棱镜 | Prism Armor |盔甲 | Capítulo 1: Érase una vez

2012/1/1

14:58

La Capa de Ozono

Por aquellas fechas, el ni siquiera había visto su primer amanecer. Su “padre”—Por llamarlo de alguna forma—, un Deoxys que se hacía llamar Netso, estaba obsesionado por llegar hasta la Tierra, ¿Pero que problema podía haber? El Rayquaza encargado de proteger la Tierra de su llegada, y tampoco parecía con intenciones de abandonar el cargo. Frente a todos sus intentos, el Rayquaza siempre encontraba la manera de pararlo. “La unión hace la fuerza”, pensaba Netso constantemente, pero dudaba que nadie fuese a ayudarle. Le sonaba a completa locura, ¿Pero que pasaría si pudiese crear un Pokémon artificial con su propio ADN? Al fin y al cabo, podía hacerlo perfectamente, no tenía nada que perder de todas formas. Usando como base el cuerpo sin vida de un Minior perdido por el espacio —Aunque este era bastante curioso, tenía un particular color granate— y su propio ADN, aunque también tuvo que manipular este, creó el cuerpo de un Necrozma como si de un gólem de arcilla se tratase. Por supuesto, no fue completamente perfecto, su armadura de cristal se rompía cada vez que forzaba mucho sus habilidades; no podía hablar directamente, por lo que se comunicaba con telepatía, y, por último, los cristales que sobresalían de sus brazos eran algo más pequeños y de un color granate, así como el símbolo detrás de su cabeza. El proceso fue muy largo y tedioso, por lo que Netsu no se iba a molestar en crear otro. El Necrozma no tenía ni idea de que hacer exactamente, Netsu solo le decía «Simplemente si quieres llegar a la Tierra tu también, ayúdame a enfrentar a ese puñetero Rayquaza». El Necrozma no se sentía en posición como para negarse, al fin y al cabo el le había concedido la vida, de todas formas. Una vez llegó el día en el que fueron a enfrentar al Rayquaza, de poco sirvió. Como era lógico, el Necrozma apenas sabía luchar. Aunque, en mitad de la batalla, el Necrozma recibió un fuerte golpe en el ojo izquierdo que no solo le dejó insconciente, también le dañó seriamente ese lado de la cara, haciendo una pequeña fisura. El golpe hizo que callese hacia la Tierra sin poder reaccionar, tanto Netsu como Rayquaza lo dejaron caer, dándolo por muerto. Netsu estaba especialmente frustrado, tanto trabajo para nada. Por suerte para el Necrozma, un grupo de Minior se apiadó de el y usando Psíquico, consiguieron estababilizarlo y dejarlo en tierra firme. Una vez en el suelo, todos los Minior le rodearon, siguió sin reaccionar durante bastante tiempo. El paisaje era un claro en un bosque, todo era vegetación y el silencio increiblemente relajante.

Minior Amarillo: Tios, tarda mucho en despertar

Minior Morado: Ya lo hará, vámonos de una vez, tenemos cosas que hacer y volvemos después. ¿Os parece bien?

Minior Amarillo: No

Minior Celeste: Pues yo paso de esperar más... Vámonos

Minior Verde: Por mi también nos damos el piro

Minior Rojo: . . .

Minior Verde: Tan charlatan como siempre

Minior Rojo: . . .

Minior Verde: Ahí tienes razón

Minior Rojo: . . .

Minior Verde: Bueno, eso ya es un poco de hijo de puta eh

Minior Amarillo: Sois unos desgraciados

Como si nada, los Minior partieron otra vez. Dejando al Necrozma solo en el bosque. No pasó demasiado tiempo, hasta que volvió a abrir los ojos, el sol le daba de cara y el agitar de las hojas con el viento era su única protección

Necrozma: (Que... Que ha pasado... ¿Donde estoy? ¿He... He llegado a la Tierra? ¿Y Netsu...? Da igual, supongo... Agh... Mi cabeza...)

Débilmente, el Necrozma se levantó, estubo un rato vagando por el bosque, sin rumbo fijo. Después de un rato, encontró una enorme llanura, a lo lejos se veía el mar, los destellos del sol rebotando contra este le resultaba una escena simplemente increible. Embobado frente a tal belleza, se descuidó y, por la espalda, recibió el golpe de un Pangoro, había usado Tajo Umbrío. El Necrozma calló al suelo, estaba débil y no podía luchar, ni sabía.

Necrozma: ¡Agh! ¡¿Que ha sido eso?!

El único motivo del Pangoro para atacarle, era que el mismo tenía miedo. Nunca había visto un Pokémon tan extraño y le atacaría hasta acabar con el. Antes de que pudiera asestarle el segundo Tajo Umbrío, un Kartana se interpuso y usó Espada Santa en el Pangoro, haciendo que retrocediese un poco

Kartana: C MAMÓ

El Pangoro rugió y furioso, atacó al Kartana con Fuerza Bruta. El Kartana no tuvo tantos problemas para echarse a un lado y evitarlo, para posteriormente atacar al Pangoro con Espada Santa otra vez. Terminando de debilitarlo. El Kartana se giró y miró al Necrozma, el cual seguía tirado en el suelo, este último se levantó con las pocas fuerzas que le quedaban y le devolvió la mirada en silencio.

Kartana: ¿Quién eres? Yo me llamo Origami