[Mucho texto, probare no depender de las imágenes para describir, está versión mejora mucho, aún así aquí está la primera parte original Primera parte original
Responsabilidad
¿Dónde estoy?... Es, un lugar muy tranquilo, me encantaría qued-
— Los gritos de una mujer empiezan a perturbar la paz del chico —
Mujer: ¡Niño!,¿estás atento?¡
¿Atento a qué? ¡No esté gritando maestra...! ¿Maestra?¡
— El chico despertaría de su sueño encontrando frente al a la furiosa maestra —
Maestra: Estoy ansiosa por escuchar tu pretexto de esta ocasión...
—El chico sin mirar a los ojos a la maestra dice frustrado —
Chico: Pretexto o no a usted nunca le importa.
—La maestra alzando un poco la voz la voz le responde—
Maestra: Si no me importará no detendría mi clase para saber porque siempre te duermes en clase.
-El chico miraría un poco hacia abajo ignorado a la maestra -
Maestra: Y no solo eso me preocupa, eres distante con tus compañeros, no cuidas tu imagen personal y no cumples con tus responsabilidades. Ahora solo te perjudica a ti, pero quiero evitar que tú actitud pueda afectar a los que te rodean...
- En voz baja el chico diría -
Chico: ¿Qué le importa lo que haga chismosa?...
— La maestra con una clara molestia en su rostro le pregunta ofendida al chicho —
Maestra: ¿Perdón?
— El chico inmediatamente mira a la maestra con preocupación —
Chico: N-nada
- La maestra se quedaría en silencio mientras el chico trata de ocultar su miedo y culpa -
Maestra: No hago esto por mí, si quisiera solo mando a llamar a tus padres y listo...
—El chico levanta la voz al mismo tiempo que se levanta un poco de su asiento —
Chico: ! NO¡!No le digas a mis papás ¡
Maestra: Pero mi responsabilidad es enseñar, no llamaré a tus padres.
Chico: ¿Enserio?
— El chico confundido relaja su postura —
Maestra: Pero, mañana me vas a traer escrito en una hoja, me dirás cuál es tu objetivo de vida y por qué y no te preocupes, esa será tu tarea.
— Se escucha como el resto del salón se queja con comentarios como "no es justo, es muy fácil" y entre otros —
Chico: Está bien maestra, mañana se lo daré.
— El chico se empezaría a acomodar nuevamente para seguir con su sueño —
Maestra: Pero si no lo traes, llamaré a tus padres y todo el salón deberá hacer lo mismo, pero en 5 hojas.
— Los nervios del chico se pondrían de punta nuevamente al escuchar las condiciones de la maestra, mientras de fondo retumban las quejas del resto de los alumnos —
Chico: Pero ¡¿qué tienen que ver ellos?! El castigo es para mí ¡
Maestra: No solo quiero saber si tienes aspiraciones a futuro, quiero que sepas que habrá momentos en los qué tus errores pueden perjudicar a los que te rodean.
— La carga de responsabilidad dejaría al chico callado mientras suena el timbre de la salida, mientras todos se retiran del aula el chico se queda congelado pensando —
Chico: (Es fácil, la maestra ni siquiera sabe si lo que escribiré es real. Pero... ¿Cuál es mi objetivo?)
— Después de unos segundos el chico reacciono de su pequeño trance, para regresar a su casa —
Prioridades
— Caminando solo de regreso a casa el chico pensaría brevemente en la responsabilidad de esa tarea, sin embargo, aquel pensamiento fue opacado poco a poco por otros, dejándolo cada vez mas de lado —
— Al llegar a casa el chico rápidamente se daría cuenta de una nota que estaría en la mesa de su sala —
Chico:(Hay comida en el refri, la metes al microondas y haces tu tarea, te veo en la mañana... Te quiero...)
—Al terminar de leer esto una leve expresión de tristeza apareció en la mirada del chico —
Chico: Otra vez no vas a llegar mamá... Bueno tengo tiempo para escribir eso, pero primero a relajarme un rato.
— El chico iría a su habitación dejando su uniforme y mochila en una esquina arrumbada, después se pondría las prendas que tenía en su cama semi tendida y al final se recuesta en esta misma con su teléfono móvil —
Chico: Solo un rato y después haré mis cosas...
