10 de Febrero, 2003.
*tik*
*tak*
*tik*
*tak*
Rangel se encontraba en una habitación gris, sentado en una fila de asientos de espera y mirando fijamente un clásico reloj de madera que hacía un pequeño ruido cada vez que pasaba un segundo.
— . . . Mierda - Dijo antes de agachar la cabeza, recordando todo lo sucedido.
Aquella noche, tras tan brutal combate, Rangel vio como Charly, sangrando a cántaros, se mantuvo de pie por un buen rato hasta que las autoridades llegaron al área. Únicamente se permitió el lujo de desmayarse cuando presenció con sus dos ojos que Rolando era llevado en camilla a una ambulancia… por cierto, también se llevaron a Charly en una camilla cuando se desmayó. Charly había dormido por 2 días en el hospital hasta que despertó por la mañana, justo a tiempo para una cita con los odontólogos del área quienes ahora mismo se estaban encargando de colocarle algunos dientes falsos a su ahora devastada dentadura.
En cuanto a Rangel, por suerte no tenía heridas mayores. Estaba agradecido de seguir en una pieza aunque no tanto del hecho de que nadie parecía haberse dado cuenta de lo sucedido, no escucho ni a una sola persona hablar de cómo un boxeador profesional allanaba la casa de alguien y casi matarlo a golpes. Era… extraño… Pero tal vez lo más extraño fue lo que había escuchado de los médicos; Tal parece que Rolando estaba prácticamente ileso, pese a recibir el golpe de un bate a la cabeza y ser apuñalado por un trozo de cerámica solo para después ser estrangulado hasta desmayarse, Rolando Buitrago… estaba prácticamente ileso…
. . .
Lo dijo antes y lo volvería a decir, Rolando Buitrago era todo un monstruo, pero… pensar que Charly había sobrevivido a semejante fuerza en aquellos golpes… eso también era un poco aterrador. Volviendo al presente: Tras casi 2 horas de espera, Charly y Rangel salen del lugar con un pequeño recuerdo de despedida: Prótesis dentales.
— Uy, ¡son azules! No sabía que esas cosas venían en colores -
— Estás son temporales, debo usar estas cosas por un tiempo hasta que tengan la prótesis real lista -
— ¡Te quedan bien! -
— . . . Preferiría mis dientes reales -
— Ains, que pesimista -
— Seh, así soy yo… ¿Qué has sabido de Rolando? -
— Pues no es mi intención ofenderte pero ese tipo nos dio la paliza de nuestras vidas mientras que nosotros a duras penas logramos causarle un moretón o algo asi dijeron los doctores -
— Irá a la cárcel? -
– Obviamente! Ese tipo entró a tu casa sin permiso, luego hizo un desastre y para rematar nos mandó al dentista a punta de golpes! ¡Claro que irá a la cárcel! -
– Entonces… dónde están los policías? -
— Uuuh… que? -
— Ya sabes, Policías. En serio ocurrió tanto desastre y ni un solo oficial vino a pedir testimonios o algo asi? Quiero decir… Que no pasará se me hace raro… -
— Huh… puede que ahí tengas un punto -
El dúo de amigos se tomó su tiempo para pasear, ambos habían recibido fuertes golpes la noche anterior así que ahora mismo solo querían distraerse con cualquier cosa, realmente no importa con que. Fue una buena oportunidad para pasear por la ciudad, una caminata tranquila en la cual Rangel saludaba o era saludado en cada esquina.
— Eres famoso o algo así? -
— Eh? Para nada! Solo tengo varios amigos por aquí y por allá, ¿qué hay de ti? ¿Cuándo despega tu carrera de boxeador profesional? -
— Después de que Rolando, un semi campeón, me sacará la mierda a golpes? Olvidalo, el boxeo no es para mi… al menos no profesionalmente -
— EEEEEEH???? De que hablas, hombre!? Eres muy bueno! Estuve ahí, vi como lanzabas esos golpes en el ring! — para demostrar su argumento, Rangel empezó a lanzar golpes al aire
— . . . No lo creo… — Charly miró sus manos — . . . Rolando hizo algo en esa pelea, no tengo ni idea de qué demonios fue pero era como si todo mi cuerpo se moviera directamente hacia sus puños… paso lo mismo en mi casa… -
— Creo… Creo que se a que te refieres, me mandó a volar bastante fácil, se habrá dopado? -
— ¿Desde cuándo los esteroides dan poderes? -
— ¡Hey! No subestimes a la súper fuerza! -
— Bueno, poderes que no tengan que ver con la fuerza -
— ¡Eso-!... No, de hecho no tengo una respuesta para eso… pero no pueden ser poderes reales, cierto? No estamos en una historia ficticia de cómic o algo asi -
— Peor, tal vez estamos en un fanfic de una chica tonta escrita en una wiki -
— Vamos, seguramente solo fue la perspectiva, tal vez Rolando solo era… muy bueno? Quiero decir, es un semi campeón -
— Si, tal vez sea eso… -
No pasó nada interesante ese día, todo continuó con normalidad. Eventualmente Rangel se fue a casa y Charly hizo lo mismo, pasó la mayor parte del día ordenando su cocina tras los daños que hizo Rolando y luego dedicó el resto de su tiempo a ver la televisión. Se le hacía muy extraño él como en todo el día, el canal de noticias local no comentó ni una sola vez sobre lo sucedido. Era como si lo sucedido con ese tipo no tuviese importancia, un Semi campeón del boxeo allanó una casa y casi mata a sus ocupantes pero las noticias solo hablaban sobre cómo un hospital batió el récord de pacientes recuperados por año… No, espera, de hecho eso es importante, bien por ellos.
En fin… tampoco es como si Charly hubiera esperado un buen resultado para todo esto. Lo único que podía hacer era simplemente seguir con su vida, hacer sus cosas y poco más. Despertar una mañana, arreglarse y salir a dar un paseo era una rutina normal, común y corriente, una que se ajustaba bastante bien a él. Sólo era un tipo normal, sin resaltar, manteniendo el estatus quo como siempre lo había hecho. Amarillo By Morning era un pueblo comun aunque con una historia interesante, era extraño pensar que toda esta arquitectura que lo rodeaba pudo no estar ahi. En el pasado, una gran compañía de ferrocarriles que hoy día ya ha quebrado había intentado comprar los terrenos de todo el pueblo cuando aún era un lugar pequeño. Curiosamente no sabia cual era exactamente la razón, a fin de cuentas hay demasiado terreno por el cual aquellos ferrocarriles podían pasar… Aunque tampoco es como si eso importara, las historias dicen que una chica local acompañada de un nativo de la zona y una extranjera fueron capaces de hacer retroceder a la compañía por medios que se desconocen aún hasta el día de hoy.
Si Charly no recordaba mal, el nombre de esa chica era… Quintero. Mazaya Quintero.
De hecho no lo recordaba, lo acababa de leer. En la ciudad había una pequeña plaza donde había una estatua de bronce con las figuras de los defensores del pueblo junto a un resumen de la historia. Algo extraño sobre estas estatuas y que resaltaba bastante a la vista era el hecho de que los rostros de las personas a las que hacen homenaje son desconocidos: La extranjera lleva una máscara incluso en su estatua y las cabezas del nativo y la chica están desaparecidas.
¿Por qué vandalizar tanto un monumento como este? ¿Cuál era la necesidad? Realmente Charly no lo sabía y su mente tan simple como ella sola no podía dar con ninguna conclusión más allá de: “lo hicieron porque quisieron”
En fin, su caminata debía continuar, no?
Realmente no habían muchos lugares turísticos en esa ciudad aparte de las estatuas que ya había mencionado, tampoco es como que hicieran falta. Amarillo By Morning estaba bastante bien posicionado y era lo suficientemente grande como para que la economía local pudiera mantenerse relativamente bien. ¿Qué tal dar una vuelta por una pequeña cafetería local? Nada mejor que un buen café por la mañana, cierto? Si eso era lo mejor, entonces que sería lo peor? Esa es una pregunta que puede variar mucho dependiendo de la persona pero al menos para charly, un par de policías deteniendolo en una esquina ciertamente era una molestia
— ¿Eres Charly? - Pregunto un oficial desalineado y de cabello amarillo. - Necesitamos que venga con nosotros por un momento, será rápido —
— Uh… seguro —
Lamentablemente para él, esto no tuvo nada de “rápido". Subió a la patrulla y dieron marcha hacia la comisaría más cercana, durante todo el viaje hubo un incómodo silencio qué no pronosticaba nada bueno. Al llegar, acompañó a los oficiales por las instalaciones y llegando a su destino quedó justo afuera de una sala de interrogatorio junto a un grupo de oficiales de policía observando atentamente a una persona detenida: Rolando Buitrago.
Supuso que le pedirian su versión de la historia o algo similar, se habían tardado un poco, pero se sentía un poco más seguro ahora que estaba allí. El problema era que, desde que llegaron, aunque él no había dicho nada, ellos tampoco. Los oficiales habían estado tan callados como él, limitándose a escuchar el interrogatorio.
— ¿Ya está aquí? -
— Si, justo afuera de la habitación -
— Diganle que entre, es un invitado después de todo -
El policía salió de la habitación con pasos firmes, echando a Charly un vistazo de arriba abajo antes de inclinar ligeramente la cabeza, indicando que lo siguiera. Sin prisa, Charly caminó tras él hacia la sala de interrogatorios sintiendo cómo el eco de sus pasos rompía el tenso silencio del pasillo. Al cruzar la puerta, sus ojos se encontraron de inmediato con la sonrisa de Rolando quien parecía disfrutar del momento con una calma inquietante. Charly se sentó frente a él y optó por permanecer en silencio aguardando pacientemente a que el contrario comenzará su inevitable monólogo.
— Entonces… Charly, cierto? Hombre, fue una buena pelea, ¿no crees? No fue mi mejor momento, lo ito, pero incluso así pudiste defenderte bastante bien. ¡No pareces muy herido!” Entonces, si… fue divertido y todo pero deberíamos olvidarnos de este asunto! Ya sabes, esconderlo bajo la alfombra y hacer como que nada pasó, que me dices? -
— . . . Estas hablando en serio? Entraste en mi casa, nos diste una paliza a mi amigo y a mi y ahora que los oficiales te están procesando pides una conversación conmigo y me pides que simplemente me olvidé de todo? -
— ¡Exactamente! Lo entendiste bastante rápido Charly! De hecho, demasiado rápido. Normalmente la gente tendría algo de miedo cuando hablan con la persona que casi los mata jaja -
— Y lo ites tan campante, descarado -
— ¡Oh, vamos! ¡No hace falta que estés tan molesto! Especialmente porque esto te conviene, ¿no? -
— . . . Que? -
— Demonios, pensé que lo habías entendido. Lo pondré de esta manera… ¿Por qué crees que tengo tanta confianza aquí y ahora? La respuesta es simple, Charly, ¡No pueden arrestarme! -
— . . . -
— Huh? ¿Qué pasa? Creí que estabas molesto, Charly -
Este solo lo miró inexpresivo, tal vez este era el tipo de cosas por las que una persona normal comenzaria a despotricar pero… Charly no era así. Él era bastante más “seco” en comparación a otras personas, simplemente permaneció en silencio pensando en cómo manejar la situación. Por un lado le gustaría creer que Rolando no estaba en control de la situación pero la cruel realidad es que había más de 3 policías fuera de la habitación, escuchando con atención y sin interrumpir, ergo, si Rolando decía cosas como esas, probablemente era porque confiaba en que no habría represalias.
— Déjame explicarlo de esta forma - aclaró Rolando antes de continuar. — Digamos que… no estaba en mis cabales cuando fui de visita a tu barrio, sabes? -
— Eso era obvio, no? -
— Idiota. ¿No te preguntas cuál podría ser la razón de eso? -
— Drogas, por supuesto -
— Idiota! Aunque… No te equivocas. No es algo que me enorgullezca pero esa noche tuve que… bueno, me ahorro detalles, dejémoslo en qué compré un producto bastante peculiar, sabes? El tipo de peculiar que este pueblo prefiere mantener discreto… Y que sería un gran, GRAN Problema si se llegase a hacer público. Y bueno, a cambio de mi silencio, quedaré en libertad. -
— Ya veo, ¿una droga local entonces? Y por qué yo debería permanecer en silencio sobre esto? -
— Por qué te matarían si no lo hicieras, por supuesto! Nadie quiere que esto se sepa, eso no les conviene y a mi carrera tampoco así que como dije antes, que tal si lo ocultamos todo bajo la alfombra y hacemos como que no paso nada? -
— Sabes muy bien que no quedaré conforme con eso -
— Estarías conforme conmigo entre rejas? Nadie está conforme después de que les ganen en una pelea! Solo tienes que seguir con tu vida, no es tan difícil -
— . . . Que yo sepa, gane esa pelea -
Rolando frunció el ceño. — Solo una de dos… ¿Qué tal un desempate? -
— Si no hay Drogas de por medio, adelante -
—. . . Bah, Pasó de tratar con Idiotas con cara de muerto como tu - Mientras decía esto, Rolando sacaba de su bolsillo un cigarro y un encendedor con los que comenzó a fumar. — Pero se que podemos llegar a un acuerdo… -
— ¿Cómo? -
— Como… Yo podría darte una pequeña muestra del producto, tu te quedas en silencio, nadie va a tu casa para matarte, mi carrera no se hunde más de lo que ya está y todos quedamos felices y contentos -
Con esas palabras, Rolando dejaba sobre la mesa de la habitación una especie de Galleta en una bolsa de plástico y la empujaba un poco hacia el lado de Charly quien la tomó despacio y analizo con cuidado
— ¡Es lo que es, Detective! No verás más detalles solo viéndola por media hora, Guardias! -
La puerta se abre y dos policías entran.
— La verdad no quiero escuchar tu respuesta, niño. Solo toma esa cosa y lárgate de aquí antes de que te metas en más problemas -
— . . . Estaré esperando esa revancha, no te vayas a echar atrás -
Así pues, Charly se puso de pie y se retiró de la habitación siendo escoltado por los policías hasta afuera de la comisaría y camino hacia una de las patrullas listo para volver a casa
— Uh… que haces? -
— Pues… Subo a la patrulla? -
— Lo siento chico, tendrás que caminar hasta tu casa -
— . . . -

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Mazaya, Asaka y quequeeg