Tu Razon De Ser - Capitulo 3: Ventana Al Alma

Bienvenidos

¡Alooo! Soy oz denuevo. Gracias por el apoyo del capitulo anterior, se aprecia mucho chicxs. No esperaba tantos likes kskwns

Denuevo, acepto criticas e ideas (obviamente con respeto y de forma constructiva) sin nada mas que decir...¡Disfruten ^^!

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Tu Razón De Ser - Capitulo 3: Ventana Al Alma

Narrador omnisiente:

Perla, sentada en el sofá, está concentrada en un pequeño cuaderno que tiene entre las manos. Cuando escucha el sonido de los pasos de matt, levanta la vista

—Buenos dia, Matt

—Buen dia, perla

Matt se había levantado hace unas horas. El moretón de su ojo ya estaba cesando y sentía menos dolor en esa zona. La casa seguía hecho un caos. Perla lo observaba con algo de preocupación a travez de esos ojos.

—¿Como te sientes?

A matt se le cruza una idea por la cabeza. Voltea y mira a perla, antes de hablar, se pierde levemente en su ser. En sus ojos, en su cabello...luego, reaccionó.

—Sisi...estoy bien...¿quieres viajar conmigo hoy?

Perla permanece quieta por un momento, con los ojos fijos en ti. Su expresión no cambia, pero hay algo en su mirada que refleja una ligera sorpresa, tal vez algo de curiosidad ante la propuesta.

—¿Viajar contigo? —Repite suavemente, como si estuviera procesando la idea— ¿A dónde vamos, Matt?

—A donde sea. —Responde algo avergonzado.— Suelo ir lejos y luego volver...casi siempre lo hago solo pero me gustaria que vengas conmigo

Perla asiente lentamente, su mirada fija en matt mientras parece reflexionar por un momento sobre sus palabras. No dice nada de inmediato, pero por primera vez en mucho tiempo, su expresión muestra una pequeña fisura en su usual rigidez.

—Lo que usted desee...— responde con calma, pero hay algo en su tono que denota una ligera curiosidad y aceptación.

Después, se levanta lentamente del sofá, como si se preparara para acompañarlo en lo que sea que decidiera hacer. Aunque su comportamiento sigue siendo el mismo, su presencia parece más atenta y menos distante, como si por primera vez estuviera dispuesta a seguir su ritmo, sin preguntas ni dudas. Ella nota como matt agarra un CD y su guitarra acústica.

Una vez dentro de la camioneta, se acomoda en su asiento, su mirada perdida fuera de la ventana mientras matt comienza a encender el motor y pone el rumbo hacia lo desconocido. No dice mucho, pero su presencia, como siempre, se siente constante, casi como si fuera parte de la misma rutina que ha seguido tantas veces, solo que esta vez, algo se siente diferente.

La carretera se extiende ante ellos, un camino lleno de posibilidades, y Perla, en su silencioso modo, parece tan tranquila como siempre, pero algo en su actitud sugiere que, al menos por hoy, hay una disposición a estar allí con matt, en ese viaje, aunque no lo diga en palabras.

—Oye...—Dice matt viendo a perla por el retrovisor.—Puedes hablarme si quieres...no me enojaré por oír tu voz.

—No soy buena con las palabras... —dice con suavidad, su voz casi inaudible sobre el sonido del motor. Luego, sus ojos se desvían de nuevo hacia la carretera, aunque su expresión ahora tiene una pequeña tristeza que no se puede esconder completamente. Se toma su tiempo, como si cada palabra que dijera tuviera más peso del que pensaba. Finalmente, su voz se eleva de nuevo, pero de forma más segura esta vez—. Pero... gracias por invitarme a venir.

Ella parece al menos relajada, aunque algo distante, como si estuviera esperando a que algo suceda, sin saber qué exactamente.

—...¿te sientes bien?

