[ :tangerine: ] — 016 ;; Soy como tú, tú eres igual .

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🇦🇷 [ Argentina, Mendoza ] | [ Viernes, 4 / 4 ] :calendar:

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• T a g s |

#AwsConcept

#NewWorld

#NamiLover

#TPaja

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• | Í n d i c e ~

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1. Índice

2. Presentación

3. Una Ficha Técnica

4. Un Fanfic

5. Despedida

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• | P r e s e n t a c i ó n ~

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¡Bienvenidos!

Sean todos bienvenidos y espero que tengan un bello día.

No diré mucha cosa. Bienvenidos al primer Fanfic que escribo para esta comunidad.

El evento de New World está siendo muy riguroso, y esta vez encomendó en hacerme escribir un Fanfic sobre mi personaje: Nami.

Y no solo eso, sino que dicho Fanfic debería narrar algún suceso que marcó la vida de mi personaje, y también debería incluir 3 personajes distintos de One Piece que hayan aparecido en tres lugares distintos: Los 4 Blues, Grand Line Paradise, Grand Line New World.

Y para rematar, el Fanfic que debo escribir debe ser de Romance...

Tengo mucho trabajo que hacer, así que voy a ponerme manos a la obra.

Espero que lo disfruten, yo me voy despidiendo porque tengo mucho que escribir aún... Jaja.

Nos vemos.

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• | U n a   F i c h a   T é c n i c a ~

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Nombre

Soy como tú, tú eres igual.

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Capítulos

One Shot

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Género

Romance

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Palabras

3100

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Personajes

Nami [Protagonista]

Don Krieg [East Blue]

Vivi [Paradise]

Cracker [New World]

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Autor

Agus

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Sinópsis

Nami era una campesina humilde que tenía una gran amistad con la princesa Vivi. Las dos se divertían juntas en el castillo cuando eran niñas.

Pero las dos se pelearon debido a que Nami causó un gran alboroto. El Rey Cobra castigó a la princesa Vivi, y esta en respuesta se distanció de la campesina; dejándole en claro que haberla conocido fue el peor error de su vida.

Cuando los años pasaron, Vivi se convirtió en la heredera al trono; por lo que fue educada de la forma más delicada posible, lo que le agotó mentalmente. Mientras que Nami se dedicó a trabajar en el campo, con más problemas en su huerto cada día.

Un día, las dos volverían a cruzar sus caminos. ¿Tal vez haya sido el destino? No lo sabemos. Toca descubrirlo cuando leas el Fanfic.

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• | U n   F a n F i c ~

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Despertar por la mañana.

Ducharme y desayunar.

Salir al campo para preparar la tierra.

Sembrar las semillas de los frutos.

Usar la regadera para humedecer los cultivos.

Levantar la carretilla para llevar frutas y verduras.

Una rutina que puede parecer sencilla, pero conlleva a tener una piel bronceada debido a trabajar bajo el sol.

Me gustaría comentarles que esa es mi rutina desde que vivo sola. Puede parecer divertido comer lo que deseas a diario, pero les aseguro que en realidad es un trabajo duro.

Mi vida se estaba volviendo monótona, y cada vez sentía que necesitaba descansar o hacer cosas diferentes.

Tal vez los rayos del sol no me dejaban pensar bien, pero esa era la mentalidad que tenía en ese entonces.

Al día siguiente desperté en la mañana para empezar con mi rutina, pero escuché unos golpes en la puerta de mi cabaña.

Sin dudarlo abrí la puerta, y tras ver aquel rostro que estaba al otro lado, una sensación extraña entre nostalgia y calidez me nublaron la mente.

Reconocí aquella figura al momento, se trataba de una vieja amiga mía llamada Nefertari Vivi. Por lo que sabía hasta entonces, ella era la princesa de un reino cercano a mi campo.

Me desconcertó ver a la princesa en la puerta de mi cabaña, pero actué como si no me ocurriera nada.

Nami — ¿Q-qué es lo que quieres...? N-no te veo hace mucho tiempo.

La princesa tenía un semblante serio, pero no tenía problemas en sonreír para saludarme.

Estaba aún más confundida. Recuerdo muy bien que cuando éramos niñas nos separamos por mi culpa. ¿Acaso vino a encerrarme en el calabozo de su reino...?

Claramente no. La princesa tenía intenciones aún más extrañas.

Vivi — ¿Me podrías invitar a una taza de té? Tengo una petición que hacerte...

