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❥ | J u n e | 2 1
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ᴡ ᴇ ʟ ᴄ ᴏ ᴍ ᴇ . . .✿'
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[B l o g d e e s c r i t u r a ]
<<Aquí Lisk >>
一 Í n d i c e ❜❜
│ :leaves: 1. Introducción
│ :leaves: 2. "Manos rojas" -parte 2
│ :leaves: 3. Despedida
╰─────────────⋆
Hola comunidad.
Les traigo esta historia
un tanto diferente
No es un fanfic, pero
igual espero que les guste.
La dividí en partes puesto
que era muy larga.
Pueden encontrar aquí
la primera :leaves: .
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Manos rojas
~parte 2~
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Se alejaron de la fuente hacia los callejones. Con el corazón en la boca, ella contaba los segundos para salir de aquél lugar y escapar de su padre.
Solo a varias calles de distancia se detuvieron y exhalaron.
—¿Cómo de enteraron que me reuniría con Eli...?—meditiba el chico para sí mismo.
—¿Tu amada es de los rojos?— Se atrevió a preguntar Marem.
—Si—respondió dudoso, Max Enegar—. ¿Cómo sabias que el apostador venia por mí?
—Soy su hija.
Las facciones del muchacho mostraron sorpresa, y luego confusión. Empezó a alejarse de Marem.
—No te haré daño, no soy como mi padre. Al igual que tú.
—Conspiras contra tu padre.
—No soy capaz de hacer eso, pero intento ayudar a los otros.
—Tu corazón es noble.
Marem sonrió en agradecimiento, por fin había hecho algo bueno. Pero también aun recordaba las palabras que le había dicho, aun cuando no eran para ella y se sonrojó.
Estuvieron un momento en silencio, cuando un gritó resonó en la noche.
Un gritó desgarrador que se cortó en un suspiro. Ambos se miraron, dándose cuenta de su error. Se habían concentrado en huir y alejarse lo más rápido posible del lugar que olvidaron que aún faltaba llegar alguien.
—Eli...
Ya era demasiado tarde.
Le aseguró que no encontraría nada. Nunca encontraban huellas de sus actos pero aún así Max Enegar regresó a la fuente seguido de la joven que no paraba de arrastrarlo en dirección contraria.
—¡Debes huir! Debes escapar Enegar.
—No sin Eli.
Eli ya no estaba, eso quería decirle Marem, pero no tenía el valor de romper su corazón.
Ambos sabían qué había pasado, pero ninguno lo decía en voz alta.
Cuando llegaron ya no había nada.
—Debes huir, mi padre no tardará en dar aviso al tuyo de lo que hiciste y te buscarán —susurró Marem al joven taciturno.
—Todo es tu culpa—dijo Max.
—¿Disculpa?
—Ahora estaría con ella.
—Estarías muerto.
Tan pronto como lo dijo, Marem se arrepintió. Pero no pudo regresar las palabras.
—Por favor, huye. Ella vivirá en tu memoria. Pero solo si espapas—continuó diciendo Marem.
—Lo haré —respondió el muchacho aun si dirigirle la mirada.
Se dio la vuelta y se alejó en la oscuridad
Su padre nunca notó la ausencia de su hija esa noche. Llego poco después de que Marem había regresado a su cama.
Ignoraba por completo el corazón de su hija, que últimamente estaba distraída. Ya no le sonreía a la hora del almuerzo y no le hablaba sobre su día. Sabía que algo pasaba, quizás, se dijo, estaba enamorada.
El instinto del apostador le decía que algo andaba mal y se dispuso a averiguar qué.
Marem no podía quitar de sus pensamientos a Max Enegar.
Habían pasado dos días desde que lo vio alejarse de ella y de su vida. El chico de sus sueños se había ido.
Ese día iba a encontrarse con su protegido, un niño de solo diez años que había quedado huérfano debido a la crueldad de su padre. Todas las semanas lo visitaba, llevaba comida y ropa nueva. También le estaba enseñando a leer.
El niño había quedado al cuidado de unas monjas, que tampoco podían hacer mucho por él. Así que se dirigió a su casa.