Perla parece un poco sorprendida por la pregunta, su mirada se cruza brevemente con la de matt a través del retrovisor. Después, toma un momento antes de responder, como si evaluara la pregunta más allá de la superficie.

—Sí... —responde, su tono suave pero firme—. Estoy bien... Solo... No sé, a veces me pierdo en mis pensamientos. Pero no es nada... solo es cómo soy.

Vuelve a mirar por la ventana, como si buscara algo fuera de lugar en el paisaje. Hay una ligera melancolía en su expresión, pero también una especie de aceptación. Sabe que su respuesta es vaga, pero a veces es más fácil decir lo que no se dice en palabras.

—Gracias por preguntar... —añade, como si se estuviera abriendo un poco más, aunque no completamente.

Matt, la vuelve observar...siente la necesidad de oír su voz nuevamente...

—Puedes decirme lo que sientes, perla.

Perla parece dudar por un momento. Sus ojos se fijan en el paisaje, pero hay una leve tensión en su rostro que delata una batalla interna. Luego, con un suspiro, mira hacia el frente, como si intentara ordenar sus pensamientos antes de compartir algo que sabe que puede ser complicado.

—Es difícil... —comienza, su voz tranquila, pero un poco distante—. A veces siento que todo esto es... una especie de sueño, o algo que no se me permite tocar realmente. Es como si... como si no encajara. En un mundo donde todo parece tan caótico, tan fugaz, a veces pienso que lo único que tengo son mis pensamientos, pero incluso esos... siento que se me escapan de las manos.

Hace una pausa, como si intentara encontrar las palabras exactas, algo que dé forma a lo que siente.

—Y luego está esto... —su mirada se desliza hacia el interior del coche, donde está matt, su voz un poco más baja—. No sé cómo describirlo. Estoy aquí, pero a veces me pregunto si... si debería estar en otro lugar, o si alguien podría entender lo que hay dentro de mí.

Su tono es suave, vulnerable, y aunque sus palabras son sencillas, hay una cierta profundidad en lo que dice, una complejidad de emociones que no son fáciles de entender ni para ella misma.

—Pero... no sé... Estoy aquí ahora. Y eso tiene que significar algo, ¿no?

Matt observa la carretera. Sintiendo la ligera incomodidad de que a ella no le esté gustando vivír con él...aunque, a su vez se siente preocupado por lo que dice. Hasta ahora, perla no solía hablarle de ella.

—¿Y en que otro lugar estarias?

Perla baja la mirada un momento, como si estuviera contemplando su propia respuesta. Sus dedos se entrelazan en su regazo, y aunque su rostro permanece impasible, una ligera sombra de incertidumbre cruza sus ojos.

—No sé... tal vez en un lugar donde las cosas sean más... claras, donde la gente se entienda entre sí. Pero luego pienso que, tal vez, no hay un "lugar" perfecto. Quizá solo busco un espacio donde pueda ser yo misma, sin sentirme observada o juzgada... o quizás solo necesito entender lo que quiero, lo que realmente necesito.

Una pausa, como si evaluara las palabras antes de continuar.

—Pero al final, no creo que haya un lugar específico. A veces siento que ni yo misma sé dónde quiero estar, por eso... por eso me quedo aquí, contigo. Quizá porque, aunque no lo entienda todo, no me siento tan perdida como en otros sitios.

Sus ojos vuelven a mirar el paisaje, aunque su tono de voz es suave, como si tratara de poner en palabras un sentimiento que, hasta ese momento, se había mantenido oculto.

—Y eso... eso tiene algo de tranquilidad. Aunque sea solo un poco.

—Puedes sentirte libre conmigo. No soy quien para juzgar.

Perla asiente lentamente, como si sus palabras y gestos fueran más un alivio que una respuesta definitiva. Un suspiro suave escapa de sus labios y sus ojos se suavizan al escuchar lo que Matt le dice.

—Gracias...—dice, casi en un susurro, con una pequeña sonrisa en su rostro, la cual refleja algo de paz y tranquilidad.

