you.

Aún recuerdo las veces que durmiendo tenía pesadillas, despertaba, te mandaba mensaje y llamabas. Nunca faltabas, siempre estabas, me hiciste quererte, me hiciste sentir que siempre estarías, que nunca me dejarías.

Me cuesta itir que me gusta el color rosa y sus tonalidades por tu culpa. "Amo el rosa", eso decías. Nunca le he dicho a nadie que gracias a ti, este color dejó de ser una inseguridad para mí y comenzó a ser un lindo recuerdo de quién creía que eras. Desafortunadamente siempre vivirás ahí.

No puedo creer que me mintieras tanto. Mentira tras mentira que poco a poco iba descubriendo. Pensar en la poca confianza que tenías en mí, me pone a dudar si era verdad todo lo demás, en lo que yo creía a ciegas.

Extraño a tu perrita, creo que es lo único que extraño de ti. Extraño sus vídeos donde la acariciabas y ella era tan tierna siempre. Ojalá hubiera resguardado una foto de ella.

Encontré capturas de nuestras conversaciones. Cuando ella y tú se convirtieron en pareja, en los momentos en que me ponían a resolver sus diferencias sólo porque yo era quién los conocía mejor a ambos. Me duele saber que la persona que me decía que me amaba fue quién más me dañó, que ella que tanto tardó en entrar en mi vida lo arruinó, y yo que confiaba en ambos seguí ahí como una tonta sin remedio.

Nunca le he dicho a nadie que teníamos una cuenta de instagram donde compartíamos escritos para el otro. Quise volver para borrar todo y dejarte sin nada, pero no pude. Perdí la contraseña la última vez que entré.

Ojalá poder odiarte, porque ni siquiera eso puedo. Todas las cosas que me hacías, que me decías. Toda tu manipulación, tu falta de respeto hacía mí. Nada bueno compensa eso. No puedo odiarte, pero nunca lo olvidaré.

No olvido cuando todos "iraban" nuestra relación y decían que querían tener una relación como la nuestra. Cuando en realidad, todo era una farsa, estabas conmigo y con ella. Y yo me quedé.

Aún después de 4 años, estas cicatrices me devuelven al momento en que supe quien eras de verdad. En la bañera, llorando sin parar, queriendo gritar, queriendo desaparecer, me odiaba.

Lamentablemente nunca podré odiarte, pero siempre me odiaré a mí.