Fire Emblem Heroes Fanfic - La Leyenda del Invocador y los Héroes - LIBRO 1 (parte 2)

Capítulo 7 - Ylisse

Una vez que logramos liberar a Pherae del Imperio, nuestra siguiente parada, según las palabras de Anna, es en Ylisse, ya que la guardia real de ese reino parecía haberse unido al Imperio por voluntad propia. Lo primero que se me ocurrió fue que, seguramente, esa niña los convenció de alguna manera para unirse con engaños y mentiras. Para aclarar las cosas, fuimos para allá de inmediato. Efectivamente, y como era de esperar, esa niña había convencido al príncipe de esta época, que según Alfonse dijo que se llamaba Chrom, ya que dijo.

- ¿Ustedes son los invasores de la llamada Orden de los Héroes? Acabamos de recibir noticias de los soldados Emblianos de que han venido aquí para arrasar nuestro reino. Se lo advierto ahora: nadie dañará al Halidom de Ylisse. No en mi guardia. Ahora se enfrentan a mí y a mis Custodios. ¡Lisa! ¡Frederick! Prepárense para la batalla. -

Éste tipo es de los que se cree todo y sin pruebas concluyentes. ¿Será eso, o el Imperio los convenció bien para que se crean que nosotros somos los malos? En fin, debemos atacarlos rápido y sin dañarlos. Sin embargo, ese tal Chrom sí que posee una fuerza monstruosa. Sus estocadas las daba con tal fuerza que hasta daba miedo. Para nuestra suerte, teníamos a Ike, que podía repeler esa fuerza sin ningún problema. La batalla fue dura, pero al final logramos vencerlos. Sin embargo, Chrom se levanta algo adolorido y menciona.

- No itiremos la derrota tan fácilmente. El resto de los Custodios los detendrán. Nuestros lazos son fuertes: nunca nos someteremos a ustedes, villanos. -

Antes de siquiera decir algo, se dan media vuelta y se van. Parece ser que no será tan fácil convencerlos de que el Imperio les lavó el cerebro, pero no nos queda de otra mas que hacerlos entender por las malas. En fin, mientras que seguimos aquí, tendremos que vencer a esos "Custodios" si queremos liberar esta época de las garras de Verónica.

Al avanzar rumbo al norte, nos encontramos en una zona nevada, y al pie de las montañas había una especie de fortaleza, la cuál estaba invadida por soldados emblianos, junto con una chica con ropas similares a las de una bailarina, y un espadachín que con solo la mirada era capaz de intimidar a cualquiera. Debíamos actuar rápido ya que esta zona era más fría que en las que hemos estado, y algunos de mis aliados iban con ropas ligeras. El único que se nos hizo difícil de vencer fue el espadachin, ya que se movía con gran agilidad y se la pasaba esquivando ataques. Afortunadamente, gracias al frío clima, tuve que detenerlo al congelar el suelo y los atacantes a distancia hicieron el resto.

Desde ese punto, partimos un poco hacia el este, ya que nos informaron que soldados del imperio se habían aliado con una jinete pegaso pelirroja que decían, era un genio con la lanza, así que debía ser un oponente formidable. Sin embargo, en la zona de batalla sería una cordillera bastante alta y peligrosa. No le tengo miedo a las alturas, pero sí daba algo de vértigo mirar hacia abajo. Además, había mucho viento, por lo que una fuerte ráfaga nos podría hacer caer en cualquier momento. Aparte, los enemigos a los que nos enfrentabamos, todos eran jinetes de bestias aladas, tanto pegasos como dragones, por lo que teníamos que tener mucho cuidado. Los únicos que podíamos atacar éramos Takumi, Lyn y yo, pero debíamos actuar rápido y preciso para atacarlos cuando se acerquen con el resto. Tras varios minutos que eventualmente se volvieron unas dos horas, logramos vencerlos, y cuando logramos derrotar a Cordelia, la jinete de pegaso pelirroja, ésta estaba muy cerca del barranco, así que rápidamente fui a rescatarla para que no se cayera al precipicio.

Tras eso, rápidamente fuimos a un pequeño pueblo al sur ya que nos informaron que había sido arrasado por soldados emblianos, pero cuando llegamos, ya era tarde. De ese pueblo solo quedaban ruinas, y en el lugar había un joven con una olla en la cabeza y armadura de acero que trataba de defenderse. A su lado había una chica de cabello plateado y con un atuendo similar al de Morgan que había invocado por primera vez.

- No queremos hacerles daño. – dije. – Estamos aquí para ayudarlos. El Imperio Embliano los engañó. Ellos son los que querían conquistar este lugar. –

- ¡No le crean! – interrumpe un soldado del Imperio. - ¡Ese es el hechicero de lengua afilada que se atrevió a levantarle la voz a nuestra soberana! ¡Ellos son los malos! –

- No sé en qué pensar… - dijo la chica de cabello plateado. - Mis órdenes fueron detenerlos a toda costa, pero no puedo notar que sean hostiles. Aún así, "las apariencias engañan", así que por eso debemos luchar. - luego se dirige al chico de la olla en la cabeza y menciona. - Donny, no tengas miedo. Estaré a tu lado para apoyarte. -

- De acuerdo. - responde el chico.

Sin más remedio, tuvimos que enfrentarlos. Antes de la batalla, le pedí a Sharena que no hiera al chico, sino que solo pueda incapacitarlo, pero no de gravedad. Mientras tanto, yo me encargaba de la chica de cabello plateado. La batalla fue algo sencilla ya que gracias al trabajo en equipo, y a lo sincronizados que estábamos, logramos acabar con los enemigos rápidamente. Durante la batalla, le pedí a uno de nuestros curanderos que se encargue del chico de la olla en la cabeza, mientras que yo me enfrentaba a la hechicera. En la batalla, ésta menciona.

- ¿Así que eres el estratega de tu ejército? Ésto se pone interesante. Olvídate del Imperio. Vamos a enfrentarnos como debe ser. Yo también soy una estratega, así que quiero saber si mi nuevo rival es lo suficientemente fuerte para darme una digna batalla. Pero aquí no. Por ahora, vamos a parar el enfrentamiento aquí. Iré a planear con mi grupo la batalla final, y nos veremos en el punto que te voy a asignar. Dame un mapa y te marcaré nuestro duelo final. -

- De acuerdo. - contesté. - Entonces nos detendremos aquí. Vamos a posponer la batalla y te daré tiempo para que tú y tus aliados recuperen sus fuerzas. Así será una batalla justa. Nosotros haremos lo mismo. -

- Me parece bien. -

Mientras que la chica, la cuál se presentó como Robin, marcó el lugar para nuestro enfrentamiento final, los demás se reagruparon para descansar y reponer fuerzas para la batalla. Al terminar, Robin menciona.

- Listo. Te marqué el lugar adecuado. El testarudo y cabeza hueca de Chrom aún creerá que son los malos, pero les aseguro que eso cambiará si hacen que entre en razón a la fuerza. Bueno, nos veremos en 3 horas. -

Una vez que se fue con el chico, Alfonse se acerca y me pregunta.

