Habían pasado unos días desde aquella noche en el observatorio. Regresamos a casa, pero no podía dejar de pensar en lo que había sucedido. ¿Qué me había pasado? ¿Por qué había corrido tan rápido? ¿Qué era esa energía que sentí? Las preguntas no dejaban de dar vueltas en mi cabeza. Decidí que necesitaba respuestas, y la única manera de obtenerlas era probar mis límites.
Al día siguiente, me dirigí a la pista de atletismo. Normalmente, no había nadie a esas horas, pero hoy era diferente. Al llegar, vi a Kevin entrenando. Kevin era del equipo de atletismo, uno de los más rápidos de la escuela. No quería que nadie supiera lo que me estaba pasando, al menos no hasta que pudiera controlarlo por completo. Me escondí detrás de unos arbustos y esperé a que terminara su entrenamiento.
Finalmente, Kevin se fue, y la pista quedó vacía. Respiré hondo y me preparé. Empecé a correr, primero a un ritmo normal, pero luego sentí esa energía extraña recorrer mi cuerpo de nuevo. Mis piernas se movían más rápido de lo que nunca habían hecho. El viento silbaba en mis oídos, y todo a mi alrededor parecía difuminarse. Me detuve abruptamente, casi sin aliento, pero no por cansancio, sino por la sorpresa de lo que acababa de hacer.
"¿Qué demonios...?", murmuré, mirando mis manos. No estaba cansado. Ni siquiera un poco. Decidí intentarlo de nuevo, esta vez más rápido. Corrí por la pista, y en cuestión de segundos, había dado varias vueltas. Me sentía increíble, como si pudiera correr para siempre.
Pero entonces, escuché pasos. Era Kevin. Había regresado por algo que olvidó. Me miró con curiosidad, y su expresión cambió cuando me vio correr. "¡Rony! ¿Qué... qué estás haciendo?", gritó, incrédulo.
No respondí. En lugar de eso, corrí más rápido. Kevin intentó seguirme, pero era imposible. Lo superé una y otra vez, y cada vez que lo hacía, notaba cómo su respiración se volvía más agitada. Finalmente, se detuvo, completamente exhausto. "No puedo más...", dijo, doblando las rodillas y apoyándose en ellas para recuperar el aliento.
Yo, por otro lado, no sentía ni una gota de fatiga. Era como si mi cuerpo tuviera una fuente infinita de energía. Decidí ir más allá. Salí de la pista y me adentré en el bosque cercano, donde no había ojos curiosos que me observaran. Allí, aumenté mi velocidad al máximo, intentando descubrir cuál era mi límite.
Los árboles pasaban como rayos a mi lado, y el suelo parecía desvanecerse bajo mis pies. De repente, me di cuenta de que estaba cerca de una carretera. Vi los coches pasar a toda velocidad, probablemente a 120 kilómetros por hora, y sin pensarlo dos veces, corrí junto a ellos. Los superé fácilmente, y cuando miré hacia atrás, vi cómo la ciudad se alejaba en la distancia.
"Me estoy alejando demasiado...", pensé, nervioso. "Necesito parar". Pero cuando intenté frenar, mis piernas no me obedecían. No podía detenerme. La energía que me impulsaba parecía tener vida propia. "¿Qué hago ahora?", me dije, desesperado.
Usé toda mi fuerza para clavar los pies en el suelo. Una explosión de energía azul salió de mi cuerpo, y de repente, toda la fatiga que no había sentido antes surgió de golpe. Caí al suelo, completamente exhausto, mientras la energía azul se disipaba en el aire.
Caí al suelo, jadeando, mientras la energía azul se desvanecía a mi alrededor. La fatiga me golpeó como un tren, y por primera vez desde que toqué ese meteorito, sentí el peso de mi cuerpo. Mis piernas temblaban, y mi mente estaba nublada por la confusión y el agotamiento.
"¿Qué me está pasando?", mis ojos se serraron e perde la consciencia.
Hola, este es el capítulo 2 de Meteorion Espero que os guste Ya hay 6 capítulos disponibles en Wattpad con el mismo nombre Si os gusta , deje vuestros me gusta".
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