:gift: ||El Regalo De La Aceptación|| :gift: #12DDNCT

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¡Bienvenidos al futuro!

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El día de hoy, vengo con un Fan Fic corto, fruto del evento de Tosty: #12DDNCT. Los personajes que he usado están vinculados al blog, una de ellas es integrales para entender la historia de hoy, la del protagonista: Jun. Así que, eso. Démosle el inicio a este Fanfic.

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:gift: ; El Regalo De La Aceptación.

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—¡Ah!

Un grito parte la historia de hoy, una de recuerdo y de arrepentimiento, una la cual termina concluyendo de que finalmente, uno tiene que aceptar el sufrimiento y continuar con el camino que se te asocia. Un chico con el pelo de un color blanco porcelana está siendo tratado algo bruscamente por un enojado doctor, las calles soplan una brisa suave, una que acompañó al chico desde que llegó al lugar, una brisa de recuerdos que él desea olvidar.

—Sigo sin entender por que cada vez que salgo del trabajo, encuentro cierto Ninja con el pelo blanco sangrante en la entrada de mi casa...¿tan poco te preocupa tu vida?

El doctor Birdland le dijo de una manera preocupada, pero a su vez, algo llena de reproche, el chico al cual operaba miraba al suelo, cabizbajo. La situación recordaba a un padre tratando a su hijo. Mientras que el doctor lo miraba algo decepcionado, su parásito y compañero operaba al chico, una imagen casi impensable conociendo el carácter burlesco de este y la apariencia más bien amenazante de la criatura, aún así continuaba, sin un reparo y con paciencia. Después de poner sobre el chico algunos vendajes y desinfectar las heridas como podía, el parásito con su distintiva grave voz, le dijo, preocupado, algo que generalmente no provenía de él a diferencia del doctor:

—Chico...a este paso te vas a destruir.

—Sigo vivo, ¿No? Es responsabilidad mía, Chomper y Doc. Entiendan que no puedo retroceder ante esto, ¡es lo mínimo que puedo hacer! ¡Si muero es responsabilidad mía!

El chico le exclamó, algo ahogado tras estar bajo presión, miraba a quienes lo trataban con sus ojos amarillos, puestos en una expresión algo irritada y cansada. Hubiera estado un poco más en el conflicto en el cual se embarcó y hubieran habido luxaciones en su cuerpo...sin mencionar la muerte.

—¿Pero por cuanto más? Te estás sacrificando solo por culpa, y no puedo permitir eso, no con el niño a tu cuidado...Jun, sé que quieres hacer con esto.

El doctor le dijo, con una expresión de comprensión.

—Doc...

El parásito se incorporó en la posición del cabello del doctor, para mirarlo con sus ojos de una tonalidad similar a su paciente, le dirigió la palabra nuevamente:

—Está bien entender que no puedes con algo, vas a tener que aceptar el fracaso. ¡Vamos chico! ¡Esto es enserio! No vas a volver a seguir de píe después de unos días así...

Las palabras le sonaron familiar al chico, el cual miro a ambos con una expresión de realización, recordó algo mediante las palabras de ambos, una memoria de tiempos pasados que él añoraba, que probablemente el niño a su cuidado también lo hacía. Estuvo al borde de rendirse ante las lágrimas, pero no, tenía que ser fuerte. Si recorría esta senda, tenía que hacerlo sabiendo que pensaba que hizo lo correcto, se levantó y miro el reflejo de la pequeña ventana del departamento...

—Jun, ya está bien por hoy, puedes volver a intentarlo mañana, pero piensa un poco antes de actuar cabeza dura...

Negó con la cabeza ante la voz familiar resonar en su cabeza, se incorporó y se puso una vieja chaqueta que cubría su traje.

—¿Jun? ¡Necesitas reposar algo más! ¿Vas a volver a intentarlo? ¡Está bien pedir ayuda o simplemente rendirse por hoy!

El doctor hizo que las palabras volviesen a sonar en la cabeza del chico con más potencia, el chico volteó y sonrió, levantando los hombros con una triste sonrisa

—Navidad es dentro de poco, ¿no? Le debo conseguir un regalo a Afton, Bird. Tengo que irme.

Dijo, cerrándole la puerta para silenciar las siguientes quejas del dúo que cuidaba. Les dejo un efusivo gracias. Antes de sumergirse en una nueva misión, darle un regalo a su hermano pequeño, ¿el obstáculo? Las memorias, que tan dulces como pueden ser, el sabor agridulce le llegaba por la boca. Finalmente, dentro de mucho tiempo, le dejó la puerta abierta a sus recuerdos y los miró tímidamente mientras bajaba por las escaleras.