- ¿Por qué dejaste que tengan tiempo para organizarse para contraatacar? -

- Por lo que dijo Anna en una ocasión. - contesté. - Se supone que nosotros somos los que debemos dar el ejemplo y ayudamos a los diferentes mundos y épocas a liberarlos del control del Imperio Embliano, y si atacamos ahora mismo, podrían pensar que realmente somos los malos, ya que pensarían que los atacamos en momentos de debilidad o distracción. -

- Es verdad… - dijo Alfonse tras pensarlo por un momento. - No se me había pasado por la cabeza… Bueno, mientras nos recuperamos, debemos organizar una estrategia mayor. No sólo nos enfrentamos al Imperio, sino que a los más fuertes de los Custodios, los guardianes del Sacro Reino de Ylisse. En los libros de historia se decía que lograron acabar con un poderoso dragón que estaba a punto de destruir el mundo, así que deben de ser oponentes formidables. -

- Bien, entonces habrá que organizar una estrategia ahora. -

Tras eso, entre Anna, Alfonse y yo organizamos la estrategia, mientras que Sharena vigilaba el campamento temporal que armamos. Una media hora más tarde, habíamos terminado, así que partimos al punto de encuentro, que era una zona montañosa con muchos puentes colgantes. Había mucho viento, así que el más mínimo resbalón podría hacer que caigamos al abismo. Una vez reunidos, Chrom da unos pasos al frente y menciona.

- ¿Asi que al fin han llegado? Qué vergüenza que gente con sus habilidades esté luchando en el lado equivocado. Pero no llegarán más lejos, ni siquiera con ese talentoso táctico suyo que también es un hechicero. Nuestra estratega es aún más poderosa. ¡Robin! Condúcenos a la victoria. ¡Los Custodios deben hacer que estos villanos cambien de rumbo! -

Parece que lo que dijo Robin era cierto. Chrom es muy crédulo, así que debemos hacer que estaba equivocado, aunque sea a la fuerza. La batalla final empezó, y era muy reñida. Podía notar que mis aliados hacían su máximo esfuerzo para vencer a los soldados Emblianos y a los Custodios al mismo tiempo, y podía confirmar lo que Alfonse me dijo. Realmente son unos oponentes muy fuertes y con gran experiencia. En eso, al fin logré confrontar a Robin, la cuál menciona.

- Bien, vamos a renaudar nuestro enfrentamiento. Espero que des una buena batalla. -

- Por supuesto. - contesté.

Ambos nos enfrentamos. Ella usaba magia eléctrica y yo me defendía usando rocas tanto como cobertura como proyectiles. La batalla fue intensa. Logró herirme en varias ocasiones, pero yo también logré darle unos cuantos golpes con picos de roca. Tras varios minutos que parecían horas, logramos vencerlos finalmente, aunque acabamos muy agotados. En eso, Chrom se levanta muy adolorido y menciona, dirigiéndose a Alfonse.

- Parece que mis ojos se abrieron repentinamente, ¡y que te juzgamos mal! Tienes mis más sinceras disculpas, príncipe Alfonse. Todo este tiempo, estuvimos operando bajo un engaño. Lo teníamos al revés. ¡La Orden de los Héroes vino aquí para salvarnos a todos del Imperio Embliano! Solo espero que puedas perdonarnos. Tienes mi profunda gratitud por rescatar nuestro reino. -

- No se preocupe, rey Chrom. - responde Alfonse. - Todo fue aclarado, y ahora este mundo está a salvo, y eso es lo importante. -

Tras eso, nos retiramos a una zona más segura, y mientras que los demás se preparaban para volver al castillo, Alfonse menciona.

- ¡Nuestra misión tuvo éxito! Hemos salvado al reino de Ylisse. Por supuesto, todo es gracias a ti, Ouryuu. Puedo ver que con cada éxito, tu confianza crece. Das órdenes con vacilación. La Orden de los Héroes es realmente afortunada de tenerte. -

- El mérito no solo es mío, Alfonse. - contesté. - Hemos estado avanzando gracias al trabajo en equipo y a la buena coordinación y estrategia que seguimos entre todos. Además, procuro que ese mérito o estima que tengan hacia mí, no se me suba a la cabeza, porque eso hubiera vuelto engreído a otro Invocador o estratega que no tenga presente el valor de la humildad. -

- Vaya… -

En eso, Sharena se acerca y menciona.

- Sabes, hay algo en la estratega con la que nos enfrentamos que me recuerda a ti, Invocador. Es como... si tienen la misma aura o algo así. Pero no te preocupes. ¡Sigo siendo tu fan número uno! -

- Gracias, Sharena. - dije mientras sentía que me sonrojaba poco a poco.

Anna continúa diciendo.

- No debería sorprendernos que dos personas puedan parecerse entre sí, teniendo en cuenta la cantidad de mundos que hay. Vaya, probablemente hay muchos más de dos, ¡incluso cientos! -

Sharena menciona.

- Bueno, ahora te estás dejando llevar, Comandante. -

Anna, un poco sonrojada, menciona.

- ¿Eso crees? Mmm. Nunca sabes. De todos modos, volvamos a Askr. Hemos terminado nuestro trabajo aquí. -

En eso, Robin se acerca corriendo a nosotros y menciona.

- Gracias a los dioses que los logré alcanzar. Bueno, lo que quería decirles, e que me voy con ustedes. Después de esa épica batalla con mi nuevo rival, me gustaría aprender más de él, y a cambio les ayudaré a liberar a las demás épocas con mis estrategias. -

Ya nos habíamos acostumbrado de que, cada vez que liberabamos una época del Imperio, alguien de esa misma época se una a nosotros, así que aceptamos que Robin se una. No obstante, minutos después de que volvimos al castillo, Anna se acerca rápidamente a nosotros y menciona.

- Oh, no. Acabo de recibir un informe urgente... Embla está en la puerta que conduce al Altea, ¡otra vez! -

Alfonse nervioso menciona.

- Veronica debe estar esperando recuperar a Marth, pero afortunadamente, el Rey Héroe se unió a nosotros. Y probablemente no sabe que el rey Marth está en Askr. Y si no es él, ¿a quién podría estar tratando de atrapar esta vez? -

- No sabemos, pero hay que ir rápidamente para allá, y detenerla de una vez por todas. - contesté. - Tengo ganas de darle un buen castigo a esa niña engreída… -

- Cálmate, Ouryuu. - interrumpe Anna.

Capítulo 8 - De vuelta a Altea

Por ahora, no nos queda de otra mas que volver a Altea, así que, antes de eso, Anna me pidió que debíamos aumentar el número de Héroes que vayan a luchar a nuestro lado, así que me dio varios orbes para los rituales de invocación. Un par de horas después, logré invocar unos cuantos, y tras explicarles la situación, accedieron ayudarnos. En eso, Marth se acerca y nos dice que está dispuesto a ayudarnos. Después de todo, era su época a la que teníamos que ir, así que aceptamos que nos acompañe. Una vez que teníamos todo preparado, partimos hacia Altea.

Al entrar, llegamos a una zona montañosa con un extenso bosque en sus faldas. Al avanzar con cautela, Marth menciona.

- Tengan cuidado, amigos. Detecto una presencia siniestra oculta entre los árboles. -

Al decir eso, todos nos pusimos en alerta, viendo a todos lados por si acaso nos atacan por sorpresa. En eso, una figura masculina en traje rojo con negro aparece de la nada y menciona, dirigiéndose a Alfonse.