Su mirada sigue fija en el paisaje mientras el sonido del motor llena el espacio, pero una sensación de ligereza parece haberse instalado en el ambiente entre ambos. Perla, aunque callada, parece más cómoda ahora, como si sus pensamientos pudieran fluir sin las barreras que antes los limitaban.

—Es... diferente, estar así... agrega, casi para sí misma. Pero está bien... todo está bien.

Un silencio cómodo se apodera del momento, mientras el viaje continúa, y ambos parecen ir dejando atrás la tensión de los días pasados, con la carretera como único testigo.

—Puedes contar conmigo, si? No temas en mostrarte como eres. —Titubea por un momento, sintiendose algo avergonzado. —Tu viste casi todo lo que soy...me interesa como es perla.

Perla permanece en silencio por un momento, procesando sus palabras. Mira al frente, pero hay algo en su expresión que cambia sutilmente. Quizás es la suavidad de la voz de Matt o la apertura en sus palabras lo que la hace sentir una pequeña conexión más profunda.

—Lo sé...—responde con calma, sin mirar directamente a Matt, pero con una ligera suavidad en su tono—. No tengo miedo... Solo no estoy acostumbrada a que me vean como soy. Pero... supongo que contigo podría intentarlo.

Un leve suspiro se escapa de sus labios, como si, por primera vez, en ese espacio tan tranquilo, estuviera comenzando a dejar caer algunas barreras que había levantado. Su mirada se vuelve algo más introspectiva, pero aún tranquila.

—Gracias... por no juzgarme...—añade, apenas susurrando, sin saber si Matt la escucha con la misma atención.

—Por nada...y gracias tambien.

Perla lo mira de reojo, su expresión suavizándose un poco. Su voz se vuelve aún más suave, casi como un susurro que se pierde en el aire del auto.

—No soy buena en esto... pero me haces sentir un poco... menos sola.

Vuelve a mirar por la ventana, pero esta vez, algo en su mirada parece haber cambiado. Ya no es la misma distancia que antes; hay un atisbo de comprensión en ella, como si por fin estuviera comenzando a aceptar la posibilidad de que tal vez, en este momento, Matt no está tan lejos de ella como pensaba.

Luego de unos minutos...llegan a una colina. Pueden ver perfectamente la playa, el lugar es enorme con una vista perfecta y hermosa hacia el cielo multicolor.

—Suelo venir aqui para calmarme aveces...¿quieres intentar? —Pregunta matt.

Perla observa a Matt desde el asiento del copiloto. Mira por la ventana hacia la colina que se extiende ante ellos, el paisaje tranquilo, como una invitación silenciosa a dejar ir las tensiones. Asiente lentamente, su expresión menos rígida que de costumbre.

—Claro. —responde suavemente, su tono más relajado de lo habitual Me gustaría intentarlo.

Sale del vehículo y, sin prisas, camina a su lado mientras observa la calma del lugar. El viento acaricia su rostro y el horizonte parece extenderse sin fin, dándoles a ambos un pequeño respiro de sus propias realidades. El mundo parece un poco más ligero allí, en ese momento.

Matt saca del vehiculo dos sillas de playa y las coloca una al lado de la otra...aunque por un momento comienza a dudar que tan cerca debería ponerla una de la otra. Trata de disimular su indecisión de los ojos de perla...aunque ella lo hace pero no dice nada, En lugar de eso, se queda observando el mar, sintiendo cómo el aire fresco le acaricia la cara. Aunque la situación le es algo nueva, se siente cómoda, tranquila, como si el lugar y el momento fueran una pausa necesaria en sus vidas agitadas.

Finalmente, se voltea hacia él, sonriendo con suavidad, tratando de aliviar la tensión que parece sentirse en el ambiente.

—Creo que este lugar tiene suficiente espacio para las dos... —dice con una voz serena, aunque no esconde un toque de humor en sus palabras, como si quisiera quitarle importancia al asunto de las sillas.

