El día en qué te conocí

Por buenas recomendaciones, quise poder participar en el evento #MarDeNostalgia así que te invito a leer este pequeño relato, ya que en estos últimos días me encuentro muy nostálgica y con sueños de aventuras y romances :heart:

Bajo las estrellas del cielo nocturno, abrazando con amor la ciudad de Porcelana. Amada vida que surgió en tus hermosas calles iluminadas. Descenas de personas que se cruzan en las calles a mi lado, mientras me sumerjo entre mis pensamientos sobre anhelos que nacen en esas largas noches cuando solo me retumban los recuerdos por aquella vez en qué conocí al amor de mi vida. Solía quedarme hasta muy tarde sumergida en esos creativos trayectos en qué me proyecto para cumplir con una vida brindada por la magia, y el conocimiento que sobre pasan todo lo que se a comprendido en estos tiempos, por aquellos hombres a los que les atrae la belleza del suspenso por un universo al que poco se conoce.

Bajo el alba de aquel día cuando ví llegar ese gran crucero. Nunca antes había visto a tantas personas con sueños y esperanzas por convertirse en inolvidables entrenadores. Pero entre los transeúntes, ví aquel joven de hermosos ojos verdes y de cabello sedoso y largo que caía sobre sus hombros. Esos pequeños rizos daban vueltas y se encontraban para resaltarse ante la hermosa presencia de ese joven aspirante.

Su nombre era bastante extraño y misterioso. Tenía una voz tenue que te hacía volar hasta las estrellas. Era un sueño hecho realidad. Pero ante la timidez que me abrumaba, apenas lo dejaba pasar de largo. Estaba dispuesto a desafiar al líder del gimnasio Pokémon. De seguro sería quien ganaría la liga con su increíble equipo; estaba segura de ello.

Seguí mi camino mientras me perdía en mis ilusiones. La brisa de la tarde me regresaba al sentimiento que estaba naciendo en mi. Disfrutaba de un helado junto a mi Emolga. Ella era tan dulce y tierna que cuando vio mis ojos derramar unas pequeñas gotas de lágrima, me daba un abrazo. Su nombre era Durazno, y lo especial de ella no era su color brillante; si no que a pesar de ser buena en los combates, siempre estaba atenta cuando más la necesitaba. Éramos muy buenas amigas.

En la noche, estaba observando las estrellas en el puerto, cuando ví a aquel entrenador, junto a su Tepig muy sonriente. Parece que había logrado algo hoy. Y eso me había puesto muy contenta. Estaba muy sentimental en esos días. No se, es como si mi corazón aún recordara cuando había entregado mi amor por una persona muy especial. Pero ahora en mi eterna soledad, solo tenía mis sueños y pocos amigos me acompañaban.

                                          

Oh desolada noche de amores no deseados. De esos que solo surgen para recordarte que el amor de otros era pasajero. Porque el día en qué pudiera enamorarme nuevamente de alguien, ese alguien debería ser tan especial como la primavera. Una estación tan poética y romántica, o perfecta para que nuestros entrenadores pudieran relucir a sus compañeros. Había todo un libro abierto en esta historia. Sentimientos y combates. Unidos por una aventura en qué en medio de la batalla, siempre podrían nacer dos almas destinadas a estar juntas eternamente. Estrechados por las fuerzas del corazón de las estrellas.

Pero eso solo son voces tenues que se pierden en el aire. Pues en esta sociedad, solo importaba superarse a si mismo, confiar en tus compañeros, y jamás dejar de soñar en convertirse en grandes e inolvidables entrenadores pokemon. Perdonen si desvarío con estas cosas. Pero no sé puede ignorar las fuerzas naturales de la vida. No busco depender de otros. Si no de ser libre y abrir mis alas a un mundo en qué quizás, pueda resguardarme una aventura que marcará mi existencia para toda la vida. Solo debo saber por dónde buscar, y jamás ignorar la voz de mi corazón.

Aquel entrenador, se había percatado de mi. Yo sólo seguía mirando las estrellas, cuando el se detuvo a mi lado con una sonrisa cálida. Sus ojos demostraban que era un hombre puro y de buen corazón. Me preguntó cordialmente si podía sentarse a mi lado. Me alejé un poco para dejarlo sentar. El con un suspiro, me decía que las estrellas eran dimensiones distantes. Mundos aislados de nuestra realidad mientras el tiempo evoluciona a base de la fuente de aquellos, que han evolucionado con el conocimiento del universo. Y que cada uno de nosotros, éramos parte de el. Somos la energía reencarda para darle vida a los cambios del entorno en qué nos íbamos despertando, para ver la realidad de una forma más poética y espiritual.