Estaba entrando en pánico, el asunto parecía ser muy serio. Rápidamente le invité a pasar y calenté el agua para preparar un té.

Una vez listas las tazas, nos sentamos una en frente la otra. Me costaba trabajo mirarle a los ojos, pero debía mantener la compostura tal y como ella era capaz de hacerlo.

Nami — Y bueno... ¿Q-qué necesitas? ¿C-cuál es esa petición...?

Pregunté, con la esperanza de quitar el misterio de raíz. La princesa solo se limitó a ser aún más extraña.

Vivi — Primero me gustaría saber algo. ¿Cómo es tu trabajo actual? Ya sabes. Manteniendo el campo y tus cultivos. ¿Qué tan duro es?

Aquella pregunta me dejó pensando. No me costaba responder, pero... ¿Qué fregados planea esta princesita?

Nami — E-es simple. Solo es levantarse a la madrugada, salir al campo y cultivar semillas, regar, y recoger lo que está listo con la carretilla... No es tan duro en realidad.

Mentí para tratar de lucir genial, pero realmente estaba agotada de toda esta rutina tan monótona y ardua.

La princesa bebió de su taza de té con mucha elegancia, desentonaba muchísimo verle así en mi cabaña tan humilde.

Vivi — Ya veo. En ese caso... He venido a negociar, Nami.

Escuchar mi nombre salir de los labios tan delicados de la princesa me generó muchos sentimientos encontrados. Me sentía rara, ya que se supone que estábamos peleadas, pero verla en mi cabaña beber té de esa forma me tranquilizaba en cierto modo.

Me reincorporé, y continué con esa charla tan extraña pero a la vez tan bonita para mí.

Nami — ¿Qué clase de negocios...? ¿Necesitas verduras? ¿O necesitas frutas?

Creía que al ser una noble, la princesa necesitaba de mi campo para poseer lo que sembraba.

Aunque la propuesta de la princesa me dejó con una sensación muy extraña, incluso llegué a sentir miedo.

Vivi — No hablo de esa clase de negocios. Necesito que hagas algo por mí... ¡Quiero que cambiemos de rol! Más bien, es una orden.

¿Cambiar de rol? ¿Acaso se refiere a que ella será una campesina y yo una princesa? ¡¿Que demonios le ocurre?!

Lo pensé con calma, debido a que esto podría servirme mucho para descansar de mi trabajo.

Pero... ¿Porqué ella querría algo así?

Nami — ...Necesito saber porqué. ¡Vivi, dime qué está ocurriendo! No nos vemos desde hace años... Vienes y es para pedirme este favor tan extraño. ¿Qué hay de exigir disculpas por lo que hice?

Noté que su rostro había cambiado. Más que mantener la compostura, parecía sorprendida por algo. Aunque recuperó su calma y serenidad al momento.

Vivi — No tengo tiempo para esas cosas. Ahora si me lo permites... necesito que me enseñes tus cultivos y cómo debo manejarlos.

Me sentí en la obligación de levantarme y acompañar a su majestad afuera para mostrarle los huertos cosechados.

Remolachas, calabazas, manzanas, zanahorias, cebollas, papas, y por sobretodo, mandarinas; eran la causa por la que me levantaba tan temprano. Necesitaba cuidarlas para que se mantengan bien hasta la temporada siguiente.

Le enseñé cómo sembrar, cómo regar, cómo manejar la tierra, y cómo quitar las frutas y verduras sin lastimar el huerto.

Vivi — El campo es enorme... ¿Todo esto lo hiciste tú sola? Tengo que itir que se ve precioso.

Al escuchar dichas palabras, no pude evitar sonreír y sonrojarme ante tal cumplido. Evadí la mirada para disimular mis sentimientos ante la princesa.

Me sentía muy feliz, pero aún extrañada por lo que estaba haciendo. Jamás imaginé que la princesa se fijaría en mi trabajo tan monótono.

Nami — G-gracias... ¡Solo es mi trabajo!

Aquella noble se acercó a mí, y me obsequió un brazalete con una joya muy bonita de color violeta.

La sostuve, y no me dió tiempo a preguntar de qué se trataba. La princesa se adelantó completamente.

Vivi — Ese brazalete servirá para que no sospechen sobre nuestro cambio. Si te descubren usurpando mi identidad van a encerrarte en el calabozo.