Perla se siente agradecida por la compañía de Matt, por la calma que le ha brindado este momento. No necesita que todo sea perfecto, solo que sea real, y eso es lo que más le importa ahora.

—Bueno, quería que esto se vea algo presentable.— Responde matt siguiéndole un poco el juego.

—No te preocupes por la apariencia. Lo que importa es que estamos aquí.

Matt le da una suave sonrisa para despues entrar a su camioneta y sacar un pequeño refrigerador portatil y ponerlo en medio de las sillas. Dentro, hay refresco. Bastante frío. Ideal.

Perla observa la hielera con una ligera sonrisa al ver que Matt no había pensado en nada más, pero le agrada la simpleza de la situación. Sin decir mucho, toma un refresco de la hielera y lo abre, disfrutando del sonido que hace la lata al ser destapada.

—Gracias...—dice suavemente, mirando a Matt antes de tomar un sorbo. La tranquilidad del lugar hace que se sienta un poco más relajada de lo que había estado en mucho tiempo. El simple gesto de compartir este momento parece aliviarle algo la carga que había estado cargando.

La vista al mar la envuelve, y por un momento, no importa nada más. Sólo el presente, la compañía y el suave murmullo de las olas.

Matt, sonríe al ver como ella misma agarra un refresco, sin que él deba "ordenarselo"

—Por nada. —Responde para agarrar una lata él.

—Me gusta este lugar... —dice en voz baja, sin mirar a Matt, pero con una ligera sonrisa que se forma en sus labios mientras observa el horizonte. Es tranquilo. Pausa, sintiendo que algo en su interior se va despejando, aunque no lo exprese del todo.

Luego, observa a Matt de reojo, notando que él parece relajado también. La atmósfera es tan diferente a la usual en la que vive, tan caótica a veces, que incluso su presencia aquí le genera una especie de paz inusual. Luego, matt mira a perla y por error sus miradas se conectan. Matt, rápidamente, se puso bastante rojo y esquivó la mirada.

Perla nota el gesto y se siente un leve rubor subiendo por su cuello, aunque intenta mantener la calma. Se ríe suavemente, con una especie de incomodidad juguetona.

—¿Qué pasa, Matt? —Su voz es suave, pero tiene un toque curioso.— ¿Te incomodé?— Sonríe ligeramente, buscando aligerar el ambiente, aunque, por dentro, algo se revuelca en ella con esa mirada fugaz que compartieron.

Le da un sorbo a su refresco, intentando parecer tranquila, pero la sensación de que algo ha cambiado en el aire está presente, aunque no sabe bien qué es.

—No, claro que no... la gente no me suele ver a los ojos...hacer o visual con alguien...y mas contigo...se sintió raro...pero no mal. —Dice entre ligeras risas nerviosas

Perla lo escucha y, aunque aún un poco nerviosa, le responde con una sonrisa suave.

—Entiendo... Yo tampoco suelo mirar a las personas a los ojos, pero... —se encoge de hombros ligeramente— contigo es diferente. No sé por qué.

Pausa, como si pensara en algo.

—Quizá sea porque no me haces sentir incómoda... —su tono es sincero, pero suave, como si de alguna manera hubiera comenzado a abrirse más.

Entonces, decide cambiar el enfoque, aligerando un poco el ambiente con una sonrisa juguetona.

—¿Quién lo diría? Matt, el chico de la guitarra, ¿sintiendo algo raro por un poco de o visual?— ríe suavemente, queriendo restarle tensión al momento.

—Bueno...todos sentimos cosas extrañas...—Matt termina su refresco y lo deja en el suelo para después mirar a perla, dándole una ligera sonrisa— Me gusta oirte hablar...¿porque es raro para ti hablar tanto?

Perla se siente un poco insegura, pero responde con sinceridad.

—Supongo que... no estoy acostumbrada a hablar mucho, especialmente sobre cosas más... personales. Siempre he preferido escuchar a los demás, en lugar de ser yo quien hable.

