Actividad de Pascua: Carta al “yo del futuro”

Hola, corazón bonito.

En esta Semana de Pascua, mientras todo florece a nuestro alrededor, quiero invitarte a hacer una pausa suave, de esas que abrazan el alma.

Entre huevos de colores, sonrisas familiares y tardes tranquilas, también hay espacio para mirarte con ternura y regalarte algo muy especial: unas palabras desde tu presente hacia tu futuro.

Hoy vamos a escribir una carta al “yo” que aún no existe, pero que espera, con amor, lo que hoy estás sembrando.

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Una pausa para hablar contigo mismo y sembrar intenciones

En medio de las celebraciones, los colores y las tradiciones, también podemos regalarnos un momento íntimo para mirar hacia dentro. La Pascua es una oportunidad perfecta para reflexionar sobre lo que somos, lo que hemos vivido y lo que queremos construir.

Te invito a hacer esta actividad, sencilla pero poderosa:

¿Qué necesitas?

Un pedazo de papel bonito (o el más simple que tengas)

Un bolígrafo

Un sobre

Un poco de sinceridad y ganas de escucharte

Instrucciones:

Busca un espacio tranquilo. Puede ser en la noche, cuando todo está en calma. Respira profundo un par de veces y cierra los ojos un momento.

Empieza tu carta con estas tres frases:

"Hoy, en esta Pascua, reconozco que..."

"Estoy listo/a para soltar..."

"Quiero sembrar en mí..."

Luego deja que las palabras fluyan. No tiene que ser perfecta, solo honesta.

Al final, escribe la fecha de hoy y firma tu carta con cariño.

Puedes cerrarla diciendo:

“Nos vemos el próximo año, con más luz y más verdad.”

Guárdala en un sobre. Escribe afuera: “Abrir en Semana Santa 2026”.

¿Para qué sirve esto?

Porque a veces olvidamos lo lejos que hemos llegado. Esta carta será un regalo que te espera, como un pequeño tesoro de palabras que sólo tú podrás entender.

Es una forma hermosa de ver cómo cambias, cómo sanas, y cómo sigues caminando.

Si tienes hijos, puedes hacer esta dinámica con ellos también. Guardar juntos sus cartas puede volverse una tradición familiar llena de magia y crecimiento.

Guarda tu cartita como quien guarda un secreto precioso.

Un día, cuando la abras, vas a darte cuenta de cuánto has crecido, cuánto has sanado y cómo cada intención escrita fue una semillita que floreció sin que te dieras cuenta.

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Gracias por tomarte este ratito contigo.

Que esta Pascua te traiga paz, dulzura y nuevos comienzos —porque tú también mereces renacer.

Con cariño,

Tu yo presente (y yo, que te leo con el corazón)