ＭＯＯＮＣＨＩＬＤ - (ᴋᴏᴋᴏʀᴏ & ʏᴏᴜ)

¡Hola!

#BlogsPSCB

Nuevamente el #Teampscb

trae un nuevo blog. En este

caso Parampam^^

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La historia esta inspirada

en Moonchild de RM, y

cuando digo que esta ins-

pirada es porque tomé

parte de la letra y la relate,

bastante literal, es decir,

no teniendo en cuenta el

signficado detras de la

canción sino en su ya

nombrada letra.

Dato, literalmente me fui

a caminar AL SOL para que

me venga la inspiración Y

YO LE TENGO MIEDO AL

SOL. Pero bueno, me salió

esta joyita que me encantó jeje.

Como todas mis historias

esta es bastante larga,

tiene más de 1000 pa-

labras, perdón. Pero

si no llegan a entender

al final habra una ex-

plicación :) leeanla.

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A Kokoro sin lugar a dudas le gustaba la noche. Tenía aquella peculiar aura que la hipnotizaba. Quizás fuera la luna, que hacía brillar todo a su alrededor. O quizás era la chica apoyada en la farola de enfrente a su casa.

Llevaba años allí, desde que era pequeña la morocha observaba a la silueta femenina que fue creciendo junto a ella, quien no hacía nada más que quedarse allí, observando la calle, mientras la luz de la farola titilaba y las espinas no paraban de crecer alrededor de aquel palo.

No hacía nada más que pararse y esperar a que amaneciera, ni siquiera parecía estar viva y Kororo solo asimilaba que la chica esperaba a alguien. Podía notar en sus ojos un brillo de esperanza, ¿o era la misma luna que hacía que aquellos obalados ojos resplandecieran?

La japonesa jamás se preguntó si era real, de hecho no tenía dudas de que no lo fuera. Se veía y sentía como una persona de carne y hueso, o quizás solo se dejaba llevar por lo que sus ojos reflejaban.

Aquella noche todo fue diferente, la morocha sintió la necesidad de acercarse a ella. Quería, y se sentía obligada al mismo tiempo, saber porque esa mujer no hacía nada más que quedarse allí. Ya llevaban 18 años y parecía no querer irse.

Aún en pijama bajó al piso inferior, sus padres dormían así que seguramente no notarían su ausencia.

Sintió la brisa de la noche chocar contra su delicado cuerpo, su piel se erizo al sentir el frío nocturno, el cual adoraba. Antes de cruzar la puerta, tomó su enorme campera violeta, le gustaba el frío pero no podía arriesgarse a un resfrío.

El paisaje de la noche era divino. Deslumbraba todo en ella, era increíble como la combinación entre la luna y la oscuridad acabaran con todo rastro de maldad, o así lo pensaba la inocente Kokoro.

Su vista no tardó mucho en encontrar a la desconocida mujer. Desde donde se encontraba podía verla mucho mejor, pero quería examinarla más, hablarle y verla sonreír.

Cuando finalmente estuvo a unos pocos pasos de ella -literalmente a tan solo unos metros- pudó ver su cuerpo completo.

Su contextura física era normal y bastante apreciable. Llevaba una larga falda de color negro acompañada de unos tirantes, y una camisa blanca. Se podía destacar su estatura, era una mujer alta. Su cabello estaba recogido y su color no se apreciaba mucho a causa de la oscuridad. Era linda, un rostro bonito pero sin ninguna expresión.

-Hola -pronunció Kokoro. Se sintió bien conseguir un poco de la atención de la alta, quien movió sus ojos a su dirección-. ¿No te sientes sola aquí afuera?

Si bien la respuesta por parte de la otra chica se tardó un poco, llegó-. No lo sé... -sus ojos brillaron mucho más que otras veces, pero no era el típico brillo que solía tener, ahora era triste y las lágrimas no tardaron en salir- ¿Cómo debería sentirme?

A la dulce Kokoro se le rompía el corazón de tan solo ver aquella escena, si ella no tenía ni idea de quien era la mujer la otra tampoco debía saberlo.

-Oh... -necesitaba cambiar de tema, rápido-. ¿Y...cómo te llamas?

No hubo respuesta, solo un sollozo. La culpa inundaba a Kokoro, quien no sabía que hacer. Sentía que era por ella que la chica lloraba, quizás más por la pregunta que fue hecha por ella. La morocha no era buena consolando a los demás, solo a ella misma.

-N-no llores -los sollozos seguían. Era una situación nueva para la japonesa, que alguien llorara pero no poder ayudarla. Pensó que tal vez a la chica le gustaría un nombre-. Mitsuki... -susurró levemente Kokoro, atrayendo a la triste chica que se encontraba de cuclillas llorando en el suelo que la observó con total curiosidad y lagrimeando-. Puedes llamarte Mitsuki, signfica la luz de la luna, ¿qué te parece?

