Speedrun 52 [Fanfic]

Luego del boom...

:sunflower: Ｉｎｉｃｉｏ: Prologo

:rewind: Ａｎｔｅｒｉｏｒ: Capítulo 51

:fast_forward: Ｓｉｇｕｉｅｎｔｅ: Capítulo 53

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En los restos del risco una densa polvareda se disipaba en el aire, el colapso había arrastrado consigo piedras de todos tamaños, algunas habían salido disparadas como proyectiles hacia ellos pudiendo hacerles daño. Pero nada ocurrió por que Gerson estaba entre ellos.

La anciana pero versada tortuga les había cubierto con un resistente oscuro verde con forma de caparazón, que no permitió que siquiera el polvo cruzara y era tan grande que pudo rodearse a él, al niño, a los perros y a Undyne, a quien solo le quedaban las piernas enterradas y continuaba forcejeado por liberarse mientras mascullaba maldiciones contra el mago, contra el derrumbe y contra toda la humanidad.

-¡Cuando salga de aquí la atraparé y la haré picadillo!-Juraba mientras esparcía a su alrededor más de aquella sustancia fría con su rabia acumulada, más de algún montón de helado chocó contra las paredes que los protegían y los perros habían tomado distancia por temor a que les llegara un golpe por error. -Voy a destrozarla, no dejaré nada de esa maldita rata…

-Undyne, ya basta. -La calló Gerson reprochándole con la mirada pero la guerrera se la devolvió con aquel amenazador ojo negro, revelándose contra él.- No me mires así. Ya no eres esa niña sucia, aceptar tu derrota es parte de esto.

-¿¡Derrota!? ¡Aún puedo…!

-Perdiste, renacuaja. – La frenó. – No te dejes engañar por esa forma: si la pelea hubiera seguido tu cuerpo hubiera colapsado. Esa mocosa detuvo todo en el momento preciso, un poco más y te vuelves aderezo de pez, hija. -Bromeó pero ella le ignoró para volver a su tarea de desenterrarse negándose a discutir, estaba tan decidida a ir tras el mago que de habérsele derretido un brazo continuaría cavando con el otro y de haber perdido ambos lo haría con los dientes. La tortuga ahogó un suspiro y miró a su alrededor, de aquella pelea solo pudo reafirmar su convencimiento de que los magos eran unas criaturas inestables e impredecibles capaces de perturbar a toda mente desde su punto más vulnerable. ¿Acaso arrastrar a Undyne hasta aquel estado se podía considerar como un favor por darle aquella oportunidad o como una maldición? No lo sabía. -Pero miren que volar el paso, si no hubiera estado aquí hubieran quedado hechos papilla. -Rió aunque tampoco el resto de la guardia parecía muy atenta, el matrimonio estaba liberando a Doggo de sus ataduras, Greater intentaba cavar sutilmente a un costado ayudando a su capitán, Lesser le movió la cola pero tampoco estaba de humor, solo quería ser amable.

El único de buen humor era Kid, que con su voz ronca y animosa dejaba ver que de todo aquello él había sido el único ganador.

-¡Yo! Es verdad, por eso quería que viniéramos, nos necesitaba digo, ella sabía…¡No importa! ¡Fue genial! -Canturreó el chiquillo aún eufórico por la pelea solo consiguiendo un silencio glacial por parte de los adultos.

-¿Genial?-Masculló Doggo que a base de jalones y fuerza bruta finalmente había salido de su crisálida de muy mal humor ya que aún sentía el cuerpo adormecido.- ¿¡Esto te parece genial!? ¡Hizo explotar el paso! ¡Casi nos mata! -Ladró irritado.

Hace solo unas horas Kid se habría quedado callado o se hubiera escusado, pero ahora el niño, aún tembloroso de emoción y sintiéndose más valiente que nunca le miró a los ojos para plantarle cara, seguro de que hizo lo correcto. - ¡Pero no lo hizo! Benguiat lo logró, cumplió todo lo que dijo, todas sus promesas, solo mírense ¡Apenas tienen unos rasguños! Son parte de la guardia, dejen de lloriquear.

