Inhumanos Nuevo génesis

Los inhumanos son un grupo de héroes muy poderosos que poseen habilidades especiales, sin embargo han sido muy ignorados por la sociedad debido a que veces se les confunde con los X-men. Hoy veremos cómo este grupo de personas encontrarán un nuevo hogar en la tierra principal

En alguna tierra del multiverso

El trono de Attilan, agrietado y bañado por la luz roja de una fisura interdimensional que rompe el cielo. Las incursiones han comenzado a consumir la realidad.

Medusa (voz baja, mirando al cielo): Cada día es más violento... cada fisura trae más silencio.

Black Bolt, rey de los Inhumanos, observa en silencio desde lo alto del balcón real. Sus ojos brillan con una mezcla de poder contenido y resignación. El mundo que gobiernan está muriendo.

Karnak (entrando apresuradamente): Las grietas se han expandido hacia los sectores este. No queda mucho. Ni para Attilan… ni para este universo.

Medusa (con firmeza): ¿Alguna noticia de los mutantes?

Karnak: Los X-Men han abandonado su tierra. Charles Xavier ha liderado a los suyos hacia la Tierra Prime. Un nuevo comienzo.

Black Bolt asiente lentamente. Su rostro no necesita palabras. Medusa lo comprende. Es hora de actuar.

La familia real de los Inhumanos se reúne: Crystal, Gorgon, Karnak, Triton, y algunos jóvenes Inhumanos miran a los monitores mostrando la desintegración de la realidad. Hay miedo, pero también decisión.

Medusa (levantando la voz): El multiverso se cae a pedazos. Hemos visto desaparecer realidades que creímos eternas. Attilan ha sido nuestro hogar por generaciones... pero ya no lo será más.

Gorgon (golpeando el suelo con su puño): ¿Y si el mundo nuevo no nos acepta? ¡No olvidemos que los humanos temen a lo que no comprenden!

Karnak (cruzado de brazos): También temen a lo que no pueden controlar. Pero esta no es una elección, Gorgon. Es una necesidad.

Crystal abraza a una joven Inhumana que llora en silencio. Triton, desde su tanque de agua, emite un leve sonido de empatía.

La cámara gira hacia un gigantesco círculo de tecnología Kree mezclada con energía inhumana. El portal está casi listo.

Black Bolt, vestido con su traje real y la insignia de Attilan brillante en su pecho, se acerca al dispositivo. Sus manos se extienden, tocando la energía cruda con suavidad, controlándola sin emitir un solo sonido. Un zumbido profundo resuena, como si el universo mismo le respondiera.

Medusa (acercándose a él): Nunca pensé que nos veríamos obligados a dejarlo todo. Pero contigo a mi lado... no temo lo que viene.

Black Bolt le responde con una leve mirada. En sus ojos hay amor, dolor… y determinación absoluta.

Karnak: El portal nos llevará directo a la Tierra Principal. Pero no será fácil adaptarse. El linaje inhumano es una leyenda para muchos… y una amenaza para otros.

Medusa (mirando a todos):Entonces reconstruiremos no solo Attilan, sino la imagen de lo que somos. Unidos, incluso en un mundo que no nos conozca.

Black Bolt da un paso al frente. Levanta su mano hacia el centro del portal, concentrando su energía.

Una onda de vibración lo rodea sin hacer ruido alguno. El portal se enciende con una luz azul vibrante, revelando una vista distorsionada de la Tierra principal: océanos más vastos, continentes parecidos… pero un destino aún incierto.

Los Inhumanos están alineados frente al portal, sus ojos reflejando memorias de lo que fue su hogar. Cristales rotos, edificios agrietados, el eco de una civilización poderosa… muriendo en silencio.

Crystal (en voz baja): Adiós, Attilan…

Gorgon, Karnak y Triton cruzan el portal uno a uno. Medusa gira una última vez, observando las torres de su ciudad. Coloca una mano sobre el brazo de Black Bolt.

Medusa: Hagámoslo por ellos. Por los que no podrán cruzar.