Nami — H-hey... ¿Esto va en serio? ¡Es una locura...! Por lo menos dime porqué tengo que hacer esto...

Seguía sin entender absolutamente nada, pero después de insistir con una explicación que justifique este plan tan extraño.

Vivi — Necesito un descanso... O más bien necesito escapar. No soy capaz de ser la heredera al trono de mi reino. Es por eso que necesito cambiar de rol contigo...

Pensé para mí misma: Si me elige a mí para esto... Significa que no tiene a nadie más que pueda tener la confianza para poder saber esto.

Me sentí mejor sabiendo que la princesa Vivi pensó en mí para hacer esto, aunque no lo exprese con palabras, noto que aún me tiene aprecio.

Nami — Está bien. Puedo cambiar de rol contigo. A decir verdad, también necesitaba tomar un descanso de mi trabajo.

Vivi — ¡Muy bien! Ahora déjame decirte que este brazalete no solo nos va a camuflar... sino que también podremos comunicarnos. Son brazaletes mágicos, y la fuente de la magia es la gema de amatista que posee.

Después de recibir las instrucciones sobre cómo usar el brazalete, me había preparado para suplantar la identidad de la princesa Vivi. Estaba lista para vivir la vida de una noble.

Ella me indicó por dónde estaba el carruaje que debía montar para viajar al castillo, y no tardé mucho en encontrarlo y subirme en él.

El brazalete era muy eficiente, ya que logró adaptar mis cuerdas vocales a las que tiene la princesa. Me entusiasmé por un momento y no podía evitar mostrar la emoción de vivir en el castillo que de niña solía visitar.

Dentro del castillo, se me dió la orden de ir a ducharme y dormir. Era extraño dormir tan temprano, pero debía actuar lo más casual posible.

Me duché usando el brazalete que la princesa me obsequió para no levantar ninguna sospecha, y fui a descansar en una cama lujosa. Recordaba aquellos tiempos junto a Vivi, y ití que le extrañé en todos esos años de soledad.

Al día siguiente, unas campanadas resonaron por mi nueva habitación lujosa y desperté un poco alterada. ¿Porqué campanadas? Creía que las princesas podían dormir el tiempo que desearan...

Me alisté con un vestido simple, y al poner un pie fuera de la habitación, uno de los mayordomos vino hacia mí para regañarme por usar ropa tan simple en el castillo.

Cracker — ¡Su majestad! ¡Usted es la heredera al trono! ¡¿Qué hace vestida con ese trapo tan simple?!

Tuve que regresar a mi habitación para cambiar de ropa, y me vestí con algo más detallado y ajustado. Usar tacones para pasear por mi hogar... ¿Quién lo diría?

La gema del brazalete empezó a brillar, y gracias a las indicaciones de Vivi, sabía que debía presionar en ella para comunicarme con la princesa.

Vivi — ¡Nami...! ¡Gracias a Dios que contestas...! ¿Cómo se enciende el horno para preparar el té?

No pude evitar reír un poco al escuchar su duda. Era algo tan básico para mí, que en ese momento no podía pensar que una princesa tan sofisticada como ella no podría entender cómo funciona un horno.

Nami — Se le llama hornalla, su majestad. Solo necesita presionar la perilla central del horno y usar las cerillas para encenderlo. Una vez esté encendido, puede dejar de presionar la perilla.

Vivi — Uhm... ¿Qué es una cerilla?

Nami — Son palillos de madera que se usan para encender fuego... La caja de estos están en la mesada.

Vivi — ¿Y qué es una mesada...?

Nami — ...La mesa que está al lado del horno.

Vivi — ¡Oh, muchas gracias! No imaginé que algo tan sencillo podría costarme tanto... En fin, luego hablamos.

Escuchar su voz tan encantadora comentar lo mucho que le costó encender una hornalla me causó ternura.

Sentía mucha nostalgia, la princesa Vivi que conocía también hacía preguntas muy obvias de responder para mí.

Sin darme cuenta, me ruboricé un poco. Para luego darme cuenta de que el mayordomo Cracker alzó su voz para llamar mi atención; comentando que el desayuno estaba listo.

Cuando acompañé al mayordomo hacia el comedor del castillo, un gran banquete me esperaba en la mesa. No era normal para mí ver tanta comida, por lo que me limité a sentarme y beber té.

El Rey Cobra, quien estaba desayunando también, me llamó la atención porque no estaba agarrando bien la taza.

