo. Te falta un poco de acción.
—¿Acción?
—Sí, ya sabes —empezó realizar acciones muy vulgares con sus dedos y brazos en medio del pasillo, así que lo tomé de los brazos para detenerlo—.
—¡¿Estás loco?! Yo no necesito eso —dicho eso me crucé de brazos—.
—Eres un joven solitario, conocer a alguien te podría venir bien. A no ser que sueñes con alguien que hayas visto por puro azar en la calle —me sentí incómodo en esos momentos e intenté de no transmitir esa pesadez a mi rostro— ¡Te has sonrojado! No me digas... ¿quién podría ser?
—Solo cállate Johnny, vamos a donde dices, pero deja este tema hasta acá.
—Okay —sonrió de oreja a oreja de un momento a otro, me tomó de la mano y me empujó hacía el ascensor. De vuelta abajo— ¡Hoy vas a ligar mucho amigo!
• • •
Salimos del edificio y tomamos un taxi. Recuerdo que hacía demasiado frío, pero los nervios me mantenían sudando. No quería ir y no entendía cómo es que había llegado a aceptar tal invitación, a pesar de todo, era algo de lo que no me arrepentiría.
Ya me había olvidado del dolor del calambre y la invitación a la cafetería con los chicos de la oficina, por lo menos salir y estar platicando con John sirvió de algo. Estábamos en la entrada y un sujeto fornido se encontraba ahí, controlando quiénes entraban. Tenía miedo respecto a ese sujeto, desprendía ese aura que imponía autoridad y me hacía sentir pequeño, inútil e indefenso al lado suyo. John se acercó sin dudar al sujeto. Extraño.
—¡Hey, Siwon! Vengo con mi amigo a pasar una noche de parranda —estrechó la mano del fortachón como si nada y este le sonrió—.
—Claro, Johnny. Hace semanas que no vienes al club —el tipo ya no parecía del todo malo. Hasta tenía una expresión... ¿tierna? Fue de las situaciones más extrañas que presencié aquella noche. No hay que dejarse llevar por los estereotipos—.
Entramos y quedé mirando por unos segundos a ese tal "Siwon". En el interior del local la música retumbaba en las paredes e imposibilitaba el poder oír lo que trataba de decirme John. Solo asentía con la cabeza cada vez que terminaba una oración, que no conseguía escuchar, con un gesto de pregunta. En una de esas se alejó de mí y no entendí la razón. Me sentí solo, este no era un lugar para el tipo de personas como yo, no me sentía nada cómodo entre esas personas bailando, divirtiéndose. Era el estilo de vida que jamás se me había ocurrido llevar, mas tenía que complacer a John, ya le debía muchas.
Después de unos minutos, John volvió con un par de bebidas y me ofreció una, la acepté aunque no la quería, grave error. ¿Alguno de ustedes tiene a ese amigo que pierde la razón después de tres vasos? En este caso, yo era ese amigo. Al día de hoy solo logro recordar pequeños flashes de esa noche. John dijo que no hice gran cosa, bailé y hasta me apunté al karaoke de media noche; cosas que nunca habría hecho de no estar ebrio.
Aún tengo un recuerdo lejado de aquella noche, con un chico. John dijo que desaparecí por menos de media hora y eso lo preocupó, me estuvo buscando y me encontró afuera junto a un basurero vomitando hasta el páncreas. No tenía ni la más mínima idea de quién era ese chico, solo deseaba que no hubiera pasado nada. Para mi mala suerte no fue así, y para mi suerte se trató de un chico que me ayudaría a lograr mi objetivo.
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¿Les agradó el capítulo?
Espero que apoyen el fic y le den
mucho amor~
— n o s l e e m o s l u e g o —
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Comments (2)
Nononono que feo ver dónde vive un Crush tuyo y peor su fue siguiéndolo.
no no no que incómodo todo.
Creo que a diferencia de los demás capítulos este me ha reconfortado de uns manera muy grande y a como me sentía, con esto mi día empezó bien.
Xdd aww adoro tus comentarios~ de vdd que son reconfortantes ^^
Me alegra mucho que te esté gustando el fic, se vienen cosas emocionantes...