Sufrimiento eterno
La mañana del 19 de octubre, en una plaza de un pueblo, varios insectos en la zona, paseaban, entre la multitud, se observa como una hormiga se acerca a la fuente, con una cubeta vacia.
-Espero que Marilyn se haya quedado dormida - dice aquella hormiga para si misma mientras llena la cubeta con agua.
-disculpe señorita Shira, ¿le importa si le ayudo? - se le acerca un insecto por detrás de la hormiga
Extendiendo su esquelética mano.
-no no, descuida, puedo so... *¿como sabe mi nombre?* - voltea, solo para observar a El cosechador, el cual le daba una sonrisa bastante perturbadora.
-¿Entonces? ¿Le ayudó? - dice el Cosechador, para recoger sus dedos extendidos, crujiendo al hacer esto.
-P...Pero, si el trato aún no ha expirado... ¡No tiene sentido que estés aquí! - diría asustada, cayendo sentada al suelo, apoyandose contra el pozo.
Los insectos de la zona observan como cae aquella mujer, aunque al ver quien estaba frente a ella, decidían hacer como que no vieron nada.
-¿podría no ser tan obvia? Sabe muy bien lo que pasó con su marido - dice borrando su sonrisa, para inclinarse levemente hacia ella.
La hormiga se levanta rápidamente, su respiración se volvía más fuerte, y sus latidos igual.
-Dime: ¿qué es lo que se te ofrece? - dice, tomando la cubeta medio llena con ambas manos.
-mejor vamos a tu hogar... Ya sabes, para aclarar un precio - diría de manera fría e imponente, para luego apartarse del camino de aquella hormiga.
La mujer desconfía, pero decide seguir las instrucciones del Cosechador.
Más tarde, en esa misma mañana, en la casa de la hormiga.
-sabias que tu trato no puede cambiarse, eso aplica para cualquiera ¿lo sabias? ¿No? - dice el gran insecto, sentado en la mesa.
-si, lo sabía, mi pregunta: ¿qué haces antes de tiempo para tu "cosecha"? Recuerdo que dijiste que el 50% de mi negocio sería de la señora Lemiure - diría, sentada frente a aquel insecto en su mesa tragando saliva debido a la angustia que sentia.
-si, ese era el trato... Pero mi amo se entero... Que diste a luz una niña - diría, apoyandose con interés sobre la mesa.
Al escuchar esto, pierde la compostura, ya que, ya no era poder lo que buscaba aquel insecto.
-pero es mi hija... ¡¿Como tu amo puede pedir una vida a cambio de riqueza?! - le gritaria a él insecto que se encontraba frente a ella.
-Tus gritos no me afectan, pero será mejor que guardes distancia, si no quieres acabar desmenbrada en un camino cercano - dice el Cosechador, con bastante calma.
-¡es mi hija! Prefiero que se lleven todo lo que tengo, pero te lo suplico... No te lleves a mi hija - diría, dejándose caer al suelo, de rodillas, pidiendo hacia aquel insecto.
-De hecho, hay una solución, pero no creo que quisieras ver a tu hija después de lo que pasara... - dice, viéndola con superioridad, y sin expresión.
-aceptó, solo quiero ver a mi niña crecer, no me importa que, pero quiero estar hasta que pueda estar por su cuenta - diría, sin levantar la vista.
-bien, el trato de tu negocio del 50% sigue en pie, y la vida de tu hija, a cambio de la tuya, pero con un trato especial, seguirás a su lado, hasta que ella lo deseé - dice, tomando a la mujer de la barbilla, acercándola a su rostro.
-acepto - diría sin miedo al ver que era una manera de salvar a su niña.
Sonriente, le dice con una voz oscura y fuerte -¡HECHO! - diría para luego comenzar a desaparecer en humo rojo.
Más tarde esa misma noche.
La pequeña despierta, saliendo con entusiasmo de la cama para luego caminar hacia la habitación de su madre.
-mami - al no encontrarla, decide ir hacia la cocina, para verla preparar la cena.
-oh, hola mi cielo, ve, siéntate, te prepare tu comida favorita - diría sin voltear a verle.
-¿hm? ¿Mami? ¿Estas bien? - diría acercándose, viendo hacia la parte baja del vestido de su madre, observando que esta cubierta hasta el suelo.
-¿por qué no he de estarlo? ¿Si estas conmigo? - dice con calidez, aunque su voz resultaba ser un poco tétrica al decirlo en un solo tono.