Una vez que logré hacerle caso, disfruté de mi desayuno tranquilamente. Aunque para mí gran sorpresa, una gran incomodidad se avecinaba.

Rey Cobra — ¿Ya pensaste en tu pretendiente para la boda, hija?

La sorpresa hizo que escupa el té que estaba bebiendo. Una gran confusión yacía de mi mente... ¿Pretendiente? ¿Es que acaso Vivi tenía prometido?

Nami — Uhm... ¿P-pretendiente? ¿D-de qué habla, padre...?

Me costaba fingir con naturalidad, realmente estaba hyperventilando y necesitaba un respiro.

¿La princesa Vivi? ¿Un pretendiente? ¡Jamás! ¡A ella nunca le vendría bien tener un novio!

Rey Cobra — El príncipe Sanji Vinsmoke sigue interesado, incluso se ofreció para venir al castillo. Eso te lo comenté ayer en la mañana.

¿Porqué ella no me dijo nada de esto...? Ella sabe que no me interesan los chicos... ¡Yo misma se lo dije!

No puedo aceptarlo, lo siento...

Nami — N-no me interesa... L-lo siento, padre...

Rey Cobra — Es una orden, hija. Las puertas del castillo ya están recibiendo a ese joven Sanji. Lo que tienes que hacer es aceptarlo te guste o no.

Nami — ¿Q-qué...?

Traté de calmarme para no causar un alboroto... yo no quería recibir a ese hombre, pero no me quedaba de otra.

Caminé hacia el salón que recibía al príncipe, y me acompañaba una expresión algo fría y distante.

Sanji — ¡Buenos días, su majestad! Es una alegría poder conocerte al fin...

Escuchar su voz me repugnó, me recordaba a aquellas veces que intentaban coquetear con la princesa Vivi.

Aunque tenía la obligación de responderle a ese príncipe desagradable.

Nami — Hola.

No podía evitar responder con pura frialdad, simplemente nacía de mí hacerlo. Él intentó acercarse a mí, y aunque traté de retroceder, los tacones hicieron que me tropiece; pero antes de caer al suelo, el príncipe me agarró de la cintura e hizo que me aferre a él.

Sanji — Cuidado, princesita... El suelo es muy sucio como para recibirle.

Cuando dijo aquellas palabras en mi oído, enloquecí. Le empujé levemente con mis brazos y le golpeé en la mejilla debido al impulso y adrenalina del momento.

De pronto, tapé mi boca al darme cuenta de lo que había hecho. El príncipe se levantó débilmente y después de lloriquear porque le dolió el golpe, me gritó y se fue del castillo.

Esto fue un gran alivio para mí, aunque seguía molesta por lo que me hizo el príncipe. Toqué dos veces la amatista de mi brazalete para hablar con la princesa Vivi.

Nami — Su majes... Ugh, no. ¡Vivi! ¡¿Qué rayos significa esto?! ¡Tu padre me obligó a coquetear con un príncipe...!

No recibí respuesta alguna, y esto causó que me cegara en ira por completo.

Nami — ¡¿Y no contestas?! ¡Estoy cansada, Vivi! ¡Cansada de haber tenido que ser arrastrada a esta mierda por tu culpa...! ¡Renuncio! ¡No pienso seguir usurpando tu identidad!

Después de soltar mi rabia, di la media vuelta para irme del salón, pero con la gigante sorpresa de ver al Rey Cobra en frente mío.

Claramente había escuchado toda mi discusión con Vivi, por lo que sabía que todo era una farsa.

Rey Cobra — No imaginé que existiera una persona con el mismo rostro de mi hija... Pero usurpar la identidad de un miembro de la realeza es un delito grave, jovencita. ¡Guardia, general Don Krieg!

Saber que me había descubierto a este punto era lo de menos. Sentía que debía poner en su lugar al rey del castillo.

Nami — ¡Tú eres un desgraciado, Rey Cobra...! ¡No recordaba lo desconsiderado que eras...! ¡Obligar a tu hija a casarse con otra persona...! ¡Yo sola podría cuidarla mucho mejor!

Mis palabras tan hirientes iban a pasarme factura tarde o temprano, y no tuvo que pasar mucho tiempo para que el guardia del castillo me atrape con una red y me aprisione en el calabozo.

Don Krieg — ¡Esa boca sucia que tienes es propia de una estúpida y pobre campesina!

Nami — N-no puede ser... ¡No puedes encerrarme en el calabozo!