- Estás aquí, como era de esperar. No tengo nada contra ti, pero me han contratado para hacer un trabajo, y tú eres mi objetivo. Así que ahora, morirás. -

El chico, que según Marth identificó como Navarra, era un mercenario muy hábil y muy letal al momento de ejecutar enemigos, por lo que no sólo teníamos que cuidarnos de los soldados del imperio, sino especialmente de él. Mientras luchabamos, Takumi menciona.

- Tch… éstos tipos… están usando técnicas ninja para ocultar su presencia entre los árboles y atacarnos por emboscada. Debemos permanecer juntos y alerta. -

- De acuerdo. - contesté. - Entonces debemos de permanecer de espaldas para… -

- ¡¡¡AAAAAAH!!! -

El grito repentino de Sharena nos asustó a todos. De pronto, salió de entre los árboles, un asesino que saltó sobre Sharena y rápidamente la empujé con todas mis fuerzas, recibiendo la estocada en su lugar.

- ¡¡Ouryuu!! - gritaron Anna y Alfonse.

Al caer al suelo, pude ver a Alfonse abalanzarse sobre el enemigo para eliminarlo rápidamente, mientras que Anna se acercó a mí para ver mi herida. Afortunadamente para nosotros, teníamos a una talentosa curandera como Silque, que fue de las unidades más recientes que he invocado. Aún seguía un poco aturdido por el ataque, pero los demás siguieron atacando a los enemigos que nos emboscaron. Los minutos pasaron, y finalmente, Alfonse derrota a Navarra con mucho esfuerzo, ya que era el líder del grupo y el más hábil de todos. Luego de eso, Navarra se levanta adolorido y menciona, dirigiéndose a Alfonse y a mí.

- Son fuertes, de acuerdo. Es una llamada de advertencia, ¿cuál de ustedes es más fuerte? ¿Tú... o él? je. Esto se va a poner interesante. Estoy seguro de que los veré por ahí muy pronto. -

Al retirarse Navarra y su grupo, nosotros tomamos un descanso, mientras que Silque nos curaba.

- ¿Estás bien, Ouryuu? - pregunta Sharena preocupada. - Perdóname, por favor. Estaba distraída, y te atacaron por mi culpa. -

- No te preocupes. - contesté. - Afortunadamente, la herida no fue tan profunda, y además, Silque me curó rápidamente. Puedes estar tranquila. -

Para tranquilizarla, tomé su hombro derecho para acariciarlo suavemente, cosa que hizo que se sonroje un poco.

- Gracias por tratar de tranquilizarme, Ouryuu. - dice Sharena sonriendo.

- Bueno… - interrumpe Anna. - No quisiera interrumpirlos, pero debemos avanzar si queremos volver a liberar Altea del Imperio Embliano. -

- ¡Cierto! - dije rápidamente, soltando a Sharena.

Después de eso, seguimos avanzando, y llegamos a una zona en donde había una enorme fortaleza. Takumi hizo un reconocimiento rápido, ya que su vista podía alcanzar a observar personas a una larga distancia, como era de esperar de un talentoso arquero como él. Takumi nos dijo que la fortaleza estaba llena de soldados emblianos, y estaban liderados por una mujer pelirroja que llevaba una imponente armadura escarlata, y estaba sobre un poderoso dragón que usaba como montura. También nos dijo que, cerca de ella, había una chica pelirroja con un atuendo más sencillo, pero llevaba un bastón como los que usan los curanderos, así que debíamos actuar rápido ya que esa chica podría curar a sus aliados, al igual que Silque lo hace con nosotros. Seguramente, nos estaremos enfrentando nuevamente a Minerva y su hermana. Lo que teníamos que hacer, es derribar a su curandera y a la mujer de la armadura roja, para así, eliminar al resto de enemigos más rápido.

Tras planificar la estrategia, rápidamente fuimos a la carga. Al usar unos fragmentos de una pared que logramos derribar, usé dichos fragmentos para hacer hechizos de geokinesis y usarlos como proyectiles para aturdir a los enemigos y que los demás hagan el remate. Lo que no me esperaba, era que Minerva, la mujer de la armadura escarlata, cortaba los proyectiles de piedra como si fuesen mantequilla, usando su poderosa hacha, pero se enfocaba más en proteger a la joven curandera, llamada Maria, en lugar de atacarnos directamente. Y como era de esperar de una hermana mayor y responsable como Minerva, protege a Maria porque es muy importante para ella, así que aprovechamos eso como una ventaja para nosotros, ya que mientras que yo atacaba a Maria con picos de roca y Minerva la protegía, Takumi, Ike y Alfonse aprovecharon su distracción para derribarla y derrotarla, al mismo tiempo de que Sharena usaba su lanza para romper el bastón de Maria y noquearla. Una vez que fueron derrotadas, me acerqué para decirles.

- Una disculpa, señoritas, pero debimos vencerlas para seguir avanzando. No sé qué les dijeron los del Imperio, pero nosotros no venimos con malas intenciones. Es más… - en eso, le pedí a Silque que las cure, y mientras lo hace, dije. - Como ven, nosotros no somos los malos aquí. Hemos venido a liberarlos del Imperio, pero para eso debemos vencer a los que se interponen en nuestro camino. -

- Hmpf… - dice Minerva. - ¿Así que… así son las cosas? Veamos si es cierto. Bueno, avancen. Nosotras tenemos que descansar. -

- De acuerdo. -

Al atravesar la fortaleza, Anna me preguntó que por qué le pedí a Silque que cure a Minerva y María, a lo que contesté.

- Tú misma lo dijiste, Anna. Nosotros debemos dar un buen ejemplo, y demostrar a los Héroes de todas las épocas y reinos que nosotros somos los que los estamos liberando del control de Embla. ¿O acaso se te olvidó? -

- No. - responde Anna. - No es que se me haya olvidado. Sino que, no me había puesto a pensar en que lo demostrarías de esa forma. Bueno, al menos puedo estar tranquila sabiendo que tratas de hacer lo correcto dando ese ejemplo, para que así podamos hacer que los reinos y épocas crean en nosotros. -

- Bien. Entonces sigamos adelante. -

Tras eso, seguimos avanzando, hasta llegar a una zona alta, y al este se encontraba el mar. Además, había dos ríos que debíamos atravesar usando los puentes de piedra en cada uno. Aparentemente no había enemigos, pero al atravesar uno de los puentes, nos rodearon dos mercenarios de Altea, acompañados por soldados del imperio, así que debíamos contraatacar aún estando con la guardia baja. Rápidamente, mis aliados se encargaron de los soldados del imperio, y Takumi se enfrentó a uno de los mercenarios, llamado Jeorge, mientras que Ike se enfrentaba al otro mercenario, identificado como Barst. Los enemigos nos atacaron con todo lo que tenían, pero nosotros también resistimos la emboscada con mucho esfuerzo, y gracias al trabajo en equipo, logramos vencer, aunque sí terminamos un poco cansados.

Tras descansar un par de horas después de esa emboscada, seguimos avanzando hasta llegar a una zona montañosa con un bosque, apenas cruzamos el segundo puente. El viento aquí era muy fuerte, así que podía usar eso como ventaja. En eso, varios soldados del imperio emblianos se acercaron rápidamente, liderados por tres chicas con sus respectivos pegasos. Dos de esas chicas llevaban una lanza y la otra una espada. Al reconocerlas, Marth menciona.