— El tiempo en aquel reloj que el chico ignoraba avanza poco a poco en segundos, minutos, hora y tal parece que el sol se ocultó, aunque las cortinas de su habitación no mostraron diferencia, solo la alerta de baja batería haría que el chico volviera a su realidad con una pequeña molestia —
Chico: ¡¿Ahg, que?! Pero si no llevo ni tres hora-...
— El chico se levantaría de golde de la cama —
Chico: ¡Cómo que ya son las 11:00...! Y ni siquiera comí ¡
— El chico rápidamente conectaría su teléfono al cargador para ir después a la cocina y comer lo más rápido que encontrara, un pan con leche —
Chico: Tenía que comer y... Ya. No recuerdo que tuviera algo que hacer, tal vez tarea, pero... Me... la hago mañana rápido.
— Después de que terminó su comida y cena se dirigió a la cama para dormir, seguro de que si tenía alguna responsabilidad la resolvería mañana en la mañana —
Hico: Igual, tal vez un rato más con el teléfono no esté mal...
— El chico mira la poca batería de su teléfono —
Bueno, igual debo dormir temprano...
— Al recostar su cabeza en la almohada mientras mira al techo en una oscuridad que solo es interrumpida por la poca luz lunar que entra de su ventana, en completa soledad y silencio da una pequeña carcajada —
Chico: ¡jaja ya estoy algo loco por no dormir bien!, hablo solo por eso...
— El chico se acurrucó en sus cobijas, pegándose a la esquina de su cama, donde la fría pared y una almohada le hacía compañía —
Si, es por eso que hablo... solo...
Sueño
— El silencio de la noche arrullo al chico, solo se escuchaba su respiración y algún que otro coque o lugar a la lejanía, cuando repentinamente el sonido de un fuerte azote de viento despertó al chico —
Chico: Hum... ay, la tonta ventana ...
— El chico se sentó en el borde de su cama, sin embargo, al ver a la ventana este se daría cuenta que estaría cerrada quedando pensando por un momento —
Chico: Está cerrada...
— Un escalofrío recorrería el cuerpo del chico mientras se imagina monstruos o fantasmas. Sin embargo, el estaría equivocado, un pequeño resplandor carmesí oscuro surgiría en el medió de la habitación, del cual lentamente se empresaria a formar una especie de espejo opaco ovalado en forma de espiral. El chico por unos segundos vería sus temores en aquella luz, pero la luz carmesí que alumbraba su habitación atenuaría a su miedo convirtiéndose en curiosidad —
Chico: Creo... que esto es un sueño... muy extraño...
— Una voz masculina y amable se alcanzaría a escuchar de la espiral —
?:! Más vale que no te convenzas de eso ¡
— Aquel espiral que hacía opaco el ovalo se disolvió rápidamente, dejando ver a un sujeto abstracto de figuras geométricas que parecía llevar un tarje con traje —
?: Antes que grites de terror niño, no tienes que temer, vengo por ti, para que conozcas tu Realidad...
Chico: Qu- p-pero... A- e-...
— Aquel ovalo empresaria a perder brillo mientras se empieza a cerrar lentamente a lo que el sujeto con un tono apresurado le dice al chico—
?: Escucha niño, no es obligatorio que vengas, pero si lo vas hacer ahora es un excelente momento.
— El chico se quedaría congelado, pensando si realmente eso sería un sueño o estaba ante algo único —
Chico: No sé ni quién eres, no sé si volveré tan siquiera...
?: Entiendo que no confíes en extraños niño, pero-
- Aquel ovalo se empresaria a cerrar y apagar más rápido haciendo que el sujeto se vea más apresurado -
Tilde: ¡Soy Tilde y te prometo que si vienes aquí tu vida cambiara para siempre!
— El pequeño ovalo apenas brinda luz, Tilde renuncia a la idea de que el chico lo acompañe, mientras este se voltea dándole la espalda a él ovalo solo se escucha el mismo golpe de aire detrás de Tilde al cerrarse el ovalo —
Tilde: Bueno niños, al parecer solo ustedes 4 conocerán a Realidad ...
Chico: ¿Ustedes 4?...
—Tilde se daría la vuelta, viendo que el chico si entro antes de que se cerrara el ovalo, a lo que volvería a voltear y diría con entusiasmo —
Tilde: ¡Ustedes 5!, Ustedes 5 conocerán a Realidad!
