✤Enséñame✤

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—(••÷[ Capítulo 85 ]÷••—

Llego a casa en muletas. No puede ser esto posible. ¿Cómo que no podré volver a hacer gimnasia? No, no me puede estar pasando esto.

Universo: es hora de que le llegue la propuesta a Isabela.

Bia: ¿Por eso dijiste que ella era única digna? Porque ocuparía mi lugar en la competencia.

Universo: que inteligente eres Doce.

Bia: ¿Por qué me hacés esto?

Universo: porque te lo mereces.

Mariano: debemos hablar –dijo llegando con una almohada para mi rodilla.

Bia: ¿Qué pasa?

Mariano: ¿Quién fue ese compañero que te lastimó? –mi celular sonó. Miré la notificación. Un mensaje de Manuel.

Bia: uno de mi salón. No valdrá la pena culparlo.

Mariano: no me hagas pensar que fue Manuel.

Bia: pues sí, fue él. Y ahora quiero que no dejen pasar a ninguno de mis amigos ni aliados. No digan nada. Yo me encargaré de Lunes de esto. ¿Si?

Mariano: Bia…

Bia: llévame a mi habitación.

Mi papá asintió y me subió en brazos a mi habitación. Me recostó en mi cama y ahí cuando se fue comencé a llorar. No puedo dejar el mundo de la gimnasia así nada más. Soy Beatriz Urquiza, la mejor en todo. Nada ni nadie me puede detener.

(…)

Pasó todo el fin de semana. Los mensajes no dejaban de llegarme y hasta ahora que voy llegando al Blake contestaré todas sus preguntas.

Esta vez llegué lo más tarde que pude. Solamente hubo una llamada que contesté el viernes –lo hizo mi mamá–, la de la directora.

Entro a la dirección principal del Blake South College. Al sentarme me percato que está la mamá de Manuel y él entra a los pocos minutos.

Directora: buenos días. Los mandé llamar por el accidente de Bia.

Lucía: quiero disculparme por mi hijo. Él muchas veces no sabe lo que hace –noté la cara de Manuel. Creo que no le pareció lo que su mamá dijo.

Alice: ella tenía una competencia y ahora no podrá participar.

Bia: mamá, eso no importa –dije mirando hacia abajo–. Isabela va a estar en mi lugar.

Mariano: yo creo que debemos calmar nos. Estoy seguro que ninguno de los aquí presentes hubieran querido esto. Lamentablemente a mi hija le tocó salir lesionada y… Estoy seguro que más pronto de lo que pensamos ella volverá a la normalidad y olvidaremos qué pasó esto.

Universo: Once siempre tan ingenuo. Escúchame bien Doce, nunca volverás a hacer gimnasia.

Directora: los cité para ver si querían que tomara medidas sobre este asunto.

Lucía: lo que sea lo aceptaremos.

Alice: claro que…

Mariano: no haremos nada –me miró–. Bia no querría eso, ¿Verdad? –asentí.

Directora: ¿Seguros?

Mariano: si, ahora ya pueden ir a su salón.

Directora: ¿Te querés quedar Bia? No te preocupes por los ensayos. Luna cantará en tu lugar.

Bia: está bien.

Directora: bueno –se levantó–. Manuel ayuda la, y ten mucho cuidado.

Manuel: claro.

Nos despedimos de nuestros padres y salimos de la dirección. El camino es demasiado lento y hay un silencio totalmente incómodo entre nosotros. ¿Por qué justamente tuvo que haber sido él? Lo peor de todo es que he perdido varias cosas con esta lesión. Una de ellas: La gimnasia.

Bajo las escaleras rápidamente al oír que mi madre me habla.

Isabela: Cos'è successo, mamma?

María: Ti chiamano dalla gara di ginnastica, hanno bisogno che rappresenti la squadra giovanile.

Isabela: Ma Bia è il rappresentante –«Muy pronto te llegará una propuesta, y la vas a aceptar»–. Universo… Parlerò con loro.

Tomé el teléfono y escuché la voz del organizador.

Organizador: Isabela, come va?

Isabela: puedo hablar español. Y estoy bien.

Organizador: perfecto. Necesito que te prepares, Bia ha tenido un accidente que la dejó fuera de la competencia –¿Qué?–. Y como vos sos el segundo lugar.

Isabela: ¿Me está diciendo que debo reemplazar a Bia?

Organizador: sos la primera opción. ¿Qué decís?

Isabela: está bien. Comenzaré a entrenar.

Organizador: perfecto. Te espero el 29 de marzo acá.

Isabela: ahí estaré. Adiós.

María: Che succede figlia?

Isabela: Devo parlare con il mio allenatore. Ho una competizione a marzo e devo vincerla.