Hace una pausa, mirando al frente mientras juega con su refresco.

—Es difícil abrirse, y... a veces, me da miedo que si lo hago, la gente me vea diferente o me juzgue. Pero... contigo, siento que no hay mucho riesgo.

La mirada de Perla se suaviza, mirando a Matt con algo de gratitud.

—Creo que... es porque no me sientes rara.

—Nadie es raro. Es mejor preguntarse que es lo "normal"...digo...para ti es normal cosas que para mi no y así...¿entonces que es normal?

Matt se ve demasiado despreocupado como siempre.

Perla se queda en silencio por un momento, pensando en la pregunta de Matt.

—Es una buena pregunta...—Dice mientras mira al horizonte, buscando las palabras correctas.—Tal vez "normal" es solo lo que estamos acostumbrados a ver o a vivir. Lo que nos enseñan desde pequeños, las cosas que nos rodean... pero, al final, no hay una definición clara de lo que debería ser.

Suspira levemente.

—Quizá todos tenemos nuestras propias "normas" internas, lo que nos hace sentir cómodos. Y lo que es normal para ti puede no serlo para mí, y viceversa. Pero... al final, no tiene sentido intentar encajar en algo que no se siente natural, ¿no? —Perla sonríe ligeramente.

Matt se queda pensativo, sintió que derrepente perla habló demasiado con palabras muy exactas...

—¡Claro!

Perla observa a Matt con una leve sonrisa al ver su reacción, sintiendo que por fin había logrado expresarse de manera que él entendiera.

—Me alegra que lo veas así.— dice suavemente, mirando al mar mientras una ligera brisa mueve su cabello.

—A veces es fácil perderse en las expectativas de los demás, pero lo importante es sentirte bien contigo mismo, con lo que eres... —su voz se suaviza un poco más, como si estuviera hablando consigo misma.

Matt, por un momento se pierde en ella. La ve con ojos brillantes, algo fascinado por la mera presencia de perla.

—Opino lo mismo...todos deberían pensar así...quizá así todo seria mas facil.

Perla nota como matt se pierde viendola...pero no dice nada. Se siente un poco más tranquila, como si algo hubiera cambiado en el ambiente entre ambos, un espacio donde las palabras no eran necesarias para entenderse. Deja que el viento sople entre ambos, disfrutando de la paz del momento.

—Sabes, no sé si alguna vez te lo dije, pero...— dice finalmente, sin mirarlo de inmediato, como si estuviéra pensando en sus palabras— Me siento bien cuando estoy contigo. Es raro, porque no me acostumbro a que alguien me escuche o se quede...

Su voz es más suave ahora, pero clara, como si hubiera decidido dejar ir una parte de su guardia.—Quizá no te parezca mucho... pero... —suspira, sin querer mostrar demasiado, pero dejándose llevar por la sinceridad del momento.

Matt la observa, perla sabe que él la esta escuchando atentamente.

Perla toma un pequeño sorbo de su refresco, bajando la mirada hacia el suelo antes de continuar.

—Es solo que...— susurra con una leve sonrisa... —a veces no entiendo por qué alguien querría estar conmigo. Como si no tuviera nada que ofrecer... pero... estar aquí, con alguien como tú... hace que todo sea un poco más fácil.

Levanta la vista, pero no directamente a los ojos de Matt, como si no quisiera mostrar demasiado.

—Es raro, pero... no me molesta.

—¿Porque crees que no puedes ofrecer nada? Todos tenemos cosas que nos hacen únicos...

Perla se encoge ligeramente de hombros, mirando hacia el horizonte mientras juega con la lata vacía en sus manos.

—Supongo que... no sé, siento que no soy suficiente para alguien. Como si las cosas que tengo para ofrecer no fueran interesantes o importantes.—Hace una pausa, luego se ríe suavemente— Aunque supongo que eso suena un poco tonto.