- Tengan cuidado, amigos. Nos estamos por enfrentar a las hermanas pegaso. Unas talentosas jinetes que poseen un buen talento ya que sus habilidades son únicas. Sus nombres son Palla, Catria y Est. Debemos actuar como un equipo más que nunca. Son unas rivales de cuidado, así que por eso no debemos subestimarlas por su apariencia juvenil. -

- De acuerdo, Marth. - contesté. - Actuaremos con cuidado y rápido. -

Los enemigos se abalanzaron a la carga contra nosotros, así que Takumi y yo usamos nuestras flechas y hechizos de viento respectivamente para derribar a las hermanas pegaso, mientras que el resto se encargaba de los soldados del imperio. Unos minutos después...

- Tch… - dice Takumi tras fallar varios disparos. - Son muy rápidas. Las tres actúan en sincronía. -

- Ya lo noté también. - contesté. - Están usando el viento de las montañas a su favor. Usan las corrientes de aire como impulso. -

- ¿Y crees poder hacer que sus pegasos se paralicen? -

- Aun no puedo dominar la electricidad del todo, pero quizás… - en eso, me dí cuenta de que, si estábamos en una zona alta, deberíamos de tener aire frío, así que traté de usar el poco aire frío y la humedad del ambiente para crear hechizos de hielo, enfocándome en las alas de los caballos alados para ralentizar su avance. Mientras tanto, Takumi seguía disparando flechas a las tres, y a pesar de que nos alcanzaron y empezaron a atacarnos, aproveché la ocasión para crear un remolino de aire frío y pequeños fragmentos filosos de hielo. Y a pesar de que Takumi y yo salimos heridos, al final logramos vencerlas, pero terminé agotado por consumir mucho mana al crear ese remolino.

Tras vencer a las hermanas pegaso, las cuáles nos dieron una buena batalla, seguimos avanzando, hasta llegar a una zona alta, en donde habia una pequeña fortaleza aparentemente abandonada, pero cerca de ésta había una pequeña niña de larga cabellera verde, vestido rosa con rojo, un adorno dorado en su cabeza, y tenía unas largas orejas puntiagudas. Marth nos dijo que esa niña era Tiki, una manakete que tiene la habilidad de transformarse en un dragón usando una piedra especial. Esa niña me recuerda a su versión adulta que invoqué al principio cuando llegué a este mundo, así que no debíamos subestimarla. En eso, la pequeña Tiki menciona.

- ¡Ah! ¿Ustedes son las malas personas de las que nos advirtió Verónica? ¿Por qué no pueden simplemente irse? Además, si se acercan más... no podré contenerme, y luego... ¡No puedo evitar si les hago cosas horribles a todos ustedes! -

Rápidamente, Marth da unos pasos al frente y habla con Tiki, diciendo.

- ¡Escucha, Tiki! ¡Éstas personas no son malas! ¡Ellos vinieron a liberarlos del Imperio Embliano porque ellos están usando métodos de manipulación para poder conquistarlos! ¡Deténganse ahora mismo! -

Tiki reconoce la voz de Marth y menciona.

- ¿Hermano? ¿Eres tú? ¿Qué haces con ellos?... -

- Tch... - dice Minerva. - No pensé que el Rey-Héroe estaría entre ustedes. Quizás no lo vi en nuestra batalla previa por proteger a Maria, pero aunque diga la verdad, estamos obligados a luchar contra ustedes por este contrato... -

Rápidamente, Minerva se acerca a la niña y menciona.

- Ve y escóndete en la fortaleza abandonada. Nosotros nos encargaremos de ésto. -

- Sí. - responde Tiki.

Una vez que Tiki se escondió en la fortaleza, Minerva ordena a los soldados del imperio que nos ataquen, así que no me quedó de otra que hacer lo mismo con mis aliados. Fueron un par de horas de intenso combate, y ésta vez, Minerva luchaba con mayor ferocidad. Debíamos actuar en equipo para vencerla, así que, entre Takumi, Ike, Marth y yo nos enfocamos en el ataque directo, hasta que finalmente logramos derrotarla, aunque Ike y Takumi quedaron muy lastimados.

Mientras que Silque curaba a Minerva, Marth y yo nos infiltramos en la fortaleza abandonada para buscar a Tiki, y una vez que estábamos cerca de ella, empezó a gritar diciendo.

- ¡¡Aléjense de mí!! ¡Yo...! ¡No puedo... controlar...! ¡¡AAAAAAAAAAGHHHH!! -

De pronto, Tiki se transforma en un enorme dragón blanco, y empieza a escupir fuego para tratar de calcinarnos. Marth menciona.

- No puede ser... la ira de Tiki aumentó de forma exponencial. Pero... además, es como si estuviera siendo controlada... -

- No hay de otra. - contesté. - Debemos calmarla derrotandola. Es la única forma de hacer que vuelva a la normalidad. -

- Perdóname, Tiki... - dice Marth mientras bajaba su cabeza.

- No te preocupes si no quieres hacer esto. Entiendo cómo te sientes. Y te juro que cuando logre capturar a esa maldita de Veronica, su castigo ya no serán unas simples nalgadas como tenía planeado al principio. Ésta vez será peor. Le provocaré un gran trauma y humillación que la perseguirá hasta el día de su muerte. -

- Pero... ¿Qué tienes planeado?... - pregunta Marth nervioso.

- Es información confidencial. Pero por ahora, sal de aquí y dile a Silque que se prepare para curar a Tiki una vez que logre derrotarla. -

- De acuerdo. -

Una vez que Marth sale de la fortaleza, me preparé para confrontar a la pequeña Tiki. Ella seguía atacando con su fuego, y yo esquivaba rápido sus ataques. En un momento dado, me dispuse a preparar un hechizo para hacer que el techo de la fortaleza colapse sobre Tiki, para ver si con eso podría derrotarla, además de que también la atacaría con picos de roca para derribarla, y así lo hice.

Envolví mi brazo izquierdo con piedras y usé un hechizo para golpear la pared y hacer que el techo colapse sobre Tiki. Pedazos de piedra caían sobre la niña dragón, impactando en diferentes partes de su cuerpo. Además, con el otro brazo que también estaba envuelto en piedras, golpeé el suelo para crear picos de roca y causarle un daño directo a Tiki. Los impactos de los picos de roca y escombros cayendo levantaron un gran nube de polvo, y cuando se disipó pude ver a Tiki en su forma humanoide nuevamente, e inconsciente. Rápidamente, usé mi geokinesis para levantar los escombros, y al mismo tiempo llegan Marth, Alfonse y Silque hacia donde yo estaba. Detrás de ellos venía Maria corriendo, para ayudar a Silque a curar a Tiki.

- Estoy impresionado. - dice Marth mientras observaba a las dos curanderas usando sus bastones sobre Tiki. - No solo derrotaste a Tiki, sino que le salvaste la vida. Estoy muy agradecido contigo. -

- Agradeceme cuando todo esto haya terminado, y Veronica haya recibido su merecido castigo. -

En eso, escuchamos unos quejidos que venían de Tiki, que se estaba levantando. Al parecer, sus heridas habían sanado, ya que se incorporó rápidamente. La pequeña dragón se dirige a mí y menciona.

