008;「 #WriteChallenge 」#byAnahiStorm

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“En la vida hay que evitar tres figuras geométricas: Los círculos viciosos, los triángulos amorosos y las mentes cuadradas”.

Mario Benedetti.

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#writtechallenge

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Hello, my delicious cattle and katsudon

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:arrow_right: Aquí Anahí regresa otra vez, en la comunidad hay mucha actividad y tengo ganas de hacer de todo ahora que estoy de vacaciones :sweat_smile:

:notebook: ¡Participación para el increíble writtechallenge! :notebook:

No tengo mucho que decir, más que a continuación dejaré las respuestas a las preguntas solicitadas para este concurso :kissing_heart:

:large_orange_diamond: ¡Espero que les guste el blog! :large_orange_diamond:

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:large_orange_diamond: Ficha técnica:

小児恋人 :arrow_right: Shōni Koibito

:large_orange_diamond: Nombre:

Amor de la infancia.

:large_orange_diamond: Pareja:

KuretoxShinyaxGuren

:large_orange_diamond: Tipo:

Oneshot.

:large_orange_diamond: Géneros:

Yaoi - drama - misterio - tragedia - romance.

:large_orange_diamond: Época:

Año 2015.

:large_orange_diamond: Autor/a:

Anahí Storm

:large_orange_diamond: Serie:

Owari no Seraph

:large_orange_diamond: Mangaka:

Escrito por Takaya Kagami e ilustrado por Yamato Yamamoto

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Estaba bien con las cosas como estaban, por muy presuntuoso que se oyera... no era un mal tipo y me merecía sufrir aquello. Ellos dos tampoco.

Me sentía sucio y traidor, aunque mis amigos dijeran que no.

Me levanté de la cama con una sábana blanca envuelta al cuerpo y me acerque a la ventana de aquel penhouse elegante que compartía con mí actual pareja. A pesar de la hora aún se apreciaban algunos autos de trabajadores que se quedaban hasta tarde en el trabajo o divirtiéndose lejos de los ojos de sus esposas e hijos.

En mi caso no era así.

Sin importar cuántos años pasarán, el y yo seguíamos teniendo esa chispa de nuestros días de adolescencia, aunque no siempre fue así.

Mentiría si dijera que nuestro romance fue a primera vista, comenzó de la forma más pura y sencilla hasta hoy en día. No. En lo absoluto, no hubo mucho romance entre nosotros, él no era mi primera vez, mucho menos mi primer amor o... mi primer amigo.

Aunque si fue la primer persona que estuvo para mi luego de la pérdida.

Aquel día tan oscuro, desolado y vacío. Recuerdo el aroma del hospital, el ruido de los doctores dando buenas y malas noticias, las enfermeras sintiendo lástima por los familiares y aquellos gritos histéricos de diferentes personas.

Nunca olvidé cuando el doctor dijo:

“-Lo sentimos... -”

Siquiera tuve que escucharlo conplemtamente. No necesitaba que me dijeran lo que ya sabía, el cargaba con una expresión triste y agotada, aquel “lo siento” quedó grabado en mí alma a fuego.

Mí actual pareja estaba conmigo, en aquel entonces no estábamos en buenos términos pero aún así estaba para mí.

Él me había abrazado y murmurado palabras que nunca alcance a oír, porque había comenzado a correr hasta la habitación de mí, antes, novio.

Lo vi, postrado en la cama del hospital. Sus hermosos ojos oscuros que aunque para muchos lucían tenebrosos para mí eran preciosos porque expresaban amor y ternura, estos estaban cerrados, sus manos que siempre me abrazaban de forma delicada como si temiese que me rompiera, estaban tiesos. Sus labios... que muchas veces había probado y tenían sabor a chocolate debido a que amaba aquel dulce, no se movían.

Una enfermera estaba cubriendo su rostro en cuanto había llegado.

Me miró unos momentos sorprendido y luego bajo la vista apenada. Se hizo a un lado, sin pensarlo me lancé a sus brazos llorando desconsoladamente.

Aquello no podía ser verdad, no quería que sea verdad.

Pasamos por tantos conflictos y malos entendidos para estar juntos, que verlo allí... sin vida, ni alma, destruyó mí ser. Me quito la poca cordura que había mantenido intacta hasta ese momento.

Fue por un accidente automovilístico.

Un adolescente venía ebrio, no sabía lo que hacía y choco contra él. Aun estábamos en nuestro último año de secundaria.

No estuve en el momento del choque pero se que regresaba de mí casa, aquella había sido nuestra última noche juntos. De haberlo sabido le abría dicho muchas veces más que lo amaba, le habría dicho que se quedará pero por miedo a que mis padres descubrieran nuestra relación... lo deje ir.

No hay día que no me culpe, aunque mí actual novio diga que no es mí culpa yo tengo en parte la responsabilidad.

Kureto no estaba conmigo... y yo aún recordaba su sentido del humor tan malo junto a sus igual de terribles chistes, sus partidos de básquet, aquellos almuerzos entre mis dos mejores amigos que me protegían tanto, luego descubrí porque lo hacían, y sus suaves caricias.