La contraria, que ahora sería llamada Mitsuki, asintió-. Me gusta la luna... -dijo en un hilo de voz.

-A mí también -la otra sonrío-. Mitsuki, ¿te gustaría ir a algún otro lugar?

- ¿Pasara algo si dejo la farola sola? -preguntó con un leve pavor la alta mujer.

Kokoro simplemente negó con su cabeza. No sabía si algo ocurriría pero iba a arriesgarse, quería que Mitsuki disfrutara una vez en su vida lo que era la libertad.

Con el cuerpo temblando, Mitsuki dio un paso hacia adelante. La japonesa extendió su mano y la contraria la tomó, en un principió con inseguridad pero al notar la calidez de esta la duda y el miedo de esfumaron. Y ahora caminaban en dirección al parque Meijo, que probablemente se encontraría cerrado pero Kokoro siempre sabía como infiltrarse en el lugar.

Quería enseñarle a Mitsuki lo bella que era la luna desde allí, especificamente desde su árbol favorito.

🌙

El camino al parque fue tranquilo y silencioso. Fueron tomadas de la mano todo el trayecto y Kokoro no podía evitar sentir que su estómago se emocionaba ¿Era aquello posible? Jamás se había sentido así, aunque puede que con Mitsuki si. La observó de reojo. Su mirada iba dirigida al piso y aquel brillo de esperanza había resurgido.

No tardaron mucho en encontrar el árbol, uno bastante grande y repleto de verdes hojas.

-Hey, Mitsuki -habló la chica-. Este es el parque Meijo, y ese árbol de allí -lo señaló con delicadeza-. Es mí favorito.

La contraria no tuvo alguna reacción pero Kokoro pudo notar que el detello de sus ojos aumentaba. Con ayuda mutua treparon la gran planta y se sentaron en la rama más gruesa que pudieron encontrar.

Una vez cómodas observaron el paisaje de la noche. Mitsuki sonreía, por primera vez en toda su vida su rostro dibujaba una mueca que era totalmente linda, pero Kokoro solo veía tristeza.

-Mitsuki ¿cómo te sientes? -preguntó Kokoro.

-Triste... -las palabras sorprendieron a la morocha sin embargo no dijo nada-. Kokoro, ¿no te parece una vista nocturna algo cruel? -una vez pronunció aquello unas nuevas lágrimas corrieron por sus ojos.

-Lo s-siento, no te entiendo -solo pudo pronunciar aquello, realmente no podía descifrarlo.

Mitsuki solo se levantó-. Es mi momento -susurró al viento y dirigió su vista a Kokoro-. Verte crecer y no haber sido parte de tu vida fue algo cruel, pero creo que es momento de volver a casa. Adiós, Kokoro.

Una vez dicho, el cuerpo de Mitsuko se desvaneció, como si nunca hubiera estado figurativamente allí, como si su existencia hubiera sido una fantasía.

Y esa vez fue Kokoro quien derramó las lágrimas sin poder comprender nada y sabiendo que jamás volvería a ver a Mitsuki.

Con el paso de los días las espinas de la farola desaparecieron y la japonesa comenzó a sentir nostalgia ante la noche.

Mitsuki se había ido y con ella el amor de Kokoro por el mundo nocturno.

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explicación

La mujer se supone que

son ustedes por eso no

hago mención de ningún

nombre realista ni una

descripción física muy

detallada. Perdón si no

son altas, yo tampoco lo

soy mucho ahre, creo (?).

Cuando mencionó lo de

"contextura física normal"

lo dejó a ustedes, sincera-

mente fue lo mejor que se

me ocurrió, no quiero este-

reotipar con la mujer súper

delgada por eso quiero que

ustedes piensen "¿qué es la

contextura física normal?" la

cual realmente no importa,

gente, van a ser preciosas

de todos modos ;D sentí la

necesidad de comentarles

esto porque no quiero que

piensen algo erroneo. Tam-

bién mencioné el cabello

atado para que ustedes lo

piensen. En mí caso tengo

el cabello corto pero aún me

lo puedo atar xd así que por

esa razón lo mencionó así,

altos trucazos.

Siento que debo dar una

explicación porque es

probable que no hayan

entendido nada. Mitsuki

es como un ángel que se

vio en el deber de cuidar

de Kokoro pero jamás pu-

do hablarle por miedo.

Lo de ser un ángel no

tiene que verse rela-

cionado con la religión.

Soy atea, no creo en los

ángeles pero de igual

manera se ve reflejado

de una linda manera.

Si quieren una mejor

comprensión leean la

traducción de Moonchild.

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gracias por leer :D