Enamorando a Jaehee [parte 2]

"El Aroma del Café y su Calor"

La cafetería estaba en penumbra, iluminada solo por la luz suave que entraba por las ventanas. Después de nuestra conversación, la tensión entre Jaehee y yo parecía haber cambiado. Era más densa, más eléctrica, como el aroma del café fuerte que aún flotaba en el aire.

Mientras terminábamos de organizar las últimas tazas, nuestras manos se rozaron al alcanzar la misma alacena. Ambas nos quedamos quietas, nuestras miradas encontrándose en un silencio que decía más de lo que las palabras podían expresar.

“𝘔𝘊…” susurró, su voz casi inaudible, como si temiera romper la magia del momento.

“¿𝘚𝘪́?” respondí, mi corazón latiendo con fuerza.

Jaehee bajó la mirada por un momento, pero luego volvió a mirarme, y esta vez, en sus ojos había una determinación que nunca antes había visto. “𝘕𝘰 𝘱𝘶𝘦𝘥𝘰 𝘴𝘦𝘨𝘶𝘪𝘳 𝘪𝘨𝘯𝘰𝘳𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘭𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘴𝘪𝘦𝘯𝘵𝘰.”

Antes de que pudiera responder, Jaehee se acercó más. Sus manos, firmes pero delicadas, se posaron en mi cintura mientras sus labios se encontraban con los míos. Su beso era como ella: cuidadoso, considerado, pero lleno de una pasión contenida que ahora se desbordaba.

Su toque era cálido, como el café que solíamos preparar juntas, y al mismo tiempo me hacía sentir un escalofrío que recorría todo mi cuerpo. Su respiración era profunda, y podía sentir cómo su pecho subía y bajaba contra el mío.

“¿𝘌𝘴𝘵𝘰 𝘦𝘴𝘵𝘢́ 𝘣𝘪𝘦𝘯 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘵𝘪?” preguntó en un susurro, con su frente apoyada contra la mía.

“𝘔𝘢́𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘣𝘪𝘦𝘯,” le respondí, acariciando su mejilla mientras mi otra mano se posaba sobre su pecho, sintiendo los latidos acelerados de su corazón.

Su sonrisa apareció brevemente antes de besarme de nuevo, esta vez con más intensidad. Sus manos exploraron mi espalda, atrayéndome más hacia ella, mientras yo me perdía en su calor y en la suavidad de sus labios.

En algún momento, sin siquiera darme cuenta, terminamos apoyadas contra el mostrador. La madera fría contrastaba con el calor que irradiábamos. Su cabello, siempre perfectamente arreglado, ahora caía desordenado alrededor de su rostro, y no pude evitar enredar mis dedos en él, dejando que su suavidad se deslizara entre ellos.

“𝘔𝘊…” murmuró contra mis labios, su voz entrecortada. “𝘕𝘶𝘯𝘤𝘢 𝘱𝘦𝘯𝘴𝘦́ 𝘲𝘶𝘦 𝘮𝘦 𝘢𝘵𝘳𝘦𝘷𝘦𝘳𝘪́𝘢 𝘢 𝘴𝘦𝘯𝘵𝘪𝘳 𝘢𝘭𝘨𝘰 𝘢𝘴𝘪́.”

“𝘠 𝘺𝘰 𝘯𝘶𝘯𝘤𝘢 𝘱𝘦𝘯𝘴𝘦́ 𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘶́… 𝘵𝘶́ 𝘱𝘰𝘥𝘳𝘪́𝘢𝘴 𝘮𝘪𝘳𝘢𝘳𝘮𝘦 𝘥𝘦 𝘦𝘴𝘵𝘢 𝘮𝘢𝘯𝘦𝘳𝘢,” respondí, apenas pudiendo articular las palabras entre cada beso.

La pasión que compartíamos en ese momento era tan intensa como el café más fuerte, pero también tenía una dulzura subyacente, como si ambas supiéramos que esto era mucho más que un simple impulso. Era el comienzo de algo real, algo que habíamos construido lenta y cuidadosamente, como cada taza de café que servíamos juntas.

Mientras el aroma del café se mezclaba con el de su perfume, supe que aquella noche, en el calor de sus brazos, Jaehee me había mostrado un lado suyo que solo yo podía conocer. Y yo estaba dispuesta a descubrirlo, una caricia, un susurro, y un beso a la vez.