-mami, me estas asustando - diría, alejándose lentamente.
-no, no tengas miedo... - diría, comenzando a llorar -tu sabes que no importa lo que pase, yo siempre te voy a amar ¿no? - diría para dejar su tarea, quedándose quieta.
-¿mami? - diría totalmente asustada aquella pequeña, sin saber lo que había pasado con su madre.
-¿si cariño? - voltearia, mostrando que esta muerta, sin un ojo, su rostro lleno de huecos los cuales se veían por fuera hacia dentro, sus manos sin piel, y sin parte de piel en su pierna derecha.
-ven, y dame un abrazo - dice entre lágrimas, abriendo sus brazos, esperando a que se acercara su hija.
-mami.... No.... Tu no eres mami - dice comenzando a llorar, alejándose lentamente.
-pero, soy mami, Marilyn, soy tu mamá ¡acércate! - se acercaría de manera brusca a la pequeña.
-¡aléjate! - al ver como se acerca, decide correr hacia su habitación, cerrando la puerta de golpe.
-amor.... Mi cielo, ¡no me abandones! Tu sabes que soy tu mami... - sigue llorando, esperando respuesta.
-no te me acerques - cierra la puerta con llave, saltando hacia su cama, comenzando a llorar.
-No, ¡mami no ha muerto! ¡Mami está aquí!
en las sombras de la habitación del cuarto, se oye una cálida voz de un insecto macho.
-oye, ¿que dirías si, te devuelvo a tu mami?
-hija... - escucha la voz, reconociendo la por completo -No... No hija, no le contestes! - golpea la puerta para que le abra.
-huh? - escucha la voz de aquel extraño, la voz de su madre se silencia. -¿puedes traer a mi mami? -
-Sisi, puedo traerla, hasta hacer que viva para siempre - dice con entusiasmo sin mostrar su cuerpo.
-hija! ¡Abre esta puerta! - debido a los golpes, hace un agujero en la puerta, observando todo.
-ahh! - se acerca a las sombras, para más seguridad.
-tranquila pequeña, yo puedo hacer que vuelva tu mami, pero necesito algo por mi trabajo - diría, mostrándose a aquella pequeña.
-¿que quisieras por mi mami? - diría aun asustada.
-quiero que me acompañes, eso es todo--diría, extendiendo su mano.
-¡hija! ¡Por favor escuchame! ¡Yo soy tu madre! - diría entre lágrimas, haciendo más grande el agujero en la puerta.
-aléjate de esta niña inocente, horrible criatura - diría con imponencia, poniéndose enfrente de la pequeña. - pequeña, ¡es ahora o nunca! ¡Toma mi mano y volverás a ver a tu mamá, si no, tendrás que quedarte con esa cosa!
-hija, no lo escuches, es una trampa - abre al agujero lo suficiente para pasar.
-aléjate monstruo - toma rápidamente la mano de aquel desconocido.
En ese momento, todo el mundo se detiene, excepto el extraño y la mujer.
-¡dijiste te no tocarías a mi hija! - grita con todas su fuerzas.
-eso te lo prometí a ti, pero tu niña hizo un trato, y como parte de su trato, traeré a su "mami" - diría, para luego comenzar a reír, el tiempo se restablece, para ver, como aquella hormiga recupera su juventud, rejuveniendola hasta un poco.
-yo siempre cumplo mis promesas - dice para luego aplaudir.
La pequeña, mira como su madre no muerta vuelve a ser como antes.
-¡mami! - corre para abrazarla.
-hija - camina para corresponder a aquel gesto, pero antes de lograrlo, la niña desaparece.
-¿eh? ¿Marilyn? ¡¿Marilyn?! - gritaria en angustia, al ver cómo su hija, desaparece ante sus ojos.
El extraño comienza a reír como maníaco, observando con un gesto de burla hacia la mujer.
-la niña ofreció su vida, a cambio de tu eternidad, debe ser realmente triste, seguir con vida, cuando pudiste salvar a tu hija... Es una verdadera lástima - diría, calmando se un poco.
-marilyn - se arrodilla, comenzando a lagrimear sin control - devuelvemela! -
-no puedo, un trato por insecto... Lo siento, pero tu hija... Es propiedad de mi Señor, disfruta de tu eternidad, oh, y antes que lo intentes, nada te puede matar, solo hacer daño, adiós, señora Shira - se marcha de la casa.
La mujer continuó llorando, al darse cuenta, que a pesar de vivir por siempre, lo perdió todo.
Fin
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