— Una gran celebración se escucharía por parte de unos niños que, aunque de una edad similar, no podrían ser más diferentes. En un rincón, una niña de Tokio, con su porte impecable, destacaba por su vestimenta elegante. Su cabello negro azabache, liso y perfectamente cuidado, caía suavemente hasta sus hombros, enmarcando su rostro de piel blanca como porcelana y sus finos rasgos asiáticos. Su vestido clásico, adornado con detalles de encaje.
Cerca de ella, un chico africano, originario de Ghana, se mantenía en un segundo plano, aunque su presencia no pasaba desapercibida. Con su piel oscura y su cabello corto y rizado, llevaba un sencillo pijama de colores vibrantes, adornado con patrones tradicionales que evocaban la cultura de su tierra natal. A pesar de lo simple de su atuendo, su sonrisa contagiosa y su energía llamaba la atención.
Más allá, una niña de Galicia, en el norte de España, se mantenía cubierta por su ropa invernal. Su piel lechosa contrastaba con los mechones rubios que se escapaban de su gorro de lana, mientras sus ojos azules reflejaban una tranquilidad melancólica, envuelta en un grueso abrigo y bufandas, con botas aptas para el frío.
Finalmente, un niño australiano, de piel apiñonada y cabello largo y negro, se encontraba a un costado, relajado y cómodo. Vestía una camiseta desgastada con el logo de una marca de surf y pantalones cortos. —
Tilde: Bueno, tengo que itir que no pensé que vendrías...
— Diría tilde mientras se voltea a ver al chico —
Chico: No es normal que se abra un portal en tu habitación, tenía miedo
— Dice el chico mientras se acerca tilde —
Tilde: Seguro pensaron lo mismo ellos...
— Tilde apunta a el resto de los niños —
Tilde: pero como siempre, la curiosidad gana... en fin, ahora ve con el resto, no quiero perder a ninguno antes de llegar con Realidad.
— El chico se acerca al resto de los niños, pero se detiene volteando a ver a Tilde—
Chico: Por cierto, ¿Dónde estamos?...
Tilde: Buena pregunta... Niños!
— Tilde avanzó unos pasos al frente del grupo de niños, su figura imponente resaltando contra el fondo de paredes blancas que los rodeaban. —
Tilde: Les presento...
— Con un chasquido resonante, las barreras que bloqueaban su vista se desvanecieron como polvo al viento, revelando una ciudad que parecía sacada de un sueño.
Ante ellos se alzaba una utopía futurista, una urbe que resplandecía bajo la luz del día. Aunque predominaban los tonos blancos, el lugar se transformaba en un espectáculo visual gracias a la diversidad de matices que recorrían toda la gama del color: blancos nacarados, plateados y palescentes que reflejaban la luz como un caleidoscopio celestial. Las estructuras eran elegantes y aerodinámicas, fusionando un diseño moderno con una atmósfera de serenidad casi irreal.
En el centro de la ciudad, como una joya en su corona, destacaba un majestuoso palacio que parecía tocar el cielo. Su superficie brillaba como mármol pulido, decorado con destellos de cristal y detalles que parecían cambiar sutilmente según el ángulo de la luz. Caminos flotantes conectaban las torres y los edificios, mientras un aire de armonía y perfección envolvía todo el panorama, haciendo que los niños quedaran completamente asombrados. —
Tilde: ¡La Ciudad Real!
—Tilde apunta a aquel enorme palacio que destaca en la ciudad—
Tilde: Y ese, es el Palacio de la Realidad, allí se refugia la Realidad, ella y sus esclavos...
—El porqué de esa palabra le haría preguntar inmediatamente al chico—
Chico: ¿Esclavos?
—Tilde voltea a ver al chico en seco mientras piensa por un momento —
Tilde: Ignora lo que dije, solo dije eso porque Realidad es algo exigente, pero
—Tilde alzaría la voz de manera entusiasta—
Tilde: ¡Por eso están aquí!, porque me pidieron que le trajera lo mejor de lo mejor ¡
—El chico nuevamente invadido por la curiosidad pregunta—
Chico: ¿Mejor de lo mejor? ¿Que viste en nosotros para ser lo mejor?
—EL entusiasmo de tilde desaparecería al escuchar las preguntas del chico—
Tilde: No se tu niño, pero el resto no se preguntan eso...
Chico: ¿Enserio no les da curiosidad?
— El chico miraría al resto de los niños, pero estos solo lo mirarían con confusión, para que luego la niña de Tokio le hablara una lengua la cual el chico no entendió —
Chico: ¿Qué?!