Su voz ronca parecía darle peso a sus palabras. Aquel pequeño viaje había curtido rápidamente el alma del joven monstruo, además de dejarle sus primeras cicatrices, en cambio a los adultos la humillación les pesaba una tonelada y era su espíritu el que había resultado herido en la batalla, no sus cuerpos.

Dogaressa apartó la mirada y buscó el brazo de su esposo como apoyo, Doggo empuñó las manos, Lesser abrumado por el ambiente fue a ayudar a Greater quien por estar cavando no escuchó, en cuanto a Undyne a ella en esos momentos no le importaban las palabras de nadie, sus prioridades eran liberarse y abrirse paso como fuese a través del derrumbe, de ser necesario usaría alguno de los caminos alternos que existían hasta Hotland ya en desuso y sin mantención desde hace décadas, lo que dijeran Kid y Gerson le resbalaba en esos momentos.

La tortuga retiró el escudo sobre sus cabezas cuando le pareció que el polvo se había disipado, restos del calor y del olor a azufre aún flotaban en el aire como recordatorio de lo que había ocurrido. Sereno se acercó al niño y posó una de sus grandes y nudosas manos sobre uno de sus hombros.

-Chico, ten piedad de ellos, lo dieron todo contra un enemigo formidable, un mago no es para menos, en mis tiempos salir vivo contra uno era motivo suficiente para festejar. -Sonrió intentando volver aunque sea un poco más amena la situación, pero el poco tacto de un anciano guerrero no era lo mejor en ese contexto.

Kid le miró con sus enormes ojos muy abiertos y encendidos, había crecido pero aún le faltaba mucho por aprender, como por ejemplo, lograr sobrellevar la indignación que se extendió como un incendio dentro suyo. - ¿Por qué tendría que tener piedad? -Exclamó apartándose de la tortuga.- Ellos desafiaron al mago, ellos quisieron matarla. ¡Benguiat no quería lastimar a nadie! ¿De que piedad me esta hablando, señor? No lo entiendo.

El anciano hizo una mueca, aquello era muy difícil de explicar, más aún cuando ni siquiera él, cuando les encubrió en su tienda, había mostrado autentica piedad. Gerson en esa ocasión solo hizo lo que le pareció más benigno para todos eh incluso les dio más tiempo a la guardia para preparar su ofensiva y a Frisk su defensiva.

La realidad era que solo los niños habían mostrado autentica misericordia aquel día.

Pero era el adulto por lo que, armado con esa autoridad sin sentido que creen tener todos los mayores le contestó.

-Por que ellos se esforzaron por el bien de todos, para liberarnos y lucharon por lo que creían correcto. ¿No te parece que eso merece algo de respeto, chiquillo?

Aquel razonamiento no era lo que el niño quería escuchar.

-No.-Contestó repitiendo en su mente los angustiosos minutos donde todos hicieron oídos sordos a sus suplicas y lágrimas por la vida de su amiga. Luego, como todos aquellos adultos habían perdido toda autoridad con él y sus padres jamás le entenderían agregó.- Se lo preguntaré a Benguiat cuando la vuelva a ver.

-Kid… -Comentó Dogaressa cuyo oído seguía zumbando pero escuchaba lo suficiente para darse una idea de lo ocurrido. No estaba segura de que decirle pero fue interrumpida por Undyne que con un rugido logró finalmente quitarse de encima las ultimas capas de helado que salieron despedidas como partículas de granizo al romperse.

-¡AL FIN! -Saltó fuera de su prisión sin cuidado, el mundo dio un giro de carrusel bajo sus pies y necesitó incrustar una lanza, bastante torcida, para recuperarse. Greater y Lesser ladraron pero Undyne les hizo una seña para que se detuvieran, más ayuda solo le haría añicos el orgullo que le quedaba. -Estoy bien. -Bufó peinándose el cabello blanco hacia atrás y por primera vez su cambio de tamaño le llamó la atención, se miró la mano enguantada, era amplia, de dedos largos y afilados. Hubiera deseado un espejo pero un apremio mayor la hizo caminar hasta el derrumbe.

