Splatoon Heroes Future {Capítulo 4}

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“No voy a dejar de hablarle sólo porque no me esté escuchando. Me gusta escucharme a mí mismo. Es uno de mis mayores placeres. A menudo mantengo largas conversaciones conmigo mismo, y soy tan inteligente que a veces no entiendo ni una palabra de lo que digo.”

Oscar Wild

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A pesar de mis ruegos, Aki trataba de fingir que no había oído nada.

-¡OH, vamos Aki! - dije mientras seguia persiguiendolo por las calles de nuestro barrio-he entrenado contigo desde que tengo recuerdos de empuñar un arma ¡Sabes que puedo ayudar!

Mi hermano volvía a suspirar de desesperación mientras trataba de seguir ignorandome. Odiaba cuando se ponía la medalla de "hermano mayor" y trataba de apartarme. Ya tenía cierta edad para tomar mis decisiones.

Continuamos el camino con la misma composición. El solo me respondía con gruñidos o suspiros y yo había empezado incluso a darle una lista de pros y contras de tenerme en el Comando Branquias...¡No iba a desistir!

Sabía que mi hermano solo podría descansar si llegábamos al fondo de esto y, siendo sinceros, para dos cefalópodos, y sólo uno haciendo trabajos de reconocimiento y exploración, introducirse en las antiguas y derruida bases octarianas era un plan suicida.

-Aria... Ya te dije que te quiero lejos de esto... - decía el con un tono cansado, como el de un padre cuando niega el capricho de un niño.

-¡Entonces para que tanto me entrenabas! - grite al final, ya colorada de rabia por la actitud cerrada de Aki.

Estaba claro que por ahí no iba a ceder. Me quede pensativa, cruzando los brazos mientras pensaba en una nueva estrategia. De pronto, mi mente se iluminó.

-En el fondo tienes miedo que sea mejor que tú- setencie de forma triunfal, haciendo que Aki se detuviera y girarase levemente su rostro mirando en mi dirección-.

¡SI! Aki es tan orgulloso que ni si quiera habría podido ignorar eso... ¡No por nada estuvo en un equipo que iba a ser fichado para las grandes ligas! Confiaba mucho en sus habilidades, y odiaba cuando alguien trataba de bajarlo de su pedestal personal.

-¿Que dices, enana? - me dirigió una mirada de desprecio digna de cómic-.

-Cuando quieras te lo demuestro-dije señalando con mi pulgar la funda del pincel colgada en mi espalda-¿Qué me dices? ¿O el gran Aki está oxidado tras un año de parón?

Aki soltó una risa burlona, me miró una vez más y, al fin, descolgó la bolsa que portaba su cargatintas para quitarse la cazadora.

-Bien, será un juego rápido. El primero que acorrale al otro gana. Nada de disparos o ataques directos, solo usaremos la tinta para eso.

Por suerte, nos habíamos alejado de la ciudad hace un rato. Estábamos en una especie de descampado en obras. Recaí en este detalle, había elegido mal momento para retar al pesado de mi hermano. Estaba claro el detalle de por qué había cedido tan rápido, al ser un sniper estaría en una clara ventaja con tanto material de obra repartido. Tantos sitios donde acecharme escondido... Pretendía una victoria rápida y fulminante.

Mientras aceleraba mi tren de pensamiento, Aki había apoyado bien su bolsa en el suelo para extraer su confiable cargatintas. Acarició con la yema de sus dedos la superficie fría del arma, parecía que estuviera teniendo una conversación mental con ella.

No me hice derogar más yo tampoco. Tras dejar la funda que yo también llevaba con mi pincel, me quite la chaqueta y, al contrario que mi ordenado hermano, la arroje a una esquina con rapidez. Tras un movimiento rápido de mi mano, abrí la cremallera, dejando que el sol hiciera relucir mi vieja aunque impecable arma.

-¿Estás lista? - dijo el girandose sobre si mismo, dándome la espalda.

-Siempre- respondí yo caminando hacia su posición.

