🦋𝙋𝙤𝙨𝙩𝙪𝙡𝙖𝙘𝙞𝙤́𝙣.

:one: . ¿Por qué quieres ser oficial?

• Desde el primer momento en que vi "The Vampire Diaries" me enamoré de ella al completo, sus personajes, su trama, etc. Y es la primera comunidad activa dónde me han recibido tan amablemente, por eso me encantaría formar parte de ella si me lo permiten.

:two: . ¿Crees que eres apta o apto para presumir al personaje?

• Llevo muchos años en esto del Roleplay, y creo que se me da bien interpretar a cualquier personaje, independientemente de su personalidad. Simplemente debo meterme en el papel, y con Elena no me resulta nada difícil.

:three: . ¿Qué es lo que más te gusta del personaje elegido? ¿Te identificas con ella/él?

• Diría que lo que más iro de Elena es su capacidad de fortalecerse, pues su vida es un continuo camino tedioso repleto de obstáculos, pero conforme avanza va haciéndose más fuerte, sin perder sus emociones, cosa que es irable, porque cualquiera tomaría el camino fácil de dejar de sentir.

Y sí, me identifico con ella en el sentido de que ambas hemos perdido a tantas personas que nos da la impresión de que todo aquel que esté cerca acabará sufriendo, y eso nos hace querer ser más introvertidas o incluso nos hace alejarnos de nuestros seres queridos.

:four: . Voy a intentar imitar la escena dónde Damon le confiesa su amor a Elena por primera vez, haciéndole olvidar luego de sus palabras (2x08).

POV'S ELENA🦋

*Acaricié mis brazos frente al espejo, sintiéndome extraña, hacía días que esa sensación no abandonaba mi cuerpo, pero no podía hacer nada al respecto, toda esa situación me superaba. Salí del baño, entrando con cuidado en la habitación, hasta que lo vi. Estaba ahí sentado, contra la ventana, entre las cortinas que se ondeaban por el viento, siendo tan atractivo cómo siempre.*

— Bonito pijama. - Comentó suavemente, cosa que me hizo pensar que hablaríamos de algo desagradable para mí.

— Estoy cansada, Damon. - Me excusé, agotada.

— Traje esto. - Me interrumpió casi al instante.

*Él se levantó, dejando caer de su mano un colgante que me resultaba muy familiar. Tardé unos segundos en reconocer que era mi colgante, el cuál contenía verbena, y suspiré aliviada.*

— Pensé que lo había perdido, gracias. - Murmuré, estirando la mano derecha para alcanzarlo.

*Rápidamente el apartó el colgante de mi alcance, y mi expresión cambió por completo a una de desconfianza, mientras mis pies retrocedían inconscientemente unos pasos.*

— Por favor, devuélvemelo. - Pedí, casi alzando una ceja.

— Sólo tengo que decir algo. - Volvió a interrumpirme, haciendo una mueca.

— ¿Qué tienes que decir para que no pueda ponerme mi collar? - Pregunté, casi alarmada.

— Bien...

Porque lo que estoy a punto de decir es...

Probablemente lo más egoísta que he dicho en mi vida. - Comenzó a decir, y pude notar cómo su voz era casi dubitativa, casi parecía estar tratando de buscar las palabras adecuadas.

— Damon, no vayas ahí. - Pedí con algo de desesperación que no pude ocultar, odiaba que me hiciera sentir confusa respecto a mis sentimientos.

— No, sólo tengo que decirlo una vez.

Necesitas oírlo. - Dijo apresuradamente, caminando a pasos largos hacia tenerme cerca, muy cerca.

*Mi respiración se aceleró casi al momento de sentirle tan cerca. ¿Por qué me hacía sentir tan confusa? Se supone que yo amo a Stefan, ¿qué me ocurre?*

— Te amo, Elena. - Dijo al fin, mientras mi aliento desaparecía, dejando a mi corazón latiendo a toda velocidad con su confesión.

— Y es porque te quiero que... - Continuó, mirándome fijamente a los ojos mientras negaba con la cabeza.

*No podía dejar de mirar sus brillantes orbes azules, que parecían tan sinceros cómo dolidos.*

— No puedo ser egoísta contigo...

Porque no puedes saber esto. - Siguió, en una voz tan baja que casi parecía un susurro cargado de dolor.

*Entreabrí los labios, pero las palabras no salían de mí. No era capaz de decirle absolutamente nada.*

— No te merezco.

Pero mi hermano sí. - Su voz se quebró ligeramente, dejando el susurro de alguien que ha estado dolido durante siglos.

*Intenté de nuevo decir algo, pero volví a quedarme muda cuándo sus labios acariciaron mi frente, dejando un beso cálido, un beso que rogaba al universo por ser eterno.*

— Dios, ojalá no tuvieras que olvidar esto... - susurró con lástima, pasando una mano por mi mejilla.

— Pero lo harás. - Añadió al instante, clavando sus pupilas azules sobre las mías, mientras su tamaño aumentaba ligeramente por la influencia del control mental.

*Mi mente trabajaba a toda velocidad, una parte de mí quería abrazar a aquel chico tan destrozado, decirle que realmente sentía algo por él, pero otra parte de mí me decía que eso estaba mal. Pero finalmente no pude hacer nada, porque poco a poco los recuerdos fueron desapareciendo, dejando un extraño vacío. Lo último que pude ver fue una enorme lágrima derramarse por la mejilla de aquel joven de ojos tan azules y profundos cómo el mismísimo océano.*

— ¿Hm? - Parpadeé confundida, acariciando el collar que había aparecido por arte de magia en mi cuello, sin entender cómo había llegado ahí.