El lado oscuro de la ciudad, donde varios rojos planificaban ataques y malhechores rondaban era donde vivía. Siempre camina rápido y decidida, guardando un cuchillo en su cintura.
Marem no se percató de la figura encapuchado que estaba siguiendo sus pasos, ni del cuchillo que sobresalía de su mano.
En un abrir y cerrar de ojos su boca fue cubierta para que no gritase al mismo tiempo que fue inmovilizada. Y otra mano apuntaba un cuchillo en su garganta.
Marem giro un poco la cabeza, tocando con su garganta el cuchillo, pero fue suficiente para ver una barbilla, unos labios y unos hoyuelos.
El chico de sus sueños, Max Enegar, la tenía amenazada bajo cuchillo.
La empujó hasta llegar a otro callejón. Aún con el cuchillo en su garganta la hizo caminar.
Marem sentía el frío metal y, a la vez, la sangre caliente corriendo por su cuello hasta manchar su ropa.
El chico aun no se había percatado del daño que le había causado. Se veía nervioso y apresurado.
Llegaron a una puerta vieja de madera, donde Max Enegar dio tres golpes y el sonido de la puerta destrabandose se escuchó en el silencio y resonó en el cuerpo de Marem.
Pero no tenía miedo, no entendía cómo es que podía estar a merced de alguien a cuchillo y no temblar de terror.
Tal vez era porque se había acostumbrado a la maldad de su padre, a sus historias macabras.
Pero muy en el fondo sabía que no era por eso.
Estaba en los brazos del chico de sus sueños. Estaba de regreso en su sueño, con aquellas manos rodeandolas y aquél cuchillo en su garganta.
La puerta de abre y él la empuja hacia dentro, por fin soltandola.
Marem cae sobre el piso frío y lleno de tierra. Adentro está oscuro. Hay otra figura, quien abrió la puerta, sentada en una esquina.
Max enciende una luz y camina hacia Marem. Ha dejado el cuchillo sobre una mesa, pero la otra figura tiene uno en la mano. Es otro chico, alguien a quien nunca vio en su vida, pero es mayor que Max, más desgarbado y desarreglado.
Aún en el suelo, Marem mira a su captor, quien le tiende una mano para ayudarla a levantarse.
—Te dije que escaparas—susurra la chica, no pudiendo mirar sus ojos.
—No podía hacerlo—respondió, aun con la mano extendida.
Es cuando se da cuenta de la mancha roja que tiñe su cuello e incluso parte de su ropa. Se acerca rápidamente y la levanta a la fuerza. La empuja sobre una silla sin oposición alguna de Marem, quien no tiene miedo.
Por fin puede verlo a los ojos, y vé tristeza, desesperación y culpabilidad. Cree saber porqué, desde que lo conoció todo ronda sobre un nombre maldito: Eli.
—Lo siento, no quería hacerte daño—dijo Namjoon, colocando un trapo húmedo en su cuello.
Pero lo hiciste, quería decirle Marem. "Rompiste mi corazón, debiste huir como me prometiste. Ahora mi padre vendrá a buscarte y te matará" Pero no dice nada.
—Realmente lo siento, pero necesito tu ayuda —dice desesperado.
Mirando a sus ojos ella responde:
—¿Por qué necesitas mi ayuda? ¿Y por qué me tenías que tratar así?
Él limpia cuidadosamente la sangre de su piel, pero no puede hacer nada con la de su ropa.
—No sabía donde encontrarte, no podía ir a tu casa. Eso era una locura así que...pensé. Tú eres hija de apostador, tú más que nadie debes entenderme. También debes saber cosas. Todo lo que planea, donde se reúne, quienes son sus os...
—¿Quieres matarlo?¿Me estas pidiendo que conspire contra él? —lo interrumpe Marem, con el corazón triste.
—Quiero que me digas donde tienen a Eli.
✧DESPEDIDA ✧
Nos vemos en la siguiente blog.
<<Lisk se despide>>
[Editora blogger AW]
[Writing group]
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