Capítulo 14: Fe verdadera — Parte 3...
La luz entraba oblicua por los vitrales, dibujando colores sagrados sobre el rostro curtido de Brick Williams. El viento afuera seguía llorando en silencio, como si el invierno supiera que dentro de aquella iglesia estaba ocurriendo un milagro callado.
Brick se disponía a irse. El viejo abrigo militar ya descansaba sobre sus hombros. Su bastón golpeaba suavemente el suelo con cada paso, como un metrónomo de recuerdos.
Pero entonces, justo cuando alcanzaba el umbral de la puerta, una mano cálida y firme se cerró sobre su brazo. Fue un gesto tan sutil, tan humano, que lo detuvo en seco.
Yuri Kisaragi, de pie junto a él, lo miró con los ojos enrojecidos. Y con una voz apenas audible, quebrada por la emoción y el tiempo, dijo una sola palabra:
—Padre...
Brick giró el rostro con lentitud. Por un instante, todo se detuvo. No hubo viento, ni pasado, ni culpa. Solo aquella palabra. Aquella semilla de verdad que había esperado más de seis décadas para brotar.
Sus labios temblaron. No dijo nada. No lo necesitaba.
La abrazó.
Como quien recupera algo que creía perdido para siempre. Como quien vuelve a casa.
Yuri se aferró a él como si volviera a ser una niña, como si el tiempo se doblara sobre sí mismo y le permitiera llorar por todos los años de ausencia, de ignorancia, de heridas abiertas sin nombre.
Y él… él la sostuvo. Sin coraza, sin frialdad. Solo con amor. Un amor rústico, viejo, torpe. Pero verdadero.
Por primera vez en su vida, Brick Williams dejó de cargar la guerra.
Ese día, el soldado se rindió.
Y nació el padre.

Comments (2)
amo esta clase de blogs sobre cosas ocurridas en un rol.
No habia visto uno asi en años
En destacados otra vez:D