Cuando me lanzaron hacia la celda y cerraron la puerta de metal, mi brazo impactó fuertemente con una de las paredes. Esto causó que la amatista de mi brazalete se rompiera, revelando mi verdadera identidad y perdiendo mi comunicación con la princesa.

La princesa Vivi había quedado paralizada al escuchar cómo me encerraron y perdíamos la comunicación. Estaba arrepentida por no poder pedirme perdón antes de que me encerraran en aquel aterrador calabozo.

Pero al oír mis palabras cuando mencioné que yo podría cuidarla mejor, agarró la valentía para regresar al castillo.

Había pasado un día entero, y la princesa logró llegar al castillo. Sin pensarlo dos veces, ella se dirigió rápidamente al calabozo con la intención de liberarme lo antes posible.

Pero al encontrarse con el guardia Don Krieg, este le encerró pensando que era yo y me había escapado.

El guardia no presto mucha atención cuando encerró a la princesa, sin notar que había otra persona en dicha celda.

Al estar las dos solas en celdas insonorizadas, tuve tiempo de sobra para discutirle todo lo que no pude discutirle antes.

Aunque antes de que pudiera abrir la boca, ví que la princesa estaba llorando mientras ocultaba su rostro en sus propias rodillas.

Verle de esa forma hizo que ablande mi corazón para poder protegerla.

Nami — H-hey... ¡L-lo siento!

Vivi — Perdóname a mí... ¡Dejé que arriesgues tu vida viniendo aquí, sin haberte dicho nada sobre mi prometido! ¡Fui una cobarde...!

Nami — ¡Claro que lo fuiste! Pero ya pasó. Estamos aquí encerradas y no me han dado comida en todo el tiempo que llevo aquí.

Vivi — Conté con que algo así pasaría, asi que ten...

La princesa me ofreció una mandarina que había cosechado con sus manos. Noté que estaba mal cortada, pero no me importó en lo absoluto.

Era muy lindo ver que la princesa se había molestado en traer mandarinas para darme de comer.

Nami — Gracias, Vivi... Podemos comer compartiendo esta mandarina.

Vivi — ¡Gracias por no odiarme!

Nami — ¡Jamás voy a odiarte...! Hemos estado muchos años distanciadas, pero nunca pude evitar extrañarte en verdad.

Vivi — ¿D-de verdad...?

Nami — Claro que sí. No podía parar de temblar cuando me visitaste en mi campo...

Vivi — Yo... ¡De verdad no sé cuánto agradecerte...! No sabía que significaba tanto para tí...

Nami — Significas mucho para mí... Tal vez por eso escupí a ese niño que intentó coquetear contigo. No soy capaz de soportar verte con otra persona.

Vivi — N-no me lo recuerdes ahora, me da pena...

Entre risas, las dos nos reconciliamos en la celda que nos tenía prisioneras.

Ambas habíamos desarrollado sentimientos por la otra debido al paso del tiempo.

Y en esa celda logramos dejar en claro bastantes cosas.

No suelo creer en los cuentos de hadas, pero sí estoy empezando a creer que Vivi los hace realidad.

Digo esto, porque la forma que usamos para escapar de la celda fue muy curiosa.

Es muy absurdo, pero escapamos gracias a polvos mágicos que Vivi tenía en su bolsillo. Dichos polvos nos llevaron hacia mi campo.

Vivi me explicó que usó estos polvos para viajar hacia el castillo también, y la preparación de estos es utilizar la esencia de un objeto perteneciente a un lugar en específico. Una vez molido dicho objeto con otras especias mágicas, da como resultado un polvo mágico que te lleva hacia el lugar donde pertenecía el objeto molido para la preparación.

¿?

A veces nuestro escritor piensa en las razones más estúpidas para explicar las cosas que ocurren en sus Fanfics.

Espero sepan perdonarlo.

Dejando de lado la rotura de la cuarta pared...

Esta mini aventura que tuve cuando cambié de roles con Vivi me ayudó muchísimo.

Ahora vivo de la misma forma, trabajando a diario... pero soy feliz.

Noto mi vida menos monótona... Mientras hago mi labor en los cultivos, Vivi me tiende la mano cuando lo necesito.

Podría decir que esto me cambió la vida.

Para terminar con mi relato, les doy este mensaje; no tengan miedo en adentrarse a una aventura que se les ofrece de pronto. ¿Quién sabe? Tal vez mejore la calidad de sus vidas por completo.

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