Cuando estuve a su altura, yo también me gire sin perder un momento. Ambos hacíamos esto en los entrenamientos, la idea era reaccionar primero. Asegurarte el primer movimiento. Suena fácil pero la verdad, tu elección puede decidir el combate desde un inicio. Si la otra persona tiene mejores reflejos que tu, sabrá leerte y neutralizarte demasiado rápido.

El silencio era sepulcral. Sólo oíamos el aire y algunas voces de gente que caminaba lejos de nuestra posición a saber donde. Respiré hondo... Y entonces como un resorte me agaché justo cuando Aki se había girado para lanzar un disparo que había cargado mientras me concentraba.

Su cara de sorpresa no tuvo precio. Pero el no era de los que se rendía. Rápidamente corrió hacia los contenedores de metal que había dejado a su espalda la hora de intentar atacarme y yo, confiada por la adrenalina de esa primera victoria personal contra mi hermano, le seguí muy de cerca.

Ambos corrimos por el laberinto de estructuras metálicas. A pesar de llevar más tiempo que el combatiendo este año, note como mis fuerzas empezaban ya a flaquear. Es irónico como siendo un pincel mi resistencia aún dejaba mucho que desear, normalmente opto más por el sigilo así que el correr no lo llevo bien salvo que sea para huir rápido de algún enemigo que me haya localizado.

Aki sabía esto, Aki me había visto jugar incontables veces. Yo también le había visto jugar más, sin embargo, en lo que se refiere a experiencia él estaba más aventajado que yo.

Empecé a ver si cuerpo cada vez más lejos, además de que me había hecho correr en círculos por el laberinto de contenedores. Estaba confusa y cansada.

Al final me detuve, jadeando y tratando de recuperar el ritmo de respiración normal. Conociéndolo, habrá pintado la pared de alguna de esas cosas y se habrá subido para tener una mejor posición respecto a mi. Ahora mismo podría estar moviéndose a mi alrededor y no podría detectarlo, así que solo quedaba una opción: esperar a que atacase primero para que revelase su posición. Afiné mi oído todo lo que pude, esperando al disparo, mientras me movía en posición de defensa por el suelo cementado del descampado. En ese momento, por el perfil derecho, pude ver como un disparo de tinta morada me había acorralado, casi rozandome la mejilla.

Apoye con un movimiento bruto y seco mi arma y empecé a correr hacia atrás, en la dirección que el disparo en el suelo me indicaba. Mientras emprendida la carrera en busca de mi oponente, trataba de moverme en zigzag para no ser un blanco demasiado fácil para la mira de ese cargatintas. Otro disparo, esta vez aún más cerca de mi, consiguió que mi brazo se manchase con una pequeña mancha amarilla. Ese tiro era de aviso, el tercero sería el definitivo.

No podía permitirme perder así, en aquel lugar. No podía permitirme ver la mirada de superioridad de Aki si este conseguía ganar el duelo, no sólo por la humillación personal. Deseaba por una vez en lo vida no ser la sombra de mi hermano, durante estos años muchos me miraban con iración. Todos veían en mi a mi hermano, cada uno de mis éxitos eran atribuidos a ser sangre de su sangre. Esta vez yo no sería simplemente "la hermana de Aki". Esta vez quería ser Aria y estar a la misma altura que mi hermano.

Al llegar a la pared salte varias veces mientras daba movimientos rápidos con mi pincel para así entintar la mayor superficie posible. Una vez completada la misión, ascendí velozmente y una vez en la cima miré hacia delante con una sonrisa triunfal... Para encontrarme con el hueco donde había estado Aki acechandome vacío. Suspiré de frustración, había gastado tiempo valioso en mis tretas de evasión y en subir al contenedor. Pensándolo fríamente, si Aki hubiera estado ahí ya no me hubiera permitido subir... Había perdido tiempo valioso entintando una pared en vano, ahora seguramente estaría esperando en una nueva ubicación al próximo choque conmigo.

Cuando iba a dar la vuelta para seguir con la misma estrategia de localización que había usado con este primer intento, oí un ruido muy familiar. La carga al máximo de un cargatintas.

Me gire lentamente para encontrarme a Aki, con su mira apuntando directamente hacia mi.