Black Bolt asiente, y juntos entran en el portal mientras las estructuras de Attilan colapsan lentamente detrás. El último vestigio de una tierra condenada… antes del salto a un nuevo comienzo.

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los Inhumanos avanzan a través del portal interdimensional. Alrededor de ellos, fragmentos de realidades desaparecen como espejos rotos que se disuelven en el vacío.

[Interior del Portal – Espacio interdimensional, inestable y vibrante]

El túnel dimensional creado por Black Bolt y los sabios de Attilan es una maravilla tecnológica que cruza las grietas del multiverso. Sin embargo, lo que alguna vez fue estable, ahora está plagado de distorsiones. Ecos de realidades destruidas resuenan entre sus paredes, dejando visiones fugaces: ciudades destruidas, cielos colapsando, héroes y villanos desapareciendo entre sombras.

Crystal (temblando al ver una imagen de Attilan destruido en otra realidad) : ¿Cuántos mundos han caído…?

Triton (en voz baja, desde su cápsula acuática): Demasiados. Y pronto podría ser el nuestro si no actuamos.

Medusa mira hacia los fragmentos de luz que flotan como cenizas. Se aproxima a Black Bolt, que camina al frente de la formación, guiándolos con su control silencioso sobre el portal.

Medusa (su voz temblorosa, pero firme): Blackagar… ¿tú sabes quién causó esto? ¿Quién está detrás de las incursiones?

Black Bolt se detiene unos segundos. Sus ojos se fijan en una imagen fugaz: una figura encapuchada rodeada por mundos derrumbados… Mister Sinister, Kang, e incluso versiones oscuras de antiguos aliados aparecen por un instante.

Lentamente, con un gesto de manos, Black Bolt traza una línea descendente y luego un círculo incompleto:

Alguien que cayó… alguien que regresó.

Medusa (asintiendo): Derrotado… pero no vencido.(suspira)Entonces podría ser cualquiera. Kang… Doom… incluso algo peor.

Karnak (desde atrás, cruzando los brazos): Hay una lógica en el caos. Las incursiones no destruyen por azar. Se dirigen a los pilares, a los núcleos más fuertes de cada realidad.

Gorgon: ¿Entonces por qué dejar nuestra tierra casi al final?

Karnak (mirándolo): Porque nosotros ya estábamos condenados. Y nadie lanza un arma a un cuerpo muerto. Pero ahora que vamos a la Tierra Principal… somos un nuevo objetivo.

Silencio. La tensión es palpable.

Medusa (acercándose más a Black Bolt): ¿Crees que estaremos a salvo allá? ¿Después de todo lo que hicimos en nuestra realidad… los errores, las guerras…?

Black Bolt la mira. Extiende una mano y roza suavemente su rostro. Un gesto de confianza. Él no lo sabe con certeza, pero lo intentará. Por ella. Por todos.

[Transición – El portal se estrecha, un remolino final anuncia su salida.]

[Exterior – Tierra Principal, Ruinas de Attilan – Día nublado]

El portal se abre en medio de un valle rocoso, oculto tras montañas en alguna región oculta del planeta. Los Inhumanos emergen uno a uno, cubriéndose del viento seco que sopla entre las ruinas.

La cámara revela las columnas caídas de un viejo Attilan. Están en las ruinas de una versión pasada de su ciudad… una Attilan olvidada, abandonada siglos atrás en esta realidad. El lugar, cubierto por musgo y grietas, tiene restos de inscripciones en su idioma, apenas visibles.

Crystal (sorprendida): Este… ¿este lugar… existió aquí?

Triton: Parece que sí. Otra Attilan… en otra era.

Karnak (agachándose a leer una inscripción en piedra): Los hijos de la niebla serán olvidados, pero su eco guiará la evolución.(mira a los demás)— Una advertencia… o una profecía.

Medusa camina entre las ruinas, su cabello ondeando con la brisa. Se detiene frente a lo que alguna vez fue el trono.

Medusa (en voz baja):Tal vez aquí… podamos empezar de nuevo. No como reyes… sino como guardianes.