- ¿Me ganaste? ¡Gracias a ti, he vuelto a mi estado normal! Aún mejor, ¡ahora ya no necesito pelear! -

- Gracias a los Dioses, lograste volver a la normalidad. - dice Marth. - Además, no fue tu culpa lo que hiciste, así que no pasa nada. -

- ¡Hermano! - decía Tiki mientras se abalanzaba sobre Marth y le daba un fuerte abrazo.

- Me alegra mucho que estés bien, Tiki. Pero para que estés más segura, deberías venir con nosotros para que no estés expuesta nuevamente ante el imperio o algún otro enemigo que venga. -

- Está bien. - responde Tiki tras pensarlo por un momento.

Tras salir de la fortaleza, Anna y los demás se acercan, y la comandante menciona.

- Bien hecho, todos. ¡Esta es otra misión más exitosa! Parece que el Imperio Embliano no estaba detrás de Marth en todo este tiempo. -

- Seguramente venían por Tiki debido a su poder y para hacer que destruya a la Orden de Héroes. - responde Marth. - Afortunadamente, su plan no resultó. -

Alfonse menciona.

- Si tan solo pudiéramos cerrar la puerta de entrada a ésta época, entonces los emblianos no podrían seguir entrando. -

- Probablemente te estés preguntando por qué no nos limitamos a proteger las puertas de enlace, Ouryuu. - continúa Sharena. - La cosa es que lo hacemos. O al menos lo intentamos, pero hay demasiados portales y demasiados soldados emblianos. Ojalá los de la realeza de Askr tuviéramos la capacidad de cerrar el camino a esos mundos. -

- ¿A qué te refieres con eso? - pregunté.

Alfonse responde.

- Los poderes reales para abrir y cerrar las puertas están destinados a trabajar en conjunto. Me pregunto, si Askr pudiera cerrar las puertas, ¿el poder para abrirlas simplemente cambiaría a Embla? Las leyendas sugieren que podría ser así. Y si lo es, ¡entonces estaríamos igual de atrapados en esta situación! -

Sharena dice nerviosa.

- Eso sería aún peor. ¡Entonces tendríamos que revisar TODAS las puertas, no solo las que abrimos una vez! -

Anna continúa diciendo.

- La guerra de Veronica continuará hasta que un reino tenga ambos poderes o aprendamos a cooperar nuevamente. Pero por ahora, estamos atascados, y lo más probable es que todo esto sea solo otra distracción. ¿Quién sabe qué portal ha atravesado Embla mientras hemos estado aquí? Necesitamos averiguarlo. -

- Lo que me molesta, es que Veronica use ese poder para abusar de él y causar estragos en diferentes reinos y épocas en el tiempo. Aún así, debemos hacer todo lo posible para vencerla y así hacer que recapacite, aunque sea a la fuerza. -

- Bueno, no creo que sea tan necesario llegar a esos extremos... - dice Anna. - Aún así, debemos hacer todo nuestro esfuerzo para poder ganar esta guerra. -

- Cuenten conmigo para eso. -

- ¡Así se habla! -

Capítulo 9 - Hoshido

Parece que las leyendas, a veces, son verdaderas. Y lo digo porque, la misión que Anna nos acaba de asignar, 3 semanas después de salvar nuevamente Altea, dijo que iríamos a un reino que solo aparecía en la mitología de este mundo. No obstante, cuando Anna dijo que iríamos a Hoshido para librar a ese reino del imperio embliano, Takumi no quiso acompañarnos porque se le haría raro luchar contra sus hermanos y además, contra sí mismo, ya que, a pesar de ser una época distinta a la que él viene, aún así no quería estar en esta batalla. Yo entendía su situación, así que no había problema con eso. En su lugar, Lyn nos acompañó en esta misión.

En este caso, además de la Orden de Héroes, otros héroes nos fueron acompañando, como la arquera Lyn, la manakete Tiki que invoqué la primera vez que llegué a este mundo, la jinete pegaso Clair, la curandera Silque, el joven Roy, y el imponente Frederick. Una vez que teníamos todo preparado, partimos hacia Hoshido.

Al cruzar el portal y avanzar varios metros, nos dimos cuenta de que era un lugar hermoso, colorido y lleno de vida. Aparte, logré divisar a lo lejos unos edificios, que por sus estructuras, me recuerdan a unas fotos que ví hace muchos años, cuando mi madre me dijo que una de las naciones que estuvieron en conflicto era una nación oriental que creo que se llamaba Japón, y su fuerza naval era conocida como Sakura Empire.

De acuerdo con la información que Takumi nos proporcionó antes de llegar a este lugar, el príncipe de Hoshido es un guerrero poderoso y temible, que no se rinde tan fácil, y que debíamos tener cuidado con él.

Con esa advertencia, teníamos que ser cuidadosos al momento de enfrentarnos con la familia real de Hoshido, así que debíamos estar listos para la batalla, que seguramente será la más difícil que hemos tenido hasta ahora. En fin, seguimos avanzando hasta una zona alta en donde había un enorme abismo, que según el mapa que Takumi nos dió, se llamaba "Cañón sin fondo", la frontera entre Hoshido y Nohr. Del otro lado del abismo, había un hombre alto, fuerte y de una armadura oriental imponente, que estaba saliendo de una pequeña fortaleza, que seguramente usan para montar guardia y evitar el paso a los intrusos. De acuerdo con la descripción de Takumi, ese seguramente es Ryoma. Alfonse trató de hablar con él, diciendo.

- Lord Ryoma, hemos venido en paz. Somos la Orden de Héroes, y tenemos graves noticias. El Reino de Hoshido está en peligro, ya que unas fuerzas de otro mundo vinieron a invadirlo. -

Ryoma responde algo molesto.

- ¿Qué dices? ¿Mi reino está siendo controlado por fuerzas de otro mundo? ¡Absurdo! El Reino de Hoshido está protegido de los invasores por el poder de nuestra reina. No estoy seguro de cómo llegaron a Hoshido, pero ten la seguridad de que mi familia y yo nos aseguraremos de que se vayan. -

Como era de esperar, no nos creyeron, y se abalanzan a atacarnos, y sorpresivamente, eran los cuatro hermanos junto con sus tropas que nos impedían el paso. Además del Takumi de ésta época, también estaban una joven curandera de cabello corto y de color magenta, y una chica pelirroja con su pegaso. De acuerdo con la información de Takumi, ellas son Sakura y Hinoka respectivamente.

La batalla fue dura. Era cierto lo que Takumi nos dijo. La familia real de Hoshido son muy fuertes y resistentes. Nos costaba mantener el ritmo, ya que cada golpe que mis aliados le daban a esos guerreros, Sakura los curaba inmediatamente. No teníamos opción. Teníamos que vencer primero a Sakura. Rápidamente, le pedí a Tiki y Clair que vayan tras la joven curandera, mientras que Frederick se encargaba de Hinoka, Lyn se enfrentaría a Takumi, y Roy y Alfonse se encargarían de derrotar a Ryoma. Mientras tanto, Sharena y yo nos encargaremos de los guardias que salieron de las fortalezas para apoyar a la familia real.