— El chico quedaría confundido al no entender nada, Tilde solo lo mira con una expresión burlona —
Tilde: Oh, ellos no hablan tu idioma y la... el... n-no sé qué sea, pero ese niño de asta atrás es mudo...
—Tilde apunta directamente a la niña de Galicia a lo que esta solo le regresa una mirada fría—
Chico: Pero... eso no es problema?...
Tilde: ¿Problema? Para nada, para nosotros es muy fácil aprender sus idiomas y hablarlos a la vez, ejem, que uno de ustedes no hable es menos trabajo... Y preguntas...
— Tilde le da una mirada directa al chico para después darle la espalda a él y a los niños —
Tilde: Bueno si no hay más preguntas...
— El niño africano alza la mano a lo que tilde responde de golpe —
Tilde: ¡Les darán comida en el palacio!, ejem... en marcha
— Tilde empezaría a caminar hacia la parte trasera del Palacio Real haciendo de guía para el grupo de niños—
Tilde: ¡Tardaremos menos si rodeamos por detrás, por favor...! Nadie se separe ¡
— Los gritos de Tilde mostrarían entusiasmo y prisa, el cual impulsaría a los niños a seguirlo —
Pesadillas
— Después de unos minutos, la niña de Galicia de ojos azules se acercó al chico y, con un movimiento suave, le detuvo el paso al tomarlo del hombro. Se alejaron del grupo, quedándose atrás. —
Chico: ¡Eh, no me jale...
— El chico se quejaría, pero con rapidez, la niña tapó su boca con un dedo, acercándose al oído del chico y susurrándole —
?: Creo que tienes algo de cerebro. Por favor, no grites y arruines mi mentira...
Chico: Ah, entonces no eres mudo...
— Murmuró el chico, algo confundido —
?: Muda, soy niña...
—Una mirada enojada recibió el chico de aquella niña —
?: Mira, no me creas, dice mi nombre en mi gorro.
— La niña levantó un poco su gorra, mostrando la etiqueta con su nombre Cris —
Cris: Suelo perderlo mucho, por eso el nombre...
— El chico miró la etiqueta —
Chico: Cris es nombre de niño...
Cris: ¡Ah!, ¿eres retrasa...
— Justo en ese momento, Tilde se acercó, estirando el cuerpo hacia ambos niños. Cris rápidamente se escondió detrás del chico, aunque sin perder de vista a Tilde —
Tilde: Se llama Cris eh, pero... ¿cómo lo supiste?
—El chico es invadido por los nervios apuntando al gorro de Cris —
Chico: S-Su gorro lo dice... y es niña...
— balbuceó el chico. Tilde, le quitó el gorro a Cris y observó la etiqueta detenidamente. —
Tilde: Vaya... Aparte de la muda, debe estar mal de la cabeza...
— dijo en tono burlón, devolviendo el gorro a Cris y regresando su cuerpo a la normalidad. Antes de irse, Tilde lanzó una última broma —
Tilde: ¡Niño, te recomiendo que elijas mejor a tus parejas! ¡Jaja!
Chico: ¿Q-qué?!
— El chico se quedó en shock, mientras el grupo a lo lejos comenzaba a reírse. Cris y el chico, nuevamente alejados del resto, se quedaron en silencio por un momento. Para después volver a murmurar —
Cris: Oye, gracias por eso. Ese sujeto no da buen rollo...
Chico: ¿Tilde? Pero si parece buena onda, además, no ha hecho nada raro...Bueno, excepto eso de... su... cuerpo...
— Respondió el chico, mientras apunta a tilde —
Cris: No es la primera vez que lo hace. Yo fui la primera que llegó aquí. En cuanto llegamos, no tardó nada en levantar unas paredes blancas de la nada.
Chico: Pero, ¿cómo no sabe que puedes hablar...?
— el chico miro a Cris —
Cris: Solo no eh hablado. Me dijo lo de ver mi realidad y no lo pensé mucho. Fui con él...
— Respondió con una mirada pensativa —
Chico: ¿No te preocupa lo que pase en tu casa?
Cris: No creo que les importe...
Chico: Oye, tienes una edad parecida a la mía, supongo, ¿12 o 13?
Cris: 11.
Chico: Bueno, por dos años. Tus papás deben preocuparse por ti en la mañana...
— Dijo el chico, observando a Cris con una sonrisa. —
Cris: Ya estaba amaneciendo cuando me trajo. Créeme, no les importará...
