:volcano: La caída de Valyria :volcano:

Valyria…

Aquella creación del hombre que según las palabras del propio Viserys Targaryen, ponía en ridículo a las magníficas ciudades del este.

El imperio más prometedor y próspero de la Canción de Hielo y Fuego, aquel que no poseía rival alguno, pues ninguna ciudad en lo absoluto, tenía comparación con él.

Un reino milenario construido para perdurar hasta el final de los tiempos. Un reino en donde la abundancia, la fortaleza, y la grandeza eran pan de cada día.

¿Pero quién imaginaría que Valyria, la ciudad más increíble de todos los tiempos llegaría a su fin?

Cuando nadie se lo esperaba, llegó a Valyria la maldición.

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Cuentan algunos, que Daenys Targaryen, también conocida como La Soñadora, había advertido a los demás nobles valyrios sobre el caos que estaba por venir. Pues al parecer, Daenys a través de sus sueños era capaz de predecir el futuro. Sin embargo, los valyrios viéndose presos de su arrogancia e incredulidad, hicieron caso omiso a su advertencia, y sólo se rieron de ella cuando junto al resto de los Targaryen y sus cinco dragones, huyeron de la ciudad para asentarse en Rocadragón.

12 años después de tal suceso, el caos se presentó…

(Aproximadamente 114 Antes de la Conquista)

Valyria, morada de dragones y hechiceros de incomparable maestría, fue destruida en cuestión de horas; se hendieron todas las montañas y colinas llenando el aire de oscuras cenizas, humo, y un fuego tan ardiente y demoledor, que incluso los dragones ardían y se consumían en el aire.

Se abrieron en la tierra gigantescas fallas que engulleron magistrales palacios, incomparables templos, y poblaciones enteras. Los lagos hervían o se convertían en ácido, y reventaban las monstruosas montañas como si de un globo hecho de goma de mascar se tratara.

Brotaban fuentes ígneas que lanzaban roca fundida a cincuenta leguas de altura, y de nubes rojas como el mismísimo infierno, llovía vidriagón y sangre negra de demonios. Todo el suelo se agrietó hasta desmoronarse por completo, y culminó el caos con un horroroso tsunami de dimensiones nunca antes vistas; una ola de 93 metros de altura, azotó y se llevó con ella lo poco y nada que quedaba del devastado imperio.

La más orgullosa ciudad del mundo entero desapareció en un instante. La era de los dragones había llegado a su fin.

Pero… ¿Por qué? ¿Cuál es el trasfondo de todo? ¿Cuál fue el detonante de semejante calamidad? La respuesta es incierta, pues nadie lo sabe con exactitud.

Sin embargo, algunos maestres aseguran que sólo se trató de un cataclismo natural, de dimensiones desproporcionadas claro, pero natural al fin y al cabo. Según ellos, fue provocado por la erupción simultánea de las Catorce Llamas (cadena de volcanes cercanos a la ciudad).

Por otro lado, algunos septones no tan sabios, aseguran que fueron los propios valyrios quienes se ganaron la ruina con su promiscua fe en más de 100 dioses, y que sedientos de poder como eran, excavaron demasiado y desencadenaron sobre Valyria los fuegos de los Siete Infiernos. Otros pocos maestres, piensan que el poder de los valyrios no se debía únicamente a sus esclavos y riquezas, sino también a los hechizos que utilizaban, pues a parecer de ellos, los valyrios habían mantenido “domados" a los volcanes durante miles de años con magia, y al fallar ésta, se desató la catástrofe sumergiéndolos a todos en un irremediable caos. Hay además, algunos que manifiestan que no fue nada más que el cumplimiento de la maldición de Gharin el Grande (en caso de querer saber quién fue Gharin, leer mi blog anterior: Diez mil Navíos). Otros dicen que los sacerdotes R’hllor invocaron mediante extraños ritos el fuego de su dios, pero si algo se puede decir con certeza, es que nunca antes se había visto en el mundo un cataclismo igual.

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Hoy en día, circulan extraños relatos sobre Valyria y sobre supuestos demonios que habitan el mar humeante, donde estuvieron antaño las Catorce Llamas; tanto así que el camino entre Volantis y Bahía de Esclavos, ha adquirido el nombre de “Camino del Demonio” mismo que al viajero juicioso le conviene evitar. Por otro lado, quienes desafían al mar humeante, nunca regresan. Así lo comprobó Volantis, cuando envió una flota para apoderarse de la península y ésta nunca retornó. Lo único que se puede asegurar, es que allí habitan extrañas criaturas con piel grisácea, escamosa, y un aspecto no muy grato para la vista…

De todas las familias nobles de Valyria (40 en total) los Targaryen fueron los únicos sobrevivientes. Otros por el contrario, aseguran que hubieron más nobles que sí lograron escapar, pero que murieron al poco tiempo por diversos motivos.

Así termina la era valyriana, llevándose con ella a la más majestuosa ciudad del mundo entero, hogar de dragones, nobles, y hechicheros…

“Este mundo no siempre fue tan pequeño y patético. Miles de años atrás, cuando el resto de los hombres le oraba a los dioses, los valyrios se convertían en uno de ellos. A través de magia o por pura voluntad, ellos domaron a las más grandes criaturas en la historia.

Un caballo le otorgaba al hombre dominio sobre la tierra, una flota le otorgaba dominio sobre el mar, pero los dragones… los dragones nos otorgaban el cielo, y todo, y a todos por debajo de él.

Nuestra capital Valyria ponía en ridículo a las magníficas ciudades del este. Los martillos y cinceles no eran rivales para el fuego mágico de un dragón. Era una ciudad y un imperio construido para perdurar hasta el final de los tiempos, pero no lo hizo…” — Viserys Targaryen.

Fuente:

EL MUNDO DE HIELO Y FUEGO.

La historia no contada de PONIENTE y el JUEGO DE TRONOS.

George R.R. Martin.