Estaba listo para enfrentarme al mundo por él, quería hacerlo.

Me había convencido de que lo haríamos juntos, pero no estaba preparado para que me abandonase... nunca creí que de un día para otro, una llamada podría destruir a una persona.

Antes de esa llamada, habían sucedido muchas cosas.

Desde que era un niño era llorón, debido a mi colores ojos y cabello, los demás niños me molestaban y se burlaban.

Pero recuerdo muy bien que Kureto y Guren siempre estaban para mí, me defendían, incluso lo hacían en primaria. Pero aquella defensa ya ha la pasado al pleito físico.

En una ocasión ellos llegaron al instituto lastimados, dijeron que no era nada, pero mi hermana Mahiru confirmo que vio a mis dos mejores amigos peleando con un pelotón de casi 6 chicos mayores luego de clases.

Me sentía mal por ellos, así que decidí tomar clases de defensa personal, no quería causarles problemas.

Pero aún así seguían siendo protectores conmigo, no dejaban que ningún chico o chica se me acercara y yo tomaba aquello como un par de amigos que eran celosos. No estaba molesto, al contrario, me sentía alagado de que ellos me tuvieran tanto aprecio.

Cuando entramos a la secundaria, en la primer semana. Uno de ellos se me declaro.

Kureto me había entregado una carta con todos sus sentimientos en ella, al día siguiente no podía verle la cara. Guren se percató de mi comportamiento con el contrario y pregunto que me sucedía.

Estaba avergonzado de hablar aquel tema con él, con cualquiera en realidad, nunca tuve problemas amorosos.

En un ataque de histeria Guren me grito en la cara que quería saber porque yo le gustaba, al comienzo estaba sorprendido y sonrojado. Cuando se percató de que no podía retractarse de sus palabras me dijo que tenía sentimientos por mi desde que éramos niños.

Lo que me percate, es de que Kureto estaba escuchando nuestra conversación.

Su rostro decepcionado había calado en lo profundo de mi corazón, nunca había visto aquella expresión tan triste, me había quedado en shock. Tanta fue mi impresión que no corrí detrás de él.

Al día siguiente, no fui a clases, tampoco los tres días después de eso.

Kureto y Guren no se hablaban, algo que no pasó desapercibido por nuestros compañeros de clase.

Guren comenzó a hablarse más con un grupo de alumnas, entre ellas su enamorada Sayuri, una callada Shigure, la pelirroja Mito y el divertido Goshi. Mientras que Kureto se había sumido aún más en su entrenamiento en el club de básquet, se hablaba con una rubia que en “secreto” lo amaba, llamada Aoi y Seishiro.

Mi hermana preocupada por mi, me obliga a que le diga que nos sucedía.

Tras dar mucha vueltas, le cuento los últimos sucesos. Ella me escucha atentamente sin interrupciones, cuando finalizó se cruzó de brazos y luego va en busca de una manzana, la coloca frente a mi, tira si cabello hacia atrás su extiende ambas manos y dice:

“-Imagina que esa manzana son tus sentimientos, luego imagina que mis manos son una balanza. Ahora piensa en cada uno de ellos por separado y dime... ¿que duele más? ¿ver a Kureto con Aoi, o a Guren con Sayuri? -”

Pensé en sus palabras y mi elección es historia.

El dolor que sentí en mi pecho cuando vi a Kureto con Aoi fue horrible, sentía que iba a alejarlo de mi y ya no sería el único en su mundo.

El tendría a otra persona a quién proteger, no habría más caricias accidentales, abrazos inocentes o momentos en privado sin la preocupación de su novia encima.

Al día siguiente fui al instituto, primero hable con Guren.

Con una triste sonrisa asintió, me pidió tiempo y se marchó. Él no apareció por el instituto en más de dos meses, pero enviaba mensajes ocasionales diciendo que todo estaba bien y regresaría pronto.

Cuando vi a Kureto con Aoi, estaba hablando de un tema interesante debido a la sonrisa de la ruta. Aquella era la misma sonrisa que tenía cuando él me hablaba, eran los mimos ojos de tonto enamorado. Comprendí que tal vez desde siempre tuve preferencia por Kureto y solamente faltaba un empujón para que itiera aquello.

Me acerque a él y lo aleje de la chica tirándole del brazo. Me vía sorprendido mientras nos dirigimos a la azotea.

En cuanto estuvimos solos... lo bese.

De la misma forma que quería besarlo desde que me entrego la carta, de la misma forma del día que nos conocimos y de la misma forma que quise besarlo los días siguientes.

Fue difícil que Guren se acercara de nuevo a nosotros, pero lo hizo.

-¿Shinya...? -Una voz masculina y somnolienta me saco de mis recuerdos seguido de un bostezo de su parte -¿que haces despierto? Son más de las 04.00 AM -

-Ah, lo siento. No quería despertarte -Dije con una sonrisa de lado en mí rostro.