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—Jun, ya está bien por hoy, puedes volver a intentarlo mañana, pero piensa un poco antes de actuar cabeza dura...

El hermano del peli blanco, con su figura regordeta revisaba una herida de su hermano provocado por este mismo, un chichón y un poco de sangre, no era muy grave. Pero él no tenía mano en ámbitos de primeros auxilios.

—¿Que querías ganar con esa acrobacia? ¿Algo de notoriedad? Probablemente Mamá me rete por esto...

—¡Juro que fue para un buen objetivo!...

El menor trato de llevarle la contraria al mayor.

—¿Así? ¿Cuál? Por qué por lo visto solo te acabas de disparar a ti mismo en tu truco de magia.

Masiko tenía razón, Jun quiso contraponerse, pero calló por un gran rato, quizás en parte por el dolor y en otra por pensar, simplemente exhaló y lo miró, con una mirada algo apenada.

—Quería demostrar que el entrenamiento que me dieron ustedes cobró frutos, supongo que no...es que. Sé que quién me entrenó murió. Quizás pensaba que si hacía una de las acrobacias difíciles, podría notarme desde la muerte. Sé que es un pensamiento errante, pero aún así...quería hacerlos orgullosos.

Hubo otro silencio...Masiko miro con los ojos amarillos distintivos de su familia a su hermano menor. ¿Quizás fue muy duro con él? Sigue siendo pequeño y Afton recién se integró a la familia...abrazó a su hermano efusivamente y trató de ponerlo de píe.

—Lo estás haciendo Jun con esas intenciones, pero tienes que pensar en ti mismo, no podremos sentirnos orgullosos si no hay nadie en que sentirnos así.

Le revolcó el cabello despreocupadamente, agregando después.

—Lo harás mejor otro día, piensa en tus errores, pero levántate de estos...

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—Levantarme de estos...

Tardó en recordar donde estaba, y olvidar por todo lo que había recorrido, tras darle la espalda al departamento del doctor, la brisa lo guió a una tienda de regalos, recordó. Es navidad y dentro de poco habría que abrir los regalos...pero no tenía ninguno. Nunca tuvo alguno preparado. Buscó por la tienda nervioso, algo tan mundano cómo esto lo ponía nervioso. Por que la aprobación de su hermano pequeño estaba en juego, desde la separación de su familia...siempre ha sentido el ojo de su hermano clavado sobre su espalda, mirando los fallos que este ha realizado sobre ellos, quizás tenía razón...casi sintió las lágrimas correr cuando reparó en algo. Un peluche...lo recogió. La forma del dragón resaltó, y sin que pudiese pensar en el recuerdo resurgió nuevamente. Las imágenes del pasado lo atrajeron cuál metal al imán.

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Ambos hermanos oían discutir a sus padres, mientras que el niño dormía. Ambos se miraron el uno al otro, Masiko le sonrió de una manera algo cariñosa para que se distrajera de aquello.

—¿Cómo va la herida Ninja? ¿Necesitas al Dragón?

Recogió un viejo peluche de dragón, era un regalo que al igual que Jun, lo poseía Afton y en su tiempo Masiko. Era para que a estos les deparará buena fortuna, su hermano pequeño hizo algo caso omiso al gesto para animarlo de su hermano. Y comentó:

—La discusión es mi culpa, ¿verdad Masiko?...

Dejo eso en un inicio, para luego contraatacar con otro comentario.

—Generalmente cuando hago algo mal hablan a mis espaldas, ¿no?...no voy a ser como tú, y ellos lo saben...

El silencio era solo acompañado por los ligeros ronquidos del niño que dormía plácidamente en una cama contraria a ambos hermanos. Masiko se sentó al lado de Jun, y le puso la mano en el hombro.

—Mejor que no seas como yo, vas a ser fácilmente alguien mejor si no te basas en mí, ¿sabes?

Antes de que su hermano lo contraatacase, añadió otro comentario más.

—Miras muy para abajo a ti mismo y muy para arriba a los otros. No te aceptas a ti mismo por ser diferente. ¿No? Ellos están discutiendo por haberte dejado sólo, no por tu acción. Velan por nuestra seguridad y se ponen tensos cuando nos ponemos traviesos, te acostumbras hombre...