-Deja el pincel donde pueda verlo hermanita- dijo el de forma prepotente, saboreando las mieles de la victoria en su boca.

No tenía muchas opciones, quise de verdad encontrar algún agujero en su posición para escapar pero no pude por mar que lo intente. El combate había terminado, me tenía a tiro entre la espada y la pared.

Decidí pues ganar más tiempo mientras pensaba, me agaché lentamente dejando el pincel en el suelo.

-Tengo que reconocerlo Aki- dije con una voz calmada e inocente- sigues siendo tan bueno como cuando jugabas competitivamente.

Aki soltó una risa sarcástica mientras mantenía su atención en mis movimientos.

-Déjate de falsos piropos Aria, ya he ganado. Te he acorralado primero... Deja de ser una cría y regresa a casa a esperarme-dijo él escupiendo las últimas palabras con desprecio y aires de superioridad.

Estaba buscando enfadarme y lo estaba consiguiendo. Ojalá ahora mismo simplemente pudiera hacerlo explotar hacia una base de regeneración como en un combate... Hacerlo explotar...

En ese momento, mi mente se iluminó con una última esperanza que podría llevarme a la victoria o hundirme más en el barro.

-Tienes razón Aki... Debería hacerte caso para no acabar como tú - le dije dedicándole una mirada desafiante.

-¿Cómo yo? - pregunto con cierta confusión.

-¡Cayendo muy bajo!

Dejé entonces caer mi as bajo la manga: una bomba básica que fue a parar directamente a los pies de Aki. La expresión de triunfo y superioridad que había tenido hasta entonces pronto se transformó en pánico y confusión. Trato de dispararme torpemente, sin éxito debido a su huida precipitada. La bomba al fin estalló haciendo que Aki perdiera el equilibrio y cayese del contenedor de forma abrupta.

Oí el estruendo del cuerpo de mi hermano contra el duro cemento y como su arma se había alejado seguramente de su posición debido a que no pudo agarrarla durante el impacto.

Era la oportunidad que estaba esperando.

Agarre mi pincel y abandone mi posición de cuclillas para lanzarme desde el contenedor que, hasta ahora, iba a ser mi billete de vuelta a casa. Aki, a pesar de que la altura no era mucha para que se hubiera lesionado o lastimado en exceso, se encontraba aún aturdido en el suelo. Caí sobre él, dejando el pincel a un palmo de su cara y dedicándole la misma mirada que hasta hace nada él me dirigió a mi.

En una última jugada desesperada, trató de alcanzar su arma. Yo rápidamente la golpeé con mi pincel haciendo que se deslizase lejos de nosotros, hecho esto volví a posicionar mi arma cerca de su cara.

-¿Aki...? ¿Las palabras mágicas...? - dije con el tono más insoportable que pude.

Él soltó un ruido con una mezcla de molestia y dolor por la situación y la forma en la que se habían girado los papeles. Me miró con enfado, desvío la mirada a su arma apartada lejos de él y por último cerró los ojos. Tras uno segundos al fin salieron las palabras que tanto buscaba de su boca.

-Tu ganas. Me rindo.

Me aparté de él para empezar a saltar y a celebrar. Me sentía en una nube, nunca antes había ganado a Aki en un 1VS1. Ahora mismo sentía que podría hacer frente a cualquier cosa.

Mientras exteriorizaba toda la alegría que acumulaba dentro, Aki se incorporó para recuperar su cargatintas y empezó a caminar a la zona donde habíamls dejado las cosas.

-Deja de ser una cría y vamos- dijo girandose para dedicarme una sonrisa confiada- ahora toca reunirse con Marie en la base del Comando Branquias.

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¿Cambiará Aki su actitud protectora an ver cómo Aria, su "dulce hermanita", le ha ganado en uno contra uno sabiendo aprovechar sus puntos débiles? ¡Esto se acaba de convertir en una competición de hermanos! ¡Veremos quién se alza en las misiones si la experiencia y talento de Aki o la originalidad y pensamiento rápido de Aria! ¡Hagan sus apuestas y nos vemos en el siguiente capítulo!