— Dijo, con un tono algo distante. El silencio se hizo pesado entre ellos por unos segundos. Cris miró al chico y, con una sonrisa irónica, rompió el silencio. —
Cris: Es un imbécil...
Chico: ¿Yo?
— El chico levantó las cejas, confundido —
Cris: ¿Qué? No, Tilde. ¿Quién se cree para decirme que no soy buena pareja?
Chico: E-Eh...
— El chico no sabía que decir ni que pensar—
Cris: Jeje, es bueno tener con quién hablar. No entiendo nada de lo que dicen ellos.
—Cris miro a el resto de los niños —
Cris: Además, que le hicieras pregunta tras pregunta a Tilde solo me dio la razón...
Chico ¿Razón de qué?
— Preguntó el chico, algo intrigado —
Cris: Está mintiendo, se empezó a hartar de tus preguntas muy rápido. Además, ¿no se te hace raro que solo nos guíe él? Si tan importantes somos, ¿por qué solo él nos guía? Y.… este camino es raro... y solitario...
Cris: Oye, lo que estás diciendo da miedo...
— Respondió el chico alejándose un poco de Cris —
Cris: Escucha, en cuanto tengamos la oportunidad, iremos directamente al palacio. Igual, si lo que dice es verdad, no importará si llegamos antes...
Chico: N-no se... No creo que sea buena idea...
— Murmuró el chico, alejándose un poco más —
Cris: Oye, no sé qué es este lugar, pero si algo sale mal, no quiero terminar sola...
— El chico, aún dudo, observó cómo Cris se quitaba uno de sus guantes y tomaba su mano acercándolo a ella. —
Cris: Por favor, no pienses solo en ti...
— El chico se quedó quieto por un momento, mientras el recuerdo de su maestra vagando en su mente. —
Maestra: …Ahora solo te perjudica a ti, pero quiero evitar que tu actitud afecte a los que te rodean...
— Después de unos segundos, el chico tomó con firmeza la mano de Cris. —
Chico: Okey, pase lo que pase, no te dejaré sola...
— Cris sonrió al escuchar su apoyo. A pesar de la luz que los rodeaba, sus ojos resaltaban, reflejando la luz de su confianza. —
El Basurero Real
—Cris después de un breve momento soltó la mano del chico algo sonrojada —
Cris: Perdón, es que me da mucho frio
—Dijo cris a lo que empezó a ponerse su guante—
Chico: No te preocupes, pero si queremos ir al palacio solos necesitamos ese momento...
— Después de un momento de silencio, el chico pensó para sí mismo mientras caminaba —
Chico: Ya sé...!
— De repente, se miró hacia Tilde, llamando su atención. —
Chico: ¡Oye, Tilde!
—Tilde suspiraría y se quejaría en voz baja —
Tilde: Ay, ¿por qué ahora...?
— Tilde se detuvo y miró al chico —
Tilde: ¿Qué?! Ya casi llegamos, las preguntas que tengas, puedes hacerlas a la Realidad...
Chico: Sí, pero.... quisiéramos explorar un poco...
Tilde: ¿Quieren explorar?!
— Al oír esto, los demás niños mostraron su entusiasmo de inmediato —
Chico: ¡Ves! Queremos explorar...
Tilde: Ya casi llegamos, no vamos a...
— Tilde se dio cuenta de que estaban justo detrás del Palacio Real, en un lugar donde podían ser vistos sin problemas. —
Tilde: Bueno...saben, pensándolo mejor... pueden explorar. Les daré... 5 minutos. Luego los buscaré para seguir con el camino...
Chico: ¿En serio?
— Tilde se sentó en el suelo mirando a los niños y comenzó a imitar el ruido de un reloj mientras mueve su dedo índice en sincronización con su imitación—
Tilde: Tik, tak, tik, tak...
— Inmediatamente, Cris jaló al chico de la mano, guiando hacia el Palacio Real. —
Tilde: ¡¡Oigan, hacia allá está el Basurero Real!!
Chico/Cris: ¡¡Nos gusta la basura!!
— El resto de los niños también se dispersaron, cada uno tomando su rumbo, felices de explorar a su manera. —
Tilde: Bien, disfruten su tiempo, les queda poco...
— Cris y el chico llegaron al Basurero Real, un lugar desordenado lleno de restos del Palacio. Al fondo, se podía ver una gran puerta que conducía directamente al Palacio Real. —
Cris: Mira, podemos entrar por ahí. Solo tenemos que cruzar el basurero antes de que nos encuentre Tilde...
