041;; 𝐵𝑢𝑒𝑛𝑎𝑠 𝑛𝑜𝑐ℎ𝑒𝑠, 𝑚𝑖 𝑞𝑢𝑒𝑟𝑖𝑑𝑜 𝐷𝑖𝑜𝑠

Estoy en una etapa de mi vida en la que seguir respirando me cuesta. No por la contaminación que claramente se puede notar en el aire de mi amada ciudad, más bien es porque no le veo el sentido.

Nacemos como bebés llenos de inocencia y pureza, pero mientras crecemos, nuestra alma se va contaminando cada vez más. Entonces, ¿no es mejor morir siendo un ser hermoso en vez de crecer y terminar falleciendo como una bestia despiadada? Quiero que me recuerden como un alma buena, no como un demonio viviente.

Se que escribir esto es un poco inútil, pero la lluvia que moja mis ventanas me vuelve más sentimental. Da una atmósfera muy poética que no puedo desperdiciar. Es como si las mismas nubes que veo de colores grisáceos estuvieran llamando a mi depresión. Curioso, ¿no?

Más allá de la pérdida de inocencia, también hay otras cosas horribles que pasan mientras más cambia nuestra edad. La mayoría de veces, tu cuerpo es irreconocible, en algunos casos llegas a odiarlo por lo mucho que ha cambiado. Y, honestamente prefiero morir en un cuerpo joven y bello que en uno lleno de arrugas.

Aunque, me estoy engañando a mí misma. He llegado a un punto en que mi "juventud" ya no existe. Es un vil recuerdo del pasado que embriaga mi mente cuando estoy distraída. Así que actualmente soy un caso perdido, mis abuelos tenían razón, al parecer.

En estos momentos en los que mi mano se mueve por el fino papel blanco, recordé a una persona especial. Era una chica joven de cabello rubio, que normalmente tenía una cara de aburrimiento total. No se por qué me vino una imagen de ella trabajando en el supermercado, debe ser por las múltiples veces que me atendió en mis años de secundaria. O simplemente su apariencia me cautivó desde el primer momento que la vi.

Ayer la pude presenciar mejor en la televisión. Al parecer se convirtió en cantante o algo así, nunca imaginé que tuviera ese hobby. Pero se veía feliz, y eso es lo único que le debe de importar a una persona, ser feliz.

Al parecer yo no soy un ser humano, ya que estoy pensando en todo menos en mi felicidad. Pero si seguimos ese argumento, ¿quién es verdaderamente feliz? ¿La persona que busca sonreír a toda costa o la que vive de manera simple y despreocupada?

Diré que ambas, ya que cada uno vive a su manera. Pero mi caso es un poco más ambiguo, ya que no busco sentirme bien pero tampoco vivo tan libre de preocupaciones como le gustaría. Esas personas que desean ser unos genios realmente son ingenuos.

La inteligencia es un agujero negro infinito que te asfixia hasta que no puedas seguir parpadeando. Algunos la manejan y otros no. Por algo los psicópatas pueden hacer planes tan elaborados para matar a sus víctimas. Se dejan consumir por la oscuridad que conlleva ser listo y terminan perdidos. Una pena, la verdad.

Ojo, tampoco me consideraría un genio. Soy una simple oficinista la cual viaja de un punto de su cerebro a otro sin cable conductor, lo que llamaríamos una chica con problemas de atención. Pero si estoy escribiendo un texto tan elaborado para desahogarme debe ser por algo. Puede que mi propio subconsciente se quiere sentir importante. Toda una egocéntrica, sí esa soy yo.

Es gracioso hasta cierto punto que mientras Leo esto me sienta asqueada, me burlo de las "únicas y diferentes" pero yo me llamo a mi misma una intelectual cada dos palabras. Eso es lo que llamo marcar un buen ejemplo. Pero esto de ser "especial" frente a los demás no es nada nuevo. Todo lo contrario.

Nosotros estamos diseñados para ser el centro de atención, algunos lo hacemos inconsciente y otros no. Pero los que verdaderamente serán importantes en este mundo, son los que tengan el talento de atraer la mirada de los demás. Volviendo a la rubia cajera, la cual acabo de recordar que se llamaba Jinsoul. Ella era una estudiante completamente común, pero por su don en la música llegó hasta esa posición de alta fama. ¿No es eso el mejor ejemplo para esta opinión que estoy compartiendo?

Y hasta las personas tímidas y antisociales, en algún momento de su corta vida desean ser el tema de conversación. Aún me acuerdo de mi amiga Gowon, súper callada y vergonzosa. Y pensar que actualmente esa pequeña rubia es la jefa de mi departamento, increíble. Espera, ¿no será que las rubias tienen un talento nato para los buenos trabajos? Y en Hollywood las ponen de estúpidas, que gracia.

Bueno, creo que ya he cambiado de tema unas 40 veces, así que tendré que despedirme por ahora. Antes que la tinta de mi pluma pare de ensuciar el folio, dejaré una pequeña plegaria.

Si alguien allí arriba me esta escuchando, por favor bendice mi cuerpo y alma para que la próxima vez que escriba, la meteorología no afecte mi humor ni redacción, muchísimas gracias de antemano.

Solo por ahora, te diré estas últimas palabras: buenas noches, mi querido Dios.