Black Bolt observa el entorno con ojos serenos. No hay lujos. No hay seguidores. Solo piedra, polvo y espacio para construir.

Gorgon (sacando una estaca del suelo): Si vamos a hacer de esto un hogar, necesitaremos protección. No sabemos si este mundo nos querrá aquí.

Crystal: Entonces haremos lo que siempre hacemos… sobrevivir. Adaptarnos.

Triton: Y asegurarnos de que nadie más caiga como lo hicimos nosotros.

Medusa (mirando a todos): Nuestro reino fue destruido. Pero nuestra gente no. Este será Attilan de nuevo. Y esta vez, será algo más que una ciudad… será esperanza.

Black Bolt, con mirada decidida, alza su mano y señala el suelo. Su orden es clara: comiencen la restauración.

[Los Inhumanos se dispersan, recogiendo materiales, limpiando zonas, y preparando estructuras.]

Las ruinas de Attilan retumbaban con el sonido del trabajo. Cada piedra levantada, cada columna restaurada, marcaba el inicio de una nueva era. Los Inhumanos, guiados por Black Bolt y Medusa, reconstruían no solo un reino, sino su identidad perdida.

En el centro del viejo trono, ahora cubierto por herramientas y mapas de energía, Black Bolt observaba en silencio, mientras Medusa coordinaba con Crystal y Gorgon sobre las defensas. Karnak inspeccionaba el perímetro, buscando puntos débiles. A pesar del desgaste, había esperanza en el aire.

Pero en los bordes del valle, mucho más allá de las ruinas, la oscuridad comenzaba a gestarse.

En una antigua caverna enterrada bajo tierra, oculta entre escombros y raíces, la locura tejía su telaraña.

Maximus el Loco, cubierto con una capa polvorienta, reía solo frente a un plano hecho a mano. Los restos de tecnología kymeliana y armas rotas estaban regados por el lugar. A su lado, figuras sombrías emergían del humo: antiguos enemigos de los Inhumanos. Entre ellos estaban Lineage, The Unspoken, y Maelstrom.

Maximus (con tono exaltado, señalando el mapa): Ellos piensan que el destino puede reconstruirse como si fuera una torre de naipes… ¡como si la historia no tuviera memoria! Attilan cayó… y no por accidente. Fue un error que necesitaba corregirse. Y ahora lo repiten, como idiotas.

Lineage (cruzado de brazos): ¿Y qué propones, Maximus? Un asalto frontal. ¿Otra guerra civil?

Maximus (riendo): No, no… he aprendido. Esta vez no se trata de fuerza. Se trata de simbolismo. De quitarles el suelo bajo los pies. De volver su nuevo hogar en una trampa.

Camina por la caverna, agitando una esfera de energía inhumana que parpadeaba con fuerza.

Maximus: Esta reliquia que robé antes de huir… puede alterar la atmósfera genética de este lugar. Hará que su preciada niebla Terrigen… se vuelva tóxica.

The Unspoken (con voz grave): Matarías a los tuyos.

Maximus (con una sonrisa torcida): ¿Acaso ellos aún son mis “míos”? Desde el día que me desterraron… desde que Blackagar me condenó a ser el loco del margen, dejé de ser parte de ese linaje podrido.

Maelstrom se acercó al mapa y tocó una sección marcada en rojo: el pozo central de Terrigen bajo Attilan.

Maelstrom: Si atacamos desde aquí, la reacción será inmediata. Se desestabilizará toda la estructura de regeneración que están levantando.

Maximus: Exactamente. Quiero que cuando miren su paraíso... vean su tumba.

Mientras tanto, en las ruinas de Attilan...

Karnak avanzaba por un pasaje lateral de las ruinas, deteniéndose de repente. Se inclinó y tocó una grieta en el suelo, luego miró hacia las montañas.

Karnak (para sí mismo): Hay algo... que no encaja.

Gorgon caminaba hacia él, levantando unos escombros para reforzar la entrada principal.

Gorgon: ¿Otra grieta más? Esto es una ruina, ¿qué esperas?