Cuando hablaba, me perdía en su voz. No lograba comprender sus conceptos astronómicos y literarios sobre mundos distantes. En qué la luz era solamente una ilusión del espacio y tiempo. Tenía un sentimiento muy afin con esas cosas. Y por eso supe que el era alguien especial. Alguien que quizás... podría llegar a amar.

                                        

Me había sonrojado un poco. Hasta que el se percató mientras sonreía. Para luego decirme que quería combatir conmigo. Así que acepté y realmente disfruté de la batalla. El había ganado, así que mientras me acompañaba a curar a Emolga, el me había puesto su abrigo sobre mis hombros. Decía que estaba haciendo mucho frío, y que debía cuidarme. Luego, me acompañó hasta la ciudad Mayolica para disfrutar del parque de diversiones. Nos divertimos mucho en ese entonces. Luego el quiso ver un partido de fútbol Americano. Por último, nos subimos a la rueda de la fortuna.

Mientras giraba la rueda, el me seguía hablando sobre su forma de percibir el entorno. Y lo mucho que amaba los libros. De pronto, comenzaron a lanzar fuegos artificiales. Era tan hermoso que ambos nos perdimos en esos bellos colores. Hasta que accidentalmente, el había recostado su mano sobre la mía. Pero el se da cuenta de inmediato, y la aleja mientras se ruborizaba. Yo también me encontraba igual que el.

Después del espectáculo, el había ido a retar a Camila. Yo estaba apoyándolo mientras veía todos esos atuendos tan elegantes que hasta imaginaba como me veía con alguno de ellos. Emolga estaba muy alegre conmigo. Ya que hace mucho tiempo, me mantuve cautiva de las emociones. A causa de un pasado que es mejor olvidar. Después de que el ganara a Camila, se detuvo por un momento mientras me daba la espalda. El había suspirado y volteó a verme para luego extender su mano con la misma sonrisa, que tenía cuando lo conocí. Parece que era nuestra despedida. Su camino era largo así que debía seguir desafiando a los demás líderes. Yo sentí en ese momento, como si una parte de mi hubiera caído en el olvido.

No dije nada, porque el debía seguir su camino. Al igual que yo. No podría negarme a que el hiciera sus sueños realidad. Así que lo dejé ir con un fuerte abrazo. El estaba sorprendido, y me corresponde de igual forma. Luego me toma de la barbilla, para decirme que yo tenía un gran mundo que me aguardaba al final de la colina. Corra hacia ellos, y verás que deslumbraras el mundo algún día. Luego el se retiró, y yo me quedé con los brazos cruzados y con las mejillas cálidas. Pues había conocido a un hombre muy especial.

                                         

Camila estaba en las afueras, diciendo que había visto todo. Estaba muy conmocionada por haber conocido a un chico como el. Me decía, que el había viajado a muchas regiones junto a sus pokemon. Siempre dejaba una huella imborrable por dónde cruzaba. Pues se le conocía como Leonor. El chico de corazón noble y de un sentido por la justicia muy aguda. Y que lo más especial de el, es que sabía cuando una persona era realmente única. Y que eso lo había podido ver ésta noche. Yo estaba sonriendo y algunas lágrimas caían con delicadeza sobre mis mejillas que aún estaban cálidas.

No sabía que más decir. Pero al menos sabía que había conocido a una persona increíble. A pesar de que su mundo son los Pokémon y las aventuras, sabía cómo tratar a las personas. Y hacerlas comprender, que cada uno somos únicos e inigualables. Solo necesitamos mirar hacia nosotros mismos, para descubrir que papel debemos desempeñar en el mundo.

Estaba enamorada. Pero sabía que sus sentimientos eran una ola que no permanecía en el mismo lugar. Pues solo existía para evolucionar y ser una estrella más en el cielo. Ser un guardián de los sueños. Y sobre todo, para recordarme que yo también tengo una importante misión que cumplir. Y que en ese momento, era ahora mismo. Así que me despedí de Camila, para ir en búsqueda de nuevas aventuras también.