𝐀𝐂𝐓𝚰𝐕𝚰𝐃𝐀𝐃: 𝐂𝐔É𝐍𝐓𝐀𝐌𝐄 𝐔𝐍 𝐂𝐔𝐄𝐍𝐓𝐎

Lluvia de estrellas.

Cuando las estrellas aún danzaban, cesantes de vida en un reino titiritante, existían dos estrellas peculiares. Solei, un joven rebosante de vida, y Lunn, otro joven no tan animado como su contraparte. Ellos eran amigos, imparables, confidentes y algo más que amantes: era algo chispeante, algo especial.

“Cuando las estrellas llovían del cielo, era porque un amor duro y verdadero se había concretado en un puro beso”, contaba una y otra vez la abuela de Lunn. Lunn, aunque lógico e intelectual, era mal sentimental a barbaridad.

Lunn, emberrinchado, renegaba por vivir la ‘lluvia de estrellas’; sin embargo, ojos ciegos ante el sentimentalismo y una mente llena de lógica cegaban a quien más tenía cercano a concretar su cometido. Esta situación causó desdenes entre esta tortuosa pareja de ‘simples amigos’, pues "amigos" no era un común denominador que le gustaría usar a Solei, por lo que su frustración se pudo ver como una alergia a maní a flor de piel.

Por desdenes de la vida, las peleas habían comenzado a ser el pan de cada día. Cada malentendido era una lágrima del sol y la luna, que tristes, inertes, observaban el final. Un triste final que más que unir, separaba a matar.

Así que, cuando inertes, uno por su lado, egoístas, observaban el cielo carente de estrellas, es cuando la ‘estrella’, su corazón, comenzó a recapitular. Las conjeturas, los celos, las discusiones… todo era por algo. Ese egoísmo tan personal no era normal, no era una amistad.

Aferrados a tenerse frente a frente con sentimientos encontrados, se cruzarón como hecho del destino. Ahí estaban, en la techumbre de un viejo edificio. Las estrellas, envidiosas del brillo incesante de esta pareja al verse, no hicieron falta una palabra más. Solo la mirada dijo lo suficiente y necesario: un —te amo—.

Y con un roce entre labios y una promesa silenciosa entre dos nuevos amantes, una lluvia de estrellas empapó sus abrazos.

¿Eso es una flor viviente?

Desde que hace unos 3 años... escucho una voz decirme que vaya al corazón bosquejo de Lindenzea, un bosque hermoso, lleno de bastos árboles de todo tipo de colores. Yo iba a diario, pero, nunca me atreví ir más adentro.. claro. Hasta hoy. Quizás me arrepienta, mi mamá siempre me advertia de las criaturas mágicas, honestamente pienso que esta loca.

Cuando llegue con mi mochila azul cielo, pude ver a unos niños jugando con una.. ¿bola? No sabía con exactitud que era, pues estaba rodeada de espinas afiladas en sus extremos. Aunque yo estaba extrañada, no permití que eso me detuviera, continuando mi camino hacia el fondo del bosque.

El aire gélido penetraba mis huesos, cosa que se me hizo extraña. Era un verano, el día estaba completamente soleado, ¿por qué hacía frío?, era lo que me preguntaba constantemente. Empecé a dudar de si era buena idea, hasta que no sentí el suelo bajo mis pies.

Caí, caí de manera tan abrupta que ni siquiera pude gritar, no pude articular ninguna palabra hasta que mi cuerpo cayó sobre algo suave, algo húmedo y con un olor tan agradable que era embriagador.

"¡Humana insolente!"

Me congelé en mi sitio cuando escuché una voz que no parecía ser humana y en eso me di cuenta de que no estaba encima de algo, si no de 𝙖𝙡𝙜𝙤, y ese algo estaba enfadado.

Cuando me levanté, supe que era demasiado tarde para correr, vi esa cosa.. parecía que flores brotaban de sus ojos, lo que sea que fuese había abierto su boca lista para devorarme, y yo.. yo no podría hacer absolutamente nada.

Mi cuerpo estaba quieto, lágrimas de desesperación empezaron a correr por mis mejillas tal cual como patines sobre hielo. Era hermoso, pero..

Me devoró sin darme la oportunidad decir mis últimas palabras.

Postada: ni yo se q me dio

"No soy yo"

Todo empezó con una simple foto...

Me encontraba revisando la galeria de mi celular, buscando una imagen vieja de hace muchos años, y casualmente, me encontré con una que no recordaba haber sacado. En la foto aparecía yo, en la parada del bus, estando de espaldas, con el mismo abrigo y la misma mochila que usaba normalmente. Lo raro es que yo no había ido a esa parada ese día. De hecho, ni siquiera había salido de casa.

Pensé que era un error, algún reflejo raro o algo. Pero después aparecieron más, siempre era yo, en lugares donde no estuve, ya sea caminando por el parque o entrando a una librería que ni conocía, incluso en una se me veía mirando directamente a la cámara.

Empecé a tener pesadillas. Soñaba que me seguía, que quería quedarse con mi vida y que nadie notaría la diferencia.

Hoy me desperté y algo está distinto. Mi cuarto... no está como lo dejé. El espejo tiene una grieta que no estaba antes. Y mi reflejo... acaba de parpadear antes que yo.

Espero les guste esta mini historia que creé, lo escribí basándome en la criatura conocida como "doppelgänger"

:star:

-Espero este minicuento que hice les guste :crying_cat_face:

Un amigo desde las nubes:

-Érase una vez un pequeño gato aventurero, que vivia entre las esponjosas y blanditas nubes del cielo, tenia una gran colita y bigotes que le permitian ir donde quisiera, o deseara, un día dicidio aventurarse y irse más haya de las nubes que el conocia, le aviso a su madre y emprendio su viaje sin saber con que cosas se encontraria, durante su vuelo logro ver una cafeteria pequeña, el gatito ya llevaba horas sin comer algo así que decidio ir a investigar y comer algun dulce, al llegar vio a la dueña algo triste ya que nadie venia a su cafeteria, el bondadoso gatito le ofrecio su ayuda para que el negocio creciera, aunque al principio no sabia como hacer buenos pastelitos o atraer a las personas con esfuerzo lo logro, y así fue todos los días, el lindo gatito llegaba a la cafeteria a ayudar a la señora a cocinar y atraer nuevos clientes, la señora se puso tan feliz que cada día le decia con amor: Eres mi amigo que vino de las nubes.🤍