Karnak (mirándolo con seriedad): No. Esta grieta es nueva. Y viene desde abajo… no desde el colapso.

En el centro de la ciudad, Medusa notaba un extraño cambio en el viento. Su cabello flotaba ligeramente hacia el este, como si algo alterara el flujo natural de energía.

Medusa (volviéndose a Black Bolt): ¿Lo sientes? Hay… algo vibrando. Como si la energía Terrigen estuviera… contaminada.

Black Bolt asintió lentamente. Su ceño se frunció. Daba un paso y colocaba su mano sobre el suelo, cerrando los ojos. Un impulso sutil, como un eco, se le devolvió. No era natural.

Crystal (llegando corriendo): ¡Gorgon dice que encontraron una cámara subterránea agrietada! Algo está drenando energía hacia abajo.

Medusa miró a Black Bolt.

Medusa: No es una grieta cualquiera. Están socavando la ciudad desde adentro…

Karnak, que había regresado, se acercó.

Karnak: Es Maximus. Estoy seguro. Sólo él tendría la combinación de odio y genio para intentar algo así sin que lo notáramos.

Medusa (furiosa): ¡De nuevo él! ¡Otra vez socavando nuestra gente! ¿Cuánto más daño puede hacer…?

Black Bolt se mantuvo en silencio. Sus ojos se endurecieron. Dio la orden sin palabras, con un gesto marcado y firme: vigilancia total. Nadie entra ni sale sin autorización.

En la distancia, en lo alto de un risco que da vista directa a Attilan, Maximus observa con un catalejo rústico. A su lado, la esfera vibrante de energía brilla cada vez más intensamente.

Maximus (murmurando): Así empieza… no con un rugido… sino con una traición.

Sus aliados se posicionan en los bordes de la montaña. Las máquinas están listas, los túneles cavados, y la trampa activada.

Maximus (levantando la esfera con ambas manos): Adiós, hermanos. Este será su último acto como Inhumanos.

las ruinas de Attilan empezarían a estar envueltas por una tormenta negra de energía inhumana, mientras Black Bolt y Medusa observan la montaña con preocupación creciente.

La noche había caído sobre Attilan, pero el cielo no era oscuro, sino rojo. Las tormentas de energía se agolpaban sobre las cúpulas semi-reconstruidas del reino perdido, ahora renacido. Era el día en que la esperanza y la locura se enfrentarían por última vez.

Las primeras explosiones se escucharon desde el sector este. Lineage, envuelto en un aura púrpura corrupta, emergió desde los túneles que habían cavado en secreto. Junto a él, The Unspoken alzaba su garrote de energía genética con una sonrisa salvaje. Desde lo alto de la montaña, Maelstrom flotaba como un espectro oscuro, rodeado de rayos de niebla Terrigen contaminada.

Y en el centro, el arquitecto de la traición: Maximus el Loco, con su esfera activa vibrando sobre el pozo principal. Todo estaba listo para el colapso.

Pero los Inhumanos estaban preparados.

Desde la cúpula central, Medusa avanzó con determinación, su cabello flotando como serpientes vivas, envuelta en una armadura ceremonial. Black Bolt caminaba a su lado, con el ceño fruncido. No necesitaban palabras.

Medusa (gritando a los enemigos): ¡Han venido a destruir lo que no comprenden! ¡Pero Attilan no caerá esta noche!

Maximus (riendo): No caerá, ¡se elevará! Como un monumento a mi nombre. Cuando toda su historia quede convertida en polvo, el único nombre que recordarán será el mío.

La batalla comenzó.

Medusa se lanzó directamente contra Maelstrom, su melena convertida en látigos afilados que cortaban el aire. Maelstrom esquivó hábilmente, lanzando ráfagas de niebla corrupta, pero Medusa giraba, saltaba, bloqueaba, cada ataque con movimientos feroces, su furia como reina desatada.

Karnak y Crystal atacaron por el flanco, usando el terreno y los elementos a su favor. Crystal convocó lluvias ácidas para neutralizar la niebla negra, mientras Karnak encontraba los puntos débiles del suelo para hacer que las bestias de Lineage cayeran en sus propias trampas.