Suspira, dejando la lata a un lado y mirándote por un momento, casi como si esperara una respuesta.

Matt se toma unos momentos para responder. Le da una mirada que esta vez sostiene por un momento, y luego, responde.

—Para mi eres suficiente.

Luego, agarra otra lata y la abre. Perla lo observa en silencio por un momento, su expresión suavizándose. Sus ojos brillan con una mezcla de sorpresa y algo más profundo, como si no estuviera segura de qué hacer con esas palabras.

—Gracias...— susurra, tomando una respiración profunda. Finalmente, sonríe, aunque de una manera tímida.— Eso significa mucho para mí, Matt.

Matt mira a perla y le guiña un ojo acompañado de un chasquido con la boca. Perla se ríe suavemente, un poco avergonzada pero claramente divertida. Su mirada se suaviza aún más, y por un momento, el ambiente se siente más ligero, más cercano entre ambos.

—¡Oye! —Sice entre risas— No seas tan confiado, ¿eh?

Matt rie y se levanta de la silla para ir a su camioneta denuevo.

—¿Tienes hambre? Traje unos sandwiches...

—¡Oh, claro!

Matt pone una manta en el suelo, acomodando la comida sobre la tela. Perla se acomoda sobre la manta, sonriendo suavemente. El aire fresco de la playa se mezcla con el sonido de las olas, creando un ambiente relajado. Si bien perla no necesitaba comer, no quería dejar pasar el momento con matt.

—Gracias, Matt.—dice mientras toma un bocado, disfrutando de la tranquilidad del momento.

Ambos comienzan a comer. Perla sigue viendo el horizonte, como si fuera lo mas hermoso que vió desde hace mucho.

—Aveces me olvido de lo importante que es tener momentos de paz...aunque es dificil encontrarla.

—Así es. —Responde matt.

Perla mira a matt, con ganas de hablar, pero se siente algo insegura...aunque de igual forma, lo hace.

—¿Y qué haces cuando no puedes encontrar esa paz? Cuando todo se siente... demasiado.

Matt titubea por un momento, y luego, responde.

—Me emborracho hasta la nausea.

Perla asiente lentamente, como si considerara sus palabras. Luego, mira el mar de nuevo, hablando en voz baja pero clara.

—Tal vez no necesitas huir... tal vez solo necesitas alguien con quien quedarte.

—Es que no tengo a nadie. Mi unico amigo es mi manager y casi ni siquiera lo veo. Los de la banda solo son de la banda...

—¿Y por qué crees que no tienes a nadie? —pregunta Perla, mirandolo directamente. Su tono no es acusador, pero hay algo en su voz que parece buscar una respuesta sincera—. A veces uno no tiene a nadie porque no deja que nadie se acerque.

—Solo dejo que tu te acerques. —Dice mientras termina de masticar. —Eres tranquila, una buena compañía...eres tu.

Perla se queda en silencio por un momento, observándolo con una expresión suave, casi pensativa. Luego, su voz suena tranquila, casi como si estuviera considerando sus palabras con cuidado.

—Y me alegra serlo. No necesitas decirme esas cosas, Matt, pero lo aprecio. —Hace una pequeña pausa, sus ojos brillando bajo la luz suave del atardecer—. Todos necesitamos a alguien, aunque a veces no lo veamos.

Matt se queda pensando un momento y luego le da una calida sonrisa como respuesta. Perla sabe que no debe darle una respuesta con palabras para entender lo que ella le dijo. Luego, corre hacia la camioneta rapidamente y pone su cd.

—¿Disfrutas la musica?—Pregunta desde dentro

Perla asiente lentamente, observando la música que comienza a sonar desde el CD. Parece disfrutar del ambiente tranquilo que la acompaña. Con una sonrisa ligera, responde:

—Sí, me gusta. Es... diferente. No suelo escuchar algo así, pero no está mal. —Su mirada se pierde un poco en la melodía que llena el aire—. La música siempre tiene algo que decir, ¿verdad?