—...¿Cómo lo haces para aceptarte entonces si dices que ese es mi problema?...¿Y tú te aceptaste?...por que sigues estando con la foto de tu “amiga”...

El hermano mayor tardó en responder, despertaba heridas que no llegaron a cicatrizarse.

—No lo he hecho, por que es un proceso lento y largo...hay acciones que me siguen quitando el sueño...Jun, mira. Tienes que aferrarte a tus ideas, pero no pienses solo en los fines. Sino en como perjudica a tu alrededor. Si vas a pedir algo de navidad, debería ser ese, pues, no hay mejor regalo que poder aceptarse uno mismo y luego a los demás.

Le comentó, Jun lo miró, asombrado, y un abrazo surgió del menor al mayor después de unos segundos, uno de los fuertes y catárticos, que se recuerda el tacto de estos.

—Gracias Masiko...te juro que voy a proteger y mantener unida a la familia, esa es mi meta. Y ser un Ninja, y, y....

—No te pongas tantas metas, no tienes tantos brazos...y ya es tarde niño. Vete a dormir o mamá te va a pegar más fuerte que ese raspón.

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Las risas cerraron el ambiente familiar, pero Jun irónicamente lloraba, por los recuerdos e imágenes que por largo tiempo había tratado de suprimir. Estaba pagando el regalo con lágrimas en los ojos, cosa que el mostrador tomó como una curiosidad amplia...

—Señor...es solo un juguete.

—Es un sí-símbolo de prosperidad de-de don-de provengo...¡qu-quédese con el vuelto!

El joven corrió a amplias velocidades a donde provenía, y mientras más lo hacía, más recuerdos, florecían. Risas fraternales, travesuras y navidades...Todo aceleraba. Hasta recordar que varios de ellos no estaban ahí.

La noche donde la familia Saitata murió la recuerda muy bien, demuestra los errores que él cometió y como no prestó atención a su hermano, las llamas y miradas de odio llenan ese recuerdo que le cuesta mirar...tanto que...no pudo mirarlo. No puede aceptarse, no ahora.

—Lo siento Masiko...

Dijo, cuando se aproximaba a su hogar, lo murmuró en un susurro perdido y lleno de arrepentimiento, pero, recordó lo que había dicho cuando pequeño, ¿ser Ninja y mantener unida a la familia?...los padres no están pero ellos siguen ahí, distantes pero ahí...

Puede mantener unido a sus hermanos.

Entonces, cuando entró a su hogar por sorpresa y fue a entregarle su presente al hermano menor que él tenía, no fue solo una navidad más. Sino una promesa, un abrazo fue de Jun a Afton, uno cálido, como el que le había dado a su hermano mayor años atrás.

—Afton...lo siento...no he sido el mejor hermano mayor...no soy Masiko...pero no me arrepiento de mi camino. Por qué, no me voy a rendir en este, soy Ninja, pero a su vez familia...¡Voy a traer a Masiko de vuelta! ¡Voy a mantener unido lo que nos queda!

Exclamó, determinado, abrazando al pequeño, que, casi sin entender lo que ocurría correspondía, solo apenas luego captando lo que dijo y las lágrimas florecieran mientras mecía en sus pequeños brazos el recuerdo del dragón...

—Jun...f-feliz navidad.

Solo pudo conjurar eso, se llevó la aprobación de su hermano. Jun solo asintió, conmovido. Se llevó la aprobación de él...solo queda Masiko...luego puede aceptarse así mismo. Cuando haya unificado a su familia.

(Mamá...Papá...Velen Sobre Nosotros....)

Eso fue lo que pensó el peli blanco, cuando los festivos navideños destellaron alrededor de su hogar.

:gift: ; F i n.

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Este concurso me ha ayudado a abrir diferentes horizontes, y retomar nuevamente la escritura bajo este one-shot basado en uno de mis personajes. Fue un poco salto saltar de un Shit-post elaborado a una escritura que tratase de transmitir el sentimiento de añoranza, por lo cual me tomé toda la semana para planificar este blog. Me siento contento con el resultado, pero mejor, quiero ver como ustedes reaccionan ante este escrito, si pensaron que fue un despropósito o no. Fuera de esto, blogs como estos hacen que quiera volver a escribir, y viendo el estado actual de la comunidad. Prometo hacerlo. Eso es todo por hoy, un relato para buscar aceptación y las palabras del servidor, ¡hasta entonces!

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