Lentamente Charly abre la puerta que daba a su jardín, rápidamente escaneó con la mirada todo el lugar, en busca de cualquier cosa que podría parecer sospechosa o que hiciera un poco de movimiento… Nada, absolutamente nada.
Sin embargo, ya había oído los ruidos, así que sin dudas había algo aquí ¿Tal vez un animal pequeño? ¿Un perro o un gato? Lentamente Charly bajó la guardia ante esta posibilidad, un grave error.
“CHARLY” - Un grito profundo resonó en el lugar instantes antes de que un fuerte golpe impactará de lleno en el rostro del Peli-Azul, haciéndolo caer sobre su espalda, cruzando la puerta del jardín y entrando de nuevo a su casa.
“¡¿Qué rayos!?” - Con un tono molesto, Charly se apresuró a ponerse de pie tan rápido como pudo. Tomó un poco de distancia y entonces lo vio. Ahí estaba el agresor, Rolando Buitrago.
“¿¡Qué coño haces aquí!?” - pregunta Charly, enojado y nervioso por igual. Al terminar su pregunta, noto el fluir de pequeñas gotas de sangre desde su nariz, parece que el golpe que recibió era más fuerte de lo que pensó.
“¡Tú sabes muy bien porque estoy aquí, underdog!” - Con una sonrisa falsa, Rolando se da la libertad de caminar al interior de la casa.
“¿¡Pensaste que podrías ponerme a mí, Rolando Buitrago, en una situación como esa frente al público, y aún así salir impune!?”
“¡ME HUMILLASTE! ¡Te atreviste a golpearme! ¡¡¡A MI, ROLANDO BUITRAGO!!!”
“¿Qué rayos, hombre? ¡Fue solo una pelea!” Respondió Charly, retrocediendo pasó a paso mientras que Rolando se acercaba.
“¿Una pelea, dices? ¡LO ERA TODO PARA MI! Mañana mi manager me conseguirá un nuevo contrato gracias a esa pelea… ¿pero sabes qué? Creo que habría llegado aún más alto si tan solo un idiota salido de la nada no se hubiese estado luciendo contra mi, ¡un boxeador profesional!”
“Rolando, estás haciendo algo ilegal ahora mismo. No creo que tengas muchos contratos si te metes en problemas legales ¡Largo de mi casa!”
“Oh no… oh no no no… No hasta que me deshaga de esta humillación…” La mirada de Rolando mostró odio mientras comenzaba a dar algunos pequeños saltos, un preparativo usual para algunos luchadores de Boxeo.
“¿¡Humillación!? ¡Ni siquiera sé de qué estás hablando!”
“Da igual… en guardia!” Con un movimiento rápido, Rolando acortó distancias lanzando un fuerte y veloz jab.
Con una reacción aún más rápida que los movimientos de Rolando, Charly logró cubrirse al levantar sus brazos en una defensa de boxeo. Lastimosamente, aquella fuerza sobrehumana que Rolando demostró en el combate de hace rato volvió a hacer acto de aparición. Sin poder ejercer mucha resistencia, Charly salió disparado al otro lado de la habitación, chocando directamente con una pared.
“¡Ugh!” - El golpe lo recorrió de pies a cabeza. Charly tuvo problemas para mantenerse de pie. Alzando un poco la mirada, pudo ver el puño de Rolando yendo directamente hacia su rostro.
Actuando por instinto, Charly Salto hacia su lado derecho a tiempo para esquivar el golpe de Rolando, el cual atraviesa la pared sin mucho problema, abriendo un gran hueco en esta del cual parece quedarse atorado - “¡Vuelve!” - Gritó Rolando mientras veía a Charly escapar más al interior de su casa.
Ahora en su sala, se apresuró a buscar un arma con la cual poder defenderse. Tomando una pistola de defensa personal que había comprado hace ya unos años y de la cual pensó jamás tener que usar.
La levantó, apuntó y disparó en el momento en que Rolando se asomó por una de las puertas.
*PUM*
*PFFF*
Ante los atónitos ojos de Charly, el movimiento de una mano de Rolando fue suficiente como para desviar la bala sin problema alguno, la cual voló directamente hacia una ventana destrozándola en el acto.
“EH, ¿¡QUE!?” - A pocos metros de ambos, Rangel Arroyo despierta de su sueño a causa del alboroto, notando al instante la presencia del intruso.