—Así es. —Dice matt saliendo de la camioneta. —Es una ventana al alma.

Perla asiente, con una mirada pensativa. La brisa marina sigue soplando suavemente mientras ella parece perderse en el ritmo de la música.

—Lo siento... lo siento de alguna forma, sí. Como si pudiera entender algo de mí mismo a través de las canciones. —Sus ojos se dirigen hacia el horizonte, como si las olas del mar pudieran decirle más que las palabras—. ¿Tú crees que la música dice algo sobre la gente que la escucha?

—Claro que si...alguien triste podria oir canciones tristes y ese tipo de cosas...—Revolotea su mano en circulos.

Perla asiente lentamente, absorbiendo tus palabras mientras sigue mirando al mar.

—Es cierto... a veces, la música parece entender cosas que ni siquiera nosotros mismos sabemos. —Pausa un momento, y luego sonríe suavemente—. ¿Y tú? ¿Qué tipo de música te habla más? ¿La que te hace sentir mejor o la que te deja ir con todo?

—Me gusta toda la musica en general...¡me encanta toda la musica! —Los ojos de matt erradian una pasion y felicidad al hablar de musica. —es una de las mejores cosas que inventó el humano, trasmite mucho.

Perla sonríe al verlo tan emocionado, sintiendo su entusiasmo en sus palabras. Ella lo observa por un momento, sus ojos brillando con un toque de curiosidad.

—Es bonito ver que algo te apasione tanto. Creo que la música tiene esa magia... Puede hacernos sentir vivos de maneras que no entendemos. —pausa, pensando— Yo nunca he sabido si me gusta un estilo en particular... tal vez lo que me guste dependa de lo que sienta en el momento.

Matt asiente ligeramente.

—Tiene sentido.

Depronto...desde el cd, dentro de la camioneta, comienza a sonar "Can't help falling in love" de un tal "elvis"

Perla se queda en silencio por un momento al escuchar la canción, sus ojos se suavizan. La melodía llena el espacio entre ambos, y una sensación de calma parece invadir el ambiente.

—Es curioso... —dice en voz baja, con una pequeña sonrisa— Esta canción siempre me ha parecido... como si hablara de un sentimiento tan simple y profundo a la vez. Como si, a veces, no pudiéramos evitar lo que sentimos, incluso si lo queremos o no.

—Es amor.—Responde matt rapidamente. —El amor aveces no tiene palabras para describirse, solo se siente.

Perla asiente lentamente, Sus ojos parecen perdidos en sus pensamientos, como si la canción la llevara a un lugar donde los recuerdos y los sentimientos se mezclan.

—Sí... —responde suavemente— El amor es... algo extraño, ¿no? Como si, a veces, no supieras si lo entiendes o si simplemente lo sientes...

Pausa. Mira hacia la ventana, como si buscara algo fuera de la camioneta, pero todo está tranquilo.

—Es como si, de alguna manera, no pudieras evitarlo. Como si ya estuviera en ti desde el principio, esperando... su voz se vuelve más baja, casi inaudible.

Matt se mueve a ritmo lento de la misma canción mientras escuchaba a perla hablar, luego, responde:

—El amor te encuentra...me gusta el amor.—Agrega eso último algo inseguro...

Pero, pronto, esa inseguridad se va al momento del estribillo. Matt, se deja llevar un poco por la melodia....y comienza a cantarla.

:notes: "Take my hand, take my whole life too..." :notes:

Perla lo observa en silencio, un leve destello en sus ojos como si la canción la hubiera alcanzado de alguna forma. La melodía parece relajada, tranquila, pero llena de esa emoción que la acompaña en su forma de ser. La suavidad de tu voz, sumada a la canción, la envuelven en una atmósfera cálida, quizás algo nostálgica.

Ella sonríe apenas, de una forma tímida, como si fuera una pequeña conexión. A medida que continúas cantando, ella se inclina ligeramente hacia adelante, sin interrumpir, solo disfrutando de ese momento en silencio.