Chico: Okey...
— Ambos comenzaron a bajar entre los restos de basura que se acumulaban, acercándose a la gran puerta en el palacio. —
Cris: Oye, gracias por hacer esto...
Chico: No te preocupes, igual... ¿qué es lo peor que podría pasar?
— De repente, un fuerte sonido, como el de un cohete, cortó el aire por encima de ellos. Los chicos miraron hacia arriba, y vieron pedazos de vidrio caer de una ventana del Palacio Real. —
Chico: ¿Qué...?
Cris: No me gusta esto, hay que correr...
— A lo lejos, la voz entusiasta de Tilde se oyó claramente. —
Tilde: ¡¡Muy bien niños, se acabó su tiempo!!
—El niño africano, que no se había alejado mucho, llegó casi al instante junto a Tilde. Tilde grito nuevamente—
Tilde: ¡¡Solo hay uno!!
— Tilde se acercó al niño preguntado —
Tilde: Oye... ¿no viste a dónde se fueron los demás?
— El niño negó con la cabeza. —
Tilde: Bueno, sé dónde están dos... buscaré al resto.
—Mientras tanto Cris y el chico seguían su camino hacia la puerta del basurero —
Cris: Vamos, nos falta la mitad...
Chico: ¿Oye, y si nos equivocamos...?
Tilde
— Un fuerte grito de niños, proveniente de la dirección de Tilde, paralizó a Cris y al chico por unos segundos. El chico, aterrado, reaccionó rápidamente, comenzando a correr de nuevo y jalando a Cris con él. —
Cris: O-oye, ¡espera! Vas muy rápido...
— El chico, ignorando las palabras de Cris, continuó su frenético avance. Cris tropezó y, al caer, arrastró al chico con ella cuesta abajo por unos metros. Cuando se levantó primero, no tardó en volverse hacia él. —
Cris: ¿Estás bien?
Chico: Me duele mi pierna...
— La caída había dejado gravemente herido al chico, quien apenas logró levantarse con la ayuda de Cris. Finalmente, se sentó recargado en una vieja máquina, buscando descanso. —
Cris: Tranquilo, falta muy poco...
— En ese momento, otro grito, esta vez de un niño, retumbó aún más cerca. —
Cris: Corre hacia la puerta, hare tiempo...
Chico: N-no... no te dejaré sola. Lo prometí...
— Cris, mirando rápidamente a su alrededor, utilizó algunos restos de basura para cubrir al chico, asegurándose de que no fuera visible. —
Cris: No hagas ruido. Una vez vea que no estamos, se va a ir, solo...
— Un ruido cercano interrumpió la calma. Cris se escondió entre los restos de basura, frente al chico, con rapidez. —
Tilde: ¡¡Niños, soy yo, Tilde!!
— A través de pequeños orificios en su escondite, el chico lo vio. Su traje estaba empapado en sangre, y caminaba de manera errática y cansada. —
Tilde: ¡¡Escuchen, nos atracaron!! Traté de proteger a los demás, pero... no pude. Aún puedo salvarlos y llevarlos con la Realidad...
— Tilde pasó de largo, mientras el chico pensaba para sí mismo. —
Chico: (¿Por qué tenía esa sangre? Debería estar en mi cama durmiendo simplemente... ¿Por qué tenía que entrar a ese estúpido portal...)
— La máquina en la que el chico estaba recargado se incendió por un pequeño momento, lo que llamó la atención de Tilde. —
Tilde: Si me ven... esta sangre no es mía. Como les dije, traté de defender a los demás...
— Tilde se acercó al pequeño escondite que Cris había preparado para el chico. —
Tilde: Solo díganme dónde están...
— Tilde empezó a remover la basura que cubría al chico, revelándolo poco a poco. —
Tilde: Y los voy a proteger...
Cris: ¡¡Tilde!!
— Cris salió de su escondite, llamando a Tilde como si la estuviera buscando. —
Tilde: Oh, ahí estás... Y si puedes hablar...
—Tilde empezó a caminar hacia Cris —
Cris: Sí, perdón. Es que... me daba pena...
Tilde: si, si ¿Y... el niño que iba contigo?
Cris: N-no sé dónde est...
