En la tierra donde el alba no canta,

donde la noche susurra al morir,

se alzan las sombras con lengua quebrada,

se alzan los héroes que han de sufrir.

Marchan los pasos en sendas de ruina,

pisan cenizas de un reino olvidado,

sellos de sangre en la piedra dormida,

ecos de un trono que yace callado.

Kael, el errante, carga su historia,

cadenas de culpa lo atan sin fin,

pero su acero, forjado en la gloria,

brilla en la sombra con fuego carmín.

Lysara susurra versos prohibidos,

noche en su piel y en su corazón,

sus dedos tejen destinos perdidos,

y en cada hechizo se hunde una acción.

Cuervo acecha entre ruinas doradas,

mira su nombre en la tinta del mal,

las sombras ríen con voz desgarrada,

¿es el ladrón quien robará el final?