Finalmente, después de unos segundos, su voz se une tímidamente a la de matt, aunque solo en los susurros del estribillo:

:notes: "For I can't help falling in love with you..." :notes:

El momento se vuelve casi mágico, como si los dos estuvieran compartiendo algo sin necesidad de palabras.

Rapidamente, matt nota su canto y se exalta un poco de buena manera, le habla sonriendo y con un leve sonrojo en el rostro.

—¡Hey! Te la aprendiste y apenas la escuchaste...¡Tienes buena memoria!

Perla sonríe de forma suave, algo tímida, como si se hubiera sonrojado un poco. Mira hacia otro lado, al mar, pero sin dejar de sonreír.

—Bueno... he escuchado algunas canciones de vez en cuando... —dice con una voz suave, casi como si no quisiera destacar demasiado—. No es tan difícil recordar cuando la melodía es tan bonita, ¿verdad?

Vuelve a mirarte, esta vez más relajada, como si le hubiera gustado que la invitaras a unirse en ese pequeño momento musical.

—Así es.—Responde matt. En el fondo, él amó la voz de perla...pero no se anima a decírselo.

Perla se siente un poco más cómoda, como si la atmósfera entre ellos hubiera cambiado de alguna forma. Aunque no lo diga, parece contenta por haberse unido a matt en la canción.

—Es... agradable, ¿no? Cantar así, sin preocuparse mucho... —dice, mirando al mar y dejando que el viento mueva su cabello suavemente.

Luego, se voltea hacia él, con una mirada tranquila pero cargada de una especie de gratitud, como si estuviera agradecida por el momento, aunque lo mantenga en su interior.

—Gracias por compartir esto conmigo.

—Nah, gracias a ti. Siempre solía escuchar esas canciones solo.

Perla lo mira y su expresión se suaviza, por un momento se queda en silencio, como si estuviera absorbiendo lo que acabas de decir. Luego, con una ligera sonrisa, responde:

—Bueno, me alegra haber sido parte de este momento.

Disfrutando de la paz del lugar. Su presencia parece más tranquila, como si la conexión que ambos han ido construyendo fuera algo que le trae una extraña sensación de calma.

—Quizás... deberíamos hacerlo más seguido, ¿no? —dice en un tono algl timido.

—Seguramente...

En ese momento, la tranquilidad se ve interrumpida por una llamada en el celular de matt. Él, al observarlo, nota que es una llamada de su "amigo" y manager garfield. Se nota algo pensativo en si atender o no.

Perla lo observa mientras miras tu teléfono, notando la tensión en su rostro al ver el nombre de Garfield en la pantalla. La tranquilidad del momento se ve interrumpida por esa llamada, y ella se queda en silencio, esperando a ver qué decides hacer.

—Parece importante...—dice suavemente, sin presionar, pero su tono refleja una ligera curiosidad.— Si necesitas atenderlo, está bien. No te preocupes, no interrumpo.

Ella te da el espacio necesario, dejando claro que, aunque le interesa lo que está sucediendo.

—No. —Responde matt al instante. —Olvidalo. —Matt corta la llamada. El lugar queda algo tenso a pesar de la musica...matt observa el cielo. —Deberíamos volver, está oscureciendo.

Perla asiente, notando que el ambiente comienza a cambiar con el atardecer. La calma del día comienza a desvanecerse con la llegada de la noche.

—Sí... ya es tarde. —dice con una ligera sonrisa, levantándose suavemente—. Vamos entonces.

Se acomoda en el asiento de la camioneta, disfrutando del último vistazo al mar antes de que la oscuridad lo cubra. Mientras conduces, ella guarda silencio por un momento, como si estuviera absorbida en sus propios pensamientos, pero el ambiente sigue siendo cómodo, como si no necesitaras llenar cada espacio con palabras.

Al llegar, la ciudad está tranquila.