— En ese preciso momento, el sonido del viento cortado por un crujido helado llenó el aire. La visión del chico se nubló por la angustia que lo invadió. —
Chico:(Cris...)
Tilde: Ya estoy harto de escuchar un "no"...
— De repente, Tilde deformó uno de sus brazos, transformándolo en una especie de pincho que atravesó el estómago de Cris. La levantó en el aire, viéndola directamente a los ojos, antes de tirarla al suelo con fuerza. —
Tilde: Supongo que ya no tiene sentido que finja, a menos que seas estúpido, niño. Sé que estás aquí. Ella era inteligente... no saldría sola solo porque creyera en mis palabras...
— Una mezcla de ira, tristeza y miedo invadió al chico, quien miraba impotente cómo Cris yacía en el suelo. —
Chico: (¡Cris...! Pe-pero porque, ella, y-yo.. )
— Con un golpe impulsivo, el chico dio un fuerte golpe a la máquina, alertando a Tilde. —
Tilde: Supongo que después de todo, sí eres estúpido...
— Tilde comenzó a caminar hacia la máquina, pero de repente se detuvo en seco. —
Tilde: Qué mied...
— Tilde miró hacia abajo. Cris, con esfuerzo, había sujetado su pierna, tratando de detenerlo. —
Tilde: ¡¡Ah, maldita cucaracha!!
— Con un grito de furia, Tilde pateó el rostro de Cris y, sin dudarlo, deformó su brazo una vez más, transformándolo en una gigantesca maza. Con un golpe mortal que hiso retumbar el piso, aplastó la cabeza de Cris, poniendo fin a su vida. —
Chico: ¡¡CRIS!!
— El chico salió de su escondite con rapidez, corriendo hacia Cris, pero Tilde lo detuvo al tomarlo fuertemente del brazo derecho. —
Tilde: Ay, niño... ¿qué fue lo que le dijiste?
— El chico, en un intento desesperado, golpeó a Tilde con el brazo izquierdo. Sin embargo, Tilde, con una fuerza brutal, lo jaló de su brazo dislocado. —
Tilde: Oh, ya me acordé...
— Tilde extendió sus dedos, clavándolos en el brazo derecho del chico y desgarrándolo con fuerza. —
Tilde: ¿No te dejé sola...? JAJA.
— Con una risa macabra, Tilde lanzó al chico con fuerza contra la máquina, quien chocó contra ella, manchándola con su propia sangre. —
Tilde: Es una pena la muerte de todos ellos. Realmente me dieron unos problemas, pero tú... Jaja. Ni siquiera puedes correr...
— La máquina, que había quedado en silencio, comenzó a funcionar de nuevo, emitiendo un ruido industrial chillón y desagradable. —
Chico: T-tengo que... no puedo...
—El chico se trataría de levantar lentamente sin embargo no lograría más que ponerse de rodillas—
Tilde: Igual creo que es imposible que no me hayan visto. ¡Solo debo eliminar todas las pruebas!
—Tilde tomo con su otro brazo el que tenía forma de mazo —
Tilde: Hazte un favor y no te muevas...
— El chico, impotente, adolorido y cansado miro por un momento el cadáver de Cris, a Tilde y donde estaba cayendo recargado en la máquina que cada vez hacia un ruido más molesto—
Chico: (Ni siquiera puedo mover mis brazos... Pensé que moriría de otra manera... No veré a mi madre de nuevo... y nunca lo volveré a hacer...hice algo bueno con mi vida?... Solo... solo quería ser feliz...)
— En ese momento, un fuerte sonido recorrió el aire, y Tilde corrió hacia el chico para terminar con su vida. Pero en el último instante, un destello azul impulsado por la maquina apareció frente al chico. De forma rápida, la figura de una niña de piel blanca y cabello azul como el cielo se formó frente a él. Su vestido negro largo brillaba con fuerza, y, al materializarse por completo, generó una pequeña explosión de viento que empujó a Tilde hacia atrás, dejándolo aturdido y sorprendido. —
Entidad
— La niña, mientras flota, voltea a ver al chico con sus ojos azules y le habla en un idioma difícil de entender, solamente entendiendo "shitji". —
Chico: Shitji?...
— La niña sonríe y aprueba con un pequeño movimiento de cabeza. —
Tilde: ¡¡¿QUE CARAJO HACES AQUI?!!
— La niña voltea a ver a Tilde, quien se ve demasiado estresado y confundido. —
Tilde: ¡Se supone que primero mandan a los guardias, ¿Qué le doy mucho miedo a la Realidad?!