Tras realizar la estrategia recién improvisada, continuamos con la batalla. Era algo muy difícil ya que también teníamos que tener cuidado de no caer al abismo, y la familia real de Hoshido eran oponentes muy fuertes.

No sé cuánto tiempo estuvimos luchando, pero al cabo de un buen tiempo, y gracias al trabajo en equipo entre mis aliados, logramos vencer uno por uno a la familia real de Hoshido. La primera en caer fue Sakura, que logré salvarla justo a tiempo de una muerte segura ya que estaba a la orilla del abismo, y la atraje hacia mí jalandola con fuerza. El siguiente en ser derrotado fue Takumi ya que las flechas de Lyn eran más rápidas. Luego siguió Hinoka, que Frederick logró romper su lanza por la mitad, pero el más difícil de vencer fue Ryoma, ya que éste venció a Roy, y Alfonse se veía muy cansado. Aún así, y en un último esfuerzo, Alfonse logró hacer un último contraataque, logrando derribar a Ryoma, cayendo finalmente. Éste tenía ligeras marcas de quemaduras, así que seguramente Roy se las provocó con su espada de fuego. Aún derrotado, Ryoma se reincorpora diciendo.

- Mis hermanos, subestimé el poder de estos extraños. Debemos retirarnos y reagruparnos. ¡Por el bien de nuestra gente, no podemos permitir que Hoshido caiga en manos de los invasores! -

Alfonse trata de decirle.

- ¡Pero nosotros no somos...! -

- ¡Silencio! - interrumpe Ryoma. - ¡No permitiré que intrusos como ustedes vengan a profanar nuestra hermosa nación con su presencia! -

Luego de eso, emprenden la retirada y nosotros cruzamos rápido el Cañón sin Fondo, ya que, en lo personal, sentía algo de vértigo, y un poco de miedo por el constante movimiento de los puentes colgantes al momento de cruzar al otro lado. Una vez a salvo, descansamos en la fortaleza un par de horas, en lo que Silque nos curaba.

Al avanzar unos cuantos kilómetros tras nuestro descanso, llegamos a una zona comercial que estaba a la orilla del mar. En esta ciudad habían unos muelles y barcos aparcados, lo que seguramente debe ser una zona muy importante para Hoshido, ya que Takumi y sus vasallos custodiaban este lugar. Además, uno de los vasallos de Ryoma los acompañaba. Tenía medio rostro cubierto, pero su mirada era amenazante.

- Eres hábil. - dice Takumi. - Pero no podemos permitir que Hoshido sea profanado por invasores. Aunque no parece que vistan armaduras de esos asquerosos de Nohr, mis órdenes son derrotarlos aquí y ahora. - luego de eso, ordena a dos chicos que estaban cerca de el, diciendo. - ¡Hinata, Oboro! ¡A la carga! -

Como era de esperar, el Takumi de ésta época era más hábil y sus flechas alcanzaban largas distancias, al punto de que por poco me da una.

- ¡Escuchen! - dije. - Debemos evitar causar daños en esta zona, ya que seguramente es muy importante para Hoshido, así que debemos actuar con precisión y sin provocar daños colaterales o materiales. -

- Tengo experiencia en esto. - dice Frederick. - En el sur de Ylisse hay una zona comercial similar a ésta, pero sin el puerto, pero aun así puedo hacer que se provoquen los mínimos daños posibles. -

Y así, todos empezamos a luchar. Al cabo de un buen tiempo, Hinata fue el primero en caer, pero Oboro era muy hábil con su lanza, y además esquivaba los ataques con mucha agilidad. No tenía opción. Tenía que usar hechizos de agua para dar soporte y escudos de hielo y roca para proteger a mis aliados. Tras un largo tiempo, finalmente logramos derribarlos. Takumi menciona.

- Estoy impresionado. Es la primera vez que veo a un hechicero emplear 3 elementos a la vez. Quizás, si hubieras estado en nuestro lado en aquel momento... -

- ¿A qué te refieres? - pregunté.

- Olvídalo. Es mejor que nos vayamos. Pero estoy seguro de que mi hermano mayor les dará una buena paliza y los sacará a patadas de nuestro reino. -

Una vez que derrotamos a Takumi y sus compañeros, seguimos adelante, después de comprar unas cuantas provisiones en los mercados. Una hora y media después, llegamos a una zona con lagos enormes y puentes de piedra para poder cruzarlos. Ahí, nos estaba esperando Hinoka, la cual menciona.

- Hasta aquí han llegado, viajeros. A pesar de que no detecto malas intenciones en ustedes, mis órdenes son detenerlos. No puedo dejar que pasen de este punto. -

- Escucha, princesa Hinoka. - dice Sharena. - Hemos venido a advertirles sobre los verdaderos invasores. Nosotros no... -

- ¡A callar! ¡No necesitamos la ayuda de nadie! ¡Nosotros hemos defendido nuestro reino de los ataques de Nohr, así que podemos contra cualquier invasor, incluidos ustedes! -

Además de los vasallos de Hinoka, que eran una arquera y un jinete de pegaso, también estaba un sacerdote o algo así, pero su atuendo era distinto. En fin, Hinoka y su ejército se abalanzaron a atacarnos, así que no nos quedó de otra que defendernos. No obstante, la joven arquera cayó rápidamente en una trampa o algo así, por lo que inmediatamente me acerqué para ayudarla, ya que la trampa era un agujero oculto por arbusto. Seguramente, lo usaban para cazar o algo así.

Mientras tanto, los demás seguían luchando, y yo estaba ayudando a la joven a salir del agujero. Una vez que logré sacar a la chica de la trampa, me percaté de que solo quedaba Hinoka de pie, pero estaba algo cansada. Afortunadamente, Lyn logra derrotarla, derribando a su pegaso con una flecha en una de sus alas. Cansada y vencida, Hinoka menciona.

- No puede ser... no pude detenerlos... -

- No es nuestra intención hacerles daño. - dije mientras me acercaba a la chica pelirroja. - Solo venimos a advertirles sobre la presencia del imperio embliano. Ellos se dedican a invadir reinos en diferentes épocas del tiempo, para forzarlos a trabajar para ellos y atacarnos. Para explicarles mejor, necesitamos tener una audiencia con el príncipe Ryoma, además de la reina, si es posible. -

Al ayudarla a levantarse, Hinoka menciona.

- Bueno... ahora que veo con mayor claridad, me percaté de que rescataste a mi vasalla, la arquera Setsuna. Ella siempre tiene la mala suerte de caer en trampas para animales, y ya es una costumbre tener que sacarla de dichas trampas, pero nunca pensé que te tomarías la molestia de sacarla de ese agujero. -

- No podía permitir que esté ahí, así que por eso la ayudé. Además, es una prueba de que nosotros no venimos a hacerles daño. -

- Ya veo. Supongamos que les creo. Aún así, mi hermano mayor seguramente no les cederá una audiencia hasta que lo hagan recapacitar. No obstante, le contaré lo que pasó en nuestra batalla, y veremos si logra recapacitar un poco. -

- Gracias, Hinoka. -

Después de que Silque nos curó a nosotros y a los vasallos de Hinoka y también a la princesa, seguimos nuestro camino. Una vez que avanzamos más adentro de Hoshido, llegamos a una zona que parecía ser una enorme fortaleza en ruinas. En su interior se encontraba Sakura, y afuera estaba una de las vasallas de Ryoma, junto con Subaki, el vasallo de Hinoka, y una chica de cabello castaño claro con una armadura ligera. En eso, la chica de cabello castaño claro menciona.