The Unspoken golpeaba con fuerza bruta, enfrentado a Gorgon, ambos titanes chocando como montañas vivas. Gorgon, con sus pisadas sísmicas, partía el suelo en fragmentos, mientras The Unspoken lo arrastraba por los escombros con su arma cargada de siglos de rencor.

Y en el centro, en lo alto del altar donde todo comenzó, Black Bolt y Maximus se enfrentaban.

Maximus (jadeando): ¡Vamos, hermano! ¡Habla! ¡Hazlo! ¡Termina esto como siempre lo haces! ¡Destrúyelo todo!

Pero Black Bolt no emitió ni un susurro. En lugar de eso, se movía con velocidad letal. Sus golpes eran precisos. Su mirada, implacable. Maximus trataba de defenderse con tecnología robada, lanzando rayos y descargas, pero Black Bolt se deslizaba entre los ataques, hasta alcanzarlo.

Maximus (sangrando, riendo): ¿Crees que ganaste? ¡Esto ya empezó! ¡Lo que viene es más grande que tú, que todos nosotros!

En un último intento de destrucción, Maximus activó la esfera. El suelo comenzó a temblar, el pozo de Terrigen se tornó negro, pero antes de que se desatara el desastre, Black Bolt colocó su mano sobre la esfera… y liberó un suspiro.

Fue suficiente.

El suspiro rompió la esfera sin destruir el valle. Fue un sonido tan leve como un pensamiento, pero tan poderoso como una tormenta. Maximus fue lanzado contra la pared de piedra, inconsciente.

En otros puntos del campo...

Medusa logró derribar a Maelstrom con un movimiento rápido, atrapándolo con su cabello y lanzándolo contra un muro. Karnak y Crystal neutralizaron a Lineage con una combinación de ataques eléctricos y fracturas en el terreno.

Gorgon rugía al cielo, pisoteando a The Unspoken en el suelo mientras gritaba con orgullo: ¡Attilan vive!

Con los villanos vencidos, los rayos de energía oscura comenzaron a disiparse. Sin embargo, los enemigos no serían capturados tan fácilmente.

Lineage se levantó lentamente, sonriendo con sangre en los labios.

Lineage: Esto no fue una guerra… fue solo un aviso. Lo que viene no podrán detenerlo.

Maelstrom: Las realidades se han colapsado, pero el núcleo sigue vivo. Ustedes han ganado un refugio, no la paz.

Maximus, apenas de pie, miró a Black Bolt con una expresión mezcla de odio y tristeza.

Maximus (casi en un susurro): No me odies por ver el futuro antes que tú…

Con un gesto rápido, Maelstrom abrió un portal oscuro. Los tres villanos se lanzaron dentro, dejando tras de sí un silencio espeso.

Pasaron las horas. La batalla había terminado. Los Inhumanos estaban heridos, pero vivos.

En el centro de la ciudad, Charles y Medusa caminaban entre los escombros. Crystal ayudaba a los heridos, Gorgon recogía a los caídos, Karnak meditaba bajo un árbol roto.

Medusa (mirando la ciudad): Fue más de lo que esperábamos.

Black Bolt, a su lado, asintió lentamente.

Medusa (mirándolo): Pero sobrevivimos. No solo eso… resistimos. Esta vez no escapamos. Esta vez… luchamos por nuestro hogar.

Black Bolt puso una mano sobre su hombro. Por primera vez en mucho tiempo, Medusa sonrió con orgullo.

Al final del día, los Inhumanos volvieron al trabajo. Reparaban muros, reforzaban defensas. Ni una sola palabra fue dicha, pero todo estaba claro:

Attilan vive. Y mientras viva, los Inhumanos también.

Desde un risco lejano, una sombra los observaba. La silueta de un nuevo enemigo… o quizás de uno antiguo, aún por revelar.

Y así, con los ojos fijos en el horizonte, los Inhumanos reconstruyen, sabiendo que esta fue solo la primera batalla… de muchas.