El hombre se acercó a mí con sueño y dejo caer su cabeza sobre mí hombro, mientras tomaba asiento a mí lado. Yo observaba exterior de la noche concentrado mientras que él tenía sus bellos ojos cerrados.

Su cabello era del mismo color, sus ojos también era oscuros pero demostraban amabilidad al verme, su cuerpo no era tan grande pero aún así tenía un físico excelente, sus expresiones eran divertidas y siempre tenía una conversación para que yo riera.

Yo sé que aunque él no pueda verlo por si mismo, aún cuando se encuentra en medio de la oscuridad, sé que es una persona que tiene el valor y el coraje para alcanzar lo imposible.

Cuando Kureto murió, Guren me dio tiempo.

Pasaron varios meses y el un día como cualquier otro se plantó en mi puerta y de forma sería dijo:

-Te esperaré donde en el café Agape, no importa cuando te dignes a ir o cuánto tiempo tardes, yo voy a esperarte todos los días a las 13:00 PM -

Y sin decir nada más, se fue. No le detuve, siquiera cambie mi expresión de zombie al hablar con él, había estado encerrado por meses y no tenía ánimos para arreglarme para una cita cuando la persona a que creía que amor de mi vida... murió.

Deje que pasaran dos meses, no creía que Guren cumpliera su promesa, pero aún así... aquel 13 de julio... decidí ir.

Guren estaba sentado en una mesa con la cabeza gacha y una taza de café entre sus dedos. Me quedé detrás de él sin saber cómo reaccionar, pasaron los minutos y este se la levantó para irse. Iba a salir por la salida contraria a dónde estaba.

Mis manos no se movían, mis pies estaban pegados al piso y mi voz se había quedado atorada en mi garganta.

Con todo el valor que tenía... llamé a su nombre.

-¿Sucede algo? ¿Yuu se metió en otro problema? Ese mocoso... cuando regrese de la casa de su amigo voy a... -

-Ya, ya, Guren. Yuu no hizo nada -Creo.

Observe el cuerpo erguido de Guren.

Tenía el pecho descubierto, unos pantalones deportivos negros y estaba descalzo.

Le hice señas para que recostara su cabeza en mis muslos, este mi hizo caso y se encogió hasta quedar en una posición cómoda para ambos. Comencé a acariciar su cabello mientras veía el contorno de su rostro.

Me gusta cuando Guren revuelve su cabello al estar nervioso, me gusta cuando oigo palabras provenientes de su corazón, me gustan sus ojos que parecen feroces pero se iluminan cuando me ven o hace sonreír a Yuu y sus amigos, la manera en que sus ojos brillan me gusta.... la forma en que siempre camina decidido, también, su rostro que al estar preocupado luce tan indefenso hace que se me oprima tanto el corazón que provoca que quiera abrazarle

También me gusta la calidez que siento cuando me sonríes.

Yo sé que cuando dice algo que odia de si mismo, quiero decirle todas las cosas maravillosas que vel en él, creo en su potencial más que nadie.

Cuando no tenía nada y no me conocía a mi mismo en este mundo, Guren vino a rescatarme, me extendió su mano y sonrió.

Guren fue quien me permitió escapar de es monocromático vida que conocía luego de la muerte de Kureto. Él resistió por años, aún estando solo, durante mucho tiempo me espero. Dijo las palabras que quería oír sin saber, dijo la palabras más bellas que me permitieron volver a sentir, las dijo cuando más las necesitaba y las escuché de la persona más fuerte de la tierra.

Mi tiempo se había congelado desde esa noche, desde ese entonces no tenía nada.

Guren fue quien descongelo mi corazón e hizo que mi tiempo volviera a fluir, aunque nadie creía en tus sentimientos por mí, siquiera yo mismo, aunque estaba pendiendo la razón, prometo que cuando ya no seas capaz de soportarlo todo tu solo... yo creeré en él y estaré allí para él.

Yo confío en Guren, él es aquella personas que me salvó la vida.

Me gusta cuando arruga su nariz al estar avergonzado, me gusta cuando habla de las cosas que le gustan, me gusta la forma en sus ojos brillan al estar con las personas que quiere, me gusta como demuestra su amabilidad sin percatarse, me gusta lo buen padre que es con Yuu, me gusta cuando camina cerca de mí sin avergonzarse y no puedo evitar sonreír.

-Te amo -Dije de la nada.

Guren giro su rostro para verme y sonrió, alzó su mano y acarició mi mejilla.

-Yo también -

Guren... si estás vacío, si no tienes nada, si no puedes perdonarte a ti mismo... entonces volvamos pensemos en nuestra familia.

Tal vez nunca pueda amarte tanto como a Kureto, tal vez nunca logré olvidarlo... pero estoy seguro de que no te dejare ir. Guren y Yuu... son lo único que tengo ahora.

2325 Palabras.

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:notebook: Despedida :notebook:

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#mychallengefic

:small_orange_diamond: Goodbye, my delicious cattle and katsudon!

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