— La niña nuevamente habla en un idioma extraño, a lo que Tilde toma una expresión de sorpresa. —
Tilde: Si es verdad lo que dices, esos imbéciles tiraron la máquina pensando que ya no servía, no me conviene que haya más de ustedes...
— La niña reacciona repentinamente y jala al chico del brazo rasguñado, alejándolo de la máquina, a lo que apenas en un parpadeo, Tilde estaría aplastando la máquina, causando una explosión, de la cual la niña se pone enfrente del chico para protegerlo, saliendo ambos ilesos. —
Tilde: ¡¡Carajo, tanta fuerza y no aguanta una puta explosión!!
— La nube de polvo y escombros que se formó empieza a dispersarse, mientras se ve el cuerpo destruido de Tilde, sin embargo, como un cascarón, las partes afectadas por la explosión muestran una acumulación de brea y parte del rostro, un ojo rojo que mira directamente a ambos niños con rabia. —
Chico: ¿Qué eres?...
— El chico se pone lentamente de pie, parándose enfrente de la niña, mientras Tilde se mueve lentamente hacia ellos, ocultando sus brazos detrás de él. —
Tilde: Soy tu peor pesadilla....
— Con una velocidad que corta el viento, Tilde golpea con su brazo en forma de mazo a la niña, causando que se aleje del chico, para después tratar de aplastar al chico, sin embargo, con el brazo rasguñado, el chico detiene el mazo, recargando todo el peso sobre sus rodillas. —
Tilde: Eres jodidamente resiliente, niño, lo tengo que itir...
— Tilde deforma su otro brazo, formando un pincho con el que intenta atravesar el corazón del chico, pero el chico se movería rápidamente, haciendo que el ataque dé en su hombro derecho, quedando apuñalado. Tilde no tendría tiempo de intentarlo nuevamente, ya que un ataque fuerte y rápido de la niña, con un pedazo de basura filoso, cortaría su brazo en forma de pincho, quedando incrustado en el chico. Haciendo que tilde de unos pasos hacia atrás —
Tilde: ¡¡MALDITA ESCLAVA!!
— Un destello azul chispeó junto a Tilde, iluminando brevemente el espacio con una energía pulsante. De inmediato, el destello se expandió en un portal en forma de espiral, girando con una fuerza hipnótica que parecía doblar la realidad misma. A través de él emergió una mujer de porte imponente, su figura destacando con una mezcla de elegancia y amenaza.
Iba vestida con un traje impecable, su apariencia cuidada hasta el último detalle, reflejando autoridad y control. Unas gafas de montura fina ocultaban parcialmente sus ojos, pero no podían disimular la frialdad calculadora que emanaba de su mirada. Su largo cabello negro caía en cascada, moviéndose como si la energía del portal aún vibrara a su alrededor.
Con un movimiento fluido y certero, la mujer levantó una hoz de aspecto intimidante que parecía brillar con un filo sobrenatural. Sin titubear, trazó un arco perfecto en el aire y cortó rápidamente el otro brazo de Tilde, dejando un aura de precisión letal en cada uno de sus movimientos.
Luego, se colocó frente a los niños, con una postura defensiva que exudaba determinación. Aunque su mirada permanecía fija en Tilde, su sola presencia bastaba para transmitir a los niños que no permitiría que el peligro los alcanzara. —
—Tilde se quedaría aturdido un momento, para después solo burlarse de ellos —
Tilde: ¡¡JAJA, dos entidades!! Eh igual no pudieron ganar...
— Un destello carmesí aparece, del cual lentamente se empieza a formar un portal con espiral, al que Tilde huye después de patear su brazo en dirección al portal. La mujer trata de detenerlo, cortando sus piernas, sin ser inútil. Cada ataque lo esquiva Tilde, lo último que se vería del antes de pasar por aquel portal con espiral que se cerraba con rapidez sería su mirada de odio rojiza hacia el chico, para después solo desaparecer con una risa perturbadora. —
![Seguridad Caótica: Tu Realidad 2/3-[bicu][Mucho texto, probare no depender de las imágenes para describir, está versión mejor](https://image.staticox.com/?url=http%3A%2F%2Fpm1.aminoapps.vertvonline.info%2F9224%2F9cd96abb281170c5723aaccc367e0cec156b8646r1-2048-2048v2_hq.jpg)
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