-Renacuajo…

-¡Déjame, Gerson! -Gritó con esa nueva voz que se parecía a la suya pero más grave y extraña. Avanzó y una pequeña figura se puso en su camino. -Tu…

-¿Por qué haces esto? -Exigió saber el niño haciendo un gran esfuerzo por que no le temblara la voz frente a aquella Undyne de expresión embravecida y que la batalla había dejado sin color alguno en el cuerpo. -Creí que eras un héroe que jamás lastimaría a un inocente.

-No es un inocente. -Gruñó dando un paso a un lado para rodearlo pero para desgracia de los nervios de quienes miraban la escena el niño la siguió sin querer dejarle pasar.- ¡Kid!

-¿Es que no están ya a mano? ¡Yo! E-escúchame.-Le pidió cuando intentó volver a rodearle, pero Undyne no estaba dispuesta a debatir moral por lo que literalmente saltó al niño sin esfuerzo, como si fuera una piedrita en el camino, y fue a examinar el derrumbe. -¡Undyne! ¡No me toquen! -Bramó al sentir una mano sobre su hombro intentando calmarle, si nadie le escuchaba no tenía sentido que él lo hiciera.

-Kid, ya…

-¡YA CALLENSE!-Aulló entonces Undyne, luego, se encogió para levantar una roca que era casi de su porte, la alzó apretando los dientes y la lanzó al vacío, el como demonios la magia helada había podido detenerla era todo un misterio. Se giró a ver al niño.- ¡Ya sé que estamos a mano! ¡Ya sé que nos pateo el trasero! ¿Y qué? ¿Y QUÉ? -Gritó partiendo un pedrusco de una patada.- ¡Esto es personal! No puedo perdonarle que huyera así. ¿Qué quiere que hagamos? ¿Volver a casa como si nada? ¡Ya quisiera! -Gruñó lanzando otra roca lejos.- Quiero la revancha, si eso esta bien o mal si hacerlo nos mata o no, no me importa. ¡No hemos soñado ni entrenado toda una vida para ESTO! -Disparó sus lanzas, parteó rocas, se abrió paso con las garras.- ¡Piensa lo que quieras mocoso! Si tu estas orgulloso ¡Pues que bien por ti! Pero yo no voy a dejar esto a medias. VOY a buscarla y VOY a encontrarla y más le vale a Asgore no robarme la pelea o aunque se vuelva un dios; juro que le patearé su peludo trasero ¿Me oyen? ¡¿ME OYES ASGORE!? ¡ESE HUMANO ES MIO! ¡Maldita sea, compra un estúpido teléfono! -Agregó propinándole otra patada al derrumbe y este colapsó casi tirándola, pero se recompuso y continuó cavando.

-Genial, Undyne perdió la cabeza. -Suspiró Doggo entrecerrando los ojos intentando entender que ocurría allí cuando un sonido que parecía venir de quien sabe donde llamó su atención.- ¿Escuchan algo?

En ese momento Undyne alzó otro pedrusco y una cacofonía de melodías y zumbidos dejó perplejos a todos.

-¿Esa…? -Murmuró Dogaressa cubriendo su oído más malo en un intento de escuchar mejor - ¿No es nuestra canción?

-Creo que es mi celular, huesitos. -Le contestó su marido, luego de la ultima llamada a Alphys los que tenían celular del grupo los guardaron dentro de un compartimiento dentro de la armadura de Greater en las prisas. ¿Cuándo iban a imaginar que el humano sacaría al caniche de su cuerpo metálico en media pelea?

Greater ladró y sin pensarlo dos veces corrió hacia el derrumbe, más interesado por su cuerpo que por los teléfonos que no dejaban de sonar dentro de la armadura, posiblemente abollada y con la tapa del compartimiento donde tenían guardados los celulares abierto.

Se hizo un silencio antes de que el resto de los canes fueran a ayudar a su compañero y de paso para acallar el escandalo antes de Undyne perdiera más los nervios.

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Lo sé, sin Frisk y Flowey no hay capitulo, pero ya les veremos x3♡