- Quédate a resguardo, Sakura. Nosotros nos encargaremos de los intrusos. No permitiré que te hagan daño. -

Parece ser que esa chica es la mejor amiga de Sakura, así que estaría dispuesta a dar la vida por ella si es necesario. Afortunadamente para nosotros, fue la batalla más fácil que estábamos librando. Además de que no había muchos soldados hoshidanos custodiando la zona, mis aliados tenían la suficiente experiencia para poder vencer a los enemigos. No obstante, la chica de cabello castaño, que se llama Hana, trataba de levantarse, diciendo.

- No debo... permitir... que dañes... a Sakura... -

- No te preocupes, Hana. - contesté. - Te aseguro que no lo haré. -

Al entrar a las ruinas, decidí hacerlo solo, así que me acerqué a Sakura, diciendo.

- No venimos con malas intenciones. Por lo visto, el imperio embliano todavía no ha llegado a esta época, así que con más razón debemos advertirles de su posible llegada. Escucha lo que te voy a decir. -

Y así, tras varios minutos de explicación, Sakura menciona.

- Bueno, ahora que lo dice... no recibimos noticias de una invasión de un ejército. Pero desde que nos visitó una extranjera un poco sospechosa, mis hermanos estaban empezando a actuar de forma extraña. -

- Eeeeh... perdón por la interrupción, pero... ¿Cómo se veía esa extranjera sospechosa?... -

Cuando Sakura trató de darme la descripción física de la extranjera que visitó Hoshido, de inmediato me dí cuenta de que se trataba de la maldita de Veronica. Sus facciones eran inconfundibles. Esa perra tramposa vino sola a este reino, e hizo algo para que la familia real de Hoshido nos ataquen sin piedad. Seguramente les lanzó un hechizo para controlarlos o los convenció de alguna manera para que se unan a ella. En eso, le dije a Sakura.

- Escucha. Es muy probable que tu familia esté siendo controlada por esa extranjera. Pero no te preocupes, nosotros nos encargaremos de ésto. -

- Yo... sabía que esa joven era sospechosa. - dice Sakura.

- No te preocupes. Debemos evitar que su influencia siga dañando a los demás. Para ésto, debemos derrotar a Ryoma ya que es casi seguro de que aún sigue bajo la manipulación de esa extranjera. -

- De acuerdo. Muchas gracias, joven. ¿Podría saber su nombre? -

- Claro. Me llamo Ouryuu II. Mi madre me puso el mismo nombre de mi abuelo, así que por eso soy el segundo en llevar ese nombre. -

- Ya veo. Bueno, supongo que debería irme. Mis hermanos seguramente están preocupados por mí, así que es mejor que me vaya. Además, ya se hizo de noche. -

- Es verdad. No me había percatado de que ya oscureció. -

- En ese caso, pueden quedarse a pasar la noche en ésta fortaleza, para que repongan fuerzas ya que, si van a confrontar a mi hermano mayor, deben saber que es muy fuerte. Así que lo mejor, es que descansen y repongan fuerzas. -

Debido al consejo de Sakura, decidimos quedarnos en la fortaleza, para así pasar la noche.

- Muchas gracias, Sakura. - contesté.

- Bueno, ahora sí ya me voy. Hana de seguro estará muerta de la preocupación, así que es mejor que vaya con ella para que se tranquilice. Nos vemos. -

Sakura hace una pequeña reverencia, y sale de la fortaleza junto conmigo. Mientras ellos se iban, le dije a mis amigos que nos quedaremos a pasar la noche en la fortaleza, para curar nuestras heridas y reponer fuerzas para el combate de mañana, que será contra el príncipe Ryoma. Les expliqué lo que me dijo Sakura y se pusieron de acuerdo con quedarnos aquí.

Frederick nos dijo que tiene experiencia montando campamentos al aire libre, así que dejamos que él se encargue de eso, mientras que Alfonse, Roy y yo conseguimos los materiales que nos pedía. En eso, escuchamos unos pasos pesados que venían de afuera, y Frederick se preparó rápidamente para interceptar al posible intruso. Yo acompañé a Frederick, y al salir, nos dimos cuenta de que se trataba de Sakura, que tenía un par de cajas de madera grandes. La chica menciona.

- Eeeeh... Perdón por asustarlos. No era mi intención. Solo vine para traer ésto. Deberán estar preparados en cuerpo y mente para el duelo de mañana, ya que mi hermano seguramente no se contendrá. -

Al abrir las cajas y examinarlas, nos dimos cuenta de que era comida y viejos utensilios de cocina. Al ver que era arroz, pescado, algas y salsa de soya, me recordó a la vez que fuimos de vacaciones a Japón a visitar a mis tías Taihou, Jun'you y Ayanami. No obstante, parece ser que mis aliados no conocían el arroz, sobre todo cuando Frederick preguntó acerca de éste. Sakura nos contó que preparó rápidamente los platillos y estaban listos para comer. Yo les dije que no pasaba nada si consumimos todo esto, pero Frederick aun seguía con algo de desconfianza. Para demostrar que todo estaba bien, empecé a comer primero, y poco después me siguió Sharena, que se estaba muriendo de hambre. Una vez que todos empezamos a comer, Sakura se despidió de nosotros y se fue.

Los minutos pasaron, y todos nos preparamos para dormir, aunque Frederick nos dijo que se quedaría despierto para hacer guardia y evitar alguna emboscada. Sin embargo, aunque trataba de dormir, no podía, así que me levanté para recorrer la fortaleza, evitando que Frederick me vea. En eso, logré ver que Sharena también estaba despierta, así que me acerqué para hablar con ella.

- Hola, Sharena. - dije mientras me acercaba a ella. - ¿Tú tampoco puedes dormir? -

- La verdad, no. - responde la princesa. - Y no es porque estoy durmiendo en el suelo de una fortaleza abandonada, sino porque estoy algo nerviosa por la batalla de mañana. Si la primera vez que nos enfrentamos al príncipe Ryoma, mi hermano y Roy a duras penas lograron derribarlo, seguramente estará mejor preparado para la revancha, y por eso estoy preocupada. -

- Yo también estoy nervioso por esta batalla. Ryoma seguramente no se va a contener, y va a atacarnos con todas sus fuerzas. Pero no te preocupes. Te protegeré si algo te pasa. -

- Ouryuu... -

- Puedes estar tranquila. Te aseguro que no te pasará nada mientras estoy a tu lado. -

- Jejeje~ gracias, Ouryuu. - para cambiar de tema, Sharena menciona. - ¿Sabes? casi no tenemos tiempo para quedarnos a hablar, y me gustaría poder conocerte mejor. Seguramente, el Mundo de Acero de donde provienes, debe ser muy interesante. Además, también me gustaría saber un poco más sobre tí. -

- Claro. Una vez que hayamos terminado de liberar a Hoshido de la influencia de Veronica, te aseguro que te contaré muchas cosas sobre mí y mundo, a pesar de que, en realidad, no es la gran cosa. -

- No importa. Me gustaría saber cómo es ese mundo. -

- De acuerdo. Entonces vamos a dormir. Hay que estar bien preparados para la batalla de mañana. -

- Está bien. Buenas noches, Ouryuu. -

- Buenas noches, Sharena. -

Una vez que nos separamos, me estaba preparando para dormir, no sin antes reflexionar sobre lo que ha pasado hasta ahora, desde que llegué a este mundo. Aunque haya sido transportado al pasado, los conflictos y disputas por territorio y recursos, en base a ideologías o en base a las motivaciones de sus líderes, es exactamente igual que en mi mundo. Ahora entiendo la frase de "La guerra nunca cambia, sin importar la época".