Han pasado tres días desde que Bia volvió con la noticia de su lesión en la rodilla.

Hoy es el cumpleaños de Chiara y estoy esperando con ansias a que llegue.

Celeste: espero que le guste mi regalo.

Nina: ella lo amará –entró Gastón y me miró. Yo desvié la mirada.

Celeste: ¿Aún estás enojada?

Nina: ha intentado acercarse pero yo me alejo. Es que… me dijo Luna.

Celeste: Luna pregunta porque no lo has perdonado si solamente fue un partido de FIFA –y si. Esa fue la única excusa que se me ocurrió. Pero qué puedo hacer si no tengo a Bia.

Chiara: hola.

— ¡Feliz cumpleaños! –dijimos las dos al mismo tiempo.

Chiara: muchas gracias –nos abrazó.

Luna: ¿Que celebran sin mí? Feliz cumpleaños Chiara.

Chiara: gracias Luna.

Luna: ¿Bia aún no llega?

Chiara: ustedes dos siempre llegan tarde. Si vos estás aquí, ella no debe de tardar.

Bia: hola –dijo con Manuel detrás de ella.

Chiara: miren nada más pero que buen novio –reímos.

Manuel: Guillermo te busca por allá –señaló una banca–. Y Gastón te manda esto –me entregó una carta.

Luna: yo creo que ya es demasiado orgullo un juego de FIFA –miré a Bia.

Bia: nunca es demasiado orgullo, Luna.

Manuel: opino lo mismo.

Luna: bueno, ustedes son los más orgullosos que conozco.

Matteo: mi hermosa novia tiene razón –dijo llegando.

Manuel: y ustedes las personas más cursis que conozco.

Matteo: vení, quiero hablar con vos –se llevó a Luna.

Chiara: yo iré con Guillermo –se fue.

Bia: ¿No abrirás la carta?

Nina: está bien.

Nina, por favor perdóname. Soy un estúpido y sabes que la mayoría de las veces nunca sé lo que digo. No era mi intención decirte Luna. Yo te quiero mucho y no me gusta estar peleado con vos. ¿Podrías perdonarme?

Miré a Bia que sonreía junto a Manuel.

Celeste: ¿Qué harás?

Nina: ¿Qué hago? –miré a Bia.

Bia: vos decidís. Es tu relación.

Corrí a donde estaba Gastón y lo abracé.

Nina: está bien, te perdono.

Gastón: muchas gracias Nina.

Me volvió a abrazar y al separarnos me besó.

Chiara: ¿Para qué me trajiste acá?

Guillermo: quiero desearte un feliz cumpleaños. Y quiero saber si podemos salir al final del Blake.

Chiara: si, solamente debemos estar a las cuatro en mi casa para la fiesta.

Guillermo: está bien. Estaremos ahí antes de las cuatro –me abrazó.

Comenzamos a escuchar muchos aplausos. Miramos al lugar donde todo provenía y era Gastón y Nina besándose.

Chiara: me alegra que Nina lo haya perdonado.

Guillermo: a mí también. ¿Vamos?

Chiara: vamos.

Estoy un poco malhumorado después de enterarme que Luna cantará con Gastón en el lugar de Bia. Siento que Gastón tiene algo con Luna que él aún no me ha dicho.

Manuel: ¿No irás a ver ensayar a tu novia?

Matteo: no quiero ponerme de mal humor. Además, confío en ella.

Manuel: y en él –desvié la mirada.

Matteo: ¿Por qué me hiciste esto?

Manuel: ¿De qué hablas?

Matteo: de la lesión de Bia.

Manuel: tranquilo, ya me siento suficientemente culpable. Además, ella no se enojó, ¿Por qué vos si?

Matteo: porque gracias a esa lesión Luna cantará con Gastón.

Manuel: Luna te quiere a vos, Gastón quiere a Nina. Todo estará bien. Mejor vamos que el ensayo de tu novia no tarda.

Matteo: ¿No estabas con Bia?

Manuel: se quedó con Chiara y Nina. ¿Vamos?

Matteo: está bien.

Fuimos al salón de música y al entrar escuchamos que estaban Gastón y Jhon hablando.

Jhon: ¿De qué te preocupas? Nina ya te perdonó.

Gastón: pero cantaré con Luna. Y si le dije Luna a Nina es porque aún no la he superado –¿Qué?

Jhon: ¿Y qué de malo pasaría si cantas con Luna?

Gastón: la coreografía que escogió el profe para nosotros. Por la canción que vamos a cantar la coreografía tiene mucho coqueteo.

Jhon: y Matteo verá todo.

Gastón: Matteo, Nina, todos. Terminamos muy cerca al final.

Jhon: si estás preocupado por eso es porque aún querés a Luna.

Matteo: ¿Qué?

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