En un corto periodo de tiempo que apenas duró un par de segundos, Rolando lanzó un fuerte golpe hacia la pistola que Charly sostenía, dando un fuerte impacto que superando el agarre de Charly, logra mandar a volar el arma.
Sin poder reaccionar, Charly recibe un nuevo impacto, esta vez en su estómago, un golpe lo suficientemente fuerte como para dejarlo sin aire y hacerlo tambalear. Pese a eso… claramente no tenía la misma fuerza que antes.
“¿¡Qué diablos!?” - Con prisa, Rangel se pone de pie y corre hacia Rolando con la intención de ayudar a su amigo.
“¡QUITA DE AQUÍ, MOSCA!” - Con un movimiento de su mano, Rolando libera una extraña presión en dirección a Rangel, quien no pudo oponer resistencia antes de ser arrojado contra el televisor de la habitación.
“ESTE ES MI DUEL-” Antes de poder terminar la frase, Charly logró asestar un fuerte puñetazo directo a la mandíbula inferior de su oponente. El cerebro de Rolando se sacudió como si fuese un bocadillo de gelatina, retrocediendo de forma torpe antes de caer sobre el mesón que conectaba con la cocina.
“¡Rangel!” - Gritó Charly, queriendo ir a revisar la condición de su amigo, sin embargo, se vio interrumpido por una extraña fuerza de succión que no sólo lo detuvo, si no que lo lanzó hacia su cocina. Chocando directamente con los gabinetes donde guardaba desde platos, hasta ingredientes diversos, todos y cada uno de estos objetos cayeron al suelo junto a Charly haciendo un gran estruendo en el lugar.
“¿¡ME ATACAS POR LA ESPALDA, PUTA!?” Exclamó Rolando, recuperando la compostura con claras dificultades y aún más molesto que antes, caminando débilmente hacia Charly.
“¡Esa fue… la última humillación! YO, ROLANDO BUITRAGO, TE DARÉ TAL PALIZA QUE…”
Del otro lado de la habitación, Rangel lograba ponerse de pie. Su cabello estaba de puntas fruto de una pequeña descarga eléctrica que sufrió al romper el televisor. Estaba confundido, mirando a su alrededor sin aliento hasta que encontró un arma útil, un bate de Baseball que reposaba en un estante de la sala de estar. Un pequeño recuerdo de la vida escolar de Charly y ahora un legado del pasado para salvar el presente.
“¡Dejalo!” Ahogado en adrenalina, Rangel tomó el bate, corrió hacia Rolando y le soltó un fuerte golpe directo a la cabeza.
“¡AAH! ¡HIJO DE PUTA!” - Con una respuesta llena de ira, Rolando movió su mano derecha. Sin saber cómo o el porqué, Rangel se movió directamente hacia la mano de su oponente, quien lo sujetó del cuello con una fuerza que solo pudo comparar con la de un oso.
Rolando sacudió a Rangel como si fuese alguna clase de muñeco de trapo antes de lanzarlo hacia el pasillo que daba a la entrada de la casa, Rangel voló como un personaje en una película de acción hasta atravesar la puerta, cayendo y rodando por el jardín frontal de la casa.
“UFF… UFF… ¡MIERDA!” - Rolando llevó sus manos hacia su cabeza, un intenso dolor lo recorría de pies a cabeza, culpa del fuerte golpe que había recibido antes.
“ACABANDO CONTIGO… VOY POR EL!” - Exclamó antes de levantar a Charly del suelo, sujetándolo de la solapa de su camisa y azotándolo contra una de las paredes de la cocina.
“P-Puto… ¡Monstruo!” La voz de Charly sonaba ahogada, resultado de su condición actual. Estaba cansado, adolorido, preocupado por su amigo y temeroso por su vida.
Se dice que los animales más peligrosos eran los depredadores capaces de cazar mediante el uso de sus garras y colmillos. La realidad es que los animales más peligrosos son los herbívoros, aquellos que luchan por sus vidas contra los depredadores todos los días, y que en una situación desesperada, harán todo lo que esté a su alcance para defenderse. El fragmento roto de un plato de cerámica que se clavaba en el pecho de Rolando demostraba que incluso ahora, estando casi derrotado, Charly seguía siendo peligroso.
“MALDITO!” - Rolando retrocede, sangrando por un costado de su pecho, rojo como un tomate, producto de su ira. Lanzó un golpe más contra la cabeza de Charly, causando un daño brutal.
La pared detrás de él tenía un nuevo agujero que reparar más tarde. Varios de los dientes de Charly caen al suelo en un río de sangre, consecuencia del gran impacto que acaba de recibir, sin fuerzas para mantenerse de pie, Charly cae arrodillado luchando por respirar.
“¡Aún no acabo!” - Un nuevo golpe llega con una trayectoria ascendente. Nuevamente el cuerpo de Charly fue azotado contra la pared, sin poder hacer mucho para defenderse.
“¿Voy a morir? “ pensó Charly, sintiendo como sus fuerzas habían desaparecido casi en su totalidad. Ya no podía sentir el dolor de su rostro, no estaba seguro de sus propias heridas y sólo pudo pensar en cómo su simple vida lo había llevado a este punto… Eso y que la mitad de su campo de visión se teñía de rojo, secuela de los tubos de sangre que reventaron por los impactos a la cabeza.
Se maldijo a sí mismo por su debilidad… ¿Qué clase de monstruo era Rolando Buitrago como para causar tal destrozo por sí solo? ¿Realmente iba a morir por tal paliza? ¿Aún cuando… él era un prodigio en el boxeo?
“¿Lo soy?” Se preguntó a sí mismo, dándose el lujo de pensar en su más grande talento… Se supone que él era bueno boxeando, ¿no?
. . .
Con las pocas fuerzas que le quedaban, Charly se abalanzó hacia Rolando, tomándolo directamente del cuello. Sin poder mantenerse de pie, Charly cayó al suelo, aunque sin soltar el cuello de su oponente, quien ante un cambio de balance que supone soportar el cuerpo de una persona, también cae.
“¡Que Dem-!” Luchando por mantenerse arriba, Rolando comienza a soltar golpe tras golpe a la cabeza de Charly, es entonces que lo sintió… la presión en su cuello no hacía más que aumentar.
“UGH-!” Comenzando a sentir la falta de oxígeno. Rolando entra en pánico, comenzando a luchar desesperado por ponerse de pie o librarse del agarre de Charly - “S-Suéltame!” - en un grito ahogado, vuelve a atacar a Charly.
Golpe, Golpe y Golpe tras Golpe directos al rostro del peli azul, quien se aferraba con todas sus fuerzas al cuello de su oponente. Tenía miedo, miedo de morir aquí. Miedo de morir sin haber sido capaz de defenderse ante un cretino como Rolando. Miedo de morir sabiendo que nunca había sido capaz de hacer algo significativo en su vida… no… él no iba a morir, no aquí.
“¡SUELTAAAAAAAAA!”
El grito de Rolando resonó por toda la cuadra y luego… silencio…
Silencio… mucho silencio… lo único que resonaba en toda la casa era el cantar de algunos grillos que entraron desde la puerta que daba hacia el jardín.
“Ug… Uuuuuugh…” - Un muy adolorido Rangel se ponía de pie en el jardín delantero de aquella casa. Le dolían mucho los brazos, todo a su alrededor parecía dar vueltas y vueltas…
“Cha-Char… ¡Charly!” - A duras penas fue capaz de caminar hasta la ahora destrozada puerta principal de la casa. Al entrar, el peso de su cuerpo fue demasiado para sus heridas piernas por lo que tuvo que dejarse caer sobre una de las paredes, continuando su caminata gracias al apoyo de la estructura.
“Charly… Charly… viejo… ¿sigues ahí?” - Llegando a la sala de estar, Rangel mira lentamente la escena, todo era un desastre… la televisión estaba dañada, los platos se esparcen en fragmentos por casi todo el piso, un bate de Baseball en el suelo… Sangre… un tipo musculoso que no conocía pero que sentía haber visto antes estaba en el suelo, muy posiblemente muerto, y…
Charly estaba ahí, de pie frente a su lavaplatos, llenando un vaso con agua del cual toma un profundo tragó haciendo lo posible para calmar sus nervios, Juzgando por su mano temblorosa, no funcionó.
¿Entonces por qué? ¿Por qué Charly… sonreía?
“Amigo… ¿estás bien?”
“. . . Mejor que nunca, Rangel.”

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Rip rolando