Al día siguiente, todos nos levantamos y nos preparamos para ir a la capital de Hoshido. Una vez que llegamos a la capital de Hoshido, tras varias horas de caminata, me dí cuenta de que la capital me recuerda a varias fotos que ví en un álbum, y mi madre me decía que así se veía la nación de donde eran las chicas barco de la facción militar Sakura Empire. Estaba muy impresionado por todo lo que veía. Aún así, tuvimos que avanzar hacia el castillo donde tendremos nuestro último enfrentamiento.

Tras avanzar por el castillo, todos nos quedamos impresionados por la infraestructura interna de éste. Aún así, teníamos que prepararnos para la batalla. En eso, logramos divisar a Ryoma que salió de una sala, y menciona.

- Me sorprende que hayan llegado tan lejos. Han derrotado a mis hermanos y a algunos de los mejores de Hoshido. Pero ahora los detendré aquí a costa de mi propia vida, si es necesario. Desafío a uno de ustedes a un combate singular. ¿Cómo le irá aquel que los represente contra el Gran Príncipe de Hoshido? -

- Vé tú, Alfonse. - dije. - Seguramente, va a querer enfrentarse contra un rival de su misma altura, así que es mejor que dos príncipes que sean s de espada, se enfrenten en este duelo. Yo sé que puedes hacerlo. -

- Pero... - dice Alfonse nervioso. - Si con la ayuda de Roy, a duras penas logramos derribarlo, ¡Me dará una paliza si lo enfrento solo! -

- No te preocupes. Además, debes representar bien a Askr en esta batalla. Demuéstrale que no somos sus enemigos, y ayúdalo a librarse de la influencia de Veronica. -

- Lo intentaré... -

- Sé que puedes hacerlo. Nosotros nos encargaremos de los aliados de Ryoma. Debido a que estamos en un lugar cerrado con paredes, suelo y techo de madera, tendré que dejar que los demás hagan lo suyo. No hay elementos que pueda usar para emplear mis hechizos, así que no puedo dar fuego de cobertura en este caso. -

Una vez que Alfonse entró a la sala donde Ryoma lo estaba esperando, los demás lucharon contra los aliados de Ryoma. Lo único que podía hacer yo en este caso, es lo que se supone que debería hacer: permanecer en la retaguardia como el estratega que soy.

La batalla fue muy difícil. Los vasallos de Ryoma y los hermanos del príncipe son muy fuertes. A mis aliados les costaba mantener el ritmo, sobre todo por luchar en un espacio reducido. A pesar de todo, mis aliados hicieron su máximo esfuerzo, y gracias al trabajo en equipo y a una buena organización y estrategia sincronizada, estuvimos venciendo de uno por uno a los hermanos de Ryoma y sus respectivos vasallos, aunque hay que itir que nos dieron una buena paliza.

De pronto, escuché unos fuertes golpes de objetos metálicos chocando entre sí. Seguramente, son las espadas de Ryoma y Alfonse que seguían luchando, y a pesar de que Sharena y Anna querían intervenir en el duelo, les dije que no, y que es mejor esperar. En eso, se escucha un fuerte estruendo y el sonido de algo que golpeó la pared.

- ¡Lo siento, Ouryuu! - dice Anna. - ¡Pero no puedo seguir esperando más tiempo! ¡Hay que ayudar a Alfonse ahora! -

Rápidamente, Anna usa su hacha para romper la pared, así que rápidamente la seguí para detenerla. Sin embargo, lo que vimos nos dejó impresionados. Ryoma yacía de rodillas y totalmente agotado, y Alfonse a duras penas podía sostenerse de pie. El príncipe vencido menciona.

- ¿Por qué me siento tan... revigorizado? ¿Es cierto lo que dijiste, príncipe Alfonse? ¿Hemos estado bajo el control de alguien? Está todo tan claro ahora. Has salvado mi reino, y me has rescatado a mí ya mis criados. Tienes mi agradecimiento. También tienes mis disculpas por todo lo que te hicimos pasar, luchando en nombre del verdadero enemigo. -

- No pasa nada, Lord Ryoma. - responde Alfonse. - Ahora que todo está claro, no podemos estancarnos en el pasado, y solo queda mirar haca adelante para forjar un mejor futuro. -

- En ese caso, permiteme compensar lo que pasó. Ese hechicero suyo, se ve que tiene potencial ya que domina los elementos. -

- Sí. Aún le quedan cosas por aprender, así que por eso está en constante aprendizaje para ser más eficiente en el futuro. -

- En ese caso, me gustaría poder ceder a nuestra mejor augur para que le ayude a fortalecer su poder mágico. Se llama Orochi y es muy talentosa. Seguramente aprenderá muchas cosas de ella. -

- De acuerdo. -

Minutos después de que Orochi se unió a nosotros, nos reunimos cerca del portal que nos llevaría de vuelta al castillo, y Anna menciona.

- Excelente trabajo, todos. Logramos liberar al reino de Hoshido. -

- Tengo que itir que me alarmé cuando gritó sobre entrar en combate singular. - dice Alfonse. - Gracias a los Dioses pudimos vencer a pesar de estar en desventaja. ¡Debemos evitar cualquier intento de separarnos! -

- Fue terrible, ¿no? - dice Sharena nerviosa. - Al estar separados así, ¡pensé que nunca nos volveríamos a ver! Y... y... Y nunca NUNCA quiero volver a pasar por eso. No como hicimos con nuestro amigo Zacharias. -

- De acuerdo, hermana. -

- Les he pedido a ustedes dos que no se estanquen por la desaparición de Zacharias. - menciona Anna. - Hicimos lo mejor que pudimos. Pero supongo que le debemos una explicación a nuestro amigo Kiran. -

- Eso es lo que precisamente iba a preguntar. - dije. - ¿Quién es ese tal Zacharias? -

- Hace algún tiempo, perdimos a un miembro de la Orden de los Héroes cuyo nombre era Zacharias. Zacharias fue un luchador audaz y un gran camarada. Entonces, un día, desapareció durante una batalla. Lo hemos buscado, pero fue en vano. Ahora, antes de hundirnos en la desesperación, dejemos esto por ahora. -

- De acuerdo. Ya habrá tiempo para aclarar eso. - dije.

Tras eso, entramos al portal y nos dirigimos a descansar. No sé por qué, pero me sentí algo incómodo por breves segundos cuando Sharena expresaba una gran preocupación por ese tal Zacharias. ¿A qué